SUMARIO
1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - CARTA ABIERTA A “CARTA ABIERTA”, POR PABLO MARRERO.
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From: Pablo Marrero
Sent: Tuesday, July 07, 2009 7:42 PM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: CARTA ABIERTA A “CARTA ABIERTA”, POR PABLO MARRERO
Carta abierta a “Carta Abierta”
Compañeros:
Me he tomado el trabajo de leer las cinco cartas que ustedes han emitido y como me considero un intelectual orgánico, en el sentido Gramsciano de la palabra, me veo en la necesidad de enviarles algunas opiniones.
Lo hago desde el más profundo respeto hacia ustedes, con muchos de los cuales he compartido tareas y proyectos. Ese mismo respeto me obliga a ser los más sincero posible. Es por eso que quiero empezar por decirles que en mi opinión, las cartas escritas por ustedes, están cargadas de una clara intencionalidad política, lo cual les quita objetividad, profundidad y espíritu crítico, por lo que deja, una vez más, bastante mal parada a la ya alicaída intelectualidad Argentina.
En una síntesis muy apretada de las cinco cartas, puede decirse que ustedes arrancan por descubrir una “nueva derecha” que nos amenaza, para luego perderse en el verdadero “laberinto” que es la carta número cuatro y desde allí llegar a la quinta para pedirnos el voto al kirchnerismo.
Llama la atención, precisamente en ustedes, que como intelectuales han profundizado en el tema del lenguaje, el descubrimiento de categorías que hacen, la confusión de términos, el relato tosco, enmarañado y la utilización de una terminología que bajo el ropaje de “culta”, termina por ser ridícula.
Debido a lo denso del material, sólo me detendré en algunas consideraciones.
Ustedes hablan del surgimiento de una “nueva derecha” destituyente y nos ponen en un escenario, que para los que tenemos algo de memoria, conocemos bien: la idea que plantan es “kirchnerismo o caos”, y la falsa disyuntiva de que se está con Kirchner o con la derecha. En este marco descubren el papel de los grandes medios de comunicación (que precisamente no son de comunicación), casualmente después que el ex presidente se pelea, quién sabe por qué, con el grupo Clarín. Hablan del tema del campo y de las retenciones, a mi entender sin profundizar en la cuestión agraria, de por sí bastante compleja.
La categoría de “nueva derecha” no tiene sustento. Dicen que es “nueva” porque tiene capacidad de movilización, porque se mimetiza y para llegar al pueblo toma sus reivindicaciones y hasta puede llegar a tener un discurso de izquierda. ¿Dónde está lo nuevo? La derecha más reaccionaria, el fascismo, siempre ha hecho esto y por eso ha tenido un gran sustento de masas: ¡Sino pregúntenle a Mussolini!
Con respecto al papel de los grandes medios de comunicación no hace falta decir mucho, porque ya bastantes palabras se han gastado vinculadas a este tema. La cuestión es simple: los medios son parte del poder dominante y como tal defienden sus intereses; nada más y nada menos. Siempre ha sido así y por eso muchos intelectuales, consideramos que no basta describir esta situación y desde hace muchos años venimos construyendo Medios Alternativos de Comunicación. Además, después de mucho trabajo, hemos logrado una articulación a nivel nacional que optimiza nuestra labor.
Continuando con este tema, no estoy de acuerdo con el endiosamiento de los medios, ubicándolos omnipotentes, cuyo discurso llega a una masa amorfa y boba que se traga todo y actúa según le indican los canales de televisión. La cuestión es más compleja, pero en principio me parece que es una subestimación hacia nuestro pueblo, que en muchos momentos ha demostrado madurez y criterio propio. A los pueblos que tienen claridad de objetivos, metas concretas, canales de participación y una conducción honesta y fiel a sus intereses, no hay televisión que lo engañe: el claro ejemplo es Venezuela.
En cuanto al “conflicto agrario”, creo que se trata de un tema demasiado complejo como para profundizar en este breve escrito. La impresión que tengo es que ustedes han opinado de manera superficial y no han entrado en cuestiones puntuales, como el hecho de que los grandes pooles sojeros, entre los que se encuentra Grobocopatel (grupo que nuestra presidenta llevó a Venezuela para hacer sus negocios), no pagan, ni pagarían incluso con la 125, ninguna retención, ya que tienen la capacidad, por su condición monopólica, de trasladársela en los precios a los productores. ¡Por eso mismo esos grupos no han salido a protestar por el tema de las retenciones!
En otras de las cartas se refieren al proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Integro un colectivo de comunicación y cultura, el cual ha tomado con mucha seriedad este tema: se desmenuzó el proyecto, se participó en debates, se fue a los foros y se hizo un sustancial aporte crítico. Coincido con ustedes de la importancia de esta cuestión y creo que sería necesario producir una contundente movilización para que el proyecto entre al Parlamento. Pero sería fundamental que el proyecto que ingrese tenga incorporado el aporte sustancial que se ha hecho con las más de mil propuestas presentadas. En este sentido, una de las de mayor consenso, ha sido el pedido de derogación del decreto 527/05, firmado por el entonces presidente Néstor Kirchner. Esta norma extendió la explotación de las licencias por diez años a los grandes grupos vinculados a la comunicación, por lo que sin su derogación, todo lo bueno que pueda tener esa ley, va a parar al tacho de la basura.
