ESPECIAL 12 DE OCTUBRE SUMARIO   1 - OPINIÓN: 12 DE OCTUBRE: NADA QUE FESTEJAR, POR EDU...

ESPECIAL 12 DE OCTUBRE

SUMARIO

  1 - OPINIÓN: 12 DE OCTUBRE: NADA QUE FESTEJAR, POR EDUARDO GALEANO - GENTILEZA MIGUEL LONGARINI.

  2 - OPINIÓN: TIERRA GRITARON, POR INGRID STORGEN - GENTILEZA JORGE DAFFRA.

  3 - DECLARACIÓN: REPRESIÓN Y DESALOJO A COMUNIDAD WICHI A 516 AÑOS Y UN DÍA EN FORMOSA (ARGENTINA), POR MOCAFOR (MOVIMIENTO CAMPESINO DE FORMOSA).

  4 - DESPOJO Y DESALOJO A COMUNIDADES WICHIS EN FORMOSA (ARGENTINA) - REPUDIO DE AMRA FORMOSA Y DE LA COMISIÓN DE DD. HH. "HERMANA MARÍA JESÚS".


1

De: Miguel Angel Longarini

Fecha: Sábado, 11 de Octubre de 2008 02:30 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: 12 DE OCTUBRE: NADA QUE FESTEJAR, POR EDUARDO GALEANO

12 de octubre: Nada que festejar

E. Galeano

El Descubrimiento: el 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe.


En su diario del Descubrimiento, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. Y en eso no se equivocó.

Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente.

Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso.

Sin embargo, en esa identidad prohibida y despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no las ve.

El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón escribió en su diario que él quería llevarse algunos indios a España para que aprendan a hablar ("que deprendan fablar"). Cinco siglos después, el 12 de octubre de 1989, en una corte de justicia de los Estados Unidos, un indio mixteco fue considerado retardado mental ("mentally retarded") porque no hablaba correctamente la lengua castellana.

Ladislao Pastrana, mexicano de Oaxaca, bracero ilegal en los campos de California, iba a ser encerrado de por vida en un asilo público. Pastrana no se entendía con la intérprete española y el psicólogo diagnosticó un claro déficit intelectual. Finalmente, los antropólogos aclararon la situación: Pastrana se expresaba perfectamente en su lengua, la lengua mixteca, que hablan los indios herederos de una alta cultura que tiene más de dos mil años de antigüedad.

El Paraguay habla guaraní. Un caso único en la historia universal: la lengua de los indios, lengua de los vencidos, es el idioma nacional unánime. Y sin embargo, la mayoría de los paraguayos opina, según las encuestas, que quienes no entienden español son como animales.

De cada dos peruanos, uno es indio, y la Constitución de Perú dice que el quechua es un idioma tan oficial como el español. La Constitución lo dice, pero la realidad no lo oye. El Perú trata a los indios como África del Sur trata a los negros. El español es el único idioma que se enseña en las escuelas y el único que entienden los jueces y los policías y los funcionarios. (El español no es el único idioma de la televisión, porque la televisión también habla inglés.) Hace cinco años, los funcionarios del Registro Civil de las Personas, en la ciudad de Buenos Aires, se negaron a inscribir ek nacimiento de un niño. Los padres, indígenas de la provincia de Jujuy, querían que su hijo se llamara Qori Wamancha, un nombre de su lengua. El Registro argentino no lo aceptó por ser nombre extranjero.

Los indios de las Américas viven exiliados en su propia tierra. El lenguaje no es una señal de identidad, sino una marca de maldición. No los distingue: los delata. Cuando un indio renuncia a su lengua, empieza a civilizarse. ¿Empieza a civilizarse o empieza a suicidarse?

Cuando yo era niño, en las escuelas del Uruguay nos enseñaban que el país se había salvado del problema indígena gracias a los generales que en el siglo pasado exterminaron a los últimos charrúas.

El problema indígena: los primeros americanos, los verdaderos descubridores de América, son un problema. Y para que el problema deje de ser un problema, es preciso que los indios dejen de ser indios. Borrarlos del mapa o borrarles el alma, aniquilarlos o asimilarlos: el genocidio o el otrocidio.

En diciembre de 1976, el ministro del Interior del Brasil anunció, triunfal, que el problema indígena quedará completamente resuelto al final del siglo veinte: todos los indios estarán, para entonces, debidamente integrados a la sociedad brasileña, y ya no serán indios.

El ministro explicó que el organismo oficialmente destinado a su protección (FUNAI, Fundacao Nacional do Indio) se encargará de civilizarlos, o sea: se encargará de desaparecerlos. Las balas, la dinamita, las ofrendas de comida envenenada, la contaminación de los ríos, la devastación de los bosques y la difusión de virus y bacterias desconocidos por los indios, han acompañado la invasión de la Amazonia por las empresas ansiosas de minerales y madera y todo lo demás.

