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SUMARIO
1 - AMÉRICA LATINA: AMÉRICA LATINA: REALIDADES COMPLEJAS Y NUEVAS CONCEPTUALIZACIONES CRÍTICAS, POR OVIDIO S. D'ANGELO HERNÁNDEZ (DICIEMBRE 2007) - GENTILEZA PATRIA LIBRE SOCIALISTA (PERÚ).
2 - CHILE / BRASIL: OPINIÓN - SALVADOR ALLENDE, POR FREI BETTO - GENTILEZA MIGUEL LONGARINI (ARGENTINA).
3 - COLOMBIA: RESUMEN "VOZ DE COLOMBIA" Nº 136 - GENTILEZA INGRID STORGEN (COLOMBIA).
4 - PERÚ: OPINIÓN - LA SEGUNDA OLA NEOLIBERAL, POR RAÚL WIENER (LA PRIMERA) - GENTILEZA PATRIA LIBRE SOCIALISTA (PERÚ).
5 - PERÚ: OPINIÓN - RECORDANDO AL ÚNICO GOBERNANTE EN SERIO DEL SIGLO XX: VELASCO PUSO FIN A NUESTRA EDAD MEDIA, POR ISMAEL LEÓN ARIAS (PERÚ).
6 - VENEZUELA: OPINIÓN - PARA CADA ABISMO HAY UN PUENTE (HUMANIDAD Y NO MÁS IDEOLOGÍAS), POR MICHEL BALIVO (VENEZUELA).
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From: patria libre socialista perú
Sent: Sunday, June 29, 2008 2:43 AM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: AMÉRICA LATINA: REALIDADES COMPLEJAS Y NUEVAS CONCEPTUALIZACIONES CRÍTICAS, POR OVIDIO S. D'ANGELO HERNÁNDEZ (DICIEMBRE 2007)
América Latina.- Realidades complejas y nuevas conceptualizaciones críticas.-
Ovidio S. D´Angelo Hernández dic-2007
Introducción.-
El mundo parece vivir a una marcha acelerada, impensable hace varias décadas. Este es uno de esos momentos de inflexiones que nos trae esperanzas e incertezas, duras o esperanzadoras realidades y utopías posibles.
Estamos viviendo en otro mundo diferente al de la época del auge de movimientos de liberación, de un balance entre bloques internacionales de signos opuestos, de representación de la “marcha inexorable del socialismo”, de desconocimiento de las urgencias respecto al cambio climático universal.
La desconfiguración de esa época ocurre a fines del siglo XX, con el fracaso del llamado “socialismo real” y el surgimiento de variaciones de modelos socialistas asiáticos hacia un papel más activo del mercado, la hegemonía unipolar de los EE UU y sus guerras unilaterales –regionales, pero de repercusión mundial-, la focalización de los “problemas globales” con mayor claridad que nunca, ya sea en el ámbito ecológico como el social.
El auge de movimientos sociales heterogéneos en el mundo, el intento de construcción de nuevas experiencias sociales alternativas a la globalización neoliberal, la nueva reconfiguración de bloques comerciales y alianzas internacionales –sobre todo a partir de las economías emergentes de Asia y el ALBA- nos prefiguran los contornos, problemas y desafíos en el diseño de esas nuevas realidades.
“Un mundo mejor es posible”, surge como clamor masivo de esperanzas…; “un mundo peor también es posible” , resuena como eco de sano escepticismo vigilante.
Ante un contexto no sujeto a leyes inexorables sino al interjuego de múltiples acciones y retroacciones, la mirada y el pensamiento de la época anterior –con toda su fertilización positiva y basal- (me refiero, sobre todo, a las tendencias de pensamiento crítico generadas en diversas latitudes, pero también a las simientes germinadoras del pensamiento crítico y emancipador latinoamericano), podría estar siendo retado en su necesaria profundización y reorientación de los modos de comprensión de la realidad y sus prácticas transformadoras.
El mundo no sólo se ha diversificado, sino que se han vuelto más complicadas e interdependientes sus multirrelaciones.
Nuevas formas de movimientos, procesos y prácticas sociales alternativas emergen en los diversos contextos latinoamericanos; consecuentemente, una elaboración desde nuevas construcciones teoréticas y reconceptualizaciones esenciales pueden favorecer la mejor comprensión de los procesos existentes y las direcciones necesarias de las transformaciones posibles.
Una mirada desde las perspectivas de la complejidad (real-conceptual) y con intenciones de construcción de una praxis-ética de emancipación humana, abarcaría las preocupaciones del desarrollo actual de las tramas intervinculares del pensamiento y la refundación de nuestras sociedades existentes.
La refundación de lo existente será causa y consecuencia de las retroacciones complejas entre praxis social y pensamiento crítico renovado (esto es, actualizado constantemente).
Los propósitos más generales del presente trabajo, por tanto, se dirigen a continuar el intento, ya iniciado por otros autores de articular, desde la posición de reconstrucción renovadora de las ciencias sociales(1).-, el paradigma critico y emancipatorio latinoamericano, -en sus principales propuestas de transformación social- con la perspectiva de la complejidad, en las condiciones del más reciente desarrollo de los acontecimientos sociales en el continente.
Al ubicar la problemática partimos de las realidades macro-continentales y nacionales en las que se inscribe el momento actual, privilegiando dimensiones de articulaciones socio-económicas integracionistas, de tendencias socializadoras o privatizadoras de los recursos y de democratización representativa formal o participativa y protagónica, las que en sus articulaciones conforman contextos complejos y contradictorios en tensión, que reclaman otro nuevos análisis conceptuales y estratégicos para una praxis emancipatoria efectiva.
La tesis central que se defiende es la de que los procesos sociales complejos –de diferentes signos ideológicos- que vivimos en el continente plantean contradicciones, problemas y desafíos generales y particulares que necesitan ubicarse en perspectivas de comprensión de sus contextualidades complejas coexistentes y diversas, así como en sus tramas espacio-temporales vinculares múltiples.
El planteo de una proyección hacia la construcción de autonomías integradoras, a partir de estas articulaciones teórico-prácticas, enfatiza nuevas formas de comprensión de los procesos de autogestión social en interacción con las políticas públicas y la gestión del Estado; coloca el análisis de los procesos instituyentes de las prácticas cotidianas y la subjetividad social como elementos centrales de esas contextualidades complejas, para considerar las urgencias y posibilidades del diseño de alternativas políticas y modalidades de acción social, a partir del ejercicio de contrahegemonías emancipatorias –no sólo antisistémicas y antiglobalizadoras-, como condición fundante y sistemática de las institucionalizaciones populares alternativas y como premisa de su reproducción ampliada y antialienadora.
Los conceptos centrales que aportamos son, por tanto:
Contextualidad social compleja, Praxis contrahegemónicas emancipatorias y Autonomía integradora.
Se trata de propiciar avances hacia la comprensión de contextualidades sociales complejas, ubicadas en los momentos-situación respectivos de los diferentes países y bloques emergentes, dentro de esquemas realistas y a partir de balances posibles de negociación y presiones entre las diferentes fuerzas sociales en cada país, hacia formas más civilizadas de participación que favorezcan la problematización crítica contrahegemónica, junto a la concertación de posiciones disímiles –no exenta de crisis y oposiciones ideológicas de alto riesgo-, de modo que permitan la generación de subjetividades y prácticas sociales emancipatorias, para el logro de formas de convivencia social más humanizada y la producción y redistribución de la riqueza y el poder social, extendida a todos los sectores de la población, especialmente con beneficio de los excluidos y empobrecidos.
Principios de refundación y reconceptualización.-
Como planteamos, la refundación de lo existente en América Latina, tiene que dar cuenta de la autogeneración de praxis sociales diferentes desde los movimientos sociales y políticos, etc. y de una reconceptualización que la interprete y sirva de cauce integrador a las alternativas de utopías posibles. La realidad y la conceptualización se unen en una comprensión epistemológica compleja sujeto-objeto(2).
Estas comprensiones epistemológicas de la complejidad, como nuevo paradigma de las ciencias sociales y otras disciplinas, presentan posibilidades confluyentes con ópticas tercermundistas, latinoamericanas y emancipatorias que –con intención de síntesis y más allá del eurocentrismo característico de las teorías generadoras en boga- comienzan a ocupar un lugar destacado como opciones sociales y políticas transformadoras novedosas.
Una experiencia integradora de saberes hacia la que podrían apuntar estas perspectivas, debería ser construida – es la tesis que asumimos- en la dimensión transdisciplinaria socio-histórico-psico-filosófica-política, pero también bebiendo del saber cotidiano, para avanzar una hermenéutica crítica aportadora en la profundidad de las relaciones estructurales, normativas y comportamentales de la sociedad, que se resuelva en nuevas aproximaciones a la articulación entre participación social y subjetividad social -con sus expresiones contradictorias de poder-impotencia y de autodeterminación-dominación-complacencia.
Así, la complejidad social se expresa no sólo en lo complicado de los procesos, sino en la multidimensionalidad de sus relaciones e intenciones, que dan lugar a los rasgos siguientes de la dinámica de los procesos sociales (Navarro P. 1996):
-Elementos emergentes y nuevos, que incrementan la diversidad social, las identidades múltiples, la multiplicidad de actores sociales.
-Procesos intencionales múltiples, que generan siempre efectos o refracciones insospechadas.
-Esquemas de interacciones virtuales -existentes pero no actuales- que operan sin requerir la reflexión de las conciencias vinculadas, y otros fenómenos inconscientes.
-Posibilidades autopoiéticas, de autorreproducción, de autoorganización, de transformación positiva.
Coincide este proceso renovador con la impronta, proyectada desde sus orígenes en las ciencias exactas y naturales, del paradigma o perspectiva de la complejidad que, a juicio de Frederic Munné (2001): “no sólo hay que verlo como un paradigma, ni contrapuesto ni alternativo, sino integrador…con referencia a la simplicidad y al reduccionismo. La cuestión es: ¿qué sentido tiene la totalidad desde la complejidad?”.
J.L. Rebellato (2000, pág. 53), lo ha expuesto de otra manera: “existen perspectivas concluyentes que permiten visualizar la emergencia de un nuevo paradigma; dicho paradigma se sustenta en una opción ético-política emancipatoria, abierta al aporte de las distintas corrientes del pensamiento crítico; el paradigma de la complejidad constituye una de sus vertientes fundamentales, pero requiere ser reformulado desde una ética de la liberación, centrada en los valores de la autonomía y de la dignidad….”(3)
Hay puntos de convergencia en nuestro planteo con lo que De Souza (2005, 45) ha denominado la necesidad “de un pensamiento alternativo sobre las alternativas” , en el que las trayectorias dialécticas entre ignorancia-saber, caos-orden, tengan un punto de llegada: la solidaridad, entendida como conocimiento emancipador.
Contextualización compleja(4) y praxis emancipatoria.-
En la relación compleja parte-todo y objetivo-subjetiva de la realidad, la noción de contexto que proponemos involucra tanto al sistema (individuo, relaciones interpersonales, grupos, sociedad) como a sus entornos posibles. En este caso, vale la relación marxiana de totalidad-individualidad (Manuscritos del 44), igual que la afirmación orteguiana: “Yo soy yo y mis circunstancias…” ; podríamos decir, parodiando al propio Ortega que el sistema (tanto si es el individuo, como el sistema interrelación personal-mediación social ó el sistema social general) forma, junto con sus entornos reales y virtuales, su propio contexto, como dimensión de la relación parte-todo que lo constituye. Es la relación sistema-entorno (N. Luhman) la que conforma sus propios contextos(5).
Contextualidad compleja, entonces, podría comprenderse como cualidad espacio-temporal hologramática de los sistemas dados; es decir, con connotación epocal-situacional concreta(6) en que los individuos (grupos y otros “sistemas humanos”) elaboran las configuraciones de la praxis-subjetividad, sus símbolos y sus sentidos propios y diversos, reales-virtuales, incoherentes y coherentes, en las tramas vinculares micro-macro-, parte-todo, objetividad-subjetividad.
Esta cualidad de integración espacio-temporal, real-virtual de la contextualidad se constituye como plexo (socio-histórico-cultural-natural) de las individualidades y grupalidades: desde lo espacial, expresa las condiciones de territorialidad como ubicaciones diversas de los posicionamientos individuales-micro-macro sociales, en situaciones geográficas y estructuras-relaciones sociales específicas y cambiantes, que se producen a través del tránsito y pertenencia a localidades e instituciones establecidas; desde lo temporal, (sólo de manera ilustrativa discernible como diferente de lo espacial) se expresan sus trayectorias de vida, el momento histórico general-universal-nacional-local de la situación social y cultural, geográfica, de una época y sus configuraciones cambiantes desde la objetividad-subjetividad que transcurren en los diversos momentos-situaciones de las espacialidades concretas.
Así, la contextualidad compleja sería la cualidad espacio-temporal del tejido vincular, de cierta forma impredecible, de las relaciones humanas y su carácter estructural, construccional y valorativo, que nos lleva a una comprensión más abarcadora de las dimensiones objetivo-subjetivas constitutivas de las individualidades, actores y sistemas sociales, de los patrones de interacción social, normas, ritos, tradiciones y otras cualidades simbólicas que los configuran.
El intento de teorización acerca de la noción de contexto complejo aportaría una construcción epistemológica de segundo orden (metacognitivo), transgrediendo las fronteras entre saberes científicos aparentemente distantes y opuestos. Esto apunta a la noción de reflexividad en la comprensión del individuo, grupo, sociedad, en las condiciones constitutivas y las operaciones mediante las cuales transforma sus relaciones con sus entornos, lo que conduce a:
-La necesidad de exploración de los modelos o sistemas sociales en momentos-situación diversos, que presentan la coexistencia de contextos espacio-temporales especiales.
