La caja negra del derrumbe: Las pruebas que se ocultan, por LucasSchaerer (Noticias Urbanas). Los datos del cuaderno de la demolición del garaje contiguo al edificio revelan las causas del hecho. Las irregularidades en las inspeccione...

La caja negra del derrumbe: Las pruebas que se ocultan, por LucasSchaerer (Noticias Urbanas).

Los datos del cuaderno de la demolición del garaje contiguo al edificio revelan las causas del hecho. Las irregularidades en las inspecciones del GCBA. Las sospechas de coimas.



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Por Lucas Schaerer



“Lo primero que van a desaparecer es el cuaderno de obra. Ya que es la clave porque es similar a la caja negra del avión. Allí queda todo registrado, las novedades diarias. Yo empezaría buscando el cuaderno de obra si estuviera a cargo de la causa o fuera damnificado”, aseveró a Noticias Urbanas sin vacilar una fuente judicial experta en causas penales productos del derrumbe de propiedades. En el cuaderno de obra queda el registro día a día y lo completa el director de obra. Allí puede figurar desde la visualización de una rajadura, hasta un volquete mal ubicado o la negativa al ingreso de un trabajador por enfermedad. Los expertos señalan que este cuaderno es un documento oficial que es puesto a disposición del supervisor de la obra por el contratista. Generalmente consta de una hoja original y 3 copias, las 3 copias son para el informe mensual, supervisor de obra y para el residente de obra; la hoja original se usa para la liquidación de obra. Todo esto es custodiado por el supervisor. Cada hoja original debe ser numerada y sellada por el dueño de la obra. A cada día calendario el contratista menciona el trabajo ejecutado en el día, los equipos, el personal, el material (cemento, asfalto etc.) y el metrado aproximado de lo realizado. El tipo y números de equipos parados y su estado de eficiencia, instrucciones recibidas de la supervisión, defectos en la ejecución de la obra y eventuales soluciones. Al terminar la jornada el contratista y la supervisión guardan una copia de la hoja del cuaderno de obra. El original se anexa a los informes mensuales de avance.Por ahora el Gobierno macrista no da a conocer la “caja negra” de la obra. Tampoco dio a conocer el registro de servicios de higiene y seguridad, que es un documento que en cada obra registra los aspectos relacionados a la cuestión laboral, según explicó a este medio el inspector en la Subsecretaría de Trabajo porteña, Edgardo Castro, que es Ingeniero en seguridad y Licenciado en Higiene y Seguridad del Trabajo. “También sería importante conocer si la obra contaba con la presentación de la resolución 550 que exige señalar el proceso de demolición”, agregó Castro que integra la Dirección General Protección del Trabajo (DGPT) y desde allí, en su calidad de delegado gremial por ATE, mantiene un constante cuestionamiento al funcionamiento del área a cargo desde hace meses del Héctor “Tito” Francisco Aguirre, quien en complicidad con la anterior Subsecretaria de Trabajo, Laura Alonso (denunciada por estafa a un jubilado), intentó disciplinarlo en mayo con la golpiza propinada por una patota sindical dentro de la sede de la Subsecretaría de Trabajo, y que sin embargo pese al ingreso otro subsecretario y cada vez más derrumbes, “Tito” Aguirre se mantiene firme en su puesto responsable del control y prevención en las obras. Aunque por estas horas se rumorea que ya no seguiría contando con el respaldo del Ministro Francisco Cabrera. Noticias Urbanas se comunicó con Aguirre para que explicara las razones de los sucesivos derrumbes y si podía confirmar su alejamiento de la DGPT. Su respuesta fue derivar el tema a prensa del Ministerio de Desarrollo Económico.