Pero la larga y feroz embestida no ha bastado. La domesticación de los indios sobrevivientes, que los rescata de la barbarie, es también un arma imprescindible para despejar de obstáculos el camino de la conquista.

Matar al indio y salvar al hombre, aconsejaba el piadoso coronel norteamericano Henry Pratt. Y muchos años después, el novelista peruano Mario Vargas Llosa explica que no hay más remedio que modernizar a los indios, aunque haya que sacrificar sus culturas, para salvarlos del hambre y la miseria.

La salvación condena a los indios a trabajar de sol a sol en minas y plantaciones, a cambio de jornales que no alcanzan para comprar una lata de comida para perros. Salvar a los indios también consiste en romper sus refugiso comunitarios y arrojarlos a las canteras de mano de obra barata en la violenta intemperie de las ciudades, donde cambian de lengua y de nombre y de vestido y terminan siendo mendigos y borrachos y putas de burdel.

O salvar a los indios consiste en ponerles uniforme y mandarlos, fusil al hombro, a matar a otros indios o a morir defendiendo al sistema que los niega. Al fin y al cabo, los indios son buena carne de cañón: de los 25 mil indios norteamericanos enviados a la segunda guerra mundial, murieron 10 mil.

El 16 de diciembre de 1492, Colón lo había anunciado en su diario: los indios sirven para les mandar y les hacer trabajar, sembrar y hacer todo lo que fuere menester y que hagan villas y se enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres. Secuestro de los brazos, robo del alma: para nombrar esta operación, en toda América se usa, desde los tiempos coloniales, el verbo reducir. El indio salvado es el indio reducido. Se reduce hasta desaparecer: vaciado de sí, es un no-indio, y es nadie.

El shamán de los indios chamacocos, de Paraguay, canta a las estrellas, a las arañas y a la loca Totila, que deambula por los bosques y llora. Y canta lo que le cuenta el martín pescador:

-No sufras hambre, no sufras sed. Súbete a mis alas y comeremos peces del río y beberemos el viento.

Y canta lo que le cuenta la neblina:

-Vengo a cortar la helada, para que tu pueblo no sufra frío.

Y canta lo que le cuentan los caballos del cielo:

-Ensíllanos y vamos en busca de la lluvia.

Pero los misioneros de una secta evangélica han obligado al chamán a dejar sus plumas y sus sonajas y sus cánticos, por ser cosas del Diablo; y él ya no puede curar las mordeduras de víboras, ni traer la lluvia en tiempos de sequía, ni volar sobre la tierra para cantar lo que ve. En una entrevista con Ticio Escobar, el shamán dice: Dejo de cantar y me enfermo. Mis sueños no saben adónde ir y me atormentan. Estoy viejo, estoy lastimado. Al final, ¿de qué me sirve renegar de lo mío?

El shamán lo dice en 1986. En 1614, el arzobispo de Lima había mandado quemar todas las quenas y demas instrumentos de música de los indios, y había prohibido todas sus danzas y cantos y ceremonias para que el demonio no pueda continuar ejerciendo sus engaños. Y en 1625, el oidor de la Real Audiencia de Guatemala había prohibido las danzas y cantos y ceremonias de los indios, bajo pena de cien azotes, porque en ellas tienen pacto con los demonios.

Para despojar a los indios de su libertad y de sus bienes, se despoja a los indios de sus símbolos de identidad. Se les prohíbe cantar y danzar y soñar a sus dioses, aunque ellos habían sido por sus dioses cantados y danzados y soñados en el lejano día de la Creación. Desde los frailes y funcionarios del reino colonial, hasta los misioneros de las sectas norteamericanas que hoy proliferan en América Latina, se crucifica a los indios en nombre de Cristo: para salvarlos del infierno, hay que evangelizar a los paganos idólatras. Se usa al Dios de los cristianos como coartada para el saqueo.

El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también vale para América:

-Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: "Cierren los ojos y recen". Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.

Los doctores del Estado moderno, en cambio, prefieren la coartada de la ilustración: para salvarlos de las tinieblas, hay que civilizar a los bárbaros ignorantes. Antes y ahora, el racismo convierte al despojo colonial en un acto de justicia. El colonizado es un sub-hombre, capaz de superstición pero incapaz de religión, capaz de folclore pero incapaz de cultura: el sub-hombre merece trato subhumano, y su escaso valor corresponde al bajo precio de los frutos de su trabajo. El racismo legitima la rapiña colonial y neocolonial, todo a lo largo de los siglos y de los diversos niveles de sus humillaciones sucesivas.

América Latina trata a sus indios como las grandes potencias tratan a América Latina.

Gabriel René-Moreno fue el más prestigioso historiador boliviano del siglo pasado. Una de las universidades de Bolivia lleva su nombre en nuestros días. Este prócer de la cultura nacional creía que los indios son asnos, que generan mulos cuando se cruzan con la raza blanca. Él había pesado el cerebro indígena y el cerebro mestizo, que según su balanza pesaban entre cinco, siete y diez onzas menos que el cerebro de raza blanca, y por tanto los consideraba celularmente incapaces de concebir la libertad republicana.

