SUMARIO
1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - HONRAR LA MEMORIA, POR LA PROF. MARÍA CRISTINA SABORIDO.
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From: maria maria
Sent: Tuesday, March 17, 2009 3:38 PM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: HONRAR LA MEMORIA
17 de Marzo.
HONRAR LA MEMORIA
Cuando yo estaba en el Pozo, tenía una hija que había quedado a merced de los que se arrogaban el poder de decisión sobre la vida y la muerte de tantos jóvenes que luchábamos por un País más justo, más solidario y en el que pudieran vivir nuestros hijos en libertad.
Cuando yo estaba en el Pozo, tenía una compañera de celda que, al igual que yo, tenía una hija que había quedado a merced de los que, tras chuparla, la habían condenado igual que a mi a extrañar a su hija.
Extrañar a nuestras bebitas nos acercaba tras las rejas en una charla que nos mantenía unidas en la desesperación de escucharnos sin poder vernos.
Teníamos el convencimiento de que nunca más íbamos a poder acunarlas ni arroparlas entre nuestros brazos porque estábamos convencidas que nuestro destino era la muerte.
Como nosotras, muchas compañeras extrañaban a sus hijos y muchas más tenían a sus hijos en sus vientres.
Estas compañeras fueron condenadas a parir en medio de la desesperación de saber que nunca más volverían a ver a sus hijos.
Violados nuestros cuerpos y arrancados de nuestros úteros los hijos concebidos en tiempos en que la INSEGURIDAD era la SEGURIDAD en la que muchos argentinos se escudaban para no sentir que estaban inmersos en un mundo de terror que también podía acabar con ellos y con sus hijos.
Por eso, para salvarse, en un egoísmo traducido en el “Por algo será”, civiles delatores y alcahuetes señalaron a tantos compañeros que fueron a parar a los Pozos.
Fuimos masacrados.
Una generación aniquilada.
Entre esos alcahuetes estaban los GRONDONA, los MORALES SOLÁ, las CARRIÓ y tantos otros que, con la complicidad de la SOCIEDAD RURAL, la IGLESIA y los MEDIOS lamebotas entregaron a la muerte, sin remordimiento alguno, a tantos compañeros y compañeras que aún seguimos buscando.
Cómplices del genocidio orquestado y planificado para aniquilar la semilla “subversiva”.
Acostumbrados a delatar y a señalar para subsistir continúan con las maniobras que quienes sobrevivimos conocemos y reconocemos por haberlas padecido.
Han pasado los años y nuestros hijos, los que se salvaron de morir, los que fueron salvados por nuestras madres y por nuestras abuelas y los que fueron buscados y encontrados por nuestras madres y por nuestras abuelas… tienen desde la militancia la oportunidad de HONRAR LA MEMORIA de quienes los amaron y los extrañaron desde los vientres encarcelados y desde las celdas y las rejas de los Pozos.
Porque estoy segura que, de haberme tocado morir, mi HIJA que hoy es una abogada y luchadora y militante y valiente mujer JAMÁS HUBIERA OPTADO POR LA TRINCHERA EN LA QUE SE ATRINCHERAN los que entregaron, delataron y condenaron al escarnio y a la muerte a su madre.
Porque nuestra sangre, es una sangre que desconoce la traición y la infidelidad.
La sangre de las mujeres que estuvimos en los Pozos es sangre luchadora, fiel y compañera.
Y esa sangre, estoy segura, es la que corre por las venas de las HIJAS de tantas madres que no pudieron acunar a sus hijas.
Como yo que pude ver crecer a mi hija y pude volver a sus besos y a sus caricias y pude darle otros hermanos con que jugar y compartir la vida que siguió, pese a que tantas compañeras no volvieron jamás.
A esas HIJAS de esas MADRES, mis palabras.
A casi 33 años del genocidio.
Que se llevó a mis compañeras.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
(Volveremos a encontrarnos... estoy segura)
Profesora María Cristina Saborido
Ex – detenida – desaparecida
Pozo de Banfield / Quilmes
Julio / 77
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