Una mención destacada merece la carta número cuatro, a la que ustedes titulan “El laberinto Argentino”. Sí, hay un laberinto... ¡Pero no en la Argentina sino en sus cabezas! Esa carta es la Biblia y el calefón, donde nos podemos encontrar con el “minotauro Cleto” paseándose por nuestro país en “un momento laberíntico”. Un verdadero engendro del lenguaje y también político, porque en ese escrito terminan por apoyar nada menos que... ¡El pago de la deuda externa al Club de París! Sí, el pago de una deuda totalmente ilegal. Si es casi de no creer que la intelectualidad progresista pueda plantear esto. Pero en esta carta lo hacen, aclarando que al gobierno sólo le faltó mayor explicación de por qué había que pagarla.
También aparece un apoyo a la llamada Ley de movilidad jubilatoria. ¿Movilidad? Se han burlado del reclamo histórico de los jubilados del 82 % móvil, por el cual éstos han librado y siguen protagonizando jornadas ejemplificadoras de lucha (En estos días se cumplen 900 marchas). Lo que ha hecho el gobierno es masificar la jubilación mínima en un salario miserable.
En el mismo escrito aparece una división entre derechos humanos, derechos sociales y derechos democráticos. Cómo si éstos últimos, es decir, el derecho a la salud, al trabajo, a la educación, al salario digno, a la información, a participar en las decisiones que tienen que ver con el destino del país, ¡no fueran derechos humanos!
En otro párrafo justifican los “errores del gobierno” diciendo que en muchos casos estos se han producido por moverse con “ingenuidad”. Hablamos de un gobierno peronista. Cualquiera que sepa algo de política puede decir cualquier cosa, ¡menos que el peronismo es ingenuo!
Hay que decir que se plantean elementos críticos hacia el gobierno, pero entre el acecho de la “nueva derecha” y los elogios al kirchnerismo, estas pinceladas críticas se pierden en ese verdadero laberinto de palabras.
Pero hay cosas que de llamativas pasan a ser indignantes, porque ustedes afirman que “estamos en un momento donde se lucha por la verdad” y no dicen absolutamente nada del manipuleo de las cifras sobre el costo de vida por parte del INDEC. ¿De qué verdad nos están hablando?
Pero si lo que dicen está parcializado por una visión política, más grave es lo que no dicen. O lo nombran como si el gobierno de los kirchner, que lleva ya seis años, no tuviera nada que ver. A saber:
Empeoramiento de la ya deteriorada salud pública: los hospitales son un verdadero desastre. Empeoramiento de la ya alicaída educación pública. Las escuelas en la capital gobernada por Macri están en un estado calamitoso; la de la provincia gobernada por el kirchnerista Scioli, están peor. Crecimiento de los despidos y del llamado trabajo en negro, fundamentalmente en la administración pública. Baja del salario real, por la creciente inflación que no refleja el INDEC. Miles de familias viviendo en la calle a merced de las pestes que tienen un alto componente social. La atrocidad de la explotación de la minería a cielo abierto, con las terribles consecuencias del envenenamiento de tierra y seres vivos, y el veto a la ley de Glaciares hecho por la presidenta. Pareciera que este gobierno no tiene ninguna responsabilidad sobre estas cosas.
Después del verdadero aquelarre que es la carta cuatro se deslizan por el fangal, para caer en la número cinco, donde bajo la amenaza de “la restauración conservadora”, nos piden el voto para el kirchnerismo, y esto ya no merece ningún comentario serio.
Compañeros:
Conozco a muchos de ustedes y no dudo de la honestidad de sus opiniones. Pero tengo la fea sensación que muchos otros, integrantes de ese espacio, toman posicionamiento tocados por la varita del clientelismo político. Claro que no es el del choripán o las chapas; es un clientelismo mucho más sofisticado. Es comprensible, aunque no justificable, que algunos sectores empobrecidos, se tienten con esto; lo incomprensible e injustificable, es que una parte de la intelectualidad, que no pasa grandes necesidades económicas, caiga en esta vergonzante situación.
Han pasado las elecciones y quiero compartir con ustedes la alegría de la excelente elección que realizó en la Capital el llamado progresismo o centro izquierda. Así como también la gran pérdida de votos de la derecha. En cuanto a la provincia de Buenos Aires es muy auspicioso la elección de Nuevo Encuentro, metiendo dos diputados nada menos que en el bastión del clientelismo pejotista. En este caso hay que decir que el PJ, cuyo presidente hasta hace unos días fue Kirchner, ha mandado a votar a De Narváez y a Solá, propiciando así un traspaso de votos que supuestamente tenía el derechista Scioli.
Creo que hay que prestarle atención a la cantidad de gente en condiciones de ir a votar que no lo hizo, votó en blanco o impugnó. En estas elecciones sufragaron menos del 72% de los empadronados, la cifra más baja desde la vuelta de la democracia. Hablamos de una verdadera masa heterogénea, que por distintas razones descreen de la política.
Por último, quiero decirles que de mi parte siempre he combatido a la derecha: la diferencia que tengo con ustedes es que no creo que para librar esta batalla haya que hacer concesiones y unirse con la derecha “menos reaccionaria”. Creo que este combate se puede librar con éxito construyendo una alternativa política independiente que represente los más sentidos intereses de nuestro pueblo: en mi opinión a la derecha se combate con más izquierda; una izquierda profunda en sus pensamientos y amplia en su concepción unitaria y en su labor política.
Estoy convencido que la función de la intelectualidad es aportar el sustento teórico para la construcción de esta alternativa.
Aprovecho para saludarlos.
Pablo Marrero
Escritor
Buenos Aires
7 de julio de 2009
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