La revolución humana Por Gustavo Robles Nos han dicho, y millones estamos convencidos de ello, que la Historia de la Humanidad es la historia de la Lucha de C...

La revolución humana

Revolucion Bolchevique 2

Gustavo Robles

Por Gustavo Robles

Nos han dicho, y millones estamos convencidos de ello, que la Historia de la Humanidad es la historia de la Lucha de Clases. Es decir, la lucha de los explotados de la Tierra por dejar de serlo. Lo cual genera una contradicción insalvable: la de los intereses de los sojuzgados por un lado, la de sus explotadores por el otro.

En esa historia, que comenzó cuando el primer ser "humano" explotó a otro, con el advenimiento de la agricultura y las concentraciones humanas en aldeas primero y ciudades después, hubo varios periodos y diferentes formas de organizar la sociedad, pero TODAS ellas significaban legitimar el oprobioso hecho de que alguien gozara de su vida sentado en el sacrificio de los demás.

Esa lucha que se sintetiza a grandes rasgos describiéndola entre patricios y esclavos, feudales y siervos, obreros y patrones, tuvo un momento donde los puños de los siempre humillados pudieron juntarse en uno solo y derrotaron, por fin, a los oscuros caballeros de la inequidad: ese momento fue la Revolución Rusa, encabezada por Lenin y los bolcheviques.

Fue el triunfo de la Humanidad contra las cadenas degradantes de los carroñeros que viven del sudor ajeno.

Es decir, la Revolución Humana.

Mucha agua ha corrido bajo el puente desde aquél glorioso y bello 7 de noviembre de 1917. Se han cometido errores y traiciones, han caído muros y caretas. Pero lo que no puede ser jamás mancillada es aquella gesta y la ideología que la guió: no hay otra forma de lograr un mundo donde no existan la miseria y la explotación del hombre por el hombre.

La Revolución Rusa nos enseñó que era posible luchar y ganar para los que soñamos con un mundo justo de verdad. Nos enseñó que, más allá del amor a la querencia propia, el mundo es la Patria de todos y no de unos pocos, y que sus riquezas deben ser repartidas equitativamente. Que el trabajador debe ser dueño del fruto de su labor. Que la tierra es de quien la trabaja. Que la mujer no es un objeto del hombre. Que todo fruto de la sociedad humana tiene carácter social y por lo tanto lo justo es socializarlo.

Hoy nos quieren hacer creer que aquello fue una locura "antinatural": lo dicen quienes modelan este mundo que avanza y destruye la naturaleza y a los seres humanos.

Hasta 1991, la sociedad humana era consciente que la clase trabajadora, la que produce la riqueza del mundo con su labor, estaba en pie de guerra contra quienes se apropiaban del fruto de su trabajo, robándose el plusvalor que generaban. Los trabajadores del mundo luchaban por su liberación política que, por ser la de la mayoría de los seres humanos, sería la liberación de la Humanidad. Hoy nos meten en la cabeza que "libertad" es la libertad que tiene el 2% de la población de vivir expoliando al resto de las personas, la libertad de mercadeo y de explotación.

Triste es ver que muchos que decían defender los intereses de los oprimidos, hoy colaboran con esa visión de la sociedad y el mundo.

Tienen que saber los canallas, opresores y sus lacayos, que no nos han vencido. Que mientras haya un solo ser humano que agite bien alto las ideas que romperán las cadenas que esclavizan a las mayorías populares, la esperanza no se habrá perdido.

Hoy, a la vista de este mundo decadente y en la cornisa de la vida, se impone más que nunca la consigna que nos guía:

¡¡ SOCIALISMO O BARBARIE !!

¡¡ VIVA LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE FARO DE LA HUMANIDAD !!

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