Las autoridades macristas que se muestran tan operativas en el rescate, como a la hora de presentarse en calidad de querellantes o denunciando al arquitecto de la obra, Ezequiel Mariano Rivarola, sin embargo no tuvieron tiempo para difundir en que consisten “las siete inspecciones”, según el propio ingeniero Jefe de Gobierno Mauricio Macri, que fueron realizadas a la obra de demolición del garage donde se planificaba construir un edificio lindero al derrumbado. “Porque será que el contenido de las actas de las inspecciones no salieron a la luz. Quizás porque los controles no se hicieron sobre las condiciones de seguridad. Sí tengo confirmado que se inspeccionó una vez respecto a la normativa laboral, esto quiere decir si estaban registrados los trabajadores, si reciben las cargas sociales”, expresó el inspector y licenciado Castro.



Los legisladores de la oposición concentraron sus misiles verbales solo en Jorge Ibañez, a cargo de la Agencia Gubernamental de Control, ya que en su área debe aprobar las obras con la colocación de los carteles que identifican la aprobación de la Aseguradora de Riesgos de Trabajo /ART) e identifica al arquitecto como la constructora, entre otros datos, y luego controlar que se construya lo que figuran en los planos.

Lo que no sabe, o no quiere ver la oposición, que el control de las demoliciones y las excavaciones como la ocurrida en el garage, que todo da a entender provoca el derrumbe, pasa por la Subsecretaría de Trabajo. Ezequiel Sabor, quien llegó en julio a la subsecretaria como interino proveniente de Concesiones y antes de Administración de Bienes, es quien debe vigilar que sus inspectores apliquen la resolución 550/11 titulada “anexo de demolición”, y a su vez el decreto nacional 911que refiere a las medidas de contención y submuraciones en excavaciones. “Este decreto lo aplicamos para que ningún obrero quede encerrado. La idea es contener la tierra. Por eso con el plano se presenta el diseño de excavación que se encuentra reglamentado”, explicó Edgardo Castro, un inspector dedicado a la seguridad pero que, desde hace meses, es relegado en el control de obras que se encuentra bajo el poder de la coordinación de Obras en manos de Héctor “Tito” Aguirre.

EL MECANISMO DE CORRUPCION

Desde el derrumbe del “Orion gym”, en la calle Mendoza 5030 el 9 de agosto de 2010, hasta el cierre de este artículo se calculan diez derrumbes en obras con víctimas fatales o heridos de gravedad. Cuando este medio consultó entre funcionarios judiciales, del ejecutivo porteño, legisladores, constructores, expertos técnicos y trabajadores todos acordaron que se atomizaron las cajas donde se pagan coimas. “Antes existían estancados sectores de coima. Todo eso cambió y en el medio una pelea del sindicato UOCRA con el macrismo en su Subsecretaría de Trabajo. Para los empresarios es mejor pagarle toda la cometa a la cabeza de Protección del Trabajo que garantiza que las inspecciones no caminan. Entonces la UOCRA pierde poder y empieza a denunciar porque la restructuración convirtió a las áreas en gerencias recaudadoras para la Subsecretaría de Trabajo. Todo se vuelve caja: control de obras, rubrica (los sellos), higiene y seguridad, normativa laboral, jurídicos (los expedientes con actas, el último paso a la sanción), trabajo a domicilio (los talleres textiles) y trabajo infantil y adolescente (plagado en los canales de televisión y publicidades)”, explicó un experto en el aceitado sistema de coimas que preserva por seguridad su identidad.

Desde el riñón del Ministerio de Desarrollo Económico un garganta profunda detalla que “antes tenías tres direcciones, un coordinador, unos 70 inspectores y 12 administrativos. Todo se reinspeccionaba al otro día de vencido el plazo de presentación de la documentación. Ahora pasaron a siete coordinadores, 500 trabajadores con 120 inspectores en cambio la reinspección y las intimaciones se hacen a los seis o siete meses de vencido el plazo. De hecho 12 mil expedientes desaparecieron”.

Un empresario da la clave del soborno. “Te ofrecen el trámite rápido y agarran para no demorarse. Entonces le ponen a las distintas coordinaciones. Pero para llegar al volumen de ganancia bajan la calidad del material mientras ahorran en la submuración y la contención perimetral”.

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