El peruano Ricardo Palma, contemporáneo y colega de Gabriel René-Moreno, escribió que los indios son una raza abyecta y degenerada. Y el argentino Domingo Faustino Sarmiento elogiaba así la larga lucha de kis indios araucanos por su libertad: Son más indómitos, lo que quiere decir: animales más reacios, menos aptos para la Civilización y la asimilación europea.

El más feroz racismo de la historia latinoamericana se encuentra en las palabras de los intelectuales más célebres y celebrados de fines del siglo diecinueve y en los actos de los políticos liberales que fundaron el Estado moderno. A veces, ellos eran indios de origen, como Porfirio Díaz, autor de la modernización capitalista de México, que prohibió a los indios caminar por las calles principales y sentarse en las plazas públicas si no cambiaban los calzones de algodón por el pantalón europeo y los huaraches por zapatos.

Eran los tiempos de la articulación al mercado mundial regido por el Imperio Británico, y el desprecio científico por los indios otorgaba impunidad al robo de sus tierras y de sus brazos.

El mercado exigía café, pongamos el caso, y el café exigía más tierras y más brazos. Entonces, pongamos por caso, el presidente liberal de Guatemala, Justo Rufino Barrios, hombre de progreso, restablecía el trabajo forzado de la época colonial y regalaba a sus amigos tierras de indios y peones indios en cantidad.

El racismo se expresa con más ciega ferocidad en países como Guatemala, donde los indios siguen siendo porfiada mayoría a pesar de las frecuentes oleadas exterminadoras.

En nuestros días, no hay mano de obra peor pagada: los indios mayas reciben 65 centavos de dólar por cortar un quintal de café o de algodón o una tonelada de caña. Los indios no pueden ni plantar maíz sin permiso militar y no pueden moverse sin permiso de trabajo. El ejército organiza el reclutamiento masivo de brazos para las siembras y cosechas de exportación. En las plantaciones, se usan pesticidas cincuenta veces más tóxicos que el máximo tolerable; la leche de las madres es la más contaminada del mundo occidental. Rigoberta Menchú: su hermano menor, Felipe, y su mejor amiga, María, murieron en la infancia, por causa de los pesticidas rociados desde las avionetas. Felipe murió trabajando en el café. María, en el algodón. A machete y bala, el ejército acabó después con todo el resto de la familia de Rigoberta y con todos los demás miembros de su comunidad. Ella sobrevivió para contarlo.

Con alegre impunidad, se reconoce oficialmente que han sido borradas del mapa 440 aldeas indígenas entre 1981 y 1983, a lo largo de una campaña de aniquilación más extensa, que asesinó o desapareció a muchos miles de hombres y de mujeres. La limpieza de la sierra, plan de tierra arrasada, cobró también las vidas de una incontable cantidad de niños. Los militares guatemaltecos tienen la certeza de que el vivio de la rebelión se transmite por los genes.

Una raza inferior, condenada al vicio y a la holgazanería, incapaz de orden y progreso, ¿merece mejor suerte? La violencia institucional, el terrorismo de Estado, se ocupa de despejar las dudas. Los conquistadores ya no usan caparazones de hierro, sino que visten uniformes de la guerra de Vietnam. Y no tienen piel blanca: son mestizos avergonzados de su sangre o indios enrolados a la fuerza y obligados a cometer crímenes que los suicidan. Guatemala desprecia a los indios, Guatemala se autodesprecia.

Esta raza inferior había descubierto la cifra cero, mil años antes de que los matemáticos europeos supieran que existía. Y habían conocido la edad del universo, con asombrosa precisión, mil años antes que los astrónomos de nuestro tiempo.

Los mayas siguen siendo viajeros del tiempo: ¿Qué es un hombre en el camino? Tiempo.

Ellos ignoraban que el tiempo es dinero, como nos reveló Henry Ford. El tiempo, fundador del espacio, les parece sagrado, como sagrados son su hija, la tierra, y su hijo, el ser humano: como la tierra, como la gente, el tiempo no se puede comprar ni vender. La Civilización sigue haciendo lo posible por sacarlos del error.

¿Civilización? La historia cambia según la voz que la cuenta. En América, en Europa o en cualquier otra parte. Lo que para los romanos fue la invasión de los bárbaros, para los alemanes fue la emigración al sur.

No es la voz de los indios la que ha contado, hasta ahora, la historia de América. En las vísperas de la conquista española, un profeta maya, que fue boca de los dioses, había anunciado: Al terminar la codicia, se desatará la cara, se desatarán las manos, se desatarán los pies del mundo. Y cuando se desate la boca, ¿qué dirá? ¿Qué dirá la otra voz, la jamás escuchada? Desde el punto de vista de los vencedores, que hasta ahora ha sido el punto de vista único, las costumbres de los indios han confirmado siempre su posesión demoníaca o su inferioridad biológica. Así fue desde los primeros tiempos de la vida colonial:

¿Se suicidan los indios de las islas del mar Caribe, por negarse al trabajo esclavo? Porque son holgazanes.