-La aplicación flexible de diseños de modelos-políticas a las condiciones contextuales especiales: coexistencia de diferentes formas posibles de propiedad y asociatividad social con beneficios sociales priorizados (dialogicidad-armonía-tensión).
-La necesidad de trabajar las contradicciones particulares y sus relaciones hologramáticas (las totalidades-particularidades) en la elaboración general de sociedad alternativas, aplicar el concepto de subjetividades-praxis emancipatoria en todo el diapasón de su amplitud, unido a la sistematicidad de la práctica de contrahegemonías emancipatorias, como antídoto a la alienación popular del poder, a través de la construcción de sujetos populares en marcos de Autonomía Integradora (ver más adelante).
Una elaboración de la construcción social real y sus significaciones, a partir de contextos de hologramaticidad social-natural y dinámicas espacio-temporales recursivas, brindaría la posibilidad de comprensión auto-eco-semio-organizadora contextual de los subsistemas y procesos sociales, así como de la re-elaboración reflexiva de sus tejidos vinculares, con intención de una praxis social realmente emancipatoria(7).
La realidad existente y cambiante.-
América Latina vive un momento de reconfiguraciones ideológico-políticas. Sin intentar abordar la extensión imaginable del tema, me parecen importantes resaltar varios ejes de análisis que pueden estar centrados en las polémicas y aportaciones de reconstrucción de nuestro pensamiento crítico y las posibilidades de su aplicación a la construcción de nuevas realidades posibles, las que pueden analizarse en sus intervinculaciones múltiples y complejas asociadas a formas de organización económica, institucionalidad social y políticas públicas, que ocurren en el marco de una diversidad de realineaciones entre países que, en el momento presente, prefiguran modelos de integraciones sub-regionales intervinculantes y, a veces, contradictorios (8).
Los modelos de sociedad y de economía se integran como espacios-territoriales con vasos comunicantes en los que empiezan a delinearse sus cursos posteriores, no exentos de riesgos posibles: ¿inclusión?, ¿complementariedad?, ¿competencia?, ¿sujeción a intereses externos?.
Una nueva comprensión de la contextualidad compleja aportaría el análisis del “espacio-temporal socio-histórico-cultural-natural” en las condiciones de “momento-situación” diferentes y coexistentes en nuestros países, lo que involucra las intervinculaciones de sistemas económico-jurídicos-sociales-políticos vistos en su trama compleja con la formación de subjetividades hegemónicas y contrahegemónicas en tensión y enfrentamiento, cuyas tendencias no están prefiguradas: ¿sometedoras o emancipatorias?.
En este marco general, el enfoque de aspectos importantes como: Socialización - Privatización neoliberal; y Democratización real vs. Democracia formal - autoritarismo - centralización, que se prefiguran como campos de renovación claves.
De las tramas complejas de relaciones entre esos ejes temáticos y las conceptualizaciones y praxis instituidas a las que se deben, se plantearían las posibilidades de:
Nuevas configuraciones de Contextualidades Complejas para Subjetividades y Praxis –rediseño institucional y acción social- Emancipatorias.
Socialización - Privatización:
El tema de la socialización vs privatización de los medios de producción ha sido objeto de polémicas agudas, tanto para los sistemas con referentes socialistas como capitalistas, en el continente.
El modelo de privatización en Argentina, bajo el gobierno de Carlos Menem (colocando un caso extremo) llevó al desastre económico y social al país.
El aprovechamiento del (por el) capital internacional y generación de capital nacional se ha realizado de diferentes formas, en otros países, en sus momentos-situaciones particulares.
En otro caso polar, el de Cuba, de tradición larga de la propiedad estatal absolutamente predominante, después de la crisis del socialismo real y a partir de 1992, se amplió el papel de ciertas formas de incursión del capital privado o mixto en la economía.
Por otro lado, el papel de la misma propiedad estatal, con mucho y reformas diversas, no ha logrado expresarse totalmente como propiedad social en un sentido amplio y reconocido. El sentido de propietario social (en los trabajadores y en otros sectores populares) no ha sido realmente construido y se mantuvo, quizás, como ideal de la imaginación colectiva en el “período heroico”, del avance socialista mundial ininterrumpido.
De manera que el problema Socialización - Privatización está vigente en países capitalistas como en el modelo socialista propio, y las soluciones de futuro inmediato permanecen inexploradas, aún cuando hay una cierta sensibilidad hacia sus reenfoques posibles.
El problema, en otros países, ha surgido desde el predominio de la producción capitalista y la realidad paralela del mercado informal en sectores marginales y excluidos. Colateralmente, en varios casos, se han dedicado políticas públicas a la promoción y generación de formas económicas solidarias, autogestionarias y cooperativas, a la par que se mantiene la pequeña y media propiedad empresarial, coexistiendo con determinadas formas de gran capital transnacional.
El análisis de las experiencias de estas formas de producción-comercialización, basadas en el cooperativismo solidario, resultan atractivas y pueden estar prefigurando una de las modalidades a través de las cuáles pueda encontrar solución el problema de la socialización de la producción y sus beneficios.
A. Chaguaceda (2007, 123), se refiere a este proceso de auge solidario como “desmercantilización positiva”, fundada en la noción de complementariedad entre las diversas formas de propiedad, bajo la idea de involucramiento de todos los sectores populares en diferentes espacios de participación y de su control social.
Boaventura De Souza (2005, 82-88), denomina a esta actividad económica como el tercer sector de economía autogestora que implicaría valores de “cooperación, solidaridad, participación, equidad, transparencia, democracia interna” y que tiene una relevancia actual en los países “centrales” y en los “periféricos”. En su opinión, en estos últimos, varios son los retos de esta modalidad comunitaria popular de economía y participación social:
-El promover la reinserción de trabajadores y familias afectadas por las crisis, reestructuración industrial –procesos de privatización, etc.-, en vez de consolidarse por las vías de los valores solidarios, podría ser que actúe como un apaciguador de las tensiones generadas por los conflictos con el dominio neoliberal.
-Igualmente –lo que es señalado también por otros autores-, algunas formas de organización cooperativa están más cerca del sector privado que del público y corren el riesgo de capitalizarse en la dirección de una socialidad no colectiva.
-Por su forma organizativa, los mecanismos de participación mal empleados, estilos aceptados de despotismo o autoritarismo, pueden generar distanciamientos entre las organizaciones y las comunidades.
De cualquier manera, las tensiones entre economía popular solidaria (en posibles alianzas tácticas con estamentos de los Estados y sus políticas públicas, ONG, las pyme y ciertos sectores de capital privado de mayor envergadura y otros sectores dominantes de capital), también plantean posibles balances diferentes entre Socialización-Privatización, aún de signos no definitivos, sobre todo si se tiene en cuenta que, como plantea Emir Sader (2003), se trata de la incompatibilidad de convivencia de dos lógicas contradictorias.
En este sentido, los balances de fuerza posible determinarán las vías de convivencia, amplitud y transformación de la ecuación social de aceptación o rupturas entre las diferentes formas de propiedad, la que debería encaminarse, en mi opinión, hacia el principio de subordinación flexible a la necesidad y al beneficio social.
De manera que en este eje temático también se plantean retos importantes para la reconfiguración de contextualidades complejas (con componentes que pueden ser contradictorios o complementarios) que desemboquen en una intención de beneficio social amplio y avance en una dirección inclusiva y emancipatoria.
Democratización real vs. Democracia formal-autoritarismo-centralización:
En el marco de las relaciones de poder político, las antinomias se plantean hoy entre los referentes de la democracia representativa tradicional (más a la izquierda o a la derecha) y los retos de construcción de una democracia que, rescatando los componentes positivos del modelo representativo formal, integre la dimensión participativa y protagónica popular. El tema está estrechamente vinculado a concepciones del espacio y ejercicio de los derechos humanos (cívicos y sociales) fundamentales, pero enmarcados no sólo en una óptica liberal, sino popular emancipatoria.
Los temas de institucionalidad democrática y derechos humanos han sido remarcados, con frecuencia, desde esas posiciones liberales.
Sin embargo, desde un enfoque emancipatorio humanista popular, se corresponderían con las bases mismas de la teoría marxista del socialismo y, en este mismo sentido, se ubica en relación a las posibilidades de autogestión social y emancipación humana.
Este tema de la autogestión social debemos enmarcarlo, brevemente, en los propósitos del presente trabajo, ya que ha sido objeto de tratamiento y uso por diferentes corrientes y en situaciones sociopolíticas diversas a lo largo de la historia del pensamiento y de la práctica social. De un lado, se ha remitido al ámbito económico, social o político, como autogestión empresarial, autogestión obrera, autogestión comunitaria, local, sistema autogestionario nacional (como el fallido socialismo autogestionario yugoeslavo), etc. También un uso moderado del término remite a su empleo como proceso funcional a los sistemas capitalistas que promueven un cierto grado de desregulación estatal que es funcional al mantenimiento del sistema.
En nuestro caso, nos estamos refiriendo a la autogestión como un modo aplicable a todas las agencias humanas en la sociedad en su dimensión de poder, en todos los niveles, pero cuyo marco de acción necesita articularse con las funciones estatales de manera armoniosa y con una intención de construcción solidaria y emancipatoria, para la construcción realmente democrática.
Según Humberto Miranda (2006): “La autogestión es un concepto que abarca una actitud ante la vida. Un concepto que hace referencia a la actuación individual o grupal de modo autónomo. Se hace referencia a una manera específica de organizar la vida de las personas, como un proceso de combinación de factores económicos, políticos, psicológicos, afectivos, volitivos; todo un proceso de interacción social-humana, en el cual las personas toman debida rienda de sus vidas, 'asaltan' el proceso de toma de decisiones, con un debido balance de lo individual y lo colectivo.
Autogestión significa organizar la vida de modo conciente (conciencia individual y de la pertenencia a un colectivo humano) teniendo como objetivo el mejoramiento humano íntegro, más allá de los estrechos marcos de la economía. Una forma de transición de la acumulación social a la acumulación política, como clave para entender y realizar el proceso de socialización de la producción, el conocimiento y el poder, para realizar un proceso real de subsunción de la política por la sociedad (lo que Marx llamara la absorción de la sociedad política por la sociedad civil)”.
En este sentido amplio e integral, hay que reconocer que la autogestión social no se ha alcanzado en ninguna experiencia de transformación social.
Como expresa Texier J. (pág. 42), refiriendo el asunto a su dimensión económica: “Solo en función de una economía como un todo, se debe examinar el problema de la autogestión y el de las formas de propiedad que permitan a la planificación tomar en cuenta la totalidad económica y sus equilibrios” (9).
La importancia del tema estriba, a consideración del autor (pág. 34), en que “el socialismo es radicalización de la democracia… poder del demos….”; en este sentido, señala que la democracia es también una forma de autogobierno que implica la autonomía de los trabajadores-ciudadanos y que el concepto de autogestión abre a una concepción antiburocrática que es muy útil para el análisis social.
A propósito, esta dimensión antiburocrática –en su concepción estructural sociológica y no coyuntural administrativa- se mantiene, en mi opinión, como un reto de gran importancia a enfrentar desde la teoría y la práctica para el triunfo y consolidación de los nuevos socialismos posibles.
En esta parte del trabajo, una pregunta esencial, entonces, es la misma que se hizo J. Texier (citado): “¿se puede concebir el socialismo sin democracia y sin autogestión?”.
El objetivo de la transformación social en una concepción socialista emancipatoria estaría encaminado al logro del desarrollo social humano multifacético, armonioso, integral, que implica el disfrute de las actividades y relaciones sociales, el despliegue de las potencialidades propias, el logro de valores de dignidad humana y solidaridad.
Ello implicaría –pienso- la desenajenación de las relaciones interpersonales y sociales, la dignificación del trabajo y las condiciones de vida, la transparencia institucional sobre base de compromisos y poderes compartidos, lo que plantea, directamente, el problema de la gestión social, la co-gestión y, más particularmente la autogestión como forma de balance de los poderes centrales y locales, individuales, grupales e institucionales, como compensación, diversificación y aportación de emergencias creativas a los poderes centralizados del Estado, en los ámbitos social, económico, jurídico y de participación política y al dominio del capital empresarial.
La cuestión de la autogestión social, vista desde los instrumentos de autogobierno local y comunitario, requiere ser considerada en todas esas dimensiones.
Asimismo, no se trataría del tema de la autogestión comunitaria de la manera en que es manejado por diferentes instituciones internacionales o nacionales, con la intención de desentendimiento de zonas de la sociedad autorreguladas, para aliviar las presiones al sistema total, pero sin una función cuestionadora ni contrahegemónica. El tema guarda una estrecha relación con la dimensión institucional del diseño político, que toma contacto con el debatido tema de la sociedad civil.
Resulta importante aquí la concepción de sociedad civil no sólo como conjunto de instituciones, sino como conjunto de relaciones, de estructuras, de valores, de conceptos que legitiman o no las hegemonías existentes (Acanda J.L. 1999, pág. 161), que conforman ciertos espacios sociales. Tema que plantea nuevos retos al tratamiento de la autogestión social y la participación popular, y que pone de relieve las necesarias articulaciones entre las instancias y temas prioritarios de la reconstrucción social, aún emergiendo las contradicciones fundamentales respecto al carácter clasista o popular, dominador o participativo del Estado y del sistema social de que se trate.
