OPINION - LA POLÍTICA SOCIAL EN TIEMPOS DE VACAS FLACAS: UNA RESPUESTA, POR EL DR. GONZALO MOYANO SUMARIO   1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - LA POLÍTICA SOCIAL EN TIEMPOS DE VACAS FLACAS: UN...

OPINION - LA POLÍTICA SOCIAL EN TIEMPOS DE VACAS FLACAS: UNA RESPUESTA, POR EL DR. GONZALO MOYANO

SUMARIO

  1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - LA POLÍTICA SOCIAL EN TIEMPOS DE VACAS FLACAS: UNA RESPUESTA, POR EL DR. GONZALO MOYANO.

 


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From: Gonzalo Moyano

Sent: Wednesday, February 11, 2009 12:44 PM

To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Subject: LA POLÍTICA SOCIAL EN TIEMPOS DE VACAS FLACAS: UNA RESPUESTA, POR EL DR. GONZALO MOYANO

OPINION

La política social en tiempos de vacas flacas

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-117684-2009-01-04.html

Hace algunas semanas, el Boletín Oficial publicó un sesudo análisis de quien parece ser el periodista estrella, José Natanson. Había estado encargado de hacer 'otro' análisis sesudo, pocos días antes, recomendando a Cuba que abandone el socialismo; y otro, unos días después, recomendando que no haya más movilizaciones (supongo que no-oficialistas- y que dejen gobernar, y criticando severamente a la Asamblea de Gualeguaychú (este fue respondido de un modo magistral por Maristella Svampa y Roberto Gargarella).

Pero el artículo de marras es el que adjunto, y ya desde su nombre anunciaba malas cosas, del estilo de la reconversión de Laclau. Si en el artículo sobre Cuba ya recomendaba sensatez (no exactamente 'sensatez' sino LA sensatez de los gobiernos de lo que llama la "nueva izquierda latinoamericana") en este además dice que el neoliberalismo (NL) "fue (sic) un conjunto de propuestas (sic) a los viejos problemas del déficit fiscal…algunas (sic) de ellas claramente dañinas y otras (la búsqueda de equilibrios macroeconómicos) más sensatas (sic!) al punto (sic!) que se han convertido (nuevamente! Sic!) en parte fundamental de los programas de los gobiernos (y repite la cantinela) de la nueva izquierda latinoamericana".

O sea que, hasta acá, "admite" que el NL (al que le dio ya certificado de defunción) tenía cosas malas (eso parece que es cierto), pero fíjense que no era tan malo el finado. Tan no tan malo que la Nueva Izquierda Latinoamericana (NIL) tuvo bien adoptar cuestiones de su programa (lo cual demuestra de por sí que son cosas buenas por que la NIL no hace nada que sea malo (el bueno de JN no cree necesario argumentar nada de esto por lo que es un axioma: si lo aplica la NIL es bueno, más o menos como el axioma de un Laboratorio Multinacional que colaboró con Hitler).

Pero no es solo eso lo bueno del NL. Nuestro vocero oficial además dice que fue (insiste en tratarlo de finado, sin más) "una doctrina, un corpus teórico-práctico de políticas coherentes y bien presentado" (en este punto JN muestra lo que aprendió de gestión y buenas prácticas, se ve que ha leído 'papers'), y sigue: "Entre ellas una de las más difundidas fue la separación, conceptual y operativa, entre política económica y política social". No le falta razón en algo, al joven yuppie: es una de las más difundidas, y lo es precisamente porque expresa una de las cuestiones centrales del NL que es justamente determinar que lo importante es la economía (neoliberal) y que los "problemas" que esto imponga se resolverán en otro lado. Esto tiene múltiples connotaciones, pero una de ellas –y es la que más nos toca- es que es precisamente la lógica que el Banco Mundial (BM) puso en todo, pero que especialmente impuso en su célebre (a lo Nerón) documento "Invertir en Salud", que fue su informe de "Desarrollo Mundial", donde establece que la Salud es algo para exprimir ganancias y que lo que sea una "externalidad" (derecho a la salud, inequidad, uso racional de medicamentos, etc.) debe resolverse por medio de dispositivos específicos (paquetes básicos de prestación, programas verticales para algunas patologías) inclusive la "recuperación de costos" (o sea: cobrar a la gente un coseguro, como se hace acá) para modular el uso "irreflexivo" de los servicios de salud, y de paso facturar.