¿Andan desnudos, como si todo el cuerpo fuera cara? Porque los salvajes no tienen vergüenza.

¿Ignoran el derecho de propiedad, y comparten todo, y carecen de afán de rqueza? Porque son más parientes del mono que del hombre.

¿Se bañan con sospechosa frecuencia? Porque se parecen a los herejes de la secta de Mahoma, que bien arden en los fuegos de la Inquisición.

¿Jamás golpean a los niños, y los dejan andar libres? Porque son incapaces de castigo ni doctrina.

¿Creen en los sueños, y obedecen a sus voces? Por influencia de Satán o por pura estupidez.

¿Comen cuando tienen hambre, y no cuando es hora de comer? Porque son incapaces de dominar sus instintos.

¿Aman cuando sienten deseo? Porque el demonio los induce a repetir el pecado original.

¿Es libre la homosexualidad? ¿La virginidad no tiene importancia alguna? Porque viven en la antesala del infierno.

En 1523, el cacique Nicaragua preguntó a los conquistadores:

-Y al rey de ustedes, ¿quién lo eligió?

El cacique había sido elegido por los ancianos de las comunidades. ¿Había sido el rey de Castilla elegido por los ancianos de sus comunidades? La América precolombina era vasta y diversa, y contenía modos de democracia que Europa no supo ver, y que el mundo ignora todavía. Reducir la realidad indígena americana al despotismo de los emperadores incas, o a las prácticas sanguinarias de la dinastía azteca, equivale a reducir la realidad de la Europa renacentista a la tiranía de sus monarcas o a las siniestras ceremonias de la Inquisición.

En la tradición guaraní, por ejemplo, los caciques se eligen en asambleas de hombres y mujeres -y las asambleas los destituyen si no cumplen el mandato colectivo. En la tradición iroquesa, hombres y mujeres gobiernan en pie de igualdad. Los jefes son hombres; pero son las mujeres quienes los ponen y deponen y ellas tienen poder de decisión, desde el Consejo de Matronas, sobre muchos asuntos fundamentales de la confederación entera. Allá por el año 1600, cuando los hombres iroqueses se lanzaron a guerrear por su cuenta, las mujeres hicieron huelga de amores. Y al poco tiempo los hombres, obligados a dormir solos, se sometieron al gobierno compartido.

En 1919, el jefe militar de Panamá en las islas de San Blas, anunció su triunfo:

-Las indias kunas ya no vestirán molas, sino vestidos civilizados.

Y anunció que las indias nunca se pintarían la nariz sino las mejillas, como debe ser, y que nunca más llevarían aros en la nariz, sino en las orejas. Como debe ser.

Setenta años después de aquel canto de gallo, las indias kunas de nuestros días siguen luciendo sus aros de oro en la nariz pintada, y siguen vistiendo sus molas, hechas de muchas telas de colores que se cruzan con siempre asombrosa capacidad de imaginación y de belleza: visten sus molas en la vida y con ella se hunden en la tierra, cuando llega la muerte.

En 1989, en vísperas de la invasión norteamericana, el general Manuel Noriega aseguró que Panamá era un país respetuosos de los derechos humanos:

-No somos una tribu -aseguró el general.

Las técnicas arcaicas, en manos de las comunidades, habían hecho fértiles los desiertos en la cordillera de los Andes. Las tecnologías modernas, en manos del latifundio privado de exportación, están convirtiendo en desiertos las tierras fértiles en los Andes y en todas partes.

Resultaría absurdo retroceder cinco siglos en las técnicas de producción; pero no menos absurdo es ignorar las catástrofes de un sistema que exprime a los hombre y arrasa los bosques y viola la tierra y envenena los ríos para arrancar la mayor ganancia en el plazo menos. ¿No es absurdo sacrificar a la naturaleza y a la gente en los altares del mercado internacional? En ese absurdo vivimos; y lo aceptamos como si fuera nuestro único destino posible.

Las llamadas culturas primitivas resultan todavía peligrosas porque no han perdido el sentido común. Sentido común es también, por extensión natural, sentido comunitarios. Si pertenece a todos el aire, ¿por qué ha de tener dueño la tierra? Si desde la tierra venimos, y hacia la tierra vamos, ¿acaso no nos mata cualquier crimen que contra la tierra se comete? La tierra es cuna y sepultura, madre y compañera. Se le ofrece el primer trago y el primer bocado; se le da descanso, se la protege de la erosión.

Es sistema desprecia lo que ignora, porque ignora lo que teme conocer. El racismo es también una máscara del miedo.

¿Qué sabemos de las culturas indígenas? Lo que nos han contado las películas del Fas West. Y de las culturas africanas, ¿qué sabemos? Lo que nos ha contado el profesor Tarzán, que nunca estuvo.

Dice un poeta del interior de Bahía: Primero me robaron del África. Después robaron el África de mi.

