Charla de María Rosario y Ramón Bogado realizada el viernes 6 de noviembre. Charla de María Rosario y Ramón Bogado realizada el viernes 6 de noviembre. Por María Rosario El de Terrabusi ha sido un conflicto muy impor...

Charla de María Rosario y Ramón Bogado realizada el viernes 6 de noviembre.

Charla de María Rosario y Ramón Bogado realizada el viernes 6 de noviembre.

Por María Rosario

El de Terrabusi ha sido un conflicto muy importante, un conflicto que todavía no se cierra, así lo entiendo yo por lo menos. Un conflicto, como dijeron muchas compañeras y compañeros, que nunca se van a olvidar. Este conflicto que ha sido muy importante para nosotros, y que ha sido un conflicto de envergadura nacional. Como dicen las compañeras, hay un antes y un después de esto, ya nada va a volver a ser lo mismo, desde el punto de vista de los trabajadores y de esta justa causa que es la defensa de la fuente de trabajo.

Un conflicto que, como ustedes saben y se han enterado, comenzó el 18 de agosto con el despido de 162 trabajadores, con la Comisión Interna, con el Cuerpo de Delegados que hace aproximadamente un año se había elegido dentro de la planta, con compañeros clasistas, combativos, con compañeros que iban al frente con los reclamos en cada una de sus secciones. Ese Cuerpo de Delegados se había logrado gracias a la Comisión Interna que impulsó en ese momento, y que había postulado a aproximadamente 144 delegados, de los cuales quedaron 42.



Hace 82 días empezó este conflicto. Cuando comienzan a caer con los telegramas en la puerta de la fábrica, los compañeros de la Comisión Interna, en ese momento lo que discutimos, era qué posiciones íbamos a tener, si íbamos a enfrentar los despidos, si íbamos a enfrentar el plan de ajuste que se venía, si estábamos dispuestos a pagar una crisis que en realidad los trabajadores no habíamos generado. Eso fue una discusión que hubo, y se ganó la discusión de que teníamos que enfrentar, que teníamos que ponernos al frente porque como está la situación hoy son cada vez más los despidos, cada vez más las suspensiones, por lo menos yo les hablo desde la Zona Norte del Gran Buenos Aires, donde se concentran autopartistas, la industria del plástico, la industria automotriz, los frigoríficos… y ya se veía en la zona una situación de muchos despidos, suspensiones, cierres de fábricas. Lo que evaluamos en ese momento era que había que enfrentar y que había que ponerse al frente, y era una cosa justa porque los compañeros recibieron el telegrama sin recibir un centavo, a todos les armaron causas para “justificar” el despido.

La empresa aduce un reclamo que tuvimos ahí en la fábrica, que era por el tema de la gripe A, porque se pedían mejores condiciones de higiene en la fábrica. Y puntualmente, nosotros dentro de la planta tenemos un jardín maternal desde hace muchos años. Y alrededor de esto, había 200, 250 madres aproximadamente, estaba planteada esta situación, y lo único que pedíamos porque había una disposición a través del Ministerio de Salud de cerrar los establecimientos educativos, y el jardín estaba dentro de la fábrica, dentro del predio. El planteo era simple, si cerraban el jardín maternal, la empresa tenía que pagar los haberes caídos de las trabajadoras. Y ésa fue una discusión, y ya se veía la dureza que tenía la fábrica. La empresa dijo a través del jefe de Recursos Humanos: “voy a cerrar el jardín pero no voy a pagar, o como mucho puedo pagar subsidios de 200 pesos, quédense en su casa, no vengan a trabajar por el plazo de 10, 15 días”.

Estalló la bronca en todos los turnos donde se puso a consideración esta situación. Se hizo asamblea general, ratificando el reclamo de las madres que pedían mayor higiene dentro de la planta… Esa fue la excusa que usó la empresa para despedir semejante cantidad de compañeros.
La permanencia
Una vez que se toma la determinación de la defensa de los puestos de trabajo, la decisión fue que íbamos a permanecer dentro de la planta. Fue toda una discusión. Y una de las discusiones más importantes que yo me acuerdo fue que había un sector que planteaba que el centro tenía que ser afuera, y desde afuera dirigir. Y nosotros decíamos al revés: todos adentro y desde adentro ver cómo seguimos a través de las asambleas generales. Fue una discusión que estuvo en todo el conflicto. Con idas, con vueltas. Nosotros planteábamos permanentemente eso de mantenernos adentro convocar a los cuerpos de delegados, las comisiones internas, y a través de eso toda la solidaridad.

