Declaración de Rebelión ante la Asamblea Universitaria de la UBA / Hoy todas y todos al Congreso Nacional. ENTRE VALLAS, YUTA, FRANJA Y PATOTAS SOBRE LA ASAMBLEA UNIVERSITARIA DEL 14 DE DICIEMBRE Desde hace ya varios años (¿décadas?) el sistema un...

Declaración de Rebelión ante la Asamblea Universitaria de la UBA / Hoy todas y todos al Congreso Nacional.

ENTRE VALLAS, YUTA, FRANJA Y PATOTAS

SOBRE LA ASAMBLEA UNIVERSITARIA DEL 14 DE DICIEMBRE


Desde hace ya varios años (¿décadas?) el sistema universitario en general, y la UBA en particular, viene padeciendo los ataques del mercado adaptando el conocimiento que produce en pos de la acumulación de ganancias para los bolsillos privados. Resultado de estas políticas mercantilizadoras son las pasantías, las investigaciones rentadas por multinacionales, las acreditaciones de las carreras en la CONEAU y una triste lista de etcéteras, que conducen año tras año a que nuestra universidad se aleje cada vez más de la producción de conocimiento que necesitan las grandes mayorías de nuestro país.

Para lograr esta adaptación a las leyes de la oferta y la demanda se pusieron en juego políticas de ahogo presupuestario implementados por los diferentes gobiernos de turno, que obligan y presionan a las universidades -y dentro de éstas a las diferentes facultades- a competir entre sí por una porción lo más grande (o lo menos chica) posible del presupuesto. Para lograrlo, se buscan mantener “índices de eficacia”, que no son otra cosa que la aceptación de la demanda de determinados conocimientos por parte de los capitales privados en desmedro de otros que este sistema no tolera (entre ellos, las ciencias sociales en general y cualquier forma de producción de conocimiento que se escape a la lógica mercantil). El resultado está a la vista: universidades decididas a vender sus investigaciones al mejor postor y terminar investigando lo que ese mejor postor pretende, generando así los famosos recursos propios.

Para poder llevar adelante este vaciamiento económico, académico y político de la universidad, la Ley de Educación Superior -destrozando el principio de la autonomía universitaria- sancionó la herramienta perfecta: un desigual sistema de co-gobierno, en el cual el 50% de la representación queda en manos de unos pocos (sólo los profesores concursados) y los estudiantes y graduados (siendo éstos últimos, en la práctica, la mayoría de nuestros docentes) quedamos relegados a una voz minoritaria. Este simulacro de co-gobierno lo único que hace es pisotear y tirar por la borda las conquistas de la histórica Reforma de 1918, que hace más de 90 años impuso el gobierno tripartito e igualitario.

En la UBA la lucha por la transformación de los ámbitos de decisión en verdaderos órganos democráticos de co-gobierno lleva ya un tiempo, y este año parece agregar un nuevo capítulo. La convocatoria por parte del rectorado a la Asamblea Universitaria para el próximo lunes 14 de diciembre confirma que la lucha por la democratización, lejos de quedar atrás, sigue vivita y coleando (y sigue también a la espera de una victoria). La Asamblea convocada en pleno receso, de espaldas a la comunidad académica en su conjunto, demuestra la nula disposición de diálogo y discusión sobre el modelo de universidad que tienen los sectores que hoy gobiernan la UBA. La “normalización” llevada adelante con la elección de Hallú en el 2006 en el Congreso de la Nación con una fuerte represión policial parece querer dar hoy un paso más.

El compromiso de reformar los Estatutos y democratizar los órganos de co-gobierno, no sólo no se cumplió sino que estos sectores nos están demostrando explícitamente que no tienen intenciones de cumplirlo. Los sucesos más recientes, entre los que podríamos nombrar como más destacado la decisión de Hallú de que la Asamblea del lunes sesione en el Congreso de la Nación por recomendación de la policía federal (sic), dan cuenta de la continuidad de esta gestión con lo más retrógrado de las reformas de la Ley de Educación Superior, dan cuenta de otro paso en el mismo sentido que la reforma de estatutos; dan cuenta de la intencionalidad de dejar por fuera del debate a los sectores más dinámicos de la comunidad universitaria, así sea a costa de otra represión como la del 2006... dan cuenta de que hay un sector en la UBA que se niega a impulsar una universidad que forme sujetos críticos y que antepone a eso sus propios intereses como grupo minoritario enquistado en el poder.

De más está decir que el adelantamiento de la Asamblea Universitaria genera, asimismo, una crisis de representación en términos institucionales, ya que  superpone los mandatos de los consejeros salientes y los electos (que asumen recién en marzo del 2010). Esta avanzada del sector que hoy gobierna la UBA contradice sus propios estatutos al impedir a la Asamblea Universitaria - máximo órgano de decisión de nuestra universidad- discutir cualquier cosa que no sea la elección del rector. Estas cuestiones, lejos de ser secundarias, le otorgan un mayor carácter de ilegitimidad al acto de votación que pretenden llevar adelante este lunes.

Esta nueva oportunidad de alzar la voz y abrir el debate no sólo sobre la democratización del co-gobierno universitario, sino también sobre qué tipo de universidad queremos y para quién, no encuentra al movimiento estudiantil -entendemos- en la mejor situación. Sigue estando pendiente que más compañeros se sumen a la lucha, masificando los debates y logrando superar la resistencia para que, de una vez por todas, pasemos a la ofensiva. Porque de este análisis debemos sacar una conclusión clara: los que gobiernan la universidad, más que temerle a la resistencia, le temen a las propuestas. Pongamos en cuestión, no naturalicemos, discutamos y propongamos, entonces, con la certeza que cuanto más unidos estemos más se escucharán nuestras voces.

La Asamblea del lunes nos presenta el desafío de ser muchos los que nos expresemos en contra de una nueva maniobra para perpetuarse en el poder (y en los negociados) de los que hoy cierran los canales de diálogo, en contra de los que deciden convertir la UBA en una expendedora de servicios, en contra de los que piensan el conocimiento para las grandes empresas y no en pos de la necesidades de los oprimidos. Hagamos saber que nosotros pensamos, luchamos y construimos otra universidad; demos la lucha por la democratización del conocimiento y del co-gobierno para poder construirla. Levantemos la voz, hagámonos escuchar, movilicémonos. Sólo con la participación y el compromiso de todos nosotros podremos empezar a construir una universidad verdaderamente democrática, una universidad al servicio del pueblo.

TODOS AL CONGRESO

ESTE LUNES 14 DE DICIEMBRE A LAS 8 HS !


 


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