La memoria de América ha sido mutilada por el racismo. Seguimos actuando como si fuéramos hijos de Europa, y de nadie más.

A fines del siglo pasado, un médico inglés, John Down, identificó el síndrome que hoy lleva su nombre. Él creyó que la alteración de los cromosomas implicaba un regreso a las razas inferiores, que generaba mongolian idiots, negroid idiots y aztec idiots.

Simultáneamente, un médico italiano, Cesare Lombrosos, atribuyó al criminal nato los rasgos físicos de los negros y de los indios.

Por entonces, cobró base científica la sospecha de que los indios y los negros son proclives, por naturaleza, al crimen y a la debilidad mental. Los indios y los negros, tradicionales instrumentos de trabajo, vienen siendo también desde entonces, objetos de ciencia.

En la misma época de Lombroso y Down, un médico brasileño, Raimundo Nina Rodrigues, se puso a estudiar el problema negro. Nina Rodrigues, que era mulato, llegó a la conclusión de que la mezcla de sangres perpetúa los caracteres de las razas inferiores, y que por tanto la raza negra en el Brasil ha de constituir siempre uno de los factores de nuestra inferioridad como pueblo. Este médico psiquiatra fue el primer investigador de la cultura brasileña de origen africano. La estudió como caso clínico: las religiones negras, como patología; los trances, como manifestaciones de histeria.

Poco después, un médico argentino, el socialista José Ingenieros, escribió que los negros, oprobiosa escoria de la raza humana, están más próximos de los monos antropoides que de los blancos civilizados. Y para demostrar su irremediable inferioridad, Ingenieros comprobaba: Los negros no tienen ideas religiosas.

En realidad, las ideas religiosas habían atravesado la mar, junto a los esclavos, en los navíos negreros. Una prueba de obstinación de la dignidad humana: a las costas americanas solamente llegaron los dioses del amor y de la guerra. En cambio, los dioses de la fecundidad, que hubieran multiplicado las cosechas y los esclavos del amo, se cayeron al agua.

Los dioses peleones y enamorados que completaron la travesía, tuvieron que disfrazarse de santos blancos, para sobrevivir y ayudar a sobrevivir a los millones de hombres y mujeres violentamente arrancados del África y vendidos como cosas. Ogum, dios del hierro, se hizo pasar por san Jorge o san Antonio o san Miguel, Shangó, con todos sus truenos y sus fuegos, se convirtió en santa Bárbara. Obatalá fue Jesucristo y Oshún, la divinidad de las agus dulces, fue la Virgen de la Candelaria...

Dioses prohibidos. En las colonias españolas y portuguesas y en todas ls demás: en las islas inglesas del Caribe, después de la abolición de la esclavitud se siguió prohibiendo tocar tambores o sonar vientos al modo africano, y se siguió penando con cárcel la simple tenencia de una imagen de cualquier dios africano. Dioses prohibidos, porque peligrosamente exaltan las pasiones humanas, y en ellas encarnan. Friedrich Nietzsche dijo una vez:

-Yo sólo podría creer en un dios que sepa danzar.

Como José Ingenieros, Nietzsche no conocía a los dioses africanos. Si los hubiera conocido, quizá hubiera creído en ellos. Y quizá hubiera cambiado algunas de sus ideas. José Ingenieros, quién sabe.

La piel oscura delata incorregibles defectos de fábrica. Así, la tremenda desigualdad social, que es también racial, encuentra su coartada en las taras hereditarias.Lo había observado Humboldt hace doscientos años, y en toda América sigue siendo así: la pirámide de las clases sociales es oscura en la base y clara en la cúspide. En el Brasil, por ejemplo, la democracia raciasl consiste en que los más blancos están arriba y los más negros abajo. James Baldwin, sobre los negros en Estados Unidos:

-Cuando dejamos Mississipi y vinimos al Norte, no encontramos la libertad.

Encontramos los peores lugares en el mercado de trabajo; y en ellos estamos todavía.

Un indio del Norte argentino, Asunción Ontíveros Yulquila, evoca hoy el trauma que marcó su infancia:

-Las personas buenas y lindas eran las que se parecían a Jesús y a la Virgen.

Pero mi padre y mi madre no se parecían para nada a las imágenes de Jesús y la Virgen María que yo veía en la iglesia de Abra Pampa.

La cara propia es un error de la naturaleza. La cultura propia, una prueba de ignorancia o una culpa que expiar. Civilizar es corregir.

El fatalismo biológico, estigma de las razas inferiores congénitamente condenadas a la indolencia y a la violencia y a la miseria, no sólo nos impide ver las causas reales de nuestra desventura histórica. Además, el racismo nos impide conocer, o reconocer, ciertos valores fundamentales que las culturas despreciadas han podido milagrosamente perpetuar y que en ellas encarnan todavía, mal que bien, a pesar de los siglos de persecución, humillación y degradación. Esos valores fundamentales no son objetos de museo. Son factores de historia, imprescindibles para nuestra imprescindible invención de una América sin mandones ni mandados. Esos valores acusan al sistema que los niega.

