Durante el fin de semana de las elecciones del pasado 25 de noviembre nos pasó algo similar. Una catarata de gusanos, troyanos y otras alimañas informáticas habían invadido el sistema de esta Dirección Editorial y por ende, resultó imposible publicar en esas condiciones.
Pero no nos extraña lo sucedido con la Agencia de Noticias Nueva Colombia. Como bien lo expresa el colega Dick Emanuelsson, coincidía con tres acontecimientos claves en los cuales intervino la acción comunicacional del sitio colega de Colombia y la situación del colega Joaquín Pérez Becerra, su Director, a quien le confirmaron su absolución del armado judicial amañado en su contra.
A nosotros tampoco nos asombró lo ocurrido con el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de este medio, por cuanto días antes habíamos puesto de relieve las distintas voces sobre el ballotage, la segunda vuelta electoral entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, como también nuestra clara postura hacia el voto en blanco, la impugnación del sufragio o la abstención.
No obstante, más allá de la similitud o coincidencia de ambas circunstancias, es cierto que molestamos al poder a través de la palabra, de la información del y para el pueblo ya sea colombiano, latinoamericano o argentino. Decir la verdad es un verdadero acto revolucionario. Lo contrario resultaría convertirnos en una marioneta más del imperialismo y eso lo sabemos muy bien tanto desde la agencia colega como nosotros.
Tampoco olvidamos que podría tener que ver con lo que ha sucedido, la publicación de algunos artículos de la agencia colombiana y los informes emitidos por la Delegación de Paz de las FARC - EP. Pero no podemos renunciar a informar sobre un proceso de paz tan urgente como necesario que ya lleva más de 60 años, con el asesinato de José Eliécer Gaitán y el genocidio ejecutado sobre la militancia de la Unión Patriótica. Así como hacemos ejercicio de la memoria, verdad y justicia en nuestro país, también pretendemos que así sea en la hermana República de Colombia. Otra gran coincidencia es nuestra convicción acerca de los derechos de las personas con discapacidad. Sabemos las consecuencias de esta guerra que ha dejado a miles de personas con algún tipo de discapacidad, ya sea por los combates o por las minas antipersonales, y su escasa atención por parte del sistema de salud colombiano que, por supuesto, se asemeja en parte al de nuestro país por la desidia social y estatal.
Y no va a ser la primera ni la última vez que intentarán acallarnos. Lo tenemos claro. Pero la lucha sigue desde estas trincheras comunicacionales, porque la palabra es un arma para informar y concientizar a nuestros pueblos y a las y los trabajadores. ANNCOL y Gacetillas Argentinas seguirán trabajando para eso, para cumplir con aquello que afirmara Rodolfo Walsh: "el periodismo es libre o es una farsa" y podríamos agregar, sin dudas, esa frase de su Carta a la Junta Militar: "sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”.
Eso somos. Comprometidos con la realidad de nuestro mundo cercano y lejano, y eso no es poca cosa...
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