Por la Lic. Rosa C. Báez
Resulta molesto cuando -intentando hacer un trabajo serio y responsable, enfocar la mirada atenta a cuestiones que son, hoy día, de vida o muerte- debe una redactora ocupar su escaso tiempo con banalidades tales como las mentiras de una persona que ha puesto su mejor empeño en convertirse en una asalariada del imperio, o leer las reiteradas mentiras que contra nuestro país abundan en las ciber-carreteras.
Desde hace años, es para mí tarea común del día a día responder en Internet las dudas y absurdas recriminaciones que se difunden sobre nuestro país y el acceso a Internet: he tenido la oportunidad de dirigir el área informática de una institución de carácter nacional y, por ello, de conocer en carne propia lo que implican para la aplicación de las TICs en Cuba las restricciones del bloqueo; he participado en el Taller Regional IFLA/UNESCO de Internet para América Central y el Caribe, evento que se realizara los días 17 y 18 de noviembre de 2005 y en el que recibimos la visita del Sr. Stuart Hamilton, que a nombre de la Asociación de Asociaciones Bibliotecarias (IFLA, por sus siglas en inglés) y de su Comité de Libre Acceso a la Información, estudió la situación de Cuba con respecto a su acceso a Internet… y salió completamente satisfecho de nuestro trabajo en este sentido. (Fue publicado un Dossier sobre este taller, en el número 99 de 25 de noviembre de ese año en el Boletín Librínsula de la Biblioteca Nacional José Martí, accesible en http://librinsula.bnjm.cu/1-205/2005/noviembre/99/dossier/dossier183.htm).
He visto y comprobado el trabajo de nuestro Estado y Gobierno para insertar a nuestra Patria en el mundo de la computación, las tecnologías de la información e Internet: desde hace muchos años, se acomete el trabajo de llevar las fibras del cableado óptico hasta el último rincón del verde caimán antillano; se ha creado una inmensa infraestructura para llevar el conocimiento sobre computación e Internet a todos, desde los niños hasta los ancianos de la tercera edad… la alfabetización informacional es un hecho en Cuba… entonces es lógico preguntarse: ¿enseña alguien a leer a quien no quiere que se informe?? Sobre esto precisa Rosa Mirian Elizalde “¿Qué sentido tendría abrir en todos los municipios de la Isla Joven Clubes de Computación –centros comunitarios gratuitos- para aprender el uso de las máquinas computadoras, con acceso a Internet? ¿Por qué Cuba ha puesto en práctica tan ambicioso programa de capacitación, si su infraestructura de redes es aún precaria? ¿Por qué estos datos sencillos, verificables por cualquiera, jamás aparecen en las reseñas periodísticas que machacan insistentemente sobre las supuestas restricciones de Cuba al acceso a Internet? La respuesta es simple: el criminal, como siempre, quiere hacer pasar a la víctima como asesino”. [1]
“La Internet parece inventada para nosotros”, repetía un Fidel consciente de que la tecnología no es ni buena ni mala, si no poder en las manos de quienes la tienen, un poder que nunca es neutral”. [2]
Quienes se quejan, en público o en privado, de la imposibilidad de un acceso a Internet desde Cuba, harían bien en leer estas palabras de algunos conocedores de la materia:
Según Amaury E. del Valle, una de las voces más autorizadas en el periodismo cubano sobre el tema de Internet, “Cuba, un país con más de once millones de habitantes apenas tiene autorizados, vía satélite para Internet 65 Mbps de ancho de banda para la salida y 124 Mbps para la entrada” [3]. El 6 de febrero de este año, Boris Moreno Cordovés, Viceministro de la Informática y las Comunicaciones (MIC), en entrevista para Juventud Rebelde, confirmaba que las cifras actuales están en el rango de 180 megabytes de salida y otros 302 de entrada, “lo cual sigue siendo muy bajo para las necesidades reales” [4]
Nelson P. Valdés, Profesor Emérito de Sociología de la Universidad de Nuevo México, escribió en el año 2003: “Debe destacarse, sin embargo, que si bien el gobierno de los Estados Unidos eliminó la restricción principal que ejercía sobre la conexión cubana, no depende de Cuba conectarse a Internet a la velocidad que desee hacerlo o con tantos canales y proveedores Independientes como pueda elegir. Hasta el momento, cada vez que Cuba intenta añadir un nuevo canal a Internet, la contraparte estadounidense debe obtener la licencia apropiada del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. De modo similar, si una compañía norteamericana quiere abrirle un nuevo canal a Cuba o decide aumentar la velocidad de la conexión, se debe expedir una licencia”. [5] La situación, a pesar de los “cambios” continúa en el mismo punto, pues pese a supuestas autorizaciones del Gobierno Obama, ninguna empresa de este ramo se ha comunicado oficialmente con Cuba. Ver [6]
