A los jóvenes periodistas avileños (El Adversario Cubano) Por Raúl Antonio Capote   “No merece escribir para los hombres, quien no sabe amarlos” José Martí Impresionado aún por el serio y profu...

A los jóvenes periodistas avileños (El Adversario Cubano)

Raul Antonio Capote

Por Raúl Antonio Capote

 

“No merece escribir para los hombres, quien no sabe amarlos”

José Martí


Impresionado aún por el serio y profundo debate que sostuvimos en el Comité Provincial de a UJC de Ciego de Ávila, no quise marcharme sin dedicarles unas palabras de despedida y compromiso. Nada más oportuno a mi entender, que comenzar por el concepto expresado por José Martí en el periódico Patria en el artículo “Sobre periodismo” publicado en 1892.

“El periódico debe estar siempre como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la espuela en el tacón. Al menor accidente, debe saltar sobre la silla, sacudir la fusta, y echar a escape el caballo para salir pronto y para que nadie llegue antes que él… Debe desobedecer los apetitos del bien personal, y atender imparcialmente al bien público. Debe ser coqueta para seducir, catedrático para explicar, filósofo para mejorar, pilluelo para penetrar, guerrero para combatir. Debe ser útil, sano, elegante, oportuno, saliente. En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dicta. No hay cetro mejor que un buen periódico”.

Sigo con disciplina, cada amanecer, lo que publica la prensa a todo lo largo y ancho del país, sobre todo lo que escriben los más jóvenes periodistas, no solo en la prensa escrita, también en la digital y con especial detenimiento en los blogs.

Cuba, la Revolución, que somos todos, no un ente abstracto ubicado por encima de todos o por debajo,  como algunos sietemesinos la quieren ver, necesita de ese periodismo definido por el Apóstol, necesita un periodismo de combate, crítico, analítico, serio, responsable y comprometido con el pueblo.  No una prensa elitista, criticona, que sea solo látigo desprovisto de los necesarios cascabeles en la punta, que se olvide de quien es hija y a quien se debe.

“El periódico es una espada y su empuñadura la razón. Solo deben esgrimirla los buenos, y no ha de ser  para el exterminio de los hombres, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su libertad y progreso”. (José Martí)

Combatimos a un enemigo externo con cuenta con todo los medios necesarios, todo el dinero, toda la experiencia, que se ha propuesto derrotarnos en el terreno de las ideas para que el ejemplo del modelo de la Revolución Cubana, crítico y disidente del sistema global neoliberal del capitalismo, no se extienda por el mundo y se convierta en paradigma de liberación y alternativa a su poder, como ya lo es para muchos.

Para eso nos desangra con la guerra económica, y un largo etcétera que no voy a dilatar porque ustedes lo conocen tan bien como yo.

Combatimos contra un enemigo interno, mercenario, pagado por el Imperio y a otro crecido de nosotros mismos, herencia del pasado y fruto de la cultura de la ambición, del tener por encima del ser que promueve la cultura predominante capitalista en que vivimos, contra ese debemos también ser implacables como nos ha llamado Raúl y promover desde nuestra prensa la cultura de la prosperidad desde el ser, que es esencia de la Revolución martiana y fidelista.

La corrupción, la burocracia, la desidia, la falta de sensibilidad ante los problemas del pueblo, la vanidad, la intolerancia, etc., esa plaga que corroe nuestras esencias, .que resurge en alguna gente, que no son errores de la Revolución sino de hombres y mujeres, a ellos debemos combatir con energía, con inteligencia, con sabiduría, educando, denunciando, señalando desde la crítica revolucionaria que no es la de los paparazzi, que no es la de la prensa de alquiler, que no es la de la famosa Glasnost malintencionada que busca destruir desde la crítica a todo, acabar con todo y la palma, destruir sin construir, sino desde la crítica que educa, que construye, que fortalece la Revolución, esa la debemos hacer sin miedos, sin cortapisas, sin temores a buscarnos “problemas”, pero siempre desde el amor profundo a nuestro pueblo y desde el compromiso con la Revolución que somos todos, cuando calcemos las espuelas y el machete de combate, pluma en ristre para escribir, no olvidemos de quienes somos hijos y a quienes nos debemos y como nos señaló Fidel gritar desde nuestro puesto a quienes se oponen “YO SOY LA REVOLUCIÓN”

El socialismo es un camino de sanación, de cura, de toda esa enfermedad nacida del egoísmo de las sociedades divididas en clases, sobre todo del capitalismo que convirtió al hombre en mercancía y ¿Qué solidaridad puede haber en la relación entre dos mercancías? Ninguna.