Fue una batalla que se pudo dar y que la pudimos ganar, y fue así cómo transcurrieron 38 días dentro de la fábrica. 38 días que no te ibas a tu casa. 38 días que tenías a compañeros durmiendo en cartones o como podían. 38 días en que los compañeros y compañeras no veían a sus familias o la veían a través de un portón. Y fueron días muy angustiantes. Pero la empresa se encontró con una unidad terrible de los 2.700 trabajadores. Los compañeros estaban muy unidos en esta causa que conmovía, que era pelear por los puestos de trabajo. Porque lo que nosotros decíamos en ese momento y que hoy también tiene vigencia: que estos despidos eran la punta de lanza de un plan mucho mayor. Porque la Kraft venía a poner los turnos americanos, tiende a reducir personal, a reducir costos. Y para eso tenían que aplicar un plan de ajuste y para llegar a ese plan de ajuste tenían que sacar a esta Comisión Interna. Por eso se inicia el desafuero de toda la Comisión Interna, y a partir de allí, el telegrama de despido con causa.

Yo siento que fue una lucha heroica y conmovedora. Porque en esos 38 días hubo más de 50 asambleas generales dentro de la planta con los 2.700 trabajadores, donde se garantizaron en todos los turnos, el paro y cese de actividades.

Y en esas asambleas discutíamos, debatíamos, acordábamos, no acordábamos, pero salíamos todos unidos. Y entiendo yo que el conflicto no ha cerrado esos debates. Lo que estoy contando es una de las primeras etapas.

Y entiendo también que la empresa jugó permanentemente para no aceptar ninguna ley argentina, como pasó con la conciliación obligatoria. El Ministerio de Trabajo de la Nación mete la conciliación obligatoria, que dice que todos los compañeros despedidos tenían que volver a sus puestos de trabajo. Eso nunca lo cumplió. Por lo tanto, nosotros planteamos que violaban las leyes argentinas, que violaban la soberanía nacional, que eran un Estado dentro de otro Estado.

Y hubo dos represiones. Una fue, donde también hubo mucha discusión si teníamos que quedarnos o no, donde se hace una asamblea, y los compañeros de afuera deciden que los compañeros de adentro tienen que salir. Nosotros planteábamos que no podíamos salir, porque si salíamos venía la policía o iba a copar la infantería. De todas maneras, esa asamblea la perdimos y tuvimos que salir. Y efectivamente, el lunes cuando intentábamos ingresar, estaba la policía apostada en el portón de la fábrica. Ese día también habíamos discutido sobre cómo íbamos a ingresar. Cuando ingresamos, nos metimos en el comedor y avisamos a los compañeros que no permitían el ingreso y que estaba la policía. En ese momento viene la policía a querer sacarnos del comedor y en ese momento se levanta el turno mañana para protegernos y que no nos saque la policía a todos los que habíamos entrado en ese momento. Ese fue un golpe a la empresa porque los compañeros estaban demostrando a qué estaban dispuestos a enfrentar.

Y después, como todos habrán visto, vino una represión feroz, terrible, donde muchas compañeras y compañeros fueron golpeados brutalmente. Eso lo vio todo el país, y se han conmovido los argentinos por esta lucha heroica de los trabajadores de Terrabusi.

Cuando ahí nos sacan, recién ahí tomamos conciencia de lo que era la solidaridad y de lo que se hacía en todo el país por los trabajadores de Terrabusi. Una solidaridad inmensa. Fue muy grande, muchas comisiones internas que se pronunciaron. Muchos cuerpos de delegados, organizaciones sociales, políticas, todo el país quedó conmovido por esa lucha heroica.
La firma del Acta
En una de las últimas etapas a la que me voy a referir es sobre la última acta que se ha firmado. Era un acta que se venía trabajando a través del Ministerio de Trabajo de Provincia y de Nación, donde se planteaban cuatro puntos concretos en relación al tema del conflicto.

