Un integrante armado de la familia de Alberto Celía, usurpadora del territorio Qom, Potae Napocna Navogoh (La Primavera) de Formosa, realizó ayer, cerca de las 14.00 hs. disparos con arma de fuego contra el nieto, Edgardo Díaz y el hijo, Rolando Díaz, de Félix Díaz, Qarashe de la Comunidad. Las balas no los alcanzaron y se encuentran a salvo por el momento, pero en riesgo permanente de ataques e intentan hacer la denuncia que esperamos que les sea tomada.
El próximo 23 de noviembre se va a cumplir un año de la represión donde, con la policía formoseña y la Gendarmería Nacional, desalojaron violentamente un corte de la Ruta Nacional 86 que llevaba a cabo la Comunidad en reclamo de los territorios usurpados por la familia que, no solo hasta ahora no los ha devuelto, sino que ahora los ataca a balazos, siendo los mismos que aquel día intentaron fusilar a Felix Díaz.
Cabe recordar que la Universidad Nacional de Formosa y Parques Nacionales también son usurpadores.
Asesinaron a Roberto López, hirieron a mujeres, ancianas, los detuvieron con menores y todo, los tuvieron días sin comer y sin atención médica, a algunos hasta ahora. A los que tenían, les quemaron sus DNI, pertenencias y viviendas.
A raíz de esta situación, reclamaron por espacio de cinco meses en Buenos Aires, acampando en Av. de Mayo y 9 de Julio y con dos huelgas de hambre, para reclamar justicia, la devolución de las tierras, el acceso al agua, la salud y el DNI.
A pesar de ser acordado todo dos veces con el Gobierno Nacional, nada se ha solucionado, porque a la fecha nada se cumplió. Ni siquiera les dieron los DNI.
Edgardo, quien ayer fue atacado, es un niño por el cual se pidió por él, en la conferencia de prensa junto a legisladores, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, frente a muchos medios y mucha gente. Muchas otras personas de la Comunidad nunca tuvieron siquiera documentos y eso fue hace más de 8 meses. Al día de hoy, ni siquiera eso les han facilitado.
El Estado está ausente desde el punto de vista legal, tanto del respeto a la propiedad del territorio indígena, leyes y tratados, como de la vida humana y la identidad, mientras se aprovechan y pisotean a la Comunidad, tiran a matar como hacia a los animales de caza, cuyo único valor es su territorio, del que quieren sacarlos como sea para quedárselo.
Lo concreto hasta ahora son las persecuciones judiciales contra los indígenas. Si reclaman lo que es su derecho, para eso no se respeta la ley; por el contrario, para atacarlos en favor de los ricos, los poderosos y los usurpadores se acomodan y la justicia responde.
Debemos destacar que ni los organismos internacionales que se encuentran al tanto de lo que sucede, como la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), quien recomendó la protección de la vida de los miembros de la Comunidad al Estado nacional; ni organismos de derechos locales, legisladores, entre otros; ni el reclamo en el centro de Buenos Aires, a la vista de todos, hizo que el Gobierno Nacional y Provincial cedan en lo más mínimo, ni siquiera en dejar de obstaculizar el acceso al derecho, ni dejar que la justicia actúe justamente.
La tierra es nuestra vida, no queremos más muertes a cambio de tierras, ni de nada. El agua, la tierra y la vida no se negocian. Para quien no pueda respetarlo, existen leyes, tratados internacionales y reconocimiento de la Constitución Nacional para que esto no pueda suceder.
Debe cumplirse, o debe haber condena pública de los responsables, mediante juicio y castigo. La impunidad es un crimen que se reproducen en muchos más, cada día, cada vez más crueles. Basta de tratar de imponer por el terror lo que no se puede, que es aceptar la muerte que significaría perder el territorio, la cultura y la vida.
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