Es decir, desde la perspectiva que enfocamos, la relación entre las formas de autogobierno local y de instituciones profesionales, organizaciones de masas, iglesias, etc., y la presencia de representantes de instituciones estatales y políticas que tienen relación con la gestión de la vida económica, social y cultural de la comunidad o la localidad, crearía las bases de un poder popular amplio y diversificado que garantizaría la pluralidad y el debate productivos con la presencia de espacios, formas de regulación y producción de subjetividades, que pudieran (debieran) tener un sentido de direccionalidad emancipatoria.
Martín Hopenhayn (citado) destaca al respecto como desde las propuestas alternativas al neoliberalismo se destaca el papel de lo local en un contexto más amplio y a partir de una revalorización del concepto de democracia: “frente a la complejidad creciente del tejido social y la consiguiente crisis de gobernabilidad, el tipo de democracia que se plantea como deseable es aquélla basada en una amplia concertación social….entre lo micro y lo macro y entre lo local y lo nacional”, planteamiento muy interesante por lo que sugiere en términos de “una democracia con capacidad articuladora (que) permitiría optimizar los niveles de participación social, de descentralización de los procesos decisorios, de asignación de recursos entre los agentes del desarrollo y de distribución de los frutos del crecimiento”.
No obstante, lo cierto es que el planteo también genérico del asunto, como receta aplicable a cualquier régimen social (en su contexto particular-general y su momento-situación especial) deja sin resolver la cuestión fundamental del paradigma emancipatorio, cual es la participación en el poder de los sectores excluidos y oprimidos.
Una nueva concepción del Estado -sobre la que hay puntos de coincidencia entre diversos autores-, hacia la que debería tender la nueva sociedad solidaria, plantearía el tema de un Nuevo Contrato Social (De Souza, 2005), retomando el análisis de Marx sobre la experiencia de la Comuna de París –avanzar hacia la eliminación del Estado como lo conocemos actualmente- (G. Valdés, citado, L. Marcelo Yera, 2007); esto es, considerar el Estado como una instancia redistributiva y coordinadora fundamental (10).
La articulación, desde el pensamiento crítico y emancipatorio, de las dimensiones económicas, jurídicas, políticas, sociales, psicológicas, en una perspectiva de cambio cultural-civilizatorio, podrían acompañar de manera constructiva y más efectiva las nuevas prácticas alternativas y las soluciones –aún utópicas- posibles.
En este punto que analizamos, por tanto, la cuestión principal radica en como propiciar diseños de democratización real, a partir de las institucionalidades que la propicien y que contrarresten las formas de totalitarismo económico-cultural neoliberal o de autoritarismo populista y centralización estatal que impiden su desarrollo real hacia una posibilidad emancipatoria plena.
Hacia una subjetividad y praxis social emancipatoria.-
Como indica De Souza (citado, 44): “el paso del conocimiento-como-regulación a un conocimiento-como-emancipación no es sólo de orden epistemológico, sino que implica un tránsito desde el conocimiento a la acción”.
De manera que esta relación conocimiento-acción se resuelve en la dimensión de la praxis emancipatoria, que es una reflexión sobre las prácticas y sus fines, conjunción ella misma de la realidad objetivo-subjetiva y acción social constructiva. La contextualidad compleja incorpora un elemento de reflexividad, en tanto los actores del sistema le incorporan las emergencias virtuales del imaginario social en sus retroacciones con el desenvolvimiento de las formas estructurales y de institucionalidad social.
Al decir de J. Ibáñez, (citando a P. Navarro, 1991): “en el presupuesto de reflexividad, un sistema está constituido por la interferencia recíproca entre la actividad del sistema objeto y la actividad objetivadora del sujeto”.
En el caso de los sistemas humanos –intencionales- la reflexividad se expresa en la autoproducción de sus condiciones sistema-entorno, como acción vincular y conflictual de conciencia (autorreflexiva)-inconsciencia ó conciencia prerreflexiva, con capacidad de generar un conocimiento sobre ellos mismos, sobre los otros y su entorno y, sobre esta base, de rediseñarse sus propios contextos y poner en práctica acciones de cambio propias y en el entorno (autoorganización-autopoiésis).
En este sentido, la construcción de la subjetividad social ocurre a través de la mediación socio-cultural (los componentes simbólicos y de interacción real entre las personas) (11), transcurre en espacios complejos de retroacciones, conflictos y no linealidad, expresión de diversidad y conexión hologramática, una de cuyas formas propiciadoras de desarrollo humano es el diálogo intergrupal y social, como potenciación del pensamiento y las relaciones de construcción conjunta de los saberes y decisiones compartidas y consensuadas.
La comprensión profunda, en esta intención de construcción de subjetividad develadora-emancipatoria de las relaciones individuo-instituciones-estado-sociedad, requiere el análisis de los mecanismos psicológico-sociales a partir de los cuáles se producen unas u otras formas de comportamiento, como tejido conectado a la trama estructural-funcional de los sistemas sociales.
Una de las líneas de aplicación -aun insuficientemente trabajada- es la que pudiera caracterizar las dinámicas sociales a partir de la combinación de las tendencias generales de los procesos con los emergentes provenientes del orden azaroso o por fluctuaciones de los acontecimientos y su relación con los procesos de autoorganización (muchas veces relacionados con las elaboraciones de la subjetividad social, no siempre bien evaluadas o tenidas en cuenta) al interior de los propios sistemas.
El tema de la reconfiguración emergente (espontánea o intencional) de los contextos individuales-sociales trae aparejado el problema de la direccionalidad de la construcción de subjetividades y praxis sociales.
Como destaca Martín Baró (1986): “El concepto ya consagrado de concientización (12) articula la dimensión psicológica de la conciencia personal con su dimensión social y política, y pone de manifiesto la dialéctica histórica entre el saber y el hacer, el crecimiento individual y la organización comunitaria, la liberación personal y la transformación social”
Al decir de Paulo Freire (1975, 1985), se trata del paso de la conciencia mágico-intransitiva y transitiva-ingenua (formas de conciencia oprimida o falsa conciencia), hacia la transitividad crítica, que es conciencia liberadora, a través del vínculo acción - reflexión -transformación (13).
Esther Pérez (2000, pág. 65-67) destaca, “la necesidad de entender la praxis social como una unidad inseparable de reflexión y acción, la importancia de la criticidad de los sujetos-individuales y colectivos- para que los procesos liberadores del campo popular se desplieguen en toda su potencialidad”.
El logro de la autotransformación social supone trabajar activamente con (desde) los sujetos sociales, por su posicionamiento en los sectores potenciales de desarrollo de las instituciones sociales, en los que tienen la posibilidad de empoderarse para el redimensionamiento de su acción social y ejercer la función crítica social profunda y creativa con relación a los programas, plataformas y visiones de los diferentes sectores y actores sociales.
Empoderamiento, aquí, tiene la doble connotación de:
-apropiación de los recursos de competencia (reflexividad, creatividad, interacción constructiva, autorrealización profesional) individuales y colectivos, lo que apunta a la formación de competencias generales y profesionales, sobre todo en el campo de la autogestión social y para el emprendimiento solidario, pero también referidas a la acción ciudadana emancipatoria (14).
-disponibilidad del ejercicio de poder en los diferentes ámbitos e instituciones sociales.
Esto es una necesidad para el desmontaje de los mecanismos ocultos de la subjetividad de cara a las potencialidades reconstructivas de una sociedad que se dirija a la autorrealización social y al desarrollo de una autonomía integradora que abran mayores oportunidades y opciones (proyectos de vida) a sus ciudadanos, en un contexto de justicia social, progreso, solidaridad y dignidad humanas.
Subjetividades-praxis contrahegemónicas emancipatorias.-
Los conceptos gramscianos de hegemonía y contrahegemonía y, vinculado con ellos, los de seducción por el poder, legitimación o aceptación, consenso activo y pasivo, cultura hegemónica y contracultura, remiten indirectamente a las ideas de Marx y Gramsci sobre el carácter de la emancipación humana.
El tema plantea gran actualidad, tanto para los momentos-situaciones de lucha por construcciones sociales alternativas, como para el momento-situación de construcción de la emancipación humana desde el poder popular –en los casos en que se ha procedido por la vía alternativa de intentos de construcción socialista posible-.
En el primer caso, en el momento de la lucha por la ampliación de vías alternativas, la cuestión estaría planteada en términos de los balances y alianzas posibles con fuerzas populares, de clases medias y apoyo del Estado, como contrapeso del gran capital y el capital-mercado globalizador, en una praxis contrahegemónica frente a los poderes tradicionales dominantes y una tensión que obliga a reconstruir los patrones de relación habituales.
En el segundo caso, porque aún desde el momento-situación inicial de lucha, en el proceso de construcción de las alternativas posibles del poder popular, las instituciones deben ser “vigiladas”, el funcionariado debe ser controlado por formas de participación popular democráticas que eviten la instauración de burocracias alienadas de las necesidades e intereses de las masas populares.
Este es un punto de vista cercano a lo que Gilberto Valdés (2007, 96) aborda como la “tensión entre la lógica de la lucha política (antineoliberal, antiimperialista, antisistema), o sea, la nueva emancipación política, y la emergencia civilizatoria derivada de las prácticas y visiones utópico-liberadoras de los movimientos sociales, sus desafíos y propuestas frente a la civilización del capital: la contextualización de lo que Marx llama: emancipación humana”.
En mi opinión, resulta clave, en ambos casos, la construcción de contrahegemonías emancipatorias, desde las masas y desde su participación en las nuevas instituciones de gobierno hegemónicas populares, como garante de un proceso vivo y permanente de reconstrucción.
¿A que nos referimos con la idea de construcción permanente de contrahegemonías emancipatorias?
Esto requeriría –tomando el juicio de E. Pérez, citada- tomar en cuenta dimensiones de lo social-cultural-político insertas en cualquier sistema y modo de actividad social:
“-la autonomía relativa de las opresiones de matriz cultural (que pueden reproducirse aún más allá de la destrucción de relaciones de opresión económicas y estructurales),
-la existencia de opresiones diversas introyectadas por los individuos y grupos humanos,
-la reproducción del sistema mediante mecanismos de legitimación ideológica y cultural”, todos los cuáles aluden a formas de injusticia generada por sistemas de dominación social.
Las subjetividades sociales, entonces, se pueden auto-re-producir al interior de las matrices de relaciones de poder social, económico, político, ideológico y cultural, aún después de ocurridos procesos de transformación social profundos. La relativa inercia sectorial o la desigual proporcionalidad de los cambios en todos los niveles de expresión de la institucionalidad y las formas de conciencia social, mantienen aquí desafíos importantes en la consolidación de los procesos de desarrollo social.
En cualquier nivel de relaciones espaciales, estructurales y territoriales, físicas o simbólicas, están presentes asimetrías de diversos tipos; algunas pueden catalogarse como relaciones de poder hegemónico o de dominación, ya sea de ascendiente legítimamente reconocido, de méritos otorgados, o de cuotas de seducción, de usurpación de funciones sociales, etc.
Esta trama de relaciones reales ocurre en medio de la producción de autorreferencialidades individuales o sistémicas diversas (N. Luhman), que elaboran sus redes de sentidos y simbologías culturalmente instituidas.
Así, esas matrices de opresión cultural, ideológica, económica, etc., conforman la diversidad de tensiones al interior de la configuración de relaciones y subjetividades sociales, unas de cuyas maneras de expresión son las de la conciencia manipulada o sometida vs conciencia liberadora.
Al decir de Gramsci, el ejercicio de toda hegemonía desarrolla sus propios mecanismos de legitimización y de seducción. De aquí la importancia –señalada por el propio Gramsci- de promover contrahegemonías y consensos activos –en vez de pasivos-como formas de contraculturas del bloque popular.
El concepto de consenso activo de Gramsci (J.L. Acanda (2007,144), implica que “las personas deben participar también en la reflexión acerca de los problemas y su construcción, así como en la elaboración de las estrategias….pensar sus posibles soluciones, decidir cuáles de esas soluciones se van aplicar…como se van a aplicar…”
Esta sería una forma de evitar que la hegemonía se ejerza como un modo de fascismo societal, fenómeno que ha ocurrido, tanto en sociedades de totalitarismo del mercado como de socialismo estatal (Boaventura de Souza, 2005).
En el caso de los países que han desarrollado procesos revolucionarios, se puede dar la paradoja que E. Dusell (1998) ha planteado: ¿cómo se garantiza que en la sociedad liberada, los anteriormente excluidos del poder, no generen nuevas formas de opresión o reproduzcan las anteriores?.
En los casos de hegemonización de la sociedad por las relaciones capitalistas de mercado, las alternativas de economía popular solidaria, por ejemplo, tienen la presión de competir en desventaja o sucumbir ante las relaciones de producción dominantes, de fomentar formas de contrahegemonía al poder-capital dominante.
En cada uno de esos casos, la contextualidad compleja de la situación social concreta, en la que se producen formas de subjetividades sociales diversas, requerirá del análisis de los mecanismos no perpetuadores de reproducción simple o ampliada de las formas hegemónicas propias de sociedades clasistas extremas.
La construcción contrahegemónica emancipatoria, desde las subjetividades-praxis individuales-sociales implicaría una criticidad permanente sobre las condiciones instituyentes, constricciones y abordabilidades posibles de las relaciones de poder en cada diseño o modelo social.
El cambio social no produce, automáticamente ni por proclamas, los cambios culturales e ideológicos que requiere la formación de una conciencia liberadora. Es cierto que las transformaciones estructurales e institucionales lo facilitan, pero también pueden obstruirlo o desviarlo.
De aquí la necesidad de la vigilancia permanente sobre las matrices de opresión posibles en cualquier esfera de la sociedad, del trabajo sistemático de re-construcción de subjetividades en la intención emancipatoria.
