SUMARIO
1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - EL HONOR DE FREUD, POR EL DR. ALFREDO GRANDE (LA TECLA EÑE).
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From: ALFREDO GRANDE
Sent: Monday, May 11, 2009 9:44 AM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: EL HONOR DE FREUD, POR EL DR. ALFREDO GRANDE
[La Tecl@ Eñe] Alfredo Grande/ La Columna Grande: El Honor de Freud
EL HONOR DE FREUD
Escribe ALFREDO GRANDE
(especial para La Tecla Ñ Digital)
Invitado por el Comité Organizador del Congreso de Psicoterapia, viajé a La Habana. Este viaje, que no fue el primero ni será el último, marca lo que puede denominarse un punto de inflexión. Y de reflexión. Sabemos que lo cotidiano organiza un acto desprovisto de su conciencia crítica. Hay también un cotidiano revolucionario en la Cuba socialista. Conozco no mucho, pero si bastante, las formas en que ese cotidiano se organiza. Entre la convicción y la frustración, entre los anhelos y los obstáculos, entre la voluntad de trabajo y el desánimo, el cubano transita uno y todos los días algo que en la cultura del capitalismo apenas podríamos definir como “trastorno bipolar”. El psicologismo y el intento de psiquiatrizar el padecimiento y el sufrimiento, son inmanentes a la fabricación permanente de mercancías. Para el capitalismo, la salud es una de ellas, y por cierto, de las más apetecibles. Quizá Cuba no es la “única”solución, pero si es una de las pocas formas de replantear casi todos los problemas. Cuando el fetiche de la mercancía es desplazado por la “necesidad de satisfacer las necesidades”, una dialéctica diferente a la del amo y el esclavo se presenta. En Cuba podemos pensar, y muchas veces resolver, la dialéctica de lo que tenemos de amo y de lo que tenemos de esclavo.
Por eso es posible pensar no solamente las consecuencias económicas, políticas y sociales del bloqueo, sino también sus consecuencias en la construcción de la subjetividad. Y esto no es una tarea sólo de los compañeros cubanos. Aunque también. En un territorio de encuentro y de intercambio, de reconocimiento de quien es amigo y quien es enemigo, en el cual pensar sobre el “factor subjetivo”, es nuevamente posible y necesario. Están lejos los tiempos en los que el psicoanálisis era visto solamente como un constructo burgués, individualista y reaccionario. En la actualidad, para la gran mayoría de los psicólogos y psiquiatras cubanos, el psicoanálisis tiene mas que ver con la profecía de Marie Langer: “no renunciar al marxismo ni al psicoanálisis”.[1] Sin embargo, nosotros, psicoanalistas argentinos, no debemos olvidar que no pocos de nuestros colegas han hecho mucho y mucho más han dejado de hacer, para que ese “falso enlace”[2] mantuviera vigencia tanto tiempo. Lo que hace décadas enunciara y denunciara Roberto Castel se ha constituido en un síndrome de inmunodeficiencia culturalmente adquirido: el psicoanalismo. O sea: la neutralización de los efectos político sociales de la teoría y la práctica del psicoanálisis. El antídoto que desarrollé hace mas de 10 años es el psicoanálisis implicado, definido como un analizador del fundante represor de la cultura. En estos días de Congreso, la Dra. Reina Rodriguez Mesa, Profesora Consultante y Presidente del mismo, recordó mi curso realizado en el servicio de psiquiatría del Hospital Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán en el año 1997. Creo que el tema no es tampoco “el psicoanálisis”. Lo decisivo es la forma en que pensamos a la teoría y práctica psicoanalítica, sea en Buenos Aires o en La Habana. La burguesía logró anestesiar a la peste que Freud creyó llevar a estados unidos. La anestesia de las resonancias políticas tomó la forma de anatema de lo panfletario. La anestesia de las resonancias sociales, tomó la forma del psicoanálisis aplicado. La anestesia de las resonancias subversivas, tomó la forma del psicoanálisis del palacio, del diván a punta del este. Estos psicoanálisis de la anestesia son los que a mi criterio cualquier política de liberación no puede ni debe aceptar. Ni en lo teórico ni en los dispositivos que se construyen. Es lamentable como el “falso enlace” mencionado ha logrado que el psicoanálisis sea pensado todavía como un dispositivo de cura individual, prolongado y sin efectos a menos que el paciente pague. Por suerte en algunos lugares la trayectoria tiene importancia. Con Bárbara Zas, que fuera Jefa del Servicio de Psicología del Hospital Hermanos Armejeiras, recordamos el Taller de Grupos e Instituciones en Salud. Realizado en l996, planteó el tema del análisis institucional. El psicoanálisis fue caracterizado en un mas allá de la cura individual. Menciono estos antecedentes para dar cuenta que aquello que hace mas de 10 años empezamos a trabajar con las compañeras y compañeros cubanos, sigue hoy latiendo como anhelo de conocimiento y de permanente intercambio. En este sentido, creo que lo que no tiene cabida en Cuba es el psicoanalismo. El psicoanálisis tiene un espacio propio, que con varios colegas cubanos y argentinos trataremos de potenciar.
Sin duda, el honor de Freud tiene que ser preservado.
[1] Langer, Marie: Cuestionamos 1. Granica Editor.
[2] Primer referencia conceptual que realiza Freud de lo que luego denominará transferencia.
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