Pero nuestro yuppie debe contar la historia de un modo en el cual parezca que el aporte de cosas buenas del NL (una vez enterrado éste) no debe ser desaprovechado. Para ello no puede sino leer la historia precisamente con las gafas que se puso, recurre al modo en que el BM cuenta la historia. Y decide que –por ejemplo- que la "cuestión social" era concebida por los populistas como un "todo", sumando la "cuestión económica", partes de un todo indivisible. De esta descripción (digamos, discutible pero que vamos a aceptar por ahora) pasa a una deducción increíble: "ninguna de (las) experiencias (populistas) tuvo al área social como una de sus prioridades porque la –usemos la vieja (sic) expresión- justicia social era concebida como el resultado natural de una buena estrategia económica". O sea que –por ejemplo- el primer peronismo no tuvo políticas sociales que no se derivaran como producto subalterno del éxito económico. No tuvo una Fundación Evita, no tuvo políticas de inclusión en educación, no extendió la política sanitaria de un modo increíble, no tuvo políticas laborales (al punto de instaurar la doctrina de 'in dubio pro obrero' en temas de salud y accidentología laboral). Solo se preocupó por la economía y que de allí se derivaran mejoras en lo social, por lo cual (y solo así) el capital y el trabajo se dividieron en partes casi iguales en los '50.

Y quien vino a romper esta lógica fue precisamente el finado.

Luego de hacer una crítica básicamente al "tecnocratismo" del NL (crítica correcta pero que claramente no agota lo que hay que criticar del NL), increíblemente, al hablar de K y conceder que algo del modelo económico lo precedió, dice "el efecto redistributivo … no se apoyó, entonces, en el despliegue de nuevas políticas sociales, sino a la mejora del mercado laboral" (y no especifica con claridad dado que no hay cifras, claro, por la destrucción sistemática de la que el INDEK es objeto; solo da las cifras de 2002 y dice que todo mejoró), pero sigue "en aquellos años dorados (¿?) el Gobierno actuaba en base a la convicción de que los avances sociales debían producirse como un efecto de la recuperación del trabajo, lo que lo emparentaba gratamente (sic) con las experiencias nacionales-populares del pasado y revestía de un progresismo auténtico a su política económica". Es interesante como la apuesta al "derrame" de una política iniciada por Duhalde, y en la cual no se avanzó más (en términos de tasa de desocupación y de informalidad, de cifras que no cita por las razones que ya mencionamos) que en la época de Menem, con un decil más rico con 30 veces las ganancias del más pobre (comparando con lo que supuestamente "emparenta gratamente" con pleno empleo y distribución 50% al trabajo y 50% al capital), exclusión de una Central Obrera con precisamente sostén de políticas ambientales y de salud impuestas por el NL y desarrolladas por este gobierno COMO NINGÚN OTRO, magras mejoras en políticas laborales específicas (no se hace con las ART lo que se hizo con las AFJP), donde la vida de un obrero sigue teniendo un tope de US$50.000, es interesante como todo esto (y podríamos seguir, el aborto, cuestiones de DDHH despojado el exitismo impostado) revestía (al gobierno) en un progresismo auténtico EN su política económica.

Pero si uno insiste es porque en realidad hay más y peor.

"Este proceso virtuoso se extendió, como mucho, hasta mediados de 2007" y admite tres razones para lo que llama "peligro frente a los avances":

1) la inflación (y por fin confiesa el problema –que es solo uno de ellos- que significó la intervención del INDEK) que perjudica más a los pobres y que asume que debe andar por un 10% más que la oficial (asunción que no implica poco desparpajo).

2) la evolución (o involución?) del empleo (si bien lo sitúa solo en un límite de elasticidad empleo-producto, y cita trabajos, por ejemplo de Beccaria).