En primer lugar había dos puntos, en el que se garantizaba el trabajo de todos los trabajadores, que la empresa no se iba a ir del país, que no iba a ser afectado ningún turno, que no se iba a despedir. El segundo hacía referencia a que se incorporaban 40 compañeros más, ya se habían reincorporado 30. Sumaban 70 compañeros reincorporados. El tercer punto era que se abría una etapa de negociación, donde se iba a revisar caso por caso de los demás despedidos. Y el cuarto punto era el de la Comisión Interna, que mantendría sus funciones gremiales hasta que se hagan nuevas elecciones.

Entendiendo que eran los cuatro puntos que podían llegar a ganarse, hubo muchas discusiones. Y una parte de la Comisión Interna decía que tenía que darse ese paso. Otra parte de la Interna planteaban que era todo o nada. Y muchas veces la lucha no es todo o nada como decían esos compañeros. A veces es paso a paso, a veces es de a poco. A veces no se gana nada. Porque en las luchas del movimiento obrero, ha a habido luchas que han terminado en un fracaso. Hubo luchas que terminaron medianamente y mano a mano. Ha habido luchas que han tenido pequeños triunfos para el movimiento obrero.

Creo que hay muchas compañeras y compañeros que no la vieron en ese momento, pero entendíamos que era lo mejor para los 2.700 compañeros. A veces es difícil tomar este tipo de decisiones, en un momento de mucha presión, de todos lados. Presión del Ministerio de Trabajo, de la empresa, presiones entre nosotros mismos como compañeros, y a veces es muy difícil tomar este tipo de decisiones, que pesan mucho y que uno no sabe si está bien lo que está haciendo o no. Pero me parece que nosotros, como dirigentes que somos tenemos que pensar en el conjunto de los compañeros. Entonces, detrás de cada una de nuestras espaldas hay 2.700 trabajadores. Hasta en el último tenemos que pensar. Y cuál es la opinión masiva de esos compañeros.

Las elecciones
Hemos llegado a esta última etapa que ustedes habrán seguido, que fueron las elecciones dentro de la fábrica.

Fue una convocatoria muy rápida del gremio de la Alimentación. Fue una campaña muy rápida y muy corta. Nosotros como Lista 2, encabezamos con la mayoría de la Comisión Interna. Hemos salido segundos. Ha ganado la lista 1. Ha habido mucha discusión porque hay dos urnas que no se sabe bien, porque a esas dos urnas nosotros las habíamos impugnado, porque desde el año 95 venimos participando de las elecciones internas, y entendíamos que siempre se ha elegido la comisión interna dentro de la planta. Y en esta oportunidad, el sindicato mete dos urnas, dos externas. Una en el sector administrativo y la otra en la avenida Córdoba para el sector de repositores. Nosotros hemos impugnado esas urnas, porque entendíamos que la elección debía ser dentro de la fábrica. La Lista 1 ha salido favorecida por un margen de 16 votos. Esa es la situación que hemos planteado, todavía tenemos 52 compañeros despedidos. Y hay una situación de mucha bronca y de mucho malestar dentro de la planta. Las compañeras y compañeros están muy dolidos. Estamos viendo cómo continuamos, cómo seguimos en esta nueva etapa. Hay mucha bronca en relación a que la Lista 2 que encabezamos ganó en el turno mañana y en el turno tarde y perdimos en el turno noche. Los compañeros y compañeras de turno mañana y tarde nos dicen son ustedes los ganadores, pero está ese margen que son esos 16 votos. Y ésa es la discusión.

Creo que, como parte de la reflexión, incluso todavía no nos hemos sentado a hacer un buen balance de toda esta lucha. Hay muchas cosas para sacar a luz, muchas cosas que por ahí a uno se le olvidan.

Fueron muchos días, fue una lucha extraordinaria, y entendemos que esto es un primer paso y lo que les estoy contando es un modo de lo que uno ve. Personalmente me siento muy orgullosa de todos los compañeros, de todas las compañeras, del protagonismo que han tenido, que se han bancado un montón de cosas: represión, la patronal, hemos enfrentado unos monstruos terribles, una empresa multinacional yanqui, segunda a nivel mundial, con enormes ganancias, con el segundo hombre más rico que es el accionista de la Kraft. Nos hemos enfrentado con el gobierno, con el sindicato. Hemos tenido a varios poderosos que hemos enfrentado. Y lo hicimos con los 2.700 trabajadores. Una primera reflexión es esta charla. Estamos todavía muy conmovidos de toda esta situación y de todo este resultado que fue. Y desde ya agradecemos la invitación y queremos que puedan entender la situación en la que estamos. Faltan muchas cosas. Lo principal ha sido la lucha histórica de los trabajadores, que ha conmovido y nosotros mismos estamos conmovidos hasta los huesos. Porque ha sido extraordinario este proceso. Y nos sentimos orgullosos de haber sido parte de eso.