Por tanto, “transformar la realidad y transformarse a sí mismos….implica mucho más que el hecho de despertar o tomar conciencia…se trata -en palabras de Freire(1975), de: “la forma en que confrontamos la cultura. Significa ver la cultura como un problema, no dejar que se vuelva estática, que se convierta en un mito y nos mistifique,...debe entenderse como un proceso continuo que implica una praxis, en el sentido de la relación dialéctica entre acción y reflexión….que implica una inserción crítica en la historia” (Schipani, 1998, pág. 67).
El planteamiento de normas y valores desde las necesidades de una determinada institución social (de arriba-abajo) –ya se trate de modelos capitalistas o socialistas, de orientación centralizadora por el capital o el Estado- puede no corresponder con las necesidades o expectativas de los grupos sociales o individuos, creando límites estrechos de acción social e individual.
Es mas, toda norma general verticalizada es reinterpretada de acuerdo con la fractalización de las condiciones constitutivas de entorno y del sistema propio en cuestión (grupo, persona, etc.); o sea, que el todo es reinterpretado en la parte desde las condiciones específicas e intrínsecas que operan en ese nivel, de aquí que –como hemos dicho antes- los patrones de interacción social cotidianos (Sotolongo P.L., 2006) constituyan fuentes de constitución de subjetividad desde la realidad micro del proceso social, que se configura como dimensión de las contextualidades complejas con alta potencialidad de determinar trayectorias inesperadas del todo social.
Esta articulación de patrones de interacción social y configuraciones subjetivas, se expresan en términos de vínculos reticulares complejas: “pensar en red ha sido una estrategia que nos habilita a relacionar las producciones sociales y la subjetividad que en ellas se despliega, y a partir de esa concepción plantearnos la necesidad de desarrollar una política de subjetividad” (Saidón, O., pág.203) (también Najmanovich, D., 1999).
Toda norma institucional implica un carácter prohibitivo, se vincula a las formas instituidas de hegemonía (A. Gramsci), en el marco de relaciones asimétricas de poder (M. Foucault), genera limitaciones o constreñimientos que necesitan tomar el referente de necesidad y potencialidad de los grupos e individuos, a partir de su propio espacio de construcción y aportación social.
Así, la dialéctica de abajo-arriba y arriba-abajo, las emergencias autoorganizadoras intrasistémicas en relación con las constricciones y abordabilidades del mismo, forman la consistencia del entramado vincular social que mantiene una autorregulación constructiva dirigida al desarrollo social.
Es decir, se trata de que los sujetos tomen conciencia de sus determinaciones de opresión, comprendan la magnitud del potencial que tienen para transformar la realidad y a sí mismos y se afirmen como sujetos conscientes y co-creadores de su futuro histórico a través de la práctica.
O sea, “la reflexión crítica se percibe como un proceso concientizador comunitario con tres dimensiones fundamentales:
-primero, conduce a la gente a buscar las causas últimas de la alienación;
-segundo, enfoca la atención a la realidad presente, para problematizarla;
-tercero, estimula la imaginación creativa y visualiza futuras consecuencias y posibilidades en términos de utopía” (Schipani, 1998, pág. 67).
Lo mismo que para la persona, debe ocurrir para la sociedad madura o desarrolladora. La dimensión de la autonomía –que se puede expresar también como proceso de autogestión social- es aquí central.
No hay posibilidad de autoorganización y expresión de las fuerzas creadoras de cualquier sistema si no se liberan sus tendencias constructivas de autonomía desarrolladora, que implica también compromiso con las finalidades concertadas e integración social en la diversidad. En este marco interpretativo se ubica el concepto de autonomía integradora que venimos elaborando.
¿Qué es Autonomía integradora?.-
Las relaciones sistema-entorno, contextualizadas en la complejidad de sus relaciones multidimensionales, presentan escenarios posibles, orientados hacia direcciones de anomia-desintegración, de sometimiento-manipulación o de autonomía integradora (15).
Si valoramos la dimensión subjetiva constitutiva de la persona, de los grupos sociales y del sistema social, en cierto sentido transversal a los aspectos “estructurales”considerados, el tema de la autonomía-sumisión aflora en todas sus implicaciones.
Aclarando la noción de hombre de orden, muy ligada a su visión de la ideología como legitimación de la dominación, G. Girardi (1998, Vol. I, pág.21, 22) señala que “es aquel que concibe su desarrollo como la adhesión a una norma exterior a un sistema de valores preexistente, a un orden moral y político, a una ley que coincide concretamente con el sistema de valores dominante en la sociedad…de la que forma parte…..Su actitud fundamental es, pues, la docilidad a la ley, docilidad que exige el sacrificio de toda aspiración en conflicto con ella, aún la aspiración a la libertad”.
Como puede apreciarse en los análisis de Girardi, los elementos constitutivos de un modo de relación de la persona, en la dimensión autoritarismo-conservadurismo, se articulan e interactúan con modos de manifestación de ciertos tipos de relaciones e interacciones sociales que se fundamentan en un componente ideológico, derivado de ciertas concepciones y modos instituidos de las prácticas individuales y sociales.
De manera que los contextos de docilidad y sumisión, son ajenos y opuestos a la construcción de autonomía. Algo diferente es entender la potencialidad integradora de los procesos de construcción de autonomía, algo bastante ignorado en la práctica política que ha visto más un peligro que una oportunidad en la creación de condiciones de esa autonomía socialmente responsable.
Se entiende, entonces, que el aspecto de los mecanismos de socialización (la educación y otros subsistemas sociales) constituye un elemento central de análisis.
Por ejemplo, Girardi se refiere al tema de la educación integradora.
En las posiciones tratadas sobre la integración, se ha tratado pares polares referentes a las dimensiones de: dominación-participación y de cohesión-fragmentación; se podría inferir que una postura constructiva alternativa a la dominación autoritaria sería la de construcción de autonomía entendida en el sentido de la posibilidad real de asociatividad participativa que se exprese en la formulación y control de las decisiones (individuales, grupales, sociales), de disfrute de oportunidades equitativas para todos de los bienes sociales (que, más allá de un igualitarismo ramplón, trataría de la posibilidad de justicia social en todos los planos de la vida) y de desarrollo amplio de las potencialidades (competencias) (16) humanas, de manera que la participación genere cohesión y concertación social.
El concepto abarcador que tomaría cuenta de estas realidades complejas, de acuerdo con nuestras elaboraciones, sería la propuesta de construcción, por los propios sujetos sociales populares de Autonomías Integradoras (D´Angelo, O., 2005); ello se referiría a la promoción de espacios, institucionalidades y prácticas promotoras de:
-Autodeterminación contextual (en el sentido de la comprensión del papel de los propios actores en las contextualidades complejas que hemos referido).
-Independencia en la diversidad (su ubicación en la trama vincular socio-cultural).
-Integración social en realidades contradictorias (frente a la alienación potencial).
-Criticidad, reflexividad y problematización de la realidad social (con enfoque de la realidad sistema-entorno (autocriticidad).
-Creatividad y apertura a alternativas múltiples (tanto en el plano de las producciones autogestionadas como en el de la convivencia social y el aumento de la calidad de vida personal-social).
-Responsabilidad y solidaridad social (no sólo con su colectividad inmediata, sino también con la comunidad de pertenencia y la sociedad total).
-Dialéctica de construcción social abajo-arriba, arriba-abajo. (concertabilidad)
-Compromiso ético humano emancipatorio
-Empoderamiento para la autogestión social (en todos los planos de la vida económica, profesional, de interacción social).
-Ejercicio democrático del poder. (Protagonismo en la formulación y control efectivo de las decisiones, en todos los niveles de acción de la autogestión social).
La Ética humanista-crítica-emancipatoria, desde esta perspectiva compleja de las relaciones individuo-sociedad, presenta el papel activo del sujeto individual y social desde una participación plena, autónoma y responsable, en la que el contraste de posiciones, la capacidad de autoexpresión, el empleo de la duda racional en la confrontación constructiva ó el manejo de conflictos, se dan a través del ejercicio dialéctico, del diálogo reflexivo y creativo, por oposición a la asimilación de normas y valores externos desde una posición heterónoma; es decir de aceptación acrítica o por presión social.
En el ámbito de las normas y valores, esto implicaría la construcción de consensos y concertaciones reales y efectivos sobre las cuestiones esenciales, a partir de la diversidad de puntos de vista existentes. Se trataría de la promoción de valores de dignidad, solidaridad, patriotismo, progreso y equidad social, a partir de la constitución y ampliación de mecanismos de diálogo, transparencia social y otros soportes de carácter jurídico que hicieran posible el afloramiento de los ámbitos de problemas a enfrentar por la sociedad en su conjunto dentro del marco de acuerdos consensuados.
Esas dimensiones constitutivas de autonomías integradoras se plantean en el plano de las configuraciones individuales-grupales, en sus vínculos mutuos con las posibilidades de diseños socio-institucionales de las prácticas de vida cotidiana emancipatorias. Son, por tanto, componentes de las contextualidades complejas que posibilitan determinadas situaciones sociales de desarrollo.
La autonomía integradora no supone la eliminación de las dependencias o determinismos reales, sino su articulación apropiada y subordinación jerárquica; se entronca directamente con el tema de la autogestión social que ya hemos abordado antes.
Ahora bien, la construcción de subjetividades-praxis emancipatorias, en el sentido visto anteriormente, implica una toma de conciencia crítica de la realidad contextual compleja y del lugar de símismo –como individuo-grupo-sociedad- en sus dimensiones espacio-temporales y reales-virtuales.
Ello requiere un cambio educacional y cultural, pero entendido en las más amplias acepciones, como una revolución cultural profunda en todas las esferas de la actividad social, desde las relaciones micro a las macro y en todos sus ámbitos –según Gramsci: reforma intelectual, pensamiento crítico, forma de conocimiento y pensamiento radicalmente diferente, J. L. Acanda (2007, 145)-.
La formación de esa conciencia-praxis crítica, instituyente de nuevos tipos de relaciones sociales, conforma el imaginario y las instituciones nuevas que propician una construcción emancipatoria individual y social.
Como sugiere Acanda (Ibídem) esa reforma cultural requiere reestructurar todo el sistema de la socialización del individuo, en la producción de su sentido común, de sus necesidades. El tema de la construcción de subjetividades-praxis emancipatorias se vincula a la totalidad de la estructura y funciones de las instituciones sociales, al tema de la democracia participativa y redistributiva, a las formas de propiedad social, etc.
En este sentido, coincidimos de nuevo con J.L. Acanda, (2007, 144): “La democratización tiene que avanzar simultáneamente en lo económico y en lo político a la vez, o no avanza”, lo cuál tiene que ve con las formas de propiedad social existentes en determinado momento de desarrollo de la sociedad.
Visto de esta manera, la construcción de nuevas subjetividades-praxis sociales puede constituir formas de expresión de contrahegemonías emancipatorias. Estas formas de contrahegemonías tienen que tomar sus contenidos de los contextos institucionales diferentes en los cuáles emergen para fomentar su crítica y creatividad sistemáticas, con lo que se requiere la elaboración de normas de compromiso, consenso-concertación y responsabilidad social solidarias muy especiales.
Dicho de otro modo, las instituciones sociales (habitualmente generadoras de hegemonías sociales diversas) deben crear las condiciones para producir sus propias contrahegemonías, pero no sólo como oposición al estado de cosas actual, sino como re-creación hacia el estado de cosas necesarias en su funcionamiento solidario social.
La expresión de la conciencia crítica en el sentido emancipatorio que referimos implica formas de participación social plenas, posibilidad de asociatividad amplias para ejercerlas, responsabilidad social por la totalidad y por el entorno inmediato.
El propio ejercicio de solidaridad, desde la formación de la conciencia crítica y creativa de una subjetividad-praxis emancipatoria, supone la atención:
-a las relaciones de similaridad de entorno de los sistemas de economía-autogestión social alternativos (es decir, los actores populares y otros agentes sociales cercanos, que pueden ser copartícipes, beneficiarios y apoyaturas), de una parte y de otra,
-a las formas de complementariedad y concertaciones-conflictos posibles con los componentes del entorno con no-similaridad; o sea, con aquéllos con los que se establecen formas de competencia o enfrentamiento en alguno de los planos económicos, ideológicos y prácticos de su acción social.
Apuntamos, por tanto, a la promoción de una ética emancipatoria que favorezca el empoderamiento colectivo, a través del co-protagonismo democrático y la responsabilidad social individual, colectiva, empresarial, bajo las diversas formas de propiedad posibles ubicadas, principalmente, en la perspectiva del interés social colectivo y solidario, como analizamos anteriormente en relación con los tres ejes temáticos abordados.
Se trata, entonces, de crear las condicionas de proyección de diseños para la construcción social de autonomías integradoras, desde las complejidades de las interrelaciones socio-económicas-políticas-jurídicas y de espacios sociales necesarios que implican, entre otras cosas, el desarrollo de una cultura crítica-creativa productora de subjetividades emancipatorias que permitan contrarrestar las expresiones de impotencia social, seducción del poder y consumismo de masas, así como generar emprendimientos colectivos efectivos, solidarios y autorrealizadores.
Notas.-
1 - En la construcción de un pensamiento alternativo al pensamiento único colonizador se destacan aquí autores como Enrique Dussel, Atilio Borón, Emir Sader, Pablo González Casanova, Boaventura de Souza y muchos otros.
2 - Las realidades “objetivas”, además de presentar una dinámica propia de sus condiciones y procesos estructurales son, a la vez, “construidas” desde las subjetividades colectivas, determinantes y determinadas, son una relación omnijetiva, considerado el asunto desde perspectivas teóricas de la complejidad.