Si en estos momentos, con la infraestructura incompleta que tenemos, con una conexión satelital, se proporcionara un servicio de Internet al país de forma indiscriminada, posiblemente ninguno de los usuarios conectados podría abrir ni al menos una página al día… Pero, sin razonamientos lógicos, solamente siguiendo un guión montado –pago al contado, imaginamos- muchos “disidentes” reclaman un servicio de Internet para satisfacer sus necesidades personales. A ninguno de ellos les preocupa si hoy día el país –repetimos, con sus escasos recursos- garantiza el acceso a la información que precisan médicos, investigadores, intelectuales… ellos reclaman “su” Internet. Sin embargo, estos “ciber quejosos” ostentan equipos con tecnología de punta, que van desde modernas laptops, grabadoras y cámaras de video a celulares de último modelo… No debe olvidarse que “[….] Mediante organismos gubernamentales como la USAID, el Plan Bush en el año 2004 destinó 36 millones de dólares para promover la subversión y apoyar materialmente a los grupúsculos contrarrevolucionarios, a los cuales dota de modernas tecnologías que niega al pueblo cubano en virtud del bloqueo. Esta llamada “Comisión para una Cuba Libre” otorgó adicionalmente en el 2004 otros cinco millones para difundir una imagen negativa de la nación, primordialmente a través de Internet, presentándolo como un país que viola los derechos humanos, promueve el terrorismo, fomenta la desestabilización, realiza actividades de espionaje y desarrolla un programa de investigación de armas biológicas”, lo que configura lo que llama el autor “guerra asimétrica” [7]
Ya Fidel anticipaba en 1965, con su visión precursora: “la posibilidad de que nuevas herramientas electrónicas se estaban disponiendo para el mal y probablemente ya se usaban contra Cuba: ‘pero hay algo que los cerebros electrónicos del Pentágono no pueden medir, hay algo que sus computadoras no pueden calcular, y eso es: la dignidad, la moral, y el espíritu revolucionario de nuestro pueblo’, dijo, “unos meses después de la fecha en que se interconectaron varias computadoras en los laboratorios del Pentágono y nacía ARPANET” [2]
Para fomentar esta idea de Cuba como país que restringe el acceso a Internet, han surgido personajillos elevados al rango de “figuras”, a golpes de dólares y manipulaciones mediáticas: tuve la desdicha de participar, por primera vez en vivo y en directo, en uno de los perfomances de Yoanis Sánchez, la “bloguera estrella”, bautizada por esta redactora como la “Calandraca bloguera” por el parecido obvio con el animalejo, además de por las características corporales similares entre ambos vermes, por su “relevancia”: las dos sirven como carnada. Allí, en Fresa y Chocolate, escuchamos mentira tras mentira, desde la supuesta censura a su sitio Generación Y (que es completamente replicado en otro, también a su nombre, y que promueve como una “voz cubana”, lo que demuestra la falacia de esa supuesta censura: ¿bloquear un blog, y permitir que su clon sea visible en todo su “esplendor”?, ¡totalmente carente de toda lógica!) Igualmente en su discurso refiere algunos sitios supuestamente bloqueados o censurados, entre otros el de su partner Claudia Codelo, “Octavo cerco”… que no muestra estar cercado ni siquiera por una cerquita peerles, como pueden comprobar en este print screen conseguido en mi Pc:
Igualmente pude revisar algunos de los vínculos que “ostenta” Yoani en su clon, como por ejemplo, Bloggers Cuba; Itinerario blogger (donde me divertí con las clases de ciberterrorismo desde su “sitiado hogar”: ¿cómo pudieron los 13 o 14 participantes burlar el “cerco policial” a su casa? ¿Subirían, tal cual ninjas modernos, los 14 pisos por las paredes exteriores de su edificio??); Desde la Habana (con la voz de alguien que reconoce haber estudiado, ser universitaria, tener carencias… que parece haber resuelto como “bloguera independiente”: ¿calandraca se baña, pero salpica?); el pretencioso y recargado Habanemia, y para no hacer larga la saga de los ciber-paraperiodistas o parablogueros, nada menos que ¡¡un blog alojado en elmundo punto es!! (¿Quién lo diría, verdad, Yohandry? ¡¡Hay blogs a los que El mundo no tiene Prisa en censurarlos como hizo a los nuestros…!!), desde el cual su autora exhibe la misma predilección que recién ha atacado a Yoanis de disfrazarse… y hasta pude visitar sin ser invitada el blog de otro ciberchancletero, que compite con Yoani en esto de los perfomances, aunque en vez de disfrazarse, éste se desnuda…
Un ejercicio de búsqueda bastante aburrido pero que demostró no sólo que la supuesta censura que recitara Yoanis en su bien aprendido discurso del jueves pasado es otra de sus mentiras, si no que lo identificado como “Blogs y sitios desde Cuba”, incluye sitios como el citado alojado en elmundo o el llamado convivencia, también con dominio situado en España...