Ramón Bogado
Quiero agradecerles el estar con mis compañeros acá, protagonistas de toda esta lucha, llevada adelante por ellos y los 2.700 compañeros de toda la fábrica.

Efectivamente están los compañeros una lucha en años, contra una multinacional de Estados Unidos, Warren Buffet el segundo tipo más rico del planeta, ideólogo de Obama, y es el primer accionista de la Kraft Foods.

Y nosotros que estamos con compañeros que han protagonizado la pelea por la efectivización de nuestros compañeros. Fue la lucha por la paritaria de hace 3 o 4 años atrás. Y esos compañeros jóvenes que han ido a la unidad de lo viejo con lo nuevo, porque era la permanente discusión de las nuevas generaciones y que había que contemplar todo dentro de la fábrica, y cuando se plantea la lucha en las asambleas y cuando se plantea el interés en la lucha de paritarias para romper los techos salariales y la pelea de ellos, que ingresaban en la fábrica, podridos de todas las fábricas que habían recorrido. Y los compañeros preguntaban cómo podemos hacer para quedar efectivos y se plantaron y conjuntamente se lograron las paritarias y la efectivización de ciento de compañeros.

A principio del año la fábrica viene con una dirección dura que viene directamente de Estados Unidos, entonces empiezan a endurecer las posiciones de la Kraft. Que directamente se hace con mi procesamiento por la lucha de Terrabusi, por el corte de Panamericana y por la lucha de todos los compañeros y las organizaciones, que después de tantos años de persecución, tratan de meterme en cana y llevarme a un proceso por toda la lucha de Terrabusi y por el corte de Panamericana. Hemos zafado de esta situación, y ahí empieza todo lo que cuenta la compañera con lo del tema de la Gripe A: es sólo un pretexto de parte de los yanquis para avanzar con el ajuste en la Argentina, que llegaba primero a las metalúrgicas, a las automotrices, al plástico, el acero, la construcción, la carne…

Así llegamos a los 160, 162 despidos el 18 de agosto. Efectivamente, enfrentamos la discusión y nos preparamos para largo, porque nos metimos todos adentro, sabiendo la experiencia que había en la propia Terrabusi en el año 2000, teniendo a estos grupos también de pseudo izquierda con “vamos todos afuera”, pasó en Fate, pasó en Mafissa, pasó así en varias fábricas más que estaban en disputa con estas corrientes de “izquierda” que planteaban eso. Nosotros como Comisión Interna, los compañeros acá presentes saltamos el portón, éramos 669 ese día y nos metimos dentro de la fábrica, nos concentramos dentro de envasamiento, hicimos asambleas, discutimos con los compañeros y nos quedamos adentro de la fábrica.

Y adentro había una discusión porque el problema era si teníamos que salir de la fábrica. Entre adentro y afuera se iba la discusión. Y predominó quedarse adentro, en asamblea le daba esa modalidad de lucha, todos los dirigentes con los compañeros dentro de la fábrica, no nos movimos ninguno, dormíamos dentro de la fábrica, todos los compañeros. Excepto estos de “izquierda” que se iban a bañar todos los días a la casa, y después volvían.

Muy dura esta empresa yanqui, 38 días, paro total en la fábrica, ni agua; de parte de la empresa, ninguna negociación, ni el Ministerio de Trabajo, el 8 de septiembre el Ministerio se desliga, se abre el sindicato también, que había estado con nosotros la primera semana.

Entonces salió el sindicato, salió la CGT, las declaraciones de Moyano en un primer momento. Nos mantuvimos así. Hubo una gran expresión de solidaridad en todo el país, no sólo los mensajes de solidaridad, los delegados que llegaban a la planta, sino que fue una lucha efectiva, con cientos de cortes en todo el país, en Jujuy, en Salta, en Tierra del Fuego, con movilizaciones de todo el movimiento obrero, organizaciones sociales de todo el país, acompañando la lucha de Terrabusi.


