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12 junio 2015

Violencia de género, ni una menos, ¿y si vamos todos?

Cartel-ni-una-menos

Por Brenda Brizzi *

Siempre es un lío debatir los temas de agenda y ni hablar de que le sigo escapando a hacer comentarios mediante redes sociales, pero ésto es otra cosa.

Sinceramente me costó mucho tomar la decisión de sumarme a la marcha #NiUnaMenos, digo, a la lucha, la LUCHA quise decir.

Me costó porque hace unos días estábamos discutiendo el fallo de Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués. ¿Se acuerdan de éstos nombres, no? Es que vieron como son los medios de comunicación, un día la noticia vende y al otro no, y nos olvidamos rápido, o nos hacen olvidar rápido, no sé.

Bueno, hace unos días nos enterábamos sobre este fallo de 2014, y la locura de bajarle la pena a un violador, ni pienso meterme en otros detalles porque sólo con eso me alcanza.

Bajarle la pena a un violador es como cagarse de risa de todos nosotros digamos, es como violar otra vez a la víctima, es como darle una palmadita en el hombro a la víctima y decirle: "Bueno, peor es nada loco". Y si, peor es cuando las causas se archivan, cuando se entorpecen investigaciones y cuando el Estado está en falta, pero no pasa eso en Argentina ¿o si?

#NiUnaMenos se debería referir a Ni Una Persona Menos, pertenecemos a la misma especie, ¿no?

Sí, pertenecemos a la misma especie, pero desgraciadamente las mujeres fuimos subordinadas a lo largo de la historia a la dominación masculina en todos los ámbitos y aspectos de la vida, 9 / 10 casos de violencia sexual ocurren contra mujeres.

Según las estadísticas que consulté de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud, y centros de atención y contención para víctimas de #ViolenciaDeGénero, el riesgo más común de muerte en mujeres de entre 14 y 44 años es por violencia de género, el 78,49 % de los femicidios (el corrector no reconoce la palabra) son por maridos, parejas o novios, mientras que el 21% son personas que no tienen relación con la víctima.

También existe un aumento de violencia en los noviazgos de chicos de entre 14 y 21 años y denuncias de madres golpeadas por sus hijos. Hasta el 70 % de las mujeres experimenta violencia en el transcurso de su vida, y una de cada cuatro mujeres ha sido violada en algún momento de su vida. Sigo.

Más de 130 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a mutilaciones alrededor del mundo.

En 2014 murieron 277 mujeres y 39 niñas (73 baleadas, 54 golpeadas y 68 acuchilladas) -esto último lo leí en La Nación hace unos días- 39 habían realizado la denuncia correspondiente antes de morir.

Lo peor de todos es que esos números no son reales porque las víctimas no se animan a denunciar y debemos conocer la mitad de los casos o menos.

No quiero meterme en si feminismo o no feminismo, entiendo que ésto es más grave que definirnos con un nombre u otro, porque mientras algunos se quedan en esa discusión siguen matando mujeres.

Sí, quiero expresar por acá lo que significa para mi #NiUnaMenos.

En 2010 yo tenía 18 años y conocí un chico con el que mantuve una relación únicamente sexual hasta el 2011 que la relación fue más para el lado de un noviazgo.

Al principio le molestaba que yo viviera en una pensión mixta (en la que él vivía también, en calle 61 entre 12 y 13 frente a la DDI), cuando ese no fue más el problema empezó lo típico.

Le molestaba que saliera con amigos, le molestaban mis amigas, mis compañeros de la facultad, que suene mi celular, mi forma de vestir, de peinar, de hablar. Y eso era el principio.

Cuando los amigos, el celular, el facebook, la forma de vestir y todas esas cosas ya no fueron un problema, encontró otros. Por ejemplo, si alguien me miraba en la calle significaba para él, que esa persona era mi amante o algo por el estilo. Si yo me reía con un programa de radio, era porque "seguro te garchaste al que está hablando" y de esas, tengo mil para contar.

A los pocos meses yo ya había perdido mi espiritu, porque incluso le molestaba la música que yo escuchaba "seguro te acordás de alguien, seguro tenes ganas de estar fumando porro por ahí".

Me la pasaba escondiendo cosas y mintiendo a todo el mundo cuando me preguntaban cosas que podían dejar al descubierto lo que me estaba pasando.

