De la Calle no es solución: Es el problema (ANNCOL) Humberto de la Calle, el jefe de la Delegación de Paz del gobierno de Juan Manuel Santos, “no es ninguna solución sino el problema y que po...

De la Calle no es solución: Es el problema (ANNCOL)

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Humberto de la Calle, el jefe de la Delegación de Paz del gobierno de Juan Manuel Santos, “no es ninguna solución sino el problema y que por eso, porque en lugar de pensar por su ánimo pesimista en sacar adelante los acuerdos en la Habana, es que debe ser reemplazado por alguien que tenga “optimismo innato”, y voluntad”, sostiene el editorial de ANNCOL a tres años del inicio del diálogo de paz en La Habana entre las FARC y el gobierno de Santos.

Finalmente, Humberto de la Calle, el delegado del presidente Santos en los diálogos de Paz de la Habana, deja ver su “talante” y su ánimo, en la entrevista que ha rendido al periódico “global” en español que se edita en Madrid, EL País (1).

Es una entrevista que, al leerla con cuidado, se puede apreciar el agotamiento del personaje, su fatiga por el largo y penoso trabajo “obstruccionista” que como una táctica de confrontación ha desarrollado durante todos estos tres años largos de deliberaciones y discusiones en la mesa de Paz de la Habana, y, que él ahora trata de mostrar como una especie de pesimismo innato; el mismo “pesimismo ideológico” que le impidió llegar a acuerdos con las FARC - EP en 1991 en Caracas, y luego en Tlaxcala Méjico.

El mismo ánimo oscuro pero muy político que, cuando era ministro del Interior de Cesar Gaviria, le trasmitió a Rafael Pardo Rueda, para que ordenara el bombardeo sobre Casa Verde (base central de las FARC en el municipio de Uribe) el mismo día que el nefasto neo liberal César Gaviria adelantaba las votaciones para sacar adelante su constitución neoliberal y aperturista del ' 91; bombardeo ineficaz cuya victoria militar fue haber escalado el conflicto social y armado de Colombia a los niveles trágicos que ahora, encargado por la clase social que representa, el Dr. de la Calle trata de “finalizar”.

Pero el pesimismo, estado de ánimo negativo que no impide ver la realidad sino que le da una tonalidad oscura y enerva o anonada la voluntad del hombre para buscar soluciones posibles, no le impide sacar a flote y enumerar, en la entrevista citada, una serie de factores reales que él destaca con la apatía, el desgano y la tristeza que le produce “la rutina semicarcelaria autoinflingida” que vive diariamente al verle la misma cara, todos los días a sus compañeros de delegación, en lugar de estar jugando golf .

Destaquemos solamente tres de estas realidades que el Dr. de la Calle se permite aflorar ante el sillón del entrevistador:

1. Su carácter “santanderista” (el traidor a Bolívar) y leguleyo formado en el seminario donde aprendió la lógica escolástica que con la cerrazón típica para rechazar argumentos, así sean muy valederos, le permite decir a quien la profesa que “ni ustedes me van a convencer a mí, ni yo a ustedes. Aquí vinimos fue a trabajar”. Lo que nos sugiere esta pregunta: ¿Cual trabajo o mejor, cual LIBRETO que trae predeterminado desde el principio, es el que no admite ninguna variación?

2. La gran realidad, que después de tantos años de excelentes servicios, viene a ensombrecer aún más su depresión añosa y que sin explicar, claro está, de dónde procede pero que todo el mundo si lo sabe; le hace decir esta preciosa incertidumbre:

(. . .) “Yo nunca podré decir que sea irreversible porque la fragilidad de estos procesos es muy grande. Hay demasiada vulnerabilidad, a veces por factores externos” (. . . )

3. Y finalmente el telón negro del fondo de la realidad que lacera el sensible acontecer diario y rutinario del Dr. De la Calle:

(. . .) “Cuando preguntas a los críticos ¿qué hay que hacer? la respuesta es: ‘Bala, sigamos en la confrontación militar, porque los señores están rendidos. Solo falta la estocada final o el descabello’. Eso no es cierto. La política de Seguridad Democrática generó una correlación de fuerzas muy favorable al Estado, pero hubo un proceso de reingeniería de las FARC, se fueron a las fronteras, a territorios alejados, atacan y se retraen. . .  me parece que es enormemente doloroso y no es posible hacer magia de la noche a la mañana. A los que dicen que no hay que estar en La Habana, les pregunto: ¿Hay que seguir en esta guerra una década más? Es algo que yo no entiendo (. . .)

Bueno, quizás para esta entrevista. Pero ¿acaso no es esta literalmente la “apuesta” alterna que, toda la clase con sus apoyos “externos” que en este momento el Dr. de la Calle representa en La Habana, tienen prevista y con la cual el mismo presidente Santos amenaza diariamente a las Farc para presionar su rendición y no realizar las reformas estructurales que Colombia necesita?

Por todo esto ANNCOL sostiene que el Dr. de la Calle no es ninguna solución sino el problema y que por eso, porque en lugar de pensar por su ánimo pesimista en sacar adelante los acuerdos en La Habana, es que debe ser reemplazado por alguien que tenga “optimismo innato”, y voluntad que es lo que los colombianos necesitamos para el futuro.

NOTAS: 

(1) http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/20/colombia/1448059239_936543.html

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