Hace algún tiempo, el sacerdote español Ignacio Ellacuría me dijo que le resultaba absurdo eso del Descubrimiento de América. El opresor es incapaz de descubrir, me dijo:

-Es el oprimido el que descubre al opresor.

Él creía que el opresor ni siquiera puede descubrirse a sí mismo. La verdadera realidad del opresor sólo se puede ver desde el oprimido.

Ignacio Ellacuría fue acribillado a balazos, por creer en esa imperdonable capacidad de revelación y por compartir los riesgos de la fe en su poder de profecía.

¿Lo asesinaron los militares de El Salvador, o lo asesinó un sistema que no puede tolerar la mirada que lo delata?

http://www.viejoblues.com/Bitacora/doce-octubre-nada-que-festejar

Eduardo Galeano

¡La tierra manda!

Nuevo blog: www.degeneradostiempos.blogspot.com
Mi blog - www.apurocorazon.blog.com.es
Con los pies en la tierra: http://vidareflexion.iespana.es:80/miguellongarini.htm
El Portal del 9- http://200.49.145.7/portaldel9.com.ar/p9/content/category/15/44/102/
Publicación mensual "El Club de la Pluma" C. Paz - Pcia de Cba. www.elclubdelapluma.com


2

From: Jorge elpollo Daffra

Sent: Sunday, October 05, 2008 12:00 PM

To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Subject: TIERRA GRITARON, POR INGRID STORGEN

Tierra gritaron

…y se tiñó de sangre nuestra América recién descubierta.

Se salvó Cristóbal Colón de un tremendo escarmiento cuando 120 marineros que iban en las carabelas en pos del Nuevo Mundo, se amotinaran pensando que los estaban llevando a una muerte segura. Y no estaban equivocados.

Pero la muerte, selectiva, prefería la piel cobriza de los habitantes de las tierras americanas, mientras se frotaba las frías manos imaginando el banquete que la agreste geografía a la vista habría de proporcionarle.

Pieles cobrizas, “salvajes” que supuestamente irían a recibirlos con los brazos abiertos como corderos listos para el sacrificio.

Llegaban los “salvadores” y el arribo se producía en nombre de la fe y amparado por el dogma, con proyecto expropiador, genocida.

Crucifijos en alto, Dios en las bocas, y los cuerpos de los conquistadores atrapados en corazas de acero por las dudas que el “salvajismo” intentara romper las sagradas carnes que “sólo querían proporcionar cultura y domesticación”.

¿Habrase visto “herejía” más grande que la de esos indígenas que honraban a la madre tierra, al sol y al agua, en vez de arrodillarse ante la mención de un Dios con todas las características europeas? Los reyes de España esperaban ansiosos las noticias que hablaran de triunfo y de hallazgo de grandes recursos naturales que pasarían a engrosar las arcas de la corona.

Cuánta ansiedad habría en aquellas épocas sin internet, faxes ni celulares. Qué libre volaría la imaginación de los que abrieron las puertas del mercantilismo capitalista que llegó para permanecer hasta nuestros días.

Pisaron tierra que jamás volvió a ser de los habitantes paridos por esas tierras.

Pisaron tierra a fuerza de terror y la anegaron en sangre.

La misión había triunfado, la religión pegó un salto cuantitativo y ya nada volvió a ser como era entonces. A partir de la nefasta llegada, miles de nativos fueron “convertidos” a la religión católica, o sea, claramente, pasaban a ser súbditos de los Reyes de España a fuerza de filo de espadas y escupidas de fuego de esas armas extrañas que asolaban todo a su paso.

Hombres, mujeres, niños, ancianos, hasta la cultura nativa caía asesinada. Grandes hogueras se alimentaron con cuerpos, filosas espadas ostentaban como trofeo los cuerpecitos de las criaturas nonatas arrancadas del vientre de sus madres, mientras sus padres eran pasados a degüello por ser atrevidos infieles a la sacrosanta fidelidad de los artífices de las ambiciones más degradantes.

Rumbo a Europa expectante, partían los barcos cargados con mucho más de 200 mil kilos de oro y millones de libras de plata pura, los ojos de la corona se abrían hasta parecer soles de odios y saqueo ante la maravilla jamás vista hasta el momento.

América india recibió el mayor saqueo, el más genocida de los robos fue cometido en estas tierras “bárbaras”. Colón y demás miembros del equipo infernal fueron catalogados héroes por la historia que siempre se inclina a favor de la muerte y la apropiación.

Los indígenas que según fuentes se contabilizaban en unos 70 millones, fueron reducidos a una décima parte luego de 150 años de la conquista y cuando el trabajo sucio recayó en nuevos “héroes” que hasta gozan, post mortem, de fabulosos monumentos reivindicativos de su “hazaña” genocida.