3 - La construcción de los presupuestos de este Paradigma emancipatorio latinoamericano tiene sus raíces en la multiplicidad de enfoques y polémicas acerca del problema del desarrollo y la dependencia a lo largo de distintas etapas del pasado siglo y en las recientes elaboraciones del llamado pensamiento postcolonial pero, no cabe dudas de que la construcción teórica y la experiencia transformativa de los planteos de la Pedagogía de la liberación, la Teología de la liberación y la Investigación Acción Participativa, sentaron sus bases teóricas fundantes, en gran medida, por las confluencias enriquecedoras con enfoques marxistas y de filósofos y sociólogos europeos de las teorías críticas y del poder social (Gramsci, Foucault, Habermas, etc.).
4 - El término “contextualidad compleja” fue tratado por P. L. Sotolongo (1999) en un trabajo dedicado a este asunto desde una perspectiva crítica de enfoques subjetivistas y objetivistas o concentrados en los fenómenos macro y micro en la Teoría social.
5 - Vale aquí precisar la diferenciación semántica necesaria entre las nociones de contexto y medio, entorno, ambiente, etc., que, muchas veces, se usan indistintamente en las diferentes disciplinas sociales y naturales o se les trata como conceptos equivalentes.
6 - La conceptualización espacio-temporal expresada como cualidad de lo contextual concreto adquiere desde mi punto de vista, un doble carácter estructural, institucional y a la vez subjetivo-valorativo, pero con una connotación n-dimensional que tiene que recortarse de acuerdo al foco de investigación del problema dado. Así, Boaventura de Souza (2005) habla de espacio-tiempo nacional y estatal (de su accionar burocrático), espacios-tiempos globales y locales, instantaneidad-lentitud temporal de ciertos procesos sociales, “salvajismo-exclusión/civilización-inclusión”; cabría también el enfoque de la circularidad-irreversibilidad del tiempo, las diversidades de sus representaciones subjetivas, la incertidumbre en la escala temporal, las trayectorias y bifurcaciones (¿curvaturas del espacio-tiempo?) y otras. De manera que la hologramaticidad del espacio-tiempo contextual complejo es múltiple y debe colocarse en sus elementos esenciales para cada análisis específico en una relación vincular objetivo-subjetiva dada.
7 - Este enfoque de contextualidad compleja se opone a la clásica denotación de “condiciones objetivas” y condiciones subjetivas” de los problemas de la sociedad, que más que una intención heurística efectiva, ha mostrado su ambigüedad e inoperancia para explicar las dinámicas y causalidades de los fenómenos sociales y, a veces, ha sido usado con intención justificativa de errores de política social.
8 - A los efectos de este trabajo bastaría con ubicar la problemática de formación de praxis-subjetividades emancipatorias en la diversidad de los contextos de cada país y sus cruces –a veces contradictorios- con las pertenencias a bloques emergente sub-regionales, tales como el ALBA, los tratados sub-regionales de libre comercio, asociaciones integracionistas como MERCOSUR y otras, habida cuenta de las alineaciones extra continentales –China y E.U (intentos del ALCA) representarían los puntos polares de esta trama de relaciones internacionales complejas con impacto en nuestro continente-. De particular interés se ubica la propuesta del ALBA como potencialidad solidaria de contribución conjunta y de redistribución y complementación de las posibilidades de desarrollo regional.
9 - Sobre las formas de propiedad y mecanismos económicos relacionados con la autogestión cooperativa, basada en los escritos de Marx, véase el artículo de L. Marcelo Yera, citado en este trabajo.
10 - (B. De Souza -Ibídem-, también en Aurelio Alonso 2007, 137, en Hernández y Paniellas, 2007, quién de paso aborda la necesidad de transformación del papel del Partido único en el socialismo de estado, asociado a las funciones que en ese caso adquirió en la dirección directa de la sociedad).
11 - La connotación con que nos referimos a los procesos de medicación socio-cultural es tributaria del enfoque socio-histórico-cultural vigotskiano, que atribuye un papel decisivo a la acción de los otros significativos y los productos culturales, en el desarrollo psicológico de la persona.
12 - No obstante los equívocos y manipulaciones que generó el término, como nos hemos referido en otro trabajo (D´Angelo O.-2005)
13 - Plantea Luhman (Ibídem, 42) que el sistema gana en sistematicidad mediante la diferenciación frente a su pura identidad (en la diferencia con otros), una segunda versión de unidad –la diferencia consigo mismo-. (Nos ubicamos aquí en el plano epistemológico metacognitivo, propio de la reflexividad de 2do. orden).
Por otro lado, señala Freire en esa obra citada que “esta forma de conciencia crítica, a su vez, se corresponde con un modo de vida interrogativo, altamente permeable, inquieto y dialógico”
14 - Se trataría aquí de una filosofía del emprendimiento que no niega la formación empresarial, pero afirma sobre todo, su carácter aplicado a la economía solidaria y social, aunque admite formas de iniciativa individual en pequeña y media escala, asociadas siempre a una concepción de la responsabilidad empresarial que pone énfasis no en el carácter individualista de la producción y apropiación empresaria, sino en el esfuerzo orientado hacia un beneficio personal-grupal, con intención de cooperación comunitaria y ciudadana principal.
15 - Ver mi texto al respecto: Autonomía Integradora.- El desafío ético emancipatorio de la Complejidad. Edit. Acuario, 2005, La Habana.
16 - Lo que tiene la acepción de formar personas competentes, más que competitivas con toda la carga semántica de este último término.
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Valdés, Gilberto, 2007.- El socialismo en el siglo XXI.- Desafíos..REv. Temas 50-51, La Habana
Villarini A.-2001.- Teoría y práctica del pensamiento sistemático y crítico.- Ed. OFDP, Puerto Rico
Vigotsky, L. S. -1982. Pensamiento y Lenguaje. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
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Wallerstein, I. 1995. Abrir las Ciencias Sociales. (Informe de la Comisión Gubelkian), México, Siglo XXI.
Yera, L. Marcelo, 2007.- La ley olvidada de la transición y el proyecto de l socialismo en el siglo XXI, REv. Temas 50-51,
La Habana.
Formato de cita electrónica (ISO 690-2)
D´Angelo Hernández, Ovidio S..América Latina.- Realidades complejas y nuevas conceptualizaciones críticas.- . CIPS, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, La Habana: Cuba. Diciembre2007. [Citado: 29/6/2008]. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/cuba/angelo18.rtf
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From: Miguel Angel Longarini
Sent: Saturday, June 28, 2008 9:54 PM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: SALVADOR ALLENDE, POR FREI BETTO
SALVADOR ALLENDE – DE FREI BETTO
Para: Compañeros y compañeras
Frei Betto
Estimados: He sabido que ustedes están preparando celebraciones por los cien años de mi nacimiento. Si estuviera entre ustedes, el Che Guevara en junio cumpliría 80 años. Además, le he acompañado en sus merecidos homenajes en el sitio www.che80.co.cu ">"><http://www.che80.co.cu/> ; htp://www.che80.co.cu/
Ustedes deben saber que desde la década de 1970 soy un aficionado a la informática. Fui el primer presidente de América Latina en adoptarla. Gracias a un voluminoso computador y a una red de máquinas de telex -el proyecto Cybersyn- mi gobierno manejaba la economía de Chile. Ahora quizás el Internet les ayude a entender mejor la comunicación entre las vidas terrestre y eterna. Desde aquí veo la emisión y al emisor. Desde ahí ustedes ven la emisión, no el emisor. Y todo en tiempo real, lo cual desafía la incredulidad de muchos…
Converso con frecuencia con Perón, Jango y Arbenz sobre nuestros gobiernos. No estábamos preparados para implantar el socialismo por decreto. Intentamos poner un remiendo nuevo en un paño viejo, observó el otro día san Pedro al lamentar, en una pesca, el fracaso de la Unidad Popular. Hizo bien Fidel, acotó Bolívar, que movilizó al pueblo y cambió la naturaleza y el carácter del Estado. Nuestra falla, opinó Paulo Freire (es muy animador convivir en la eternidad con toda esta gente), fue no haber hecho un intenso trabajo de formación y organización popular. Había algo de mesiánico en aquella izquierda de los años 60 que se constituía en "vanguardia del proletariado".
Sólo olvidamos decirle al proletariado que él 1) era una clase teóricamente revolucionaria; 2) tenía una vanguardia dispuesta a llevarlo al socialismo.
En esa brecha las fuerzas burguesas y conservadoras lograron abrir un foso entre la izquierda y el pueblo. Aquellos que en la Tierra ya pasaron de la edad media y hoy tienen cabellos blancos se acuerdan de que algunos de nosotros cometían la tontería de asociar izquierdismo y ateísmo en un continente en que hasta la cordillera de los Andes se reconoce como Pacha Mama. ¿Cómo hacer política popular en México sin la bendición de la Señora de Guadalupe?
En un mundo bipolar, calentado por la Guerra Fría, no había espacio para transiciones democráticas. Por eso no hubo dificultad para que el fantasma del comunismo asustara mentes y corazones. Como no había bases populares concientizadas y organizadas, las condiciones objetivas, piensa Lenin, no se sumaron a las subjetivas. Y eso facilitó la secuencia de golpes militares que ahogaron América del Sur en el período más sombrío de su historia, sólo comparable a los primeros años de la colonización ibérica, cuando los pueblos indígenas fueron masacrados. Marx comentó conmigo que en los años 70 sólo no hubo golpe en los Estados Unidos, porque en Washington no hay embajada usamericana…
No evité la dictadura de Pinochet (además puedo asegurar que él no se encuentra aquí con nosotros; no sé qué habrá sido de él), pero salvé mí coherencia de vida y de principios. No me arrepiento de haber luchado hasta el fin. Un militante de izquierda, insiste el Che, puede perderlo todo, incluso la vida, menos la moral.
El ciclo de las dictaduras militares atrasó en todos los sentidos el proceso civilizatorio de nuestros países. Ni desde el punto de vista capitalista tuvo éxito. Erigió la corrupción como intrínseca a la acción política del Estado, endeudó a nuestros países y desencadenó inflaciones enormes. Sin hablar de las atrocidades cometidas.
Acabadas las dictaduras vino el ciclo de los gobiernos neoliberales, con los mismos dueños del poder, ahora disfrazados de demócratas. Y nuestros países fueron gobernados por figuras siniestras y corruptas como Collor en Brasil, Menem en Argentina, Fujimori en Perú, Carlos Andrés Pérez en Venezuela…
Ahora se inaugura el tercer ciclo de estas últimas décadas: el democrático-popular. Miro con alegría y optimismo los gobiernos de Chávez, Lula, Morales, Correa y Lugo. La elección de Ortega en Nicaragua y la prometedora transición de poder en Cuba, rumbo al perfeccionamiento del socialismo, son también indicios de esa Primavera Democrática que florece en gran parte de América Latina, repudiando el Alca y estrechando lazos de solidaridad entre nuestros pueblos a través del Alba, del Mercosul, de la UnaSur de la Telesur, etc.
Lo bueno de vivir en la eternidad es que desde aquí se observa mejor lo que pasa en la Tierra. No sólo los agujeros en la capa de ozono, sino también los que ponen en peligro este nuevo ciclo. Desde la altura de mis 100 años debo alertar a esos nuevos gobernantes -elegidos para llevar a cabo cambios estructurales- que ésta es una oportunidad única para hacerlo por la vía democrática y pacifica. Por lo cual, en la relación entre gobernante y gobernados no cometan el error de confiar sólo en las instituciones vigentes, como el parlamento. Maquiavelo me recuerda que estar en el gobierno no coincide necesariamente con estar en el poder. ¡Y yo que lo diga!
Asegurar la gobernabilidad dando preferencia al parlamento es correr el riesgo de tornarse rehén de partidos acostumbrados a sobrevivir políticamente a la sombra del Ejecutivo, pero sin la menor sintonía con nuestro propósito de construir el socialismo a largo plazo.
Si pretenden escapar de ese peligro, aseguren la gobernabilidad también con el apoyo y movilización de movimientos sociales organizados en barrios, iglesias, sectores de trabajo. Fortalezcan los sindicatos combativos, el movimiento estudiantil, las ONGs confiables. Apóyense en los sintierra y sintecho; en los movimientos indígenas, negros, de género y de derechos humanos. Cuanto más organizada esté la sociedad civil, más empoderamiento popular habrá. Éste es el camino para la democracia participativa.
Apóyense en partidos ideológicamente consistentes (traten de crearlos, en caso de que no existan), desarrollen un intenso trabajo de formación de militancia, no cometan el grave equívoco de, confiando en su propio carisma, ceder a la tentación del neocaudillismo y suprimir las mediaciones institucionales entre gobernante y gobernados. Sepan que los pobres no se contentan con discursos sectarios, sino con la conquista de derechos elementales, como alimentación, salud y educación. No basta con asegurarles, a través de políticas compensatorias, un ingreso que los libre de la miseria. Es necesario adoptar políticas emancipatorias, de modo que tengan acceso a los medios de producción, como la tierra, y puedan generar su propio ingreso, sin permanecer dependientes del Estado.
No confundan, como hicieron muchos de mi generación, el tiempo personal con el tiempo histórico. Aunque no participen en la cosecha, estén dispuestos a morir como semillas. Pongan las condiciones adecuadas para que América Latina se libre de la ingerencia de la Casa Blanca y de las oscilaciones económicas de los países metropolitanos. Infundan en el pueblo, sin caer en la xenofobia, un profundo sentimiento de soberanía e independencia.
