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01 octubre 2013

La escuela que pretenden industriales y gobernantes.

Andres Sarlengo 4

Por Andrés Sarlengo (Contrapuntos)

Tras la simpe tarea de revisar archivos y leer noticias aparentemente insignificantes se descubre la pedagogía de la plutocracia.

En julio, en Córdoba, la Unión Industrial de esa provincia planteó con dos expositores invitados (Jaim Etcheverry y Juan Llach) a su 6to. Coloquio que el “deterioro de la educación (es) un problema (1)”. La Nación así lo sintetizó: “Expertos advierten sobre la baja calidad del sistema actual y los efectos sobre el empleo. Industriales alertan por la pérdida de competitividad (1)”.

Días antes Santa Fe parecía ir por el mismo recorrido (e iguales fines) pero mucho más adelante. La Capital señalaba por esas horas: “Más de 300 empresas adhirieron a las prácticas Profesionalizantes de alumnos secundarios santafesinos en el primer mes de aplicación del convenio marco que la provincia firmó con las autoridades de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) (2)”.

¿No será que los reclamos de la UIC son porque no consiguen “trabajadores” formados por las escuelas “públicas” como ellos desean en esta etapa del postfordismo?

El extraño socialismo de Binner - Bonfatti (irá atrasado en otras cuestiones) pero no en la de satisfacer demandas del modelo agro - sojero - 0 Kms - industrial - exportador.

La escuela - empresa del neoliberalismo alemán encuentra en Santa Fe su mejor ejemplo: “Tanto las escuelas como las empresas se retroalimentarán con experiencias compartidas, materiales didácticos y publicaciones, favoreciendo particularmente la actualización tecnológica y el análisis crítico de los profesores y atendiendo al desarrollo productivo desde una perspectiva territorial (3)”.

En definitiva: la escuela (sus alumnos y docentes) al servicio del capital. Los lindos discursos encubren la plusvalía y la enajenación cultural.

Antonio Gramsci viene bien: “Ciertamente, para los industriales mezquinamente burgueses puede ser más útil disponer de obreros-máquinas en vez de obreros-hombres”.

Actuemos -entonces- como hombres y mujeres autónomos que se atreven ir más allá del capital.

Es tiempo que forjemos nuestra propia pedagogía. Ni el Estado ni los mercados deben educarnos. Es tiempo de discutir y organizar los caminos colectivos a seguir.

 

Notas:

(1) El deterioro de la educación, un problema. La Nación. 31/07/2013

(2) De la escuela a la fábrica. La Capital. 27/07/2013

(3) Citado en Conflictos pedagógicos, lucha y organización de los docentes en Argentina 1881 - 1973. Compilador: Martín Acri. Barco ediciones. Setiembre 2012.

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