No hubo gobierno, hasta el momento, que se atreva a bajar de sus pedestales inmundos a los continuadores de la obra terrorífica que causa vergüenza a quienes respetamos el heroísmo de nuestros nativos.

A 20 años de la llegada de los “santos” conquistadores, los habitantes de las islas del Caribe fueron prácticamente exterminados.

En las minas de plata, de Potosí, quedaron los pulmones reventados de los indígenas que trabajaban día y noche para enriquecer al viejo continente.

500 mil víctimas anuales quedaron como saldo de semejante atrocidad durante los primeros 150 años de exterminio que trajeron la “cultura y el desarrollo”, ¿acaso encontraremos crímenes tan bestiales como celebrados?

Más de 500 años de dominación extranjera, las culturas Azteca, Inca, Maya fueron devastadas y a ello le llamaron progreso, aunque muchas comunidades resistieron con estoicismo el saqueo, dando cátedra de altura moral aunque tan poco se hable de ello. La ferocidad de la conquista logró opacar ante los desmemoriados, las luchas genuinas y bravas que se oponían a su exterminio, al despojo y a la violación de sus hijas y mujeres.

No hubo monumentos para estos rebeldes, tampoco avenidas donde hayan estampado sus nombres inolvidables, la historia que escriben los ganadores siempre resulta más creíble para las mentes cerradas que responden a los intereses más mezquinos.

Hubo un Tupac Catari que se animó a gritar ante el invasor “volveré y seré millones”, pero hasta esa frase le fue arrebatada para atribuírsele a alguna otra persona, como parte del continuo saqueo cultural y la tergiversación de la historia.

Pero volvió nomás, aquí cerquita, en esa Bolivia que resiste los embates de la colonización moderna que actúa en colaboración con la CIA y de los grandes pulpos internacionales.

Volvió siendo millones en Ecuador, en Guatemala, en República Bolivariana de Venezuela, en el pueblo mapuche, en el aymara y volverá en cada pueblo que se anime a reivindicar esa historia olvidada.

Volvió también La Gaitana, Cacica de Tamana de esa Colombia herida de muerte por el Terrorismo de Estado que perdura hasta nuestros días.

Va La Gaitana esta vez empuñando la Espada de Bolívar que da vueltas en el continente y en cada lugar del mundo donde la opresión deja más víctimas y más dolor. Vuelven los pijaos y vuelven los paeces.

Volvió el Indio Hatuey vuelto cenizas en una hoguera por no aceptar la “salvación” de su alma ofrecida por un sacerdote, que recibió como escupitajo de dignidad una pregunta más incisiva que la espada, lanzada por la boca de Hatuey:

“Hay gente como ustedes en el cielo”? Y cuando el sacerdote respondiera: “hay muchos como nosotros”, Hatuey atacó con el filo de su lengua: “no deseo saber nada de un dios que permite que tal crueldad fuera hecha en su nombre”.

Hoy, a más de 500 años de la entrada a América de la muerte legalizada e instigada por un trono cubierto de oro, esmeraldas y amoralidad ilimitada, para muchos el 12 de Octubre es nada más que un feriado.

En algún lado y para beneficiar el turismo interno, ese feriado es móvil y se lo corre hacia el lunes 13.

Será esa la manifestación de repudio a un día que no puede considerarse festivo, sino que debe ser un innegable día de lucha, memoria colectiva, reflexión?

Día de duelo y de dolor añejo.

¿Será que es más interesante mantener el capitalismo salvaje que entró para quedarse, en lugar de honrar con el recuerdo y respeto la memoria de nuestros primeros habitantes, dueños legítimos de estas tierras oprimidas?

¿Será que tenemos temor de tomar posicionamiento por las víctimas que dejó la historia y que la eterna desmemoria se encargó de catapultar entre las frías paredes del olvido que es tan asesino como la más brutal de las armas?

Nuestros indígenas no merecen semejante afrenta, merecen nuestro homenaje, nuestro recuerdo y hasta nuestra vergüenza ajena. Merecen un día de duelo, porque su sangre no puede haber sido derramada en vano.

No obstante la hipocresía reinante, vuelve la conciencia indígena para recordarnos que un día, comenzó una historia, cuando algunos gritaron Tierra…!!!

Y la saquearon…

Ante esa conciencia viva, sin embargo, muchos nos ponemos de pie gritando ¡bravo hermanos, estamos con ustedes!

Ingrid Storgen:

04 de octubre: Mientras tantos reservan hoteles y resorts dónde irán a pasar el feriado largo y mientras otros rendimos culto a nuestros mártires honrados por el latido de nuestros corazones.

www.kaosenlared.net


3

De: Movimiento Campesino de Formosa

Fecha: Lunes, 13 de Octubre de 2008 12:26 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: REPRESIÓN Y DESALOJO A COMUNIDAD WICHI A 516 AÑOS Y UN DÍA EN FORMOSA (ARGENTINA)

516 años y un día pasaron del comienzo de genocidio, hoy 13 de octubre de 2008, sigue el plan de exterminio como el primer día.

