Sobre la casa que fué de Olga Arédez: una aclaración necesaria. Conozco a Ricardo Arédez y siento un profundo aprecio por él. Sé de la profundidad de su pensamiento y de la firme militancia, continuando l...

Sobre la casa que fué de Olga Arédez: una aclaración necesaria.

Conozco a Ricardo Arédez y siento un profundo aprecio por él. Sé de la profundidad de su pensamiento y de la firme militancia, continuando la obra de su padre y de su madre.

También respeto al resto de los militantes por los Derechos Humanos de nuestro país, gracias a los cuales se sostiene la lucha a brazo partido por su auténtica vigencia.

Pero acusar a Ricardo de vil capitalista, ya constituye un exabrupto. Sucede que, muchas veces, los deseos, sueños e ilusiones se derrumban ante las necesidades de cada uno de nosotros y entonces, conociéndolo, llena de indignación esa información de las y  los compañeros de CAPOMA sobre la situación de la casa de Olga Arédez, la cual no fue publicada por este medio, pero esperábamos esta respuesta que hoy publicamos.

Las líneas escritas por María Adela Antokoletz ponen negro sobre blanco acerca de la infundada acusación sobre Ricardo y los invitamos a leerlas y a compartirlas.



Prof. Juan Carlos Sánchez

Director Editorial GACETILLAS ARGENTINAS






REFLEXIONES SOBRE LA CASA QUE FUE DE OLGA ARÉDEZ

Por María Adela Antokoletz

27 de septiembre de 2009                                                      

Queridas y queridos compañeros:

Se ha difundido demasiado una red de comentarios sobre decisiones de Olguita y Ricardo Arédez respecto de la casa que Olga madre habitó en Libertador General San Martín. Como mantengo una honda memoria de Olga misma, y respeto a Ricardo como militante que siempre estuvo apoyando, en lo que podía, la lucha de Ledesma contra Ledesma S.A., quiero compartir con todos ustedes estas ideas y comentarios.

Olga Arédez me expresó varias veces (como lo hizo con Liliana Denis y otras amigas) su satisfacción y tranquilidad porque había repartido entre sus cuatro hijos las posesiones que tenía. A Olguita y Ricardo les dio en herencia la casa de Libertador que tantas y tantos conocemos. Varias veces Olga me dijo: “Con esta casa ayudo a que Ricardo, sobre todo, que alquila y no tiene sueldo alto, viva un poco mejor”.

Fallecida Olga en 2005, en julio de ese año y apenas terminada la Marcha hubo reunión en dicha casa. Estábamos Adolfo Pérez Esquivel, Elsa Oshiro, Anabel Yacianci, Nora Cortiñas, Marta Vásquez, Elsa Pavón, creo que Inés Izaguirre, Ricardo y alguno más de sus hermanos, entre otros. Quedamos en conseguir alguna solución para que la casa pudiera sostenerse como un centro de derechos humanos, quizá mediante una declaración de bien histórico u otra figura semejante. Adolfo quedó en impulsar alguna medida, y él mismo me dijo que redactara un proyecto.

Envié a Adolfo dos veces un proyecto (que mandé también a varias compañeras presentes en dicha reunión), que serviría como borrador para redactar otro mejor. Se proponía la obtención de fondos en el extranjero y se contemplaban tres etapas de trabajo, hasta completar toda la casa funcionando para los derechos humanos y como alojamiento temporario de viajeros (como los hermanos indígenas de Embarcación). No obtuve respuesta alguna al primero, y por eso hablé con Sara Mamani y envié el segundo, también sin respuesta. Y ahí me quedé, nos quedamos, esperando no sé qué dinero llovido del cielo. Nadie propuso otras soluciones, todos nos quedamos pasivos respecto de eso.

Mientras tanto, íbamos cargando la casa amada con nuestros símbolos y significados, volviéndola una casa de memoria y      militancia. Los compañeros de CAPOMA la ocupaban trabajando con esfuerzo, mejorando la planta baja, mientras los dos dueños de casa pagaban los impuestos y servicios. Es probable que otra gente aportara algunos fondos (yo lo he hecho a veces, sin periodicidad), pero no lo sé.

A dos años de esto o al año y pico ya los dueños decidieron alquilar la planta alta al médico Daniel Bravo (sobrino de Luis      Arédez), con lo cual el mantenimiento ya no era oneroso. Si bien ignoro cuál era el monto, los alquileres no son altos en la zona, ni lo hubiera sido la venta de la casa.

Pasado el tiempo, se fue viendo que cada ocupante quería la casa entera para sus actividades: el médico quería alquilar también la planta baja, y los compañerxs de CAPOMA la necesitaban entera para las actividades en que están empeñados (riesgosas a veces, como lo expresa el secuestro o detención que sufrió El Gitano hace tres años). Llegaba además el plazo de alquiler de la planta alta.

Ambos dueños, Olguita y Ricardo, han decidido a mitad de este año darla por entero en alquiler por dos años al Dr. Bravo.

Ambos han explicado que necesitan el producto del alquiler. Esto ha levantado las iras de muchos compañeros.

CAPOMA Bs. As. está conformado por compañeras/os que yo estimo mucho. Sin embargo, considero que se equivocan al difundir por diversos medios la idea de un “desalojo por parte del dueño”. Ante todo, los dueños son DOS. Y quien crea que Ricardo decide solo está completamente errado. He pasado varias horas con Olguita en Córdoba el 7 de agosto pasado, y confirmo y repito: el Riqui no decide solo. Como diría mi madre, “de ninguna manera”.

Además, Ricardo no es simplemente un “dueño”. Así expresado se falta a la verdad. Estamos hablando de un tipo que sólo en los últimos años ha faltado a la cita anual de julio en Ledesma, sin dejar por eso en ningún momento de difundir la convocatoria, de visitar a gente para que viaje, de hacer reuniones en su casa para el viaje, de facilitar de todas formas que los estudiantes se enteren de cómo son las cosas en ese departamento jujeño, en fin, de militar a su modo y con sus posibilidades a favor de verdad y justicia.

Y agrego: si algo tiene Ricardo es su desinterés por la plata. Trabaja diariamente, no gana mucho, pero varias veces ha perdido dinero por prestarlo a amigos (algunos de ellos poco leales, pues me consta que no devolvieron el dinero); vive sobriamente, en casa alquilada, y sus grandes gustos y gastos se relacionan, en general, con videos y DVDs. Hacer quedar a Ricardo como un dueño desalmado que echa despiadadamente a la gente no es expresar la verdad.

Siento mucho, como los demás compañeros, que la gente de CAPOMA tenga que irse de la casa. Amo esa casa, como ellos, me acongoja cada vez que entro en julio para las jornadas, y mi deseo hubiera sido que CAPOMA permaneciera en la casa ENTERA. Pero lo que una quiere pocas veces se cumple, los deseos no siempre son concretables.

Pido a quienes conocen y han demostrado estima por Ricardo que, en vez de ir difundiendo por doquiera que es un despiadado capitalista, lo llamen al 4857-2769 y tengan en cuenta, como siempre hay que hacerlo, que se debe escuchar a todas las partes, si es que somos personas que buscamos la justicia … en todos los ámbitos.

Olga del Valle Arédez  - Ricardo Ariel Arédez

Propietarios de la casa que fuera de Olga Márquez de Arédez en Gob. Snopeck 561 - Libertador General San Martín - Ledesma - Jujuy

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