EDITORIAL - ARGENTINA - 30/12/07 - PRIMERA EDICIÓN

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Buenos Aires - Argentina

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¡ LIBERTAD A LOS CINCO !

JORGE JULIO LÓPEZ Y CARLOS FUENTEALBA ¡ PRESENTES !!!!

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EDITORIAL - ARGENTINA - 30/12/07 - PRIMERA EDICIÓN

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I - TRES AÑOS DE IMPUNIDAD

Un nuevo aniversario de la mayor tragedia acontecida en la Ciudad de Buenos Aires, solamente comparable con la sucedida en Ycuá Bolaños, nos sacude la modorra impuesta por este verano feroz que nos anticipa la temporada de vacaciones pero que nos obliga, una vez más a hacer ejercicio de la Memoria para encontrar la Verdad de la mano de la Justicia.

No podemos olvidarnos estas imágenes del horror en plena madrugada porteña, donde se hacían evidentes las responsabilidades políticas, administrativas, civiles y penales de quienes estaban obligados a preservar la vida de los asistentes a un recital con características particulares y que se venían anunciando públicamente. Tampoco se nos escapan las imágenes de Mariana Márquez en la Legislatura porteña en ocasión de la interpelación al entonces Jefe de Gobierno, y hoy diputado porteño, Aníbal Ibarra. Menos aún, el juego distractivo de los primeros días posteriores a la masacre buscando consolidar la relegitimación de la clase política luego de la crisis de 2001, iniciada por Duhalde, por cuanto este hecho conmovió las estrategias continuistas del Gobierno Nacional para amenazar el proceso político tendiente a la reafirmación de la institucionalidad.

Sin embargo, hoy nos encontramos con la seguidilla de fallecimientos de familiares de las víctimas y del suicidio de varios sobrevivientes en el medio de la desatención estatal por las secuelas físicas y psicológicas que hicieron mella en su humanidad. El dolor, la injusticia y la indiferencia estatal llevaron a este nuevo escenario en donde los programas estatales los asemejaron a un colectivo sistemáticamente postergado como el de las personas con discapacidad. Pero de esto no se habla. Resulta evidente que la actividad estatal que, en un principio, pensó en tasar la vida de las víctimas como también limitar los subsidios a los cuales tenían derecho los familiares, terminaría en la indiferencia absoluta al igual que otros colectivos social y económicamente vulnerables.

La lucha de los familiares de las víctimas que no se prestaron al juego de la cooptación gubernamental resultó clave para la destitución del entonces Jefe de Gobierno y para marcar los límites a un poder político que pretendía garantizar la impunidad a cualquier precio. Por otro lado, la movilización activa permitió una actividad judicial que, aún con enorme morosidad, se encamina hacia un juicio oral para el año próximo con la finalidad de obtener la necesaria verdad acerca de lo acontecido y de penar a los responsables de esta tragedia que sigue causando demasiado dolor, demasiada angustia e inusitada impotencia.

A tres años, nos encontramos con un poderoso manto de impunidad que impide adjudicar las responsabilidades de cada uno de los autores principales y secundarios, desde los funcionarios políticos, pasando por Omar Chabán y terminando en el grupo Callejeros. Tan poderoso es que solamente se logró la adjudicación de las responsabilidades políticas en forma parcial, pero permitió que nuevamente Aníbal Ibarra fuese electo como diputado porteño. De la mano de la ambivalencia judicial, entre licencia y licencia de la Sra. Juez a cargo del expediente, Dra. María Angélica Crotto, solamente se encuentra imputado el organizador del evento, hoy en libertad, mientras que los ex-funcionarios políticos siguen sin ser imputados por su actuación y el grupo musical continúa en la nebulosa judicial, tratando de evadir las consecuencias que les caben.

Resulta insoportable, al menos para quienes tenemos memoria y tuvimos vínculos con algunas víctimas de esta tragedia, esta sensación que nos hiere profundamente. A los pibes no los mató el rock, los mató la corrupción de la mano de la impunidad reinante en la Argentina. Pero lo grave es que sigue matando. Continúa asesinando de manera silenciosa, a través de los programas estatales que no alcanzan a cubrir las reales y verdaderas necesidades de los sobrevivientes y de los familiares de las víctimas. Del mismo modo, con el silencio, se procura echar un manto de olvido significativo a lo ocurrido mientras Cromagnon sigue vigente en la Ciudad de Buenos Aires: escuelas y hospitales con serias deficiencias en su infraestructura, como el Normal 7 "José María Torres", el Normal "Mariano Acosta" o el Hospital Infanto Juvenil "Tobar García" y los Neuropsiquiátricos Borda y Moyano.

Corrupción e impunidad son las constantes en esta Ciudad. Ya no importa el color político, porque todos y cada uno de los integrantes de la clase política solamente piensa en sus privilegios de clase antes que atender las verdaderas necesidades de quienes hoy están postergados en sus derechos. A los gobiernos solo les importa sobrevivir a cualquier precio, es el mandato del capital que se impone a cada instante.

Pero estos males deben ser desterrados definitivamente. Debemos saber la verdad sobre la cantidad real de víctimas y sobre la asistencia que se les ha brindado, como también sobre la cadena de complicidades que permitieron la actividad de un local comercial en condiciones alejadas de las necesarias para un espectáculo de envergadura como un recital de rock. Pero también necesitamos la penalización de quienes fueron los responsables políticos, administrativos, penales y civiles pues, al paso que camina el expediente judicial, se corre el riesgo de perpetuar la impunidad existente, la que aún continúa sobrevolando los Tribunales mediante el fantasma de la prescripción, el sueño añorado por muchas y muchos de los que debiesen estar en una jaula por su actividad, antes y después de la masacre.

Ya es hora que la Justicia tenga la palabra. Que comience a dilucidar los puntos oscuros acerca de un hecho evitable mediante la planificación y ejecución de políticas públicas destinadas a garantizar la vida y la seguridad de los ciudadanos y habitantes que concurren a cualquier establecimiento público o privado. Que comience a establecer el límite de cada una de las responsabilidades para los autores materiales e intelectuales.

A tres años de Cromagnon, es lo menos que se puede pedir pero también debemos renovar la exigencia para terminar con todas y cada una de las deficiencias que aún existen en los establecimientos públicos y privados porteños.

Es hora de seguir exigiendo con Memoria, por la Verdad y la Justicia para que Julián Rozengardt, Jacqueline Santillán y Nicolás Colnaghi, entre tantas víctimas, junto a Mariana Márquez, puedan descansar en paz y podamos cerrar esa herida sangrante junto con el cese de la corrupción y de la impunidad en todos los órdenes.

Prof. Juan Carlos Sánchez
Director Editorial GACETILLAS ARGENTINAS

EN HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE CROMAGNON.

1. ABOSALEH ALEJANDRA YASMIN (16) 02/03/1988

2. AGÜERO EZEQUIEL ADOLFO (25) 28/12/1979

3. AGUIRRE FERNANDO LUIS (19) 28/7/1985

4. ALEGRE BABICH JUAN PABLO (20) 13/12/1984

5. AMAYA GASTON EDUARDO (10) 21/9/1994

6. ANTÓN IARA AGUSTINA (8) 23/12/96

7. ANTÓN PAULA NATALIA (28) 17/02/76

8. ARAMBURU MILENA ANDREA (22) 19/08/82

9. ARIAS JUILLERAT MARTIN SEBASTIAN (24) 26/07/80

10. ARNALDO MARIELA GISELLE (20) 26/06/84