La Comunidad Wichi, integrante del MO.CA.FOR y el F.N.C, ubicada en la localidad de Ingeniero Juárez, Provincia de Formosa, es reprimida y desalojada de sus tierras con más de 200 efectivos provinciales por orden del Juez de Instrucción y Correccional PEDRO GUSTAVO SCHAEFER.

El Movimiento Campesino de Formosa y el Frente Nacional Campesino, se solidarizan con los hermanos repudiando y denunciando la violación de derechos legales y jurídicos adquiridos en instrumentos nacionales e internacionales con rango constitucional.

Movimiento Campesino de Formosa.

Frente Nacional Campesino.

Benigno López  03717-15563469

Eleuterio Toribio 03717-15344747


From: Nuncio Bernardo TOSCANO

Sent: Saturday, October 11, 2008 10:21 AM

To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Subject: DESPOJO Y DESALOJO A COMUNIDADES WICHIS EN FORMOSA (ARGENTINA)

AMRA Formosa - Comision DD.HH "Hermana MARIA JESUS"

SOLIDARIDAD con los Hermanos WICHIS de Ingeniero Juarez y REPUDIO al Estado POLICÍACO en que vive Formosa.

COMPARTIMOS con Nuestros Afiliados, Entidades Amigas, Gente de Prensa y Personas de Buena Voluntad NUESTRA SOLIDARIDAD con los HERMANOS de la COMUNIDAD WICHI de la localidad de Ingeniero Juárez, MANIFESTAMOS nuestro REPUDIO por el ESTADO POLICÍACO, similar a la Dictadura Strossnerista en que esta sumida la provincia de Formosa con el AVASALLAMIENTO y CONCULCACIÓN de DERECHOS y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES.

Instamos a los receptores a dirigirse a la Sra. Presidente de la Nación, la Corte Suprema de Justicia, el Congreso, el Defensor del Pueblo, el INADI, la Prensa, los Organismos de DERECHOS HUMANOS  Nacionales e Internacionales PETICIONANDO su INTERVENCIÓN para EVITAR el DESPOJO de TIERRAS ANCESTRALES de los INDÍGENAS.

Dr Nunzio TOSCANO. 11/10/08

De: DANIELHORACIO CABRERA
Asunto: URGENTE-desalojo a indigenas wichi de Formosa
Para:
Nuncio Bernardo TOSCANO
Fecha: sábado, 11 de octubre de 2008, 8:57 am

PROVINCIA DE FORMOSA

DESALOJO A INDÍGENAS WICHI DE SU TERRITORIO

El día 6 de Octubre el Juez de Instrucción y Correccional, de la Primera Circunscripción Judicial de las Lomitas, PEDRO GUSTAVO SCHAEFER, en la causa de usurpación, expediente 38/2007, ha ordenado el DESALOJO de Comunidades Indígenas Wichi de su territorio ancestral y dicto el auto de procesamiento de los imputados, se va a efectuar en la Localidad de Ingeniero Juárez, a 500 Km . de la Capital Provincial y serán afectas por esta medida cincuenta familias (mas de 300 personas).

Esta decisión es altamente violatoria de las normas Internacionales (Convenio 169 de la OIT ) y de la Constitución Nacional , Art. 75, inciso 17 y Provincial, Art. 79, de la ley 26160, articulo 2, que declara la suspensión de la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos, cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país.

No se ha contemplado en esta decisión una pericia antropológica, médica y social a la cuestión, inspección ocular alguna e identificación de los indígenas, para la comprensión del delito que erróneamente se le imputa, asimismo NO se ha considerado el estado de necesidad que vive toda la población indígena, y en especial la wichi de Ingeniero Juárez, se desconoce la realidad del lugar, las necesidades, los altos índices de desnutrición, mortalidad infantil, de Chagas y tuberculosis. Vemos que la política de gobierno no contempla el territorio indígena, su demarcación o delimitación.

La causa posee, por parte de la Provincia de Formosa, cuatro pedidos de desalojo y tres presentaciones como querellante particular, recién ahora, y por lo que se desprende de lo actuado, bajo presiones del oficialismo Provincial se ha decidido hacer lugar a este desalojo aberrante, inconstitucional y nulo en todas sus partes, haciendo responsable de lo que pueda ocurrir, al hacerse efectivo este desalojo a las autoridades Provinciales y Nacionales.

NUESTRO TERRITORIO ES VIDA, NUESTRA VIDA ES TERRITORIO.

ENVÍA ESTE MENSAJE A TODAS LAS PERSONAS, ORGANISMOS Y INSTITUCIONES PARA QUE SE PARE CON ESTE DESALOJO Y ETNOCIDIO.

Aclaración: hasta el día de hoy (11-10-08) no ha sido notificada la comunidad del desalojo, desde el día de notificación tienen tres días para salir pacíficamente y luego se va a usar la fuerza pública.

 

No hay comentarios. :

Publicar un comentario