3) admite que tendrá importancia aquí la llamada "crisis mundial", y elípticamente menciona razones por las que los más vulnerables la pasarán peor (se verá por qué esta insistencia), confesando que las políticas que ha "lanzado" el gobierno no pueden tener efectos en ese sector de la población (uno diría que ni siquiera se animan a apostar a un cierto keynesianismo; solo se tiene expectativa en que la capa de gente que podría gastar y se ha retraído en sus gastos, decida 'confiar' y gastar eso que puede, el mismo JN admite que "solo dos medidas fueron a los más vulnerables: $200 a los jubilados y entre $100 y $150 a los "planes").

Luego de otras imprecisiones groseras (pone el inicio de esta crisis hace dos años, y esto no es así por más indicios que hubo), dice que esta situación "sugiere correcciones profundas a las políticas sociales".

Y entonces aclara que hay que "revisar los fundamentos políticos", porque no se puede apostar a que las cosas se resuelvan "solo" con la política de "empleo" (insistimos, en esto que pasa JN ve una política de empleo) y cuando confiesa que los "planes" se redujeron a la mitad dice que la razón es que se cree (falsamente, por lo menos) que la razón por su "insólito" (sic) congelamiento (ya no la disminución de beneficiarios sino el congelamiento del monto, pero no menciona lo perverso del "upgrade" de los planes, "familias", donde se exige una 'contraprestación' de 'las madres' que deben acreditar controles en Centros de Salud devastados y colonizados por las políticas focalizadas del BM, vulnerando el principio de salud como derecho).

Finalmente recomienda imitar a los programas de inclusión de Brasil, donde en vez de congelar el monto y disminuir a la mitad los beneficiarios, han multiplicado estos por 5 y ampliado sus beneficios sobre la base del derecho.

Lo de Brasil daría para otra discusión, pero lo que podría perderse si no se enfatiza es que lo que recomienda el bueno de JN es rescatar lo bueno del NL, que superó los problemas de concepción de peronismo de los '50. Uno podría pensar que una campaña de distribución de alimentos es necesaria en un momento, o la creación de "planes". El problema es precisamente en el marco de qué política se hace.

En 1979 el establishment mundial (sobre todo vinculado a salud), reunido en la localidad de Bellagio, Italia decidió que las propuestas de Atención Primaria de la Salud (decididas por todo el mundo en Alma-Ata, el año anterior) eran demasiado ambiciosas y se requería "urgentemente" medidas verticales para paliar la crisis. Esas medias cumplieron el papel de desplazar cualquier medida estructural y profunda, y entregó la salud al Banco Mundial. Desde allí, el Banco sufrió críticas e insultos pero jamás retrocedió. En este país se discute como aplicar 'mejor' sus políticas pero no se admite siquiera volver a pensar las cosas (aun para luego repensarlas de acuerdo a las necesidades y recursos actuales) como hace unas décadas. Se trata de cuadrarse a lo que el BM dice y comentar que el NL está muerto. Y cuando uno advierte que trabajan para el enemigo histórico, a uno lo acusan de retardatario. Había un sultán que decía que "nos" habíamos quedado en el '50. Es una crítica interesante, sobre todo que el mismo sultán nos acusaba de "gorilas" mientras se abrazada con Rojas. JN está cumpliendo el papel de hacer digerible lo que en 2001 se nos hizo indigerible. Hay gente que se acostumbra a todo. El próximo presidente putativo de Uruguay solía decir que "no se puede hacer otra cosa  porque el cow boy está a los tiros"; y "hoy asfaltar una calle es revolucionario". De donde tendríamos que Macri es flor de revolucionario, aunque el hecho de que no esté más el cowboy no sé donde nos conduce.

Una gaseosa antes decía "tomá lo bueno" (será eso lo que leyó el bueno de JN?). Ahora dice "la vida es como te la tomás" (así que podés tomarte las cosas con calma, no son tus hijos los que morirán hoy, la mujer que hoy morirá por un aborto inseguro no sos vos ni es tu pariente). Tómenlo como quieran. Convendría saber de qué lado está la vida.

 

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