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08 julio 2015

La lógica de la guerra (Delegación de Paz FARC - EP)

Logica de la guerra - Colombia 2

Alexandra Nariño

Por Alexandra Nariño

Se nos piden argumentos. Que cuál es la ideología detrás de lo que pasó en Tumaco y detrás de nuestras acciones de guerra en general.

¿Cuál es la ideología detrás de la guerra? Les pregunto.

La guerra es indefendible. Las FARC - EP nunca daríamos argumentos a favor de acciones de guerra, simplemente por el hecho de que ni la pedimos, ni la queremos. Que existen argumentos que justifican nuestra existencia como ejército guerrillero, es otro asunto. Que el conflicto tiene causas, que se pueden estudiar, comprender y asimilar, está claro también, aunque pueden haber diferentes visiones y grados de asimilación de las mismas.

Esto, a diferencia de la extrema derecha en Colombia, que sí aboga abiertamente por el mantenimiento de una guerra interminable, sin vencido ni vencedor después de 51 años. Este grupo de ciudadanos y ciudadanas, relativamente pequeño pero con una extraordinaria fuerza en el espacio cibernético y la opinión pública, no se cansa de pedir cada vez más guerra y exterminio, basándose en el discurso de lo bueno y lo malo, de lo blanco y lo negro, del enemigo interno y el Estado amigo.

Un conflicto tiene consecuencias trágicas, eso lo sabemos desde que inició hace más de 50 años. Por algo, la lucha armada es la forma más radical a la que pueden llegar los pueblos para mostrar su inconformidad. Eso solo pasa cuando todas las puertas de la democracia han sido cerradas, como lo denunciaron en su tiempo los primeros guerrilleros:

“Nosotros somos revolucionarios que luchamos por un cambio de régimen. Pero queríamos y luchábamos por ese cambio usando la vía menos dolorosa para nuestro pueblo: la vía pacífica, la vía democrática de masas. Esa vía nos fue cerrada violentamente con el pretexto fascista oficial de combatir supuestas "Repúblicas Independientes" y como somos revolucionarios que de una u otra manera jugaremos el papel histórico que nos corresponde, nos tocó buscar la otra vía: la vía revolucionaria armada para la lucha por el poder.“ (1)

Pero eso no la hace deseable, ni agradable, ni defendible. Hay muchos personajes históricos, entre ellos Simón Bolívar, que así lo confirman: “De la paz se debe esperar todo, de la guerra nada más que desastre”. ¿O quién me puede mencionar una sola guerra que no haya producido crisis humanitarias, desplazados, daños a la economía y la infraestructura de un país? Pues precisamente por el hecho de que la guerra es sinónimo de barbarie, existen reglas y normas internacionales para restringir sus efectos nocivos.

En un conflicto tan prolongado de más de medio siglo han pasado muchas cosas. La degeneración ética de un conflicto es una espiral negativa, nutrida por todas las personas que participan en él, siendo -en mi opinión- la creación del paramilitarismo, y no la guerrilla como quieren hacer creer muchos, la fuerza detonante para tal descomposición. Así lo confirman, una y otra vez, los informes de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.

Por lo tanto, solo existen argumentos a favor de la paz. A mi modo de ver, la negativa del Establecimiento de pactar un cese al fuego bilateral no tiene tanto que ver con el temor de que la guerrilla se rearme o reorganice militarmente, puesto que el cese bilateral en los años 80 nos ha demostrado que más que favorecer, los efectos de la inactividad bélica sobre un ejército son negativos; producen más deserciones y acomodamiento de la tropa.

Lo que también demostró el cese al fuego bilateral de La Uribe, es que sí favorece la actividad política de las FARC - EP. Pero eso es lo que se busca, ¿o no?

La negación al cese al fuego bilateral, contraria a la lógica que debería reinar dentro del marco de un proceso de paz, son honores que se les están rindiendo a esas fuerzas de la extrema derecha que dentro de cuatro años, dentro de quince meses, dentro de seis meses -¡ ahora sí !-, creen que acabarán con la guerrilla, demostrando únicamente que la terquedad, el miedo a las fuerzas progresistas y la pérdida de privilegios económicos, tienen más peso en ellos que el raciocinio histórico.

Es una fuerza con suficiente poder económico, mediático y político para seguir imponiendo la guerra, al menos hasta el momento. Pero carece de argumentos inteligentes, de peso o de contenido: el futuro así lo demostrará.

NOTAS:

(1) Extracto del Programa Agrario de los Guerrilleros 1964

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