Pongan en la agenda los grandes temas de la coyuntura internacional. Gandhi está escandalizado con el hecho de discutir tanto sobre la producción de etanol, alimento para 800 millones de vehículos automotores, sin que se discuta cómo nutrir a 854 millones de personas en situación de desnutrición crónica, ni una alternativa a este modelo individualista que insiste en definir al ser humanos como un animal dotado de seis piernas…
Tomen en sus manos la bandera de la preservación del medio ambiente, que sensibiliza a pobres y ricos. Impidan que la Amazonía sea devastada por madereros, cazadores, mineros, acaparadores y latifundistas. Protejan los derechos indígenas, atrévanse a promover la reforma agraria, inviertan abundantemente en educación y salud de calidad.
Conmemoren mis 100 años con la mirada en el futuro, convencidos de que el socialismo es el nombre político del amor.
¡Ánimo!
Desde la Tierra sin males,
Salvador Allende
Frei Betto es escritor, autor de "La mosca azul. Reflexión sobre el poder", entre otros libros.
QUIÉN ES FREI BETTO
El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico. conocido internacionalmente como teólogo de la liberación. Autor de 53 libros de diversos géneros literarios -novela, ensayo, policíaco, memorias, infantiles y juveniles, y de tema religioso en dos acasiones- en 1985 y en el 2005 fue premiado con el Jabuti, el premio literario más importante del país. En 1986 fue elegido Intelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores.
Asesor de movimientos sociales, camo las Comunidades Eclesiales de Base y el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, participa activamente en la vida política del Brasil en los últimos 45 años. En los años 2003 y 2004 fue asesor especial del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva y coordinador de Movilización Social del Programa Hambre Cero.
Traducción de J.L.Burguet
¡¡Con calma para recordar siempre!!
M.L
Mis temas en : www.apurocorazon.blog.com.es
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From: Ingrid
Sent: Saturday, June 28, 2008 8:41 PM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: COLOMBIA: RESUMEN "VOZ DE COLOMBIA" Nº 136
Próximamente el genocida URIBE viajará a Tucumán, provincia en la República Argentina.
TODOS A REPUDIARLO, compañeros!!!!!!!!!!!!!
De: Enrique Cordoba 2
Asunto: Resumen "VOZ de Colombia"-No. 136
Para: Ingrid
Fecha: sábado, 28 junio, 2008 9:06
Resumen “VOZ de Colombia”-No. 136
La dura lucha del pueblo colombiano por la verdad y por la paz con justicia social; contra la ilegitimidad, la mentira y el engaño, se ve fortalecida en la medida que se logran nuevos espacios de unidad y crece la solidaridad de la comunidad internacional progresista. Gracias por seguir recibiendo, leyendo, comentando y reenviando este modesto aporte.
Junio 28 de 2008
Resumen “VOZ de Colombia” PCC
Edición: 136 Fecha: 28-06-08 Semana a Semana Por: Valmen
Visítenos en: www.vozcol.org Enviar contribuciones a: vozcol1@hotmail.com
Noticias y puntos de vista
Diario regional “El Colombiano” - Medellín - Junio 21 de 2008: Bajo el titular, “Vergonzoso segundo lugar”, es publicada información relacionada con el desplazamiento forzado, donde se afirma: “Más que un problema de números, el desplazamiento forzado es un asunto de dignidad humana, que le crea a la sociedad colombiana la demanda ética de encontrar soluciones estructurales para combatir el problema del desplazamiento y mitigar los efectos inhumanos del desarraigo.”
Punto de vista de Resumen: El Alto Comisionado de las Naciones Unidas, para los Refugiados, sostiene que para el año 2007 el número de desplazados forzados ascendía a algo más de tres millones. El gobierno uribista prefiere una cifra menos preocupante y sostiene que apenas son 2.500.962. Pese a tan duras realidades, el “humanista” presidente Uribe sigue afirmando que en Colombia no existe un conflicto interno, a la vez que defiende las “bondades” de su proyecto de “Seguridad Democrática”.
Diario regional “El Nuevo Siglo” - Bogotá - Junio 22 de 2008: Bajo el titular, “Álvaro Uribe acusa al presidente de Nicaragua de asilar terroristas y engañar”, es publicada una nota de prensa en la que se dice: “El presidente Uribe acusó a su par de Nicaragua Daniel Ortega de asilar terroristas y mentir, según una declaración difundida, luego de que el mandatario centroamericano lo sindicara de querer matar a tres mujeres refugiadas en ese país.”
Punto de vista de Resumen: Ahora el pleito del mandatario colombiano es con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. Uribe ya juzgó, condenó y declaró terroristas a tres mujeres que se afirma estaban en el campamento del asesinado comandante de las Farc, Raúl Reyes, lo que sin duda será entendido por los ejecutores del terrorismo de Estado como una orden para asesinarlas, así se encuentren en territorio de otro país y protegidas por normas internacionales sobre refugio y asilo.
Diario nacional “El Tiempo” – Junio 23 de 2008: Bajo el titular, “Más de 100 fueron las personas asesinadas por 'paras' en masacre del Salado, revela la Fiscalía”, es publicada información relacionada con una de las tantas masacres cometidas por el paramilitarismo (ocho años atrás), en la que se afirma: “La masacre de El Salado se recuerda como una de las más brutales en la historia criminal de las Autodefensas Unidas de Colombia. Unos 300 'paras' se prepararon durante tres meses para ejecutarla.”
Punto de vista de Resumen: La realidad conocida a medias sobre la brutalidad de los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado explican el por qué de los esfuerzos de la clase dominante y del gobierno de turno para colocarle obstáculos a la verdad. Esa verdad no puede ser solo medida por las manipuladas cifras de muertos, desaparecidos, torturados, desplazados y amenazados. La verdad significa, además, que el país y la comunidad internacional conozcan las autorías intelectuales.
Semanario nacional “El Espectador” –Junio 24 de 2008: Bajo el titular, “Facilitadores esperan respuesta de carta enviada a Alfonso Cano”, es comentado un cable de la agencia de prensa EFE, en la que se afirma: “El director del semanario Comunista Voz, Carlos Lozano, aseguró en diálogo telefónico que hace unos días enviaron el mensaje al jefe subversivo y esperan la respuesta desde una zona en la que, al parecer, hay intensos combates.” (…), el trabajo se ha hecho de manera coordinada con el grupo de países amigos (España, Francia y Suiza).”
Punto de vista de Resumen: Los nubarrones guerreristas del uribismo no han podido esconder el sol. Personalidades amantes de la paz, como el periodista Carlos Lozano y el ex ministro Álvaro Leiva, trabajan incansablemente por encontrar caminos hacia el acuerdo humanitario y la salida política al conflicto interno. Sin duda alguna la tarea será difícil, pero el país y la comunidad internacional confían en todos los esfuerzos que se hagan para que el pueblo colombiano, mas temprano que tarde, llegue a conquistar la paz con justicia social por la que tanto ha luchado y por la que tanta sangre ha derramado.
Diario regional “El Colombiano” - Medellín - Junio 25 de 2008: Teniendo como titular, “Yidis Medina fue condenada a tres años y medio de prisión”, es publicada una nota de prensa en la que se afirma: “La Corte Suprema de Justicia condenó a la ex congresista por el delito de cohecho propio al haber favorecido con su voto -como congresista- la reelección presidencial. (…).
Punto de vista de Resumen: Aunque la condena a la ex parlamentaria es bastante benévola, de todas maneras se le ha condenado por su participación en la fraudulenta "legalización" de la primera reelección de Uribe. Ahora lo que falta es que se juzgue y condene al beneficiario directo del delito cometido por la señora Yidis, así como a los amigos palaciegos que movieron el ajedrez y se burlaron del país.
Diario regional “El Universal” - Cartagena – Junio 26 de 2008: Teniendo como titular, “Colombia espera que se reanude pronto el diálogo con Ecuador”, es comentado una cable de la agencia de prensa AFP, en el que se dice: “Colombia espera que se reanude pronto el diálogo para el restablecimiento de relaciones con Ecuador, dijo hoy el canciller Fernando Araújo, luego de que Quito anunciara que mantendrá rotos los vínculos mientras Álvaro Uribe sea el presidente.”
Punto de vista de Resumen: Bajo el gobierno uribista las tensiones con Venezuela, Ecuador y Nicaragua han sido una mayor constante. Es bueno tener en cuenta que los gobiernos de estos países, además de asumir la defensa de su soberanía y en el marco de sus propias realidades, desarrollan diversificados proyectos de beneficio social, lo que, desde luego, incomoda al imperio norteamericano y, al parecer, también al aliado estratégico del “dignísimo” y “humanista” presidente Bush.
Diario regional “Vanguardia Liberal” - Bucaramanga - Junio 27 de 2008: Bajo el titular, “Hubo desviación del poder en la reelección: Corte Suprema”, se publica información relacionada con la reelección de Uribe, en la que se afirma: “La Corte Suprema de Justicia le envió a la Corte Constitucional y a la Procuraduría General, copia de la condena contra Yidis Medina para que si lo consideran pertinente, estudien la legalidad del acto legislativo que dio vida a la reelección presidencial.”
Punto de vista de Resumen: Luego de la benévola condena a la ex parlamentaria Yidis Medina las cosas para el señor presidente Uribe se le siguen complicando. Seguramente él y sus escuderos intentarán desviar la atención y enredar las cosas, de la misma manera que lo ha hecho en reiteradas oportunidades dentro de los cada vez más frecuentes escándalos. El uribismo puede gritar, amenazar y anunciar referendos y otras maniobras distraccionistas, pero el sello fraudulento e ilegal de su reelección y la ilegitimidad de su gobierno, no se la podrán quitar de encima.
Otros temas
Comprimidos de la semana…, en titulares:
Si se quiere estar bien con el uribismo…, hay que hacer lo que quiere y aceptar lo que diga.
Por desacuerdos sobre cifras, Gobierno decidió acabar convenio con ONU para medir cultivos ilícitos
Diario nacional “El Tiempo” – Junio 21 de 2008
Diario regional “El Diario del Otún” – Junio 23 de 2008
Docilidad con el imperio y conflictos con países hermanos, reflejo de política exterior uribista
Presuntas guerrilleras exiliadas en Nicaragua serían pedidas en extradición
Diario regional “El Colombiano” – Junio 21 de 2008
Colombia denuncia ante la OEA que Nicaragua apoya públicamente el terrorismo
Diario regional “El Diario del Otún” – Junio 24 de 2008
Ecuador no restablecerá relaciones con Colombia, dice Gobierno de Rafael Correa
Diario nacional “El Tiempo” – Junio 24 de 2008
Crisis diplomáticas con Ecuador y Nicaragua enfrenta Colombia simultáneamente
Diario nacional “El Tiempo” – Junio 25 de 2008
Las instituciones “democráticas” no saben qué hacer con el narcoparamilitarismo
"No contamos con prueba suficiente para decir que ex Auc extraditados habían delinquido": Fiscal
Diario nacional “El Tiempo” – Junio 22 de 2008
Investigan filtración de 'paras' en juzgados especializados de Bogotá
Diario nacional “El Tiempo” – Junio 24 de 2008
La renuncia inmediata de la fórmula presidencial es lo sensato…, por decir lo menos
Corte Suprema cuestionó legitimidad de la reelección de Uribe en fallo contra Yidis Medina
Diario nacional “El Tiempo” - Junio 27 de 2008
Desconcierto e incertidumbre ante propuesta de presidente Uribe de repetir elecciones
Diario regional “El Heraldo” - Junio 27 de 2008
Polo Democrático calificó al presidente Uribe de "dictador populista" al buscar nueva elección
Diario nacional “El Tiempo” - Junio 27 de 2008
Álvaro Uribe debería renunciar en vez de pedir una nueva elección, afirma Antanas Mockus
Diario nacional “El Tiempo” - Junio 27 de 2008
Breve información general:
Algunos Datos sobre la hermana República de Chile
1.- Capital: Santiago
2.- Superficie: 756.626 km²
3.- Población: 15.980.912 (2005 estimado)
4.- Taza de Crecimiento: 0,97% (2005 estimado)
5.- Densidad de la población: 21 hab/km² estimado
6.- Composición de la población: Mestizos 93%; Amerindios 3%; Europeos 2%: Otros 2%
7.- Principales ciudades: Santiago, Puente Alto, Concepción, Viña del Mar, Valparaíso, Temuco, Talcahuano, Antofagasta, San Bernardo, Rancagua, Arica, Talca, Chillán, Iquique, Puerto Montt, Osorno, La Serena, Valdivia, Punta Arenas.
8.- Recursos naturales: Cobre, madera, mineral de hierro, nitratos, metales preciosos, molibdeno, cobalto, carbón, gas natural, potencial para producir energía hidroeléctrica.
Espacio para notas:
Años de formación y desaprovechamiento incomprensible: La criminalización y penalización de la lucha por una Colombia mejor, así como el incesante y violento terrorismo de Estado, han determinado que muchos compatriotas, cuadros de organizaciones de masas y de fuerzas políticas de izquierda y progresistas, se hayan visto forzados a salir del país transitoriamente, pero sin renunciar a sus convicciones y a la voluntad de aportar lo que sea posible a las justas luchas del pueblo. Ese gran capital humano, en no pocos casos, es olvidado o sencillamente no es aprovechado en la lucha por la verdad, la denuncia y en el impulso a la solidaridad de la comunidad internacional progresista. Son cuadros con experiencia que solo esperan orientaciones bien estudiadas, altamente responsables, realizables y en correspondencia con posibilidades y realidades de lugar y momento. Son cuadros que por su formación les es fácil superar dispersiones y unificar esfuerzos. Es un potencial humano de extraordinario valor y difícil recuperación que merece ser tenido en cuenta y atendido por sus direcciones de manera constante y adecuada, sin olvidar que la lejanía obligada de la patria no es, precisamente, un premio de la vida y que la comprensión, solidaridad y apoyo de los compañeros de lucha, al interior del país, son elementos determinantes para que se mantenga viva, actuante y fortalecida la disposición de seguir batallando y desarrollando proyectos unitarios en los que se tenga como objetivo la contribución en la lucha por la salida política del conflicto interno y como método el respeto a la diversidad de pensamiento y aportes, mucho más allá de lo sencillamente coyuntural.
