SUMARIO
1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - GLORIOSA GENERACIÓN DEL 70 (PRIMERA ENTREGA), POR LA PROF. MARÍA CRISTINA SABORIDO.
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From: maria maria
Sent: Tuesday, July 07, 2009 2:14 AM
To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Subject: GLORIOSA GENERACIÓN DEL 70 (PRIMERA ENTREGA), POR LA PROF. MARÍA CRISTINA SABORIDO
DE UNA SOCIEDAD ANTROPÓFAGA E INDIFERENTE... quiero hablarles.
(Primero se comió a sus hijos después de asesinarlos. Y los volvió a devorar con la injusticia y también con el olvido).
Porque ha llegado nuevamente el invierno y porque para mi, siempre el invierno ha de ser inexorablemente invierno en Julio.
Porque han transcurrido otros inviernos y otros amaneceres han poblado mi vida peregrina y resistente.
Porque desde esta plenitud de mis años presentes puedo adivinar aún cuando los azahares del limonero presagian nuevos limones.
Porque aún se hincha la vena de mi cuello llena de sangre mezclada con recuerdos.
Porque en mi alma se desgranarán por siempre hasta que me vaya las notas de Vivaldi.
Porque me iré en invierno y en Julio.
Así será.
¿Por qué Vivaldi?...
Porque Vivaldi me emociona en sus cuatro estaciones y me recuerda en sus notas aquél invierno en ese lugar que ustedes imaginan a través de lo que escribo.
Una celda, una prisión en la que estaba amordazada y vendada pero... estaba libre.
Porque mi alma era libre y mi pensamiento y mi dolor y mi tortura y mi ceguera.
Era libre.
Como lo soy ahora mientras escribo.
Como lo soy mientras escucho aún los gritos y los quejidos y los lamentos.
Libre soy de ir al encuentro de ustedes que no saben quien soy.
De ustedes que no se imaginan como soy, como siento, como pienso.
Libre eso soy.
Libre de gritar lo que soy, libre de escribir lo que soy, lo que quiero, lo que pienso.
Mujer, madre, profesora, maestra, militante, resistente...
Con ideas de libertad y educación en libertad.
En oportunidad para vos que me lees, para vos que te espantás, para vos que me entendés.
Libre.
Señalada por ser libre.
Perseguida por ser libre.
Acosada por ser libre.
Descartada del sistema por ser libre.
No me pudo el matadero…
Aquí mientras escribo se destilan (los recuerdos) como el agua destilada en un invierno de pobreza espiritual de aquellos que intentaron destruirme.
Pero estoy aquí, después de tantos años, tantos años transcurridos desde entonces.
Tanta vida detenida desde entonces, tanta vida enterrada en la injusticia, en el horror del que no entiende.
Fue la muerte, fue el odio, fue el terror.
Fue la sociedad, la misma sociedad que te contiene a vos y a mi, la misma sociedad indiferente nos mató, tal vez con mucha indiferencia, nos mató para después comernos.
Antropófaga sociedad, asesina sociedad de fariseos.
¿Sociedad paralizada por el miedo?
¿Sociedad silenciada por el miedo?
Y entonces te pregunto a vos que estás leyendo lo que escribo: ¿Cómo explicar el movimiento de la lengua que delata?
Y entonces te pregunto a vos que mirás de reojo al que está sentado junto a vos mientras me lee.
¿Cómo explicar un silencio que denuncia y que señala?
Sociedad asesina, delatora.
Sociedad que señaló a sus hijos... los distintos a otros hijos.
Predilectos hijos por perfectos, por armónicos, por derechos, por humanos.
No pudieron destruir lo inmaterial y lo intangible.
No pudieron.
Había siembra de voluntad de volver en el invierno y en todos los inviernos de la vida después de aquél invierno.
Yo volví, ustedes me llamaron.
Y quiero conmoverlos.
Quiero que lloren, como yo lloré aquella noche de silencio en el alma de mi hermano que moría.
Cuando un hermano muere se siente el silencio de la muerte.
Avanza la muerte como descalza, para no hacer ruido y molestar al otro que también muere.
Es silenciosa la muerte.
Y es blanca, así es la muerte.
Blanca la piel, blanco el silencio, blanco el dolor que se pega en las paredes que miran desde el ladrillo estático que observa…
Como mueren los que mueren.
Sociedad asesina y antropófaga.
Primero los señaló.
Después los delató.
Después, al caer la noche, se metió sin permiso en los hogares.
Y arrancó a los hijos de sus madres.
Y separó a los hijos de sus padres.
Y se los llevó... para encerrarlos.
Sociedad asesina y antropófaga, torturó a sus hijos hasta matarlos.
Sociedad asesina y antropófaga, sembró la tierra con despojos.
Porque hay en mis días, un antes y un después.
Después de aquellos días.
Otra visión tal vez, otra mirada, otros ojos acompañando el paso de los hombres a mi lado.
Otros oídos descubriendo sonidos en el alba, presagiando temblores en las gotas de rocío suspendidas en las ramas.
Sentidos en alerta... y sensaciones.
A flor de piel y a flor de huesos y de pelambre (como animal - hembra asustada) con rugidos...
A veces, con palabras... palabras escapadas en busca de respuestas.
Aquel día y los días sucedidos después de aquéllos días.
De encontrarme doblegada por el miedo...
Extraña sensación la de la muerte acariciando un cuerpo joven.
De encontrarme indefensa ante el castigo.
De encontrarme aprisionada en una celda.
Quiero, simplemente quiero hablarles.
Quiero que lloren conmigo por los muertos.
Y ver sin ver y percibir con todos los sentidos en alerta tras las doce de la noche.
Y el chirriar de las rejas confundidas con el grito de dolor del cuerpo flagelado y arrojado sin piedad en el suelo de la celda.
Y el llanto de mi bebé arrancado de mis brazos (manteniéndome desmoronada en el mugroso suelo tras las rejas).
Y el llanto silencioso de otra mujer en la otra celda.
También por su bebé, también de noche.
Simplemente quiero contarles.
Hablarles, así, como durante todos estos años he hablado con mis hijos y también con mis amigos.
Contarles, como durante todos estos años he contado una vez y otra vez a tanto peregrino indiferente.
A mi dolor y al de tantos otros que como yo sentimos la caricia de la muerte.
Allá en los Pozos.
Sociedad antropófaga e indiferente.
Así lo siento.
Mató a sus hijos y los vuelve a matar con la Injusticia.
Porque nos pertenecemos todos a esta sociedad es que quiero hablarles.
Sociedad antropófaga.
Sociedad indiferente.
Asesinó a sus hijos después de secuestrarlos.
Y los devoró con la injusticia y el olvido.
María Cristina Saborido
Ex – detenida – desaparecida
Pozo de Banfield / Quilmes
Julio / 77
www.enlaluchayenlaresistencia.blogspot.com
La Comisaría de Adrogué fue uno de los Centros de Detención Clandestina más crueles y sanguinarios. Funcionó entre 1976 y 1977. Perteneció a la zona 1 subzona 11. Aún está sin señalizar.
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