Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe: Feministas en Resistencia
Por Jessica Isla*
“La Mujer ha dignificado la Revolución y la ha llevado a los más altos sitiales […] Nuestro país puede sentirse afortunado en muchas cosas, pero entre ellas, la primera de todas, por el magnífico pueblo que posee. Aquí no solo luchan los hombres; aquí, como los hombres, luchan las mujeres”.
“…La mujer está realizando una tarea activa y la mujer, organizada, puede contribuir grandemente a hacer desaparecer los últimos vestigios de discriminación. Porque lo cierto es que quedan vestigios de discriminación para la mujer. Y eso es tan cierto, que cuando la guerra pudimos comprobarlo, en ocasión en que se organizaba una unidad de mujeres combatientes. En la mentalidad de numerosos compañeros, aquellas mujeres no podrían jamás combatir; en la mentalidad de algunos compañeros, era un error entregarle un arma a una mujer, cuando sobraban -según decían- hombres para combatir. Sin embargo, los hechos demostraron una verdad: que aquellas mujeres combatieron contra los soldados de la tiranía, que aquellas mujeres combatieron, y le hicieron en los combates al enemigo una proporción de bajas mayor que las que le habían hecho los hombres en otros combates”.
Fidel Castro, Discurso por la constitución de la Federación de Mujeres Cubanas
La historia empieza desde que nos identificamos el 28 de junio como feministas en resistencia [con una pancarta que después se llevó la lluvia y que tiene Marian subida a su blog]. Desde entonces empezamos a movilizarnos, a formar parte de esta resistencia y fuimos las primeras (no es cuento) en lanzar el mensaje sobre el Golpe de Estado al Mundo. En días posteriores se reunieron algunos líderes populares y armaron el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe, haciendo asambleas casi diarias y al que nosotras nos sumamos, tanto en las reuniones como en las marchas.
El Frente surgió espontáneamente en muchos lugares del país, como una explosión que solo necesitara una mecha y ahí estuvo. Con el correr del tiempo varias mujeres se nos fueron acercando y diciendo "yo quiero ser feminista en resistencia", sin tener muy claro que era, pero queriendo ser parte de ese montón de mujeres que hacíamos mantas, camisetas, llevábamos consignas. Lo que nos deja una tarea pendiente… formar una escuela feminista por ejemplo en todo el país, se me ocurre.
Luego, como saben, vinieron las represiones, los abusos sexuales contra mujeres, los abusos físicos, las detenciones. E hicimos foros de feministas con el Frente (dos, para ser exactas) internacionales donde vinieron las compañeras centroamericanas y otras más. Empezamos a documentar las violaciones sobre derechos humanos de las mujeres y últimamente, casi con el hecho de saber que la policía estaba en los hospitales (con el caso de Leo) El Comité de Familiares y Desaparecidos de Honduras nos solicitó hacer una alianza para trabajar en conjunto estando de guardia en los hospitales y en el mismo COFADEH para evitar las detenciones o al menos denunciarlas. Eso estamos haciendo ahora. Aparte de eso, todo mundo reconoció (adentro y afuera) salvo algunos pendejos que andan por allí, que las mujeres formaban un 70% de la resistencia (en acciones, en marchas, en cocinas, en todo!)
Y cuando se instala la mesa de negociaciones ¡zas!, la resistencia nos deja fuera. No dejaban entrar a la compañera Suyapa que era la delegada por Feministas en Resistencia, tuvo que entrar casi a la fuerza. Y no se quedó por supuesto. Muchos de los compañeros de la resistencia borraban nuestros graffitis de !Sí al derecho al aborto!, !Si a las PAE!, justo los que venían detrás de nosotras. Pero también hubo compañeros y compañeras que hicieron análisis lúcidos y se unieron a nosotras en este justo reclamo. Palabras menos, palabras más, no nos hicieron caso, pero el debate quedó planteado y también se está empezando a plantear este debate a nivel internacional. Y sería muy bueno que también ustedes nos apoyaran con este debate, en denunciarlo como dice Victoria, porque ya ha ocurrido en otras partes.
Lo bueno es que viendo el pronunciamiento de las compañeras latinoamericanas en Tucumán, donde se definen como Feministas en Resistencia, que esta iniciativa ha permeado Honduras, nos ha traspasado y nos ha unido en algunos puntos. Aunque todavía tenemos retos fuertes. Nosotras seguimos trabajando, aunque todavía está el debate entre institucionales y autónomas (que somos cada vez menos) lo hemos explicitado abiertamente -sin rompernos la madre, como decimos acá-. Algunas compañeras de toda la vida, feministas, no han compartido este debate, otras de nosotras sí.
Otra de las cosas que yo personalmente me planteo chicas, es que estoy exhausta, cansada, en un ambiente donde cada vez es más difícil ser autónoma, porque necesito buscar trabajo para sobrevivir y esto no es muy compatible con la resistencia, porque necesito escribir también para sobrevivir y no puedo estar en todas las reuniones que me gustaría, en un contexto donde cada vez tengo que decir, fíjense que yo soy autónoma y ya se me acabaron los recursos para las boletinas ¿alguien puede asumir esos costos?... y se oye un silencio total de las compañeras de las instituciones que sí están haciendo proyectos para poder gestionar y sobrevivir estos años ¿donde quedamos o donde quedo yo?. Ni pensar en un comercio porque con la crisis política todo se ha venido abajo. Y ya me cansé de estar con miedo (no aceptado por supuesto hasta ahora que fui al médico y me dijo que andaba mal del riñón) me preguntó ¿es que tiene miedo? y le dije francamente que no, que ya se me pasó, pero creo que mi cuerpo lo siente, especialmente miedo por Leo, por mi hija, por mi madre. El miedo que surge después del alivio de pasar una marcha con los policías detrás, el miedo que tengo escondido al levantar los testimonios de las compañeras y llegar sana a la casa.
Como me dice ahora la Ambar: Mami ¿¡regresás!?. Miedo tal vez, a que un instante sea el último. Miedo de seguir perdiendo a gente que amo. Y ¡joder! miedo y rabia de escapar sana y salva de los policías, de no poder pegarles con el mismo tolete con el que ellos nos amenazan, miedo de no poderles devolver el golpe y llevarme eso de regreso en mi cuerpo. La rabia no se me cansa, tal vez por eso todavía sigo escribiendo y protestando.
Pero... sigo escribiendo, sigo haciendo la boletina y un día de estos me encontraré a alguien que me diga que sí, que me apoya con la circulación y saldré, como es mi sueño a entrevistar a las compañeras en las comunidades, a hacer realidad mi sueño de un periódico feminista en resistencia (mientras no se gaste la frase) si no será de otra cosa.
Un abrazo fuerte
Jessica
*Jessica Isla (Jessica Sánchez) Escritora. Licenciada en Letras. Peruana-hondureña
Gentileza Lic. Rosa C. Báez (Cuba).
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