El gran campo de batalla: La gran batalla por la conquista de la paz con justicia social, real democracia y soberanía, no se definirá en el simple campo de la discusión y los movimientos hacia la sí o la nó reelección de Uribe. Esa batalla deberá librarse en el complejo campo de las ideas y en el de los sanos y sentidos métodos para llegar a las grandes mayorías populares. Las superpobladas y empobrecidas barriadas en los centros urbanos, los trabajadores en sus centros de trabajo, los campesinos en su surco, los jóvenes en sus diversas y restringidas posibilidades de actividad, o en el creciente ejército del desempleo; son fuerzas deseosas de asumir el liderazgo en la lucha por sus propios intereses, por sus propios objetivos, por una patria en la que las injusticias sociales no sean el pan de cada día y en la que el derecho a la vida sea realmente un derecho. A esas grandes mayorías, a ese pueblo que es víctima del terrorismo de Estado, de la explotación, del despojo y del desprecio por parte de quienes controlan el poder real, hay que llegarle armados de autoridad moral, de constancia, de capacidad de asimilar lo que siente y quiere, de iniciativas sencillas y digeribles. El pueblo está cansado de promesas incumplidas, de solo ser tenido en cuenta para votar o para poner los muertos, de que en la práctica no le reconozcan su condición de fuerza decisiva en la lucha por el gran cambio y por la nueva Colombia. No es el pueblo el que debe despertar, no es al pueblo al que hay que responsabilizar de la triste realidad que vive nuestra patria, esa responsabilidad hay que buscarla en las fuerzas que hablan en su nombre y que no han logrado encarnarse en él, ganar su confianza, interpretarlo cabalmente y levantar sus reales y más preciadas banderas.
qué tal si visitas: www.kaosenlared.net,
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From: patria libre socialista perú
Sent: Saturday, June 28, 2008 1:09 PM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: PERÚ: OPINIÓN - LA SEGUNDA OLA NEOLIBERAL, POR RAÚL WIENER (LA PRIMERA)
Dicen que mediante una serie de decretos legislativos, nos vamos a la segunda generación de reformas. La modernidad, por fin, está llegando.
Segunda ola neoliberal
Actualmente se vive una modernidad ficticia.
Si el actual plan del gobierno se cumpliese, es un decir, tendríamos en unos años una Amazonía difícil de atravesar por en el número de enormes bosques privados que nos cerrarían el paso. Tal vez en la sierra nos cruzaríamos con grandes pastizales de ex comunidades, convertidos en negocios particulares, y casi seguro veríamos los confines de las empresas mineras perdiéndose en el horizonte en territorios cercados, con ríos y lagunas a su interior. Y todo estos se habría hecho para modernizar al país y atraer la inversión. Santa palabra.
Pasaría también en los puertos, distribuidos entre empresarios extranjeros, varios de ellos, probablemente, de origen chileno, rompiendo la unidad del servicio, a favor de las mayores utilidades, y eliminando los derechos sindicales para reducir las resistencias y preparar el despido masivo. Algo parecido va a pasar con las grandes empresas pesqueras cuando se les revalorice, con el añadido de la cuota pesquera que el “honesto” Rey (Aldo M) quiere regalarles a costa de reducir el espacio para la mediana y pequeña pesquería. Y vienen más medidas, como las que quieren facilitar la reducción de la planilla estatal con el pretexto de los méritos, o las de administración privada de servicios educativos estatales y de seguridad social, que se vocean.
Generación de reformas. En otras palabras la nueva ola o “segunda generación de reformas” neoliberales, no responderían al trillado discurso de la institucionalización y la reforma del Estado, como se ha dicho tantas veces, a la conformación de una justicia más confiable, una administración más transparente, una educación más productiva, una salud masificada, etc., sino a un ataque directo a la pequeña y mediana propiedad nacional, para concentrarla en grandes inversiones, principalmente extranjeras. Si en los 90 la consigna era lo estatal es malo, ahora en los 2000, la pauta es: lo pequeño y difundido, o simplemente lo que no es grande y poderoso (discurso a los empresarios brasileños después de la Cumbre: ¿qué hacen invirtiendo apenas 200 o 300 millones de dólares?), es fuente de pobreza y obstáculo a la modernidad.
García sufre una enfermedad de gigantismo, no sólo físico, sino ideológico, que le hace creer que los problemas del país se deben a nuestras dificultades para abrirnos al mundo que crece y a nuestro complejo de inferioridad de hacer negocios chicos. No logra comprender cuánto tienen que ver el atraso y la desventaja con las que el país entró a los marcos de la globalización neoliberal, al punto que todas las condiciones se nos impusieron desde fuera y cuánto con el hecho que los peruanos nos hayamos tenido que refugiar en los pequeños, micro y negocios individuales, en el autoempleo y en la informalidad, para subsistir y salir adelante, con el desastre que nos regaló el presidente del 85-90, y el ajuste posterior.
Raúl Wiener
Redacción LA PRIMERA
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Fecha: Domingo, 29 de Junio de 2008 04:10 a.m.
Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Asunto: PERÚ: OPINIÓN - RECORDANDO AL ÚNICO GOBERNANTE EN SERIO DEL SIGLO XX: VELASCO PUSO FIN A NUESTRA EDAD MEDIA, POR ISMAEL LEÓN ARIAS
Recordando al único gobernante en serio del siglo XX
Velasco puso fin a nuestra edad media
Escribe: Ismael León Arias
En 1955 tenía 16 años, el próximo debía terminar la secundaria y mis conocimientos de historia del Perú provenían de Pons Muzzo. El país era presidido por el general Manuel Odría, algo que a muchos estudiantes no les alarmaba. Ese verano mi madre decidió visitar a su hermano Moisés en Chiclayo, donde era jefe de maestranza de la hacienda Tumán. Ese viaje significaría para mí el descubrimiento de otro mundo, aquel que la escuela nunca revelaba.
Los dos hijos del tío Moisés, mis primos, vivían en Chiclayo, pero ya no en la hacienda. Iban a Tumán sólo por descanso y con ellos pasé mi última vacación escolar. Volvería a verlos 25 años después casados e ingenieros. Pero aquellos días debían regresar pronto al colegio, en la ciudad. -¿Por qué se mudaron?-, pregunté al tío. “Porque en la hacienda sólo podían estudiar hasta tercero de primaria”. –¿Por qué?, insistí. “Porque aquí no es necesario más”, me respondió Moisés, hombre de confianza de los Pardo, dueños de la azucarera.
Días después, durante una cena familiar, tendría otra sorpresa. Los mayores hablaban del costo de vida y las facilidades que ofrecía “la mercantil”. “Aquí nos ‘habilitan’ con sacos de arroz y de azúcar; además carne, manteca, verduras; y nos descuentan a fin de mes”. Curiosa, como siempre fue mi madre, especuló: “¿El sobre te quedará muy delgado?”. Risas en la mesa. “Carmencita, es que hace años no hay sobre, Moisés ya ni sabe cuánto gana”. Era Isabel, señora de la casa, muerta de la risa.
Averiguaciones posteriores entre primos y amigos de Tumán, más las lecturas de Mariátegui, me confirmaron que el sobre del tío y de todos los campesinos, en la costa como en la sierra del Perú, era inexistente. Y era así porque en el régimen de hacienda el almacén no sólo “habilitaba” arroz y carne; también facilitaba ron, utensilios caseros y lo necesario para vegetar sin salario, con la educación indispensable, no más.
Ese verano continúe mis pesquisas y me enteré que los patrones pedían al capataz chicas “en edad de tener”, no sólo para conocerlas; además podrían conseguir empleo en la casa hacienda o con los ingenieros. -¿Qué piensas tú?, le pregunté a Richard, hijo de otro mecánico y hábil puntero izquierdo de las pichangas mañaneras. “Yo creo que todo esto es una pendejada, primo; los hacendados primero se las tiran y después las llevan a sus casas como sirvientas”.
Cusco, el cuadro completo
Fue Simona Peralta, empleada de la casa en Lima, quien ampliaría mi cultura política. Era de Sicuani, Cusco, había venido a la capital a trabajar, reunir algún dinero, volver a su tierra y reunirse con su pequeña hija, a la que había “encargado”. Por ella supe de los valles de La Convención y Lares; y quién era Hugo Blanco, comunista - asesino según “La Prensa”.
“Buena persona es, la gente lo quiere mucho, dirige las invasiones”, nos reveló Simona, que de paso nos contó que a los 15 años ella había fugado de la hacienda Angostura, de los Romainville, apellido emblemático de aquellos tiempos, gamonal de horca y cuchillo. Un poco a pie otro a lomo de mula, había llegado hasta Sicuani, sólo para cambiar el miedo por la miseria.
-¿Por qué fugaste?, redundamos. “Las familias del dueño se aprovechaban de nosotras, nos abusaban, nos hacían hijos y encima no nos pagaban por trabajar como burros, todos los días; también domingos, pascua, año nuevo, todo sin descanso”.
Años después sabría que la hacienda de Romainville era inabarcable, que tenía una hermosa capilla sobre una montaña erigida por su primer dueño, el Marqués de Valleumbroso, un español que hablaba francés y aprendió quechua para aprovecharse mejor de “sus indios”. A mediados del siglo XX, esa situación se mantenía legalmente en el Perú.
Primera reforma agraria
En 1962, barones del azúcar y gamonales de la sierra se sentían cómodos con el segundo gobierno de Manuel Prado, presidente pro norteamericano, de la familia propietaria del Banco Popular, la compañía de seguros de igual nombre, inmobiliarias, caballos de carrera, los diarios La Crónica y La Tercera, y además socios de firmas mineras y agro-industriales.
Mientras los campesinos del sur emprendían a diario las ocupaciones o tomas de tierras, lo mismo hacían los comuneros del centro en los territorios que les había robado la sociedad agrícola-ganadera Cerro de Pasco. Entre tanto cañeros y algodoneros en la costa debían luchar contra los abusos de los Pardo, Aspíllaga, Gildemeister, Izaga, Larco, Picasso y los Palacios Moreyra, pero con la dificultad adicional de enfrentar al amarillento sindicalismo aprista.
En esas estábamos cuando una Junta Militar interrumpió en sus meses finales el mandato de Prado. La integraban los generales Lindley, Pérez Godoy y Matos y se proponían impedir un fraude que llevaría a la presidencia a Haya de la Torre. Desaprobaban la “convivencia” de apristas, pradistas y odriistas, coalición armada para frenar las reformas que el país exigía. En escena ya estaba Fernando Belaúnde, que en calles y plazas prometía esos cambios. Esperanzada, la clase media votó por él, y en 1963 los militares volvieron a sus cuarteles. Antes dispusieron una reforma agraria piloto en La Convención y Lares, para desactivar ese polvorín.
Talara, la IPC, Velasco
Belaúnde se hizo del gobierno ese año, gracias también a que incorporó en su programa la recuperación del petróleo de La Brea y Pariñas, en Talara, usufructuado por una firma americana, deudora de millones de dólares en impuestos impagos por su antecesora, la London Pacific. “O pagan o recuperamos los pozos en 90 días”, ofreció Belaúnde en campaña. Con esa oferta y la de transformar la propiedad del agro sedujo al país.
Pero llegamos a octubre de 1968 y no se había recuperado una gota de petróleo y los hacendados seguían parapetados en sus feudos. El APRA y la Unión Nacional Odriista, mayoría en el Congreso, actuaban como coraza del feudalismo y también avalaban la supuesta solución petrolera expresada en el Acta de Talara. Luego de cinco años de negociaciones, la IPC había “cedido” al Estado la refinería, pero con la obligación de procesarlo a un precio amarrado. Mientras tanto, los pozos seguirían en sus manos, que además recibirían en la amazonía un millón de hectáreas para exploración. Todo sin pagar un sol de lo adeudado. Fue el detonante..
El 3 de octubre de 1968 la Fuerza Armada, conducida por Juan Velasco, tomó el poder y al día siguiente anuló el Acta de Talara. Antes de una semana, el 9 de octubre, las fuerzas de la I Región Militar ocuparon refinería y oficinas de la Internacional Petroleum, dispusieron el embargo coactivo de sus bienes y comenzó el cobro de la deuda de 690 millones de dólares. Nueve meses después, el 24 de junio de 1969, salió la ley de reforma agraria que, en homenaje a Túpac Amaru, prometió a los campesinos, “el patrón no comerá más de tu pobreza”. Pero esa es otra historia.
Lima, 28 de junio 2008
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PARA CADA ABISMO HAY UN PUENTE (HUMANIDAD Y NO MÁS IDEOLOGÍAS)
Michel Balivo
A veces cuando envío los artículos semanales a los sitios que amablemente me publican, algunos amigos me recomiendan otros sitios donde acostumbran publicar opiniones y cuentos. Me dicen con todo respeto que ellos dan preferencia a la información de hechos concretos. Y seguramente tienen toda la razón y el derecho, porque en verdad yo nunca he logrado establecer donde se diferencian netamente las informaciones, las opiniones y los cuentos.
Por eso comienzo advirtiéndoles que este articulo es una invitación a hacer turismo de aventura. Y antes de que reserven su cupo quiero aclararles que es necesario ser un aventurero muy especial. Porque quiero llevarlos a remontar el río de la historia. Y por ese curso contracorriente llega un momento en que el cauce se desdibuja volviéndose impreciso.