Al año y pico yo ya tenía dos entradas al Instituto del Diagnóstico de La Plata, la primera por fractura de tibia y peroné (dije que me caí andando en rollers), incluso el me acompañó para asegurarse de lo que le fuera a decir a los médicos, estuve 3 meses sin caminar y un mes usando bota ortopédica y muletas.

La segunda vez fue por un golpe muy fuerte en la cabeza del lado derecho cuando me empujó contra una pared (dije que me caí en la ducha), perdí estabilidad y no podía levantarme del piso, después de hacerme una tomografía computada para ver que no tuviera ningún derrame estuve tomando pastillas algunos meses para el equilibrio, no se como funciona eso, pero si estaba acostada en la cama tenía que tirarme al piso porque sentía que me caía. Durante varios meses no pude dormir del lado derecho por los mareos.

La vez que más me asusté fue en el hall de su edificio en calle 1 y 49, dónde el vivía con 3 amigos más que nunca escucharon ningún grito mío, esa noche me tiró al piso y me apretó mucho el cuello hasta que en un momento perdí noción de las cosas, me dormí unos segundos, dejé de pensar, no sé, pero en ese momento sentí que me moría porque no podía respirar y estuve mucho tiempo sin respirar.

Me preocupaba no saber como dejarlo, porque me tenía amenazada con varias cosas; entre esas, unos videos que filmaba con su computadora hasta que lo descubrí y cuando le pedí que los eliminara me amenazó con subirlos a YouTube. Ese día me dejó encerrada, como tantos otros que me encerraba y se llevaba las llaves.

Yo tenía la teoría, sabía que hacer en un caso así, pero es muy difícil salir de una situación de violencia, más cuando yo había perdido tanta confianza en mi misma y justamente porque sabía algo del tema, también sabía que muchas mujeres que salen de eso vuelven.

En mi caso busqué ayuda psicológica y en la primer sesión le dije que tenía que dejar a una persona por todo lo que conté arriba, pero que no sabía como, me dijo que mi vida estaba en riesgo, que me vaya a lo de una amiga y que corte la comunicación con él.

Lo siguiente que hice fue poner a mi familia y amigos al tanto de la situación para que me ayuden y no me dejen sola.

El 15 de diciembre de 2012 ya había terminado la relación por celular, yo volví a mi casa y él me esperaba en la puerta. Mi psicóloga me dijo que bajo ninguna circunstancia lo dejara entrar porque eso le daba poder, y le dije que lo quería, pero que me diera un respiro, que íbamos a volver a estar juntos. Esa tarde rendí un final y a la noche me subí a un colectivo a la casa de mi familia.

Pasaron los meses de verano, insistió por teléfono hasta enero.

Cuando volví empezaron las amenazas otra vez, pero yo había recuperado a mi familia, a mis amigos y a mi misma, así que ese mismo día fuí a la Comisaría de la Mujer a denunciarlo.

Desde ahí, solo me amenazó una vez más justamente cuando le llegó la notificación de la denuncia.

Después de vidrios rotos, puertas rotas, sillas que volaban por el aire directo a mi cabeza y carteles de los vecinos "al violento, dejá de pegarle a tu mujer" que me haya dicho puta tantas veces fue, para mi, lo de menos.

Después de haber vivido eso me llevó bastante tiempo recuperarme, hasta hoy que ya no tengo verguenza de contarlo. Hasta hoy que entiendo que la lucha no es mía, es de todas y es de todos.

Porque me pasó, y soy hija, soy nieta, prima, hermana, compañera, vecina, alumna, amiga y conocida para algunos.

Porque la violencia es un círculo, porque después de eso terminé otra relación en la que los roles se invirtieron y reproduje varias cosas que había sufrido antes, y pido perdón por eso.

Hoy me valoro como mujer, y voy a esa marcha y me sumo a la lucha, porque no quiero que ninguna pase por lo que yo pasé, porque agradezco estar viva y lamento que tantas otras no.

Y quizás con un poco de miedo publico esto, pero vos, Bernardo Agustín Vasquez, estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, militante de la Franja Morada de dicha facultad, no tendrías que ejercer jamás el Derecho, porque después pasa como lo de Piombo, ¿no?

#NiUnaMenos

#NiUnaMenos

#NiUnoMenos

* Su blog es http://brendabrizt.blogspot.com.ar/

NOTA DE REDACCIÓN: Solamente hicimos algunas correcciones de sintaxis, a los efectos de una mejor comprensión.

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