La Asociación de Ex - Detenidos - Desaparecidos reafirmó la autonomía de los organismos de Derechos Humanos.

 

 

En un comunicado emitido ayer, la Asociación de Ex - Detenidos - Desaparecidos reafirmó el principio de la autonomía de los organismos de Derechos Humanos frente a los gobiernos y señalaron que habían afirmado con anterioridad acerca de la continuidad de su rol como organizaciones que velan por la plena vigencia de los derechos humanos mediante la denuncia, la exigencia de justicia y la preservación de la memoria en el marco histórico en el cual se cometen, y cometieron, las violaciones a esta categoría de derechos.

Por otra parte, afirmaron la "absoluta independencia del gobierno en ejercicio, único con capacidad de violar esos derechos. Independencia política y económica, claro está; y esta condición,  que no admite ambigüedades ni límites laxos, debe cumplirla no solo la institución como tal sino también quienes la representan”, tal como han venido manifestando desde hace tiempo.

Ante los intentos de los genocidas y de los sectores que los apoyan, los cuales se beneficiaron y benefician con su accionar genocida de ayer, de intentar la utilización de los sucesos que involucran a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, a raíz de lo acontecido con su ex-apoderado Sergio Schoklender, con el objetivo de denigrar la lucha de los organismos de DDHH, con respecto a los juicios contra los genocidas, en general y a las Madres de Plaza de Mayo, en particular, reivindicó la lucha de las integrantes de esta organización, al igual que la del movimiento popular, durante la dictadura y por Memoria, Verdad y Justicia, durante los gobiernos constitucionales que se sucedieron desde 1983 a la actualidad.

Señalaron que " los crímenes no se borran y la impunidad no se legaliza por la presencia de uno o más oportunistas en el movimiento de derechos humanos" y sostuvieron que continuarán la lucha junto al pueblo hasta que los genocidas se encuentren en cárcel común y que nuestro país sea aquel donde no existan explotados y explotadores, tal como soñaron los 30.000 compañeras y compañeros detenidos desaparecidos que dieron su vida por ello.