En ese terreno de desdibujadas y confusas fronteras donde nadie ha pisado, y si lo han hecho no quedan registradas sus huellas, fue donde descubrí que ni la historia ni la realidad están terminadas, escritas, porque incluyen la actividad creativa de la conciencia humana que puede y va cambiando el guión esencial momento a momento.
Esas fronteras son algo así como flexible y moldeable arcilla, que cobra forma en manos del hábil o torpe aprendiz de alfarero, a medida que las piensa, concibe, imagina, observa, intenta, actúa, experimenta. Siendo incapaz de repetir una obra por mucho que lo intente.
No existen allí formas rígidas, estáticas, hechas, como si fuesen productos terminados de una cadena en serie que uno compra y se lleva a casa para usarlo. Esa realidad está encadenada, influida, interactúa con los pensamientos, intuiciones y acciones de la mente humana. Su ubicación no es exactamente geográfica.
Más bien se localiza en un momento de relación de la conciencia con el mundo, en el que la insatisfacción con las limitaciones de las posibles experiencias disponibles, nos llevó a imaginar e intentar otras posibilidades. Podrán pensar que eso es algo totalmente loco.
Lo mismo pensaron los científicos en la época que los hermanos Wright quisieron volar como pájaros o cuando Colón decidió comprobar si el mundo era bidimensional, chato, y terminaba en el horizonte perceptual. O si era tridimensional, esférico, y tenía profundidad como pensaba Copérnico, resultando casi rostizado por la inquisición, y por tanto era posible circunnavegarlo.
Salvo que seamos pigmeos que vivimos en nuestro hábitat natural del Amazonas, ignorados e ignorantes del mundo que palpita más allá de nuestro horizonte perceptual, uds. como yo han de conocer los resultados de tales aventuras.
Lo que ni uds. ni yo conocemos ni podemos asegurar con certeza, salvo que pretendamos haber trascendido plenamente las limitaciones de la mente colectiva y resuelto todas la problemáticas existenciales históricas, es si ese mundo tridimensional era una cosa externa que existía pese a la ignorancia de nuestra mente bidimensional.
O tal vez tenga razón el mentalismo que pretende que nuestra conciencia, la mente humana es la única realidad, que crea inconcientemente, desapercibidamente todos los escenarios posibles para experimentarlos. En esa dualidad, ambivalencia, dilema, nos hemos debatido desde que tenemos conciencia y nos llamamos humanos, tal vez antes.
Es la famosa discusión entre la prioridad del espíritu o la materia, siempre acompañada por la inmemorial lucha entre el bien y el mal y cual predominará al final, erradicando del mundo para siempre a su irreconciliable oponente. Pero no es ese el único ámbito en que la dualidad, la ambivalencia y los dilemas sin solución conocida ni visible, luchan entre si.
También el placer lucha con el dolor para erradicarlo para siempre jamás del cuerpo, la mente y el mundo, pese a que ambos han convivido desde siempre equilibrada y amistosamente en cada cuerpo y este no puede existir sin ellos.
Los enamorados, como los deseos y sus objetos, como el perro a su cola, se persiguen sin descanso posible, sin jamás alcanzarse ni fundirse el uno con o en el otro. En el nivel de expresión religiosa esa imposibilidad se relata como el mito de la pérdida de la unidad, la inocencia y/o la expulsión del paraíso.
En las experiencias cotidianas eso sucede con la sencillez despreocupada del niño y sus juegos, hasta que llega no se sabe como ni de que cielo a la tierra, la adolescencia, el despertar sexual. El hasta entonces ignorado sexo opuesto, adquiere entonces una gran variedad de deseables matices inexistentes hasta un instante antes. ¿Será que existían ya en el mundo o en alguna especie de depósito corporal que los libera a gusto y deseo del consumidor?
La inocencia ha paseado por cielos y tierras buscando su casa natal; niñez, indígenas no corrompidos por la civilización, pueblo simple y puro no contaminado por la burguesía. Pureza femenina de la virginal flor de inmaculados pétalos, pureza inmaterial del cielo que nada ni nadie puede atrapar, mancillar, prostituir.
Idealismo caballeresco, masculino, dispuesto a morir por una causa noble. Solo que hoy en un mundo contaminado y alterado climáticamente, con satélites que exploran el universo y nuestro planeta, poblado de incrédulos que hemos frustrado una y otra vez nuestras ilusiones, se hace difícil inventarle o encontrarle padres adoptivos y un nuevo hogar a estos pobres huérfanos.
Es en estas circunstancias, en este oscuro callejón donde se me desdibujan los caminos y todo se vuelve confuso, difuso. Porque no me queda más que reconocer que estoy paseando por mi memoria, proyectándome en mi imaginación, sintiendo los impulsos de mi cuerpo, observando como se traducen a representaciones mentales, imaginería y abstracciones.
No se uds., pero yo cuando menos no he visto al tiempo ni a la vida paseando ni pasando por ninguna parte como acostumbramos decir, solo puedo sentirlo e imaginarlo. Tampoco me he preguntado jamás por qué tengo hambre y tengo que satisfacerla, especialmente cuando las sensaciones son particularmente intensas e imperiosas.
Mucho menos me he preguntado qué es el enamorarse cuando lo estoy experimentando. En todo caso lo he hecho cuando se ausenta y solo experimento su ausencia o añoranza. Al revés que con el hambre, que si lo pensamos es una vez satisfechos, y a veces hasta tristes, porque como en el caso del enamoramiento, una vez satisfecho el deseo, la deslumbrante promesa del ensueño se destiñe y uno se pregunta, ¿era para tanto?
Por eso decía al principio que nunca he tenido claro donde se diferencian las noticias, las opiniones y los cuentos. No entiendo como es que se habla de política, economía, sociedad desde concepciones e ideologías abstractas, intentando imponérselas, superponérselas a los seres vivientes. Por eso es que nos llevamos tantas decepciones y desilusiones.
Porque esperamos que consensos racionales y fríos mecanismos institucionales resuelvan nuestras problemáticas viscerales. Pero, ¿pueden las ideologías, los idealismos, los discursos y sermones alimentar los estómagos? ¿Pueden las modernas ciudades vivir sin alimentos, agua, aire? Es decir, ¿Podemos prescindir de los reinos naturales?
¿Puede el primer mundo desarrollado o las élites superiores de sangre azul, heredera de los dioses, pueden las respetables y veneradas jerarquías eclesiásticas comprar con todo su dinero y abolengo tierras cultivables, aires y ríos puros, hielos no derretidos? ¿Puede sustituir las especies condenadas a la extinción, crear otras nuevas que vivan en un mundo estéril?
Pareciera entonces que hemos llegado a circunstancias extremas donde las limitaciones de nuestro conocimiento práctico e ideologías se estrellan con hechos que las desbordan poniendo en evidencia su inoperancia. En esta coyuntura histórica, en este aparente dilema sin salida parece haber solo dos actitudes.
Una la podemos apreciar en la autoafirmación del tropismo que nos ha traído justamente a estas circunstancias, y pese a que no todo es blanco y negro y los matices son infinitos, yo diría que las reacciones retrógradas y prehistóricas del supuesto primer y viejo mundo, entiéndase EEUU y Europa, son claramente ejemplificadoras.
La otra la podemos apreciar en el nuevo y subdesarrollado mundo, nuevamente con variados matices. No digo "nuevo" en el sentido de que Europa lo haya "descubierto", como si sus milenarios pobladores y civilizaciones hubiesen venido a la existencia en el momento que la mirada europea los vio sorprendida por primera vez.
Tampoco digo "viejo" en el sentido temporal, como si nada de lo demás hubiese existido antes salvo Europa y su cultura. Me refiero más bien a la actitud retrógrada de afirmar las viejas respuestas frente a un nuevo mundo y circunstancias, antes que abrir la mente e intentar respuestas alternativas y ajustadas a los que nos toca vivir y resolver.
En Venezuela por ejemplo, volvemos sensatamente a dar prioridad a la alimentación, es decir volvemos a la tierra, al respeto por el ecosistema. Tal vez porque no cargamos con tantas ideologías milenarias, no tenemos un ego tan sobreestructurado y abstracto que se haya identificado con el cemento y el aire acondicionado, experimentando asco por la sucia tierra y los esforzados y sudorosos trabajadores de las clases bajas, pobres y oscuras que los realizan.
En Venezuela intentamos volver a la sociedad abierta, abarcante e inclusiva. Implementar misiones que humanicen el mundo en lugar de cosificarlo. Buscamos a los más discriminados y vulnerables que dan testimonio del abandono, el destrato y desinterés a que fueron sometidos por una sociedad que se dedicaba a perseguir zanahorias en el tiempo, imitando las supermetrópolis y su supuesta modernidad.
Hoy despertando de nuestros sueños en el tiempo, volvemos los ojos al mundo y vemos avergonzados en las desesperanzadas miradas que caminan sin rumbo por nuestras calles, los resultados de ensimismarse en los propios temores, deseos e intereses. ¿Pueden embellecerse las casas y las ciudades, sembrar hermosos jardines y fuentes, mientras se desatienden, ignoran y dejan morir de hambre y tristeza sus habitantes?
¿Pueden promoverse los monocultivos para la exportación y desmontar el Estado privatizándolo todo, dejándolo en manos del supuesto libre mercado? ¿No es una lógica consecuencia de esa dirección el que los habitantes de ese país lleguen a quedar desabastecidos de alimentos y no haya nadie que pueda hacer nada, ya que se vulneran los supuestos derechos y libertades de los productores?
¿Qué mundo moderno estamos construyendo? ¿No será más bien un mausoleo como antesala del cementerio colectivo? ¿No será la venganza de algún dios o demonio resentido y envidioso porque los hombres crecieron y dejaron de adorarlo?
Ahora los indigentes y niños de la calle son recogidos y atendidos en sus necesidades de todo tipo, en lugares que se van construyendo especialmente para ello. Los minusválidos han sido censados con el apoyo de una misión cubana para proveerlos de todo lo necesario. Las madres con hijos y sin los recursos necesarios para criarlos, reciben una pensión mientras se van capacitando para desempeñarse dentro de sus comunidades.
Esa es la cara urgente e impostergable de las misiones humanizadoras del mundo. La otra es involucrar a todas las comunidades en ellas, para que sean ellos mismos los que desarrollen una nueva mirada y conducta solidaria, para que despierte esa sensibilidad dormida, anestesiada en el camino de una práctica social deshumanizante, bárbara.
Cuando así se reabren las puertas cerradas de la historia, de los hábitos y creencias acumuladas en que vivíamos atrapados, cuando la sensibilidad de la conciencia se libera de la cárcel de sus sueños y vuelve a mirar con frescura lo que la rodea, se maravilla cayendo en cuenta de que el mundo no es una cosa hecha como sentía y creía.
Ver las miradas de sorpresa, esperanza, alegría, las lágrimas de agradecimiento y liberación de la miseria en que vivían atrapados, quienes sienten tal vez por primera vez el interés de otros seres humanos, es sentir renacer dentro de ti la humanidad y darte cuenta que lo que creías un mundo inhóspito, insensible y agresivo, era en realidad una atmósfera, un modelo de pensamiento y conducta en el que vivías atrapado, hipnotizado.
Nada es de un modo o de otro, sino del modo en que lo pensamos y hacemos. Hemos recorrido un camino milenario para reconocer como el niño que abandona su hogar, cuando retorna adulto y curtido por la experiencia de vida, que en la ternura infantil estaba y era la felicidad. Pero solo por su ausencia logramos reconocer ahora su presencia.
Lo mismo sucede cuando agotado de perseguir sueños de dinero, sexo, prestigio, te encuentras, ves reflejada en la mirada de los que creías ignorantes e inferiores, la humanidad que habías perdido por el camino, y caes en cuenta de que es todo lo que quieres y necesitas. Entonces sabes que en todo ser humano vive y renace esa magia al solo toque de la varita de la solidaridad.
Nace en ti la convicción inamovible de que no hay nada que no pueda ser cambiado, recreado, salvo la creencia escéptica en la que has vivido atrapado. Una vez que como el pollito rompes el huevo del ensimismamiento, de las ilusiones, entonces sientes y sabes que lo humano no muere y renacerá desde el corazón de historia una y mil veces.
Estamos en las olas de un nuevo cambio superador de todo lo anterior. Y lo esencial es abrir las puertas, derrumbar las fronteras, liberar la creatividad, posibilitar, facilitar la participación. El resto sucede naturalmente, porque la vida no es estúpida y del mismo modo que aprende y puede uno, lo hacen todos los demás.
No hacen falta vigilantes, supervisores ni policías secretas. No hace falta saber con certeza adónde vamos, solo perder el miedo a dar el siguiente paso, salir del ensimismamiento abstracto y reconocer que vivimos en relación. Somos porque todo es, todos son. No hace falta ser ni sentirse superior, sino relajarse y volver a sentir ternura y solidaridad, cercanía, amistad. Ya Jesús el Nazareno lo decía hace dos mil años. "Amaos como yo os amé, vivid como yo viví, porque la fe sin obras es muerta. Vosotros también sois dioses y mañana haréis tan grandes o mayores milagros aún que los que hoy hago yo." Pero nosotros nos quedamos con el "mañana", y establecimos nuevamente abismos donde el había lanzado puentes.
Fidel Castro contestaba hace unos años a las mal intencionadas preguntas de los periodistas, sobre si el pensaba que el régimen cubano era el mejor para Venezuela. "Yo no creo que se trate de izquierdas ni de derechas, sino de amor al pueblo y voluntad para llevarlo a los hechos".
GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCION
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