Y, luego de esta exposición, de revisar los vínculos que cito, dígame, querido lector, si no coincide con las palabras de la periodista Rosa Miriam Elizalde, Editora de la página digital Cubadebate, que ponen broche de oro a este texto:
“Es algo agotador. Cuantos escribimos en la prensa cubana lo sabemos bien, y estamos acostumbrados, qué se le va a hacer si mucha gente se empeña en tomar la parte por el todo, la mentira por la norma, el absurdo por la divisa. […] Pero lo más agotador no es este goteo insoportable de lugares comunes, cosa que viene ocurriendo desde hace más de cuatro décadas con casi todo lo que huela a Cuba, y que más tarde o más temprano se desinfla como un globo de Cantolla. Lo más agobiante, y lo que día a día se extiende y crece, es lo que podría denominarse «corporativismo de la mentira», este modo frívolo de meter a todo un país dentro de la etiqueta de un prejuicio. Y esto no es solo nocivo y corrupto, sino irracional y fanático”. [8]
Léase además, sobre los parablogueros*, los siguientes artículos:
Cibercomando y Ciberdisidentes; más de lo mismo / Rosa Miriam Elizalde
Si los blogs son terapéuticos ¿quién paga la terapia de Yoani Sánchez? / Norelys Morales Aguilera
¿Quién le paga a la “extraordinaria” mercenaria Yoani Sánchez? / M. H. Lagarde
El descrédito de un premio y la alcancía de Yoani / Edda Diz Garcés
Bibliografía citada:
[1] Cinco estrategias en el 2006: El Ejército de Estados Unidos está a la ofensiva en Internet / Rosa Miriam Elizalde
[2] Fidel y el infinito / Rosa Miriam Elizalde
[3] Estados Unidos bloquea Internet en Cuba / Amaury E. del Valle (Artículo con fecha 2 de noviembre de 2006.
Véase además, de este autor y bajo el mismo título:
http://www.sld.cu/servicios/temas.php?idv=14372&idl=14&page=9
[4] Internet es vital para el desarrollo de Cuba / Juventud Rebelde entrevista a Boris Moreno
[5] Cuba y la tecnología de la información / Nelson P. Valdés
[6] Cuba negó que negocie con firma de EEUU para Internet
[7] Ciberterrorismo Made in USA (Originalmente publicado en Juventud Rebelde, con fecha 16/11/2006)
[8] Mentiras corporativas / Rosa Miriam Elizalde
*Nota:
“Entre otros usos, el prefijo para se emplea para expresar cierto tipo de similitud, es decir, relación que se establece entre cosas que comparten atributos en común, pero que no llegan a ser iguales o idénticas; así, tenemos paraliteratura, paramédico o parafarmacia, que denotan realidades similares a la literatura, los médicos y las farmacias, respectivamente, pero, en el fondo, de categoría inferior. Esto hace que los términos formados con este prefijo adquieran un cierto matiz peyorativo o cuando menos connoten carácter de sucedáneo”.
El cajetín de la lengua / José Antonio Díaz Rojo
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