OPINION - VIENE ACLARANDO, POR DANTE LÓPEZ FORESI SUMARIO 1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - VIENE ACLARANDO, POR DANTE LÓPEZ FORESI. ...

OPINION - VIENE ACLARANDO, POR DANTE LÓPEZ FORESI

SUMARIO

1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - VIENE ACLARANDO, POR DANTE LÓPEZ FORESI.


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From: DanteLópezForesi-Agenci@ELVIGÍA

Sent: Friday, July 31, 2009 1:27 AM

To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Subject: VIENE ACLARANDO, POR DANTE LÓPEZ FORESI

"Quedó claro que no a todos les conviene el diálogo. Pues el diálogo bien encaminado, escuchándose mutuamente, casi siempre termina en soluciones y en la recuperación de la armonía".

Para dialogar hacen falta dos. Pero dos que estén dispuestos a escuchar, conceder y resignar posiciones en pos del éxito del diálogo. Existen sólo dos tipos de personas o grupos con los cuales cualquier diálogo es imposible: los psicópatas y aquellos para quienes el diálogo es sólo un medio para alcanzar fines predeterminados innegociables. En ambos casos las situaciones se resuelven de manera no pacífica.


Los psiquiatras recomiendan que con los psicópatas no debe dialogarse, pues la manipulación es el estilo que los gobierna, el “diálogo” alimenta la patología y quien sale lastimado siempre es el sano.

En esta ronda de diálogos iniciada por el gobierno tras los resultados electorales no sabemos si hay psicópatas. Debe haber alguno seguramente. Pero de lo que estamos seguros es de que hay un claro ejemplo del segundo grupo que mencionamos: los interesados.

Todos los sectores políticos que hasta hoy participaron de estos encuentros salieron conformes y detectaron –como lo manifestaron ellos mismos sin excepciones- que el solo hecho de intercambiar ideas abre la esperanza de un nuevo estilo de vínculo entre el gobierno y la oposición y de toda la dirigencia política entre sí. Es que cuando los “intereses” desaparecen, el diálogo casi siempre es fructífero. Y a la oposición le desapareció el “interés” por volver a existir. Ganó las elecciones montada sobre un conflicto sectorial del cual más adelante nos referiremos. Antes, sencillamente, la oposición no existía como tal.

Pero hay un “interés” que no desapareció en uno de los interlocutores: LA RENTA. El gobierno puso al frente del “comando dialoguista” a su mejor cuadro y negociador, el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Pero el “comando hostil” mantiene los mismos protagonistas y ejes de disputa que, hasta el momento, les rindieron frutos. No queremos hablar del “campo” en general para referirnos a este sector, pues consideramos que el campo pertenece a todos los argentinos y cuando la propiedad privada tiene fines sociales y productivos, los fines económicos del propietario pasan a segundo lugar en el interés público. Nadie puede privar a la sociedad de sus alimentos y ni siquiera utilizar esa posibilidad como mecanismo de presión o negociación. Por eso, vamos a referirnos a este sector conflictivo como “Mesa de Enlace”, que es como ellos mismos se autodenominan, distinguiéndola nítidamente del resto del campo, sobre todo de los verdaderos trabajadores de la tierra.


La Mesa de Enlace, entonces, fue el único sector que salió de su reunión con el gobierno sin las manos vacías y con la invitación de integrarse al Consejo Económico y Social, un ámbito donde se promete establecer reglas de juego consensuadas para todos los sectores productivos argentinos. La Mesa de Enlace rechazó todo. Y no conformes con eso, los “cuatro jinetes del Apocalipsis” manifestaron mediáticamente cosas tales como “no quedamos conformes con lo que se anunció” o “nos están empujando a la hostilidad”.

¿No será que el territorio hostil es el único “campo fértil” donde los cuatro dirigentes rurales más Alfredo De Angeli pueden mantener su cuota parte de poder?


Por lo menos, quedó claro que no a todos les conviene el diálogo. Pues el diálogo bien encaminado, escuchándose mutuamente, casi siempre termina en soluciones y en la recuperación de la armonía. Sucede en las familias. Sucede en las parejas. Sucede en las escuelas. Sucede en los empleos. Sucede en la política. El diálogo fracasa cuando una de las partes sólo pretende disputar “poder” e imponer condiciones. Y la Mesa de Enlace disputa poder y pretende imponer condiciones. Y no únicamente al gobierno. También a sus otrora aliados de la oposición. Y a toda la sociedad toda vez que amenaza con cortes de ruta o desabastecimiento. No están dispuestos que la armonía social los prive de las cámaras de 09televisión, del protagonismo, del poder y menos de la renta monstruosa de los terratenientes.


El escenario cambió, pues ahora la oposición –distinguiéndose de algunas actitudes de la Mesa de Enlace- no quiere que le capitalicen el triunfo electoral y, además, sabe muy bien que, en el caso que el kirchnerismo no retenga el gobierno en 2011, cualquiera que asuma la conducción del país sufrirá los mismos embates y presiones de estos cuatro o cinco dirigentes rurales, si es que alguien osa tocarles la renta. Da la sensación de que, aún eliminando las retenciones, tampoco mostrarían conformidad. Necesitan de la hostilidad. Como los psicópatas.


Como dijo alguna vez un ex Ministro de Economía honesto y decente como Juan Carlos Pugliese, “les hablo con el corazón y me contestan con el bolsillo”. Pobre. Lo tildaron de ingenuo. Como lo fue la actual presidente cuando creyó que podía hablar de distribución de la riqueza sin que los ricos pataleen. Y siguen pataleando. Y lo seguirán haciendo, pues la próxima apuesta es impedir que el actual gobierno termine su mandato. Y se lo harían al mismísimo Julio Cobos si no elimina las retenciones, como en los 90 lo hizo Carlos Menem.


Lo mejor que puede sucedernos como sociedad luego de esta ronda de diálogo es que, así como gracias a la Mesa de Enlace se rearticuló una oposición que estaba dispersa y se benefició la democracia con la existencia del disenso, ahora la intransigencia y la intolerancia de estos dirigentes rurales sirva para unir a las ciudades, a las metrópolis y a toda la dirigencia política, oficialista y opositora, para dejar en claro que ningún grupo de presión puede imponer condiciones ni decidir cómo y hacia dónde se gobierna o hasta cuando dura un presidente.


Los resultados de las últimas elecciones deben servir –entonces- para que la dirigencia política estreche filas protegiéndose mutuamente y cuidando a la sociedad. Dialogando en serio, como lo exigió el voto popular. Unos gobernando, otros cumpliendo su rol imprescindible de controlar y proponer. Y ambos cuidando a todos de los sectores del capitalismo insensible que siguen “contestando con el bolsillo”.

Así sea.

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