Sigo con Martí “Sólo quien sabe de periodismo, y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter que revela la aparición de un diario honrado y libre… No debe hacerse de la pluma arma de satírico, sino espada de caballero”

El enemigo histórico de la nación quiere que nos convirtamos en banales marionetas reproductoras de sus ideas, de su propaganda y enarbola como suyos ideales por los que han combatido los revolucionarios de todo el mundo, durante siglos, quiere confundirnos, dividirnos, separarnos de la historia patria, de la construcción de un mundo mejor.

Martí mientras vivía en los Estados Unidos, demuestra que la pureza deviene en conducta que marcaría su vida tras escribir: “Una tormenta de injurias fue la prensa, y lo es aún ahora. Cuando se ensalza aquí, el mundo entero lo oye, pero cuando acá se lapida, las piedras son montañas: y se visten de tal dignidad los periódicos comprados, que da grima creer que pueda haber criaturas con luz en la frente y canas en la barba que por dinero abran a las paseantes, como la mujer de la biblia, esta arca santa de los pueblos, que debe ser la prensa. No hay monarca como un periodista honrado”.

Sigamos ejerciendo esa monarquía, no confundamos el camino, no erremos el tiro,  cuando aparezca una mancha en nuestro sol del mundo moral, contribuyamos a limpiarla con toda la sabiduría que aprendimos de nuestros maestros en la Universidad. Investiguemos, consultemos todas las fuentes, oigamos a todos los implicados de forma que nuestro escrito salga irrefutable y se convierta en baldón para el culpable, pero vergüenza que le eduque y que eduque a todos, que le haga rectificar y saber que allí están los periodistas revolucionarios, guardianes de las conquistas del pueblo, comprometidos y sabios.

Escribamos sobre todas las cosas buenas que hace su provincia, no se dejen embrollar por un enemigo que enarbola de inmediato aquello de que eso es ser oficialista o triunfalista, señalar lo bueno enaltece e inspira, moviliza y da ánimos en los que tienen que luchar contra lo malo cada día. Viven en una región maravillosa, donde el trabajo de muchos, el sudor de la mayoría se impone sobre la desidia de unos cuantos, exaltemos los valores de los honestos, de los honrados, de los héroes cotidianos que con fe laboran y cumplen día a día con su deber.

No seamos elitistas, no nos creamos elegidos por encima del pueblo que lo dio todo para que estudiáramos, para que nos convirtiéramos en profesionales, la educación en Cuba es gratis pero cuesta y el costo lo pagan nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros vecinos, nuestros obreros, nuestros campesinos con el sacrificio diario. A ellos nos debemos.

Eduquemos al inculto, es nuestro deber, que nuestros medios de prensa se conviertan en santuario de la formación de la cultura ciudadana, de los valores patrios.

Continuemos haciendo un periodismo honrado y libre, inspirado en las enseñanzas de esos dos grandes hombres de Cuba. José Martí y Fidel Castro.

Cuba, la patria que no es pedestal para alzarnos sobre ella, sino ara para servirla, espera mucho de ustedes, les escribo como si todos fueran mis hijos o mis hermanos, sin pensar que lo sé todo, les convoco como un cubano más, como un mambí, como el joven rebelde que me precio de ser, aunque ya peine canas, me atrevo a dirigirme a ustedes y tengan la seguridad de que lo hago desde el cariño más profundo, desde la fe, porque les creo.

Disculpen que cite tantas veces a Martí en una carta que pretendió ser familiar, pero es que a Martí lo llevo siempre conmigo, a donde quiera que voy y les pido que le hagan sitio permanente junto a ustedes, finalizó con él.

“No es el oficio de la prensa periódica informar ligera y frívolamente sobre los hechos que acaecen, o censurarlos con mayor suma de afecto o de adhesión. Toca a la prensa encaminar, explicar, enseñar, guiar, dirigir; tócale examinar los conflictos, no irritarlos con un juicio apasionado; no encarnizarlos con un alarde de adhesión tal vez extemporánea; tócale proponer soluciones, madurarlas hacerlas fáciles, someterlas a consulta y reformarlas según ella; tócale, en fin, establecer y fundamentar enseñanzas, si pretende que el país la respete, y que conforme a sus servicios y merecimientos, la proteja y la honre. Tiene la prensa periódica altísimas misiones: es la una explicar en la paz, y en la lucha, fortalecer y aconsejar; es en la otra hacer estudio de las graves necesidades del país, fundir sus mejoras, facilitar así la obra a la administración que rige, y ya que tantas graves cuestiones preocupan en una nación que asciende de una situación vacilante y anómala, a la de tierra dueña y libre, ayude la prensa periódica a los que gobiernan, señalando, y presentando estudiadas las cuestiones que han menester más seria y urgente reforma”.

Con todo respeto y profundo amor de revolucionario

Un cubano más

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