 



La represión



Después vino la represión, estábamos todos ahí, vimos lo que es violar las leyes en Argentina, porque en nuestro país, la Kraft es un Estado dentro de otro Estado, no hay conciliación obligatoria, no hay resolución del Ministerio. Y ahí se expresa cómo son los poderosos y cómo actúa el gobierno cuando tiene que enfrentar a los poderosos. Y mandan efectivos dentro de la planta, con caballería, con perros produciendo el desalojo, con cientos de infantería. La diferencia era abismal, porque adentro nosotros éramos 39, y ahí esos compañeros de la “izquierda” decidieron salir porque había que preservar a los dirigentes…

Ahí nosotros parlamentamos, decidimos, nosotros nos queremos llevar el acta con la efectivización de los compañeros, recibimos palos adentro, enfrentamos la represión ahí. Recibimos palos. Las compañeras fueron golpeadas. Compañeros que están acá fueron reprimidos dentro de la fábrica por pedir trabajo. Constituyeron una comisaría dentro de la fábrica... Nosotros estuvimos desaparecidos dentro de la fábrica desde las 6 de la tarde hasta las 2 de la madrugada que recién nos sacaron: estuvimos encadenados, interrogados. La Kraft Foods les instaló una oficina mientras nosotros estuvimos adentro, como una dependencia dentro de la fábrica, donde empezaron a indagar a todos los trabajadores, sin permitir que entren los abogados, sin permitir que entren los de derechos humanos, y desde entonces tenemos armadas causas de toda índole, dentro de la fábrica: Jorge Penayo tiene doce causas...



Las negociaciones



Fue una lucha heroica de los compañeros. Nunca entendí las negociaciones, lo nuestro era lucha, lucha dentro de la fábrica, asamblea, pelea, y no vi que en las negociaciones algo tenés que ceder para poder conseguir algo. No alcancé a entender esta negociación. No vi que era un paso adelante. Me dio una presión terrible porque nosotros íbamos a la reunión de Ministerio de Trabajo con asambleas de 60, 70 despedidos que te planteaban “quiero entrar ya”, “tenemos que entrar todos”, y entonces una presión… Y lo de adentro de la fábrica tiene que ser combinado, porque solamente con lo de afuera no podés incidir dentro de la fábrica, para que el activo pueda dirigir esa mayoría. Tenemos que ver a esa mayoría en la fábrica, hasta el último… Me pegué una patinada terrible, me pelié con las compañeras que tuvieron unos ovarios enormes para negociar… Me autocritiqué en todas las asambleas frente a todos los compañeros que venían a la puerta a dar una mano. Después de tres días entendí que era un paso y que la negociación continuaba, que la lucha continuaba, que no estaba todo perdido, que los compañeros tenían la iniciativa de la carpa en la puerta de la fábrica para que nadie se olvide de los despedidos, que tenemos que seguir, que tenemos que confiar en lo de adentro, que después de los 60 días había un agotamiento del conjunto de esa lucha.

Fue con la lucha que estos muchachos se prepararon para las elecciones. Nosotros los subestimamos en estas elecciones. Es una lástima porque esta línea que llevábamos desde la Interna, nos daba posibilidades de combinar lo de adentro con lo de afuera, que es la única forma de poder triunfar y de poder reincorporar los 53 compañeros que tenemos todavía afuera. Después la empresa jugó con todo con estos muchachos porque habían dado vacaciones en la mañana y la tarde. No nos dimos una política para que los compañeros puedan venir a la fábrica. En la noche, efectivamente, no pudimos discutir bien. Una parte seguimos a la defensiva sobre todo con la noche donde no se permitía hacer asamblea, fue ganando un activo garantizando que no se exprese la asamblea.

La empresa jugó con todo para que gane esa lista. En la historia de Terrabusi en el turno noche ganaron todas las líneas. En la mañana y la tarde teníamos que hacer para que vengan a votar. Hicieron cosas para que perdiéramos en las elecciones. Ganamos el turno mañana, ganamos el turno tarde. Perdimos el turno noche.

La empresa sigue con sus planes. Dice que el acta no la va a cumplir, que a los suspendidos los va a despedir, porque la comisión interna que ingresó ahora no está de acuerdo con el acta.

Nosotros tenemos compañeros preparados en la carpa para volver, no estar resignados. Nosotros con fuero o sin fuero tenemos que plantarnos: no a los despidos, defender más que nunca este acta porque a los despedidos los vamos a defender con todo.

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