Por Prisioneros Políticos de Guerra FARC - EP
Ha transcurrido mes y medio desde que el Gobierno Nacional en un supuesto acto de humanismo y confianza manifestó en comunicado público a través de la oficina del Alto Comisionado para La Paz, el indulto para 30 camaradas, brigadas de salud en todas las cárceles del país y concentración en sitios de reclusión para los miembros de las FARC - EP privados de la libertad, y en general, para las y los presos políticos.
Debemos decir, han transcurrido 47 días de incumplimientos por parte del Gobierno Nacional, el cual ha hecho de un gesto de Paz una cadena de dilaciones y ausencia de voluntad.
A la fecha, ninguno de aquellos beneficiados bajo la figura de indulto ha obtenido su libertad. No ha habido una sola Brigada de Salud en cárcel o penitenciaría, muchos menos algún tipo de concentración.
En materia de salud, una de las principales motivaciones para la desobediencia civil y huelga de hambre llevada a cabo durante el pasado mes de noviembre por más de 1.500 prisioneros y prisioneras de guerra en 21 cárceles del país, informamos que, de manera lamentable, la situación en contra de lo anunciado ha venido empeorando.
Aumentan los casos de enfermos, lisiados y heridos de Guerra en grave estado de salud. Continúa la inasistencia médica llegando al extremo, como en Eron Picota Bogotá, de completar semanas sin presencia de un profesional de la salud, reduciéndose todo a servicio de enfermería.
La ética pública de los funcionarios del INPEC se manifiesta en su negligencia e incumplimientos de remisiones, como ocurrió el pasado 4 de enero con el camarada Edilson Martínez León del patio 13, quien hace parte de nuestros casos más críticos, el cual debía ser remitido a control de ortopedia en la fecha señalada sin que esto fuera llevado a cabo, poniendo en mayor riesgo su vida.
No podemos olvidar lo ocurrido con nuestra camarada Yamile Mancilla, quien está en el centro de reclusión Buen Pastor y, en un acto de indolencia, se le obligó a estar lejos durante semanas enteras de su bebé recién nacida. La arbitrariedad está al orden del día contra el enfoque y perspectiva de género, como en el Complejo de Jamundí donde su nuevo Director Carlos Alberto Murillo impide artículos femeninos para las mujeres allí recluidas, reduciendo todo a la equiparación hombre - hombre.
A cambio de las concentraciones mencionadas, en diferentes puntos del país tenemos una serie de hechos de violencia en nuestra contra extendida a familiares y visitas femeninas. Sumando traslados y movimientos a patios controlados por caciques que, en concubinato con ciertos guardias y cuadros de mando del INPEC, exponen nuestras vidas.
Nos preguntamos si existen planes aparentemente inconexos, que subrepticiamente se dirijan a desestabilizar nuestra situación justo en medio de los anuncios no cumplidos hasta el momento.
Por lo anterior, hacemos un llamado al Gobierno Nacional y su equipo de Paz a no dilatar más lo anunciado y manifestar de manera real su voluntad de paz con la materialización del gesto recíproco anunciado.
No hacerlo supone no sólo crear un manto de incertidumbre alrededor de la Mesa de Diálogo y nuestra situación es la misma, sino cada vez un mayor deterioro de la ya situación precaria de todas y todos nosotros. No queremos un muerto más en los campos y ciudades de Colombia, así mismo, NO queremos un muerto más tras las rejas.
Hacemos igualmente un llamado a nuestros y nuestras camaradas privados de la libertad a estar atentos y prestos con lo aquí señalado e irnos preparando para una nueva desobediencia pacífica, en caso de no observar avances por parte del Estado Colombiano.
Por la Paz, que el Gobierno Nacional honre su palabra.
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