San Martín: Unidad 48 de José León Suárez - Torturas y tormentos, por Jesús Cabral (Agencia Walsh). Torturas y tormentos, por Jesús Cabral (Agencia Walsh)   Sucedió la noche del sábado 17 de diciembre, aproximadamente a las 21 horas, moment...

San Martín: Unidad 48 de José León Suárez - Torturas y tormentos, por Jesús Cabral (Agencia Walsh).

Torturas y tormentos, por Jesús Cabral (Agencia Walsh)


 


Sucedió la noche del sábado 17 de diciembre, aproximadamente a las 21 horas, momentos en que se realizaba el recuento del pabellón Nº 12. Fue en esos momentos cuando fui llevado hacia el Área de control con la excusa, "te tenemos que notificar". Una vez que llegué a una de las oficinas de los jefes, me encontré con el Alcalde Mayor, de apellido Zauli, éste a la brevedad llamó al Alcalde Mayor, de apellido Cerdá. Como la supuesta notificación era del Servicio Penitenciario y yo desconocía de que se trataba, pedí que me brindaran una copia. Estos de mostraron muy molestos ante mi pedido y empezaron a insultarme: "sos un negro de mierda y no tengo porque darte copia de nada. Tenés que darte cuenta que estás preso, que acá mandamos nosotros. No tenés derecho a nada, encima nos vivís denunciando".


En ese momento, el Alcalde Mayor Cerdá ordenó a otros dos oficiales que se encontraban en el lugar, que me redujeran en el piso, luego se sumaron dos guardias que me sostenían de un brazo cada uno. Mientras tanto, uno de los oficiales se subió encima de quien suscribe y comenzó a estrangularme repetidas veces hasta el borde de la asfixia, el otro a quemarme con un cigarrillo en la cara. No obstante de todo esto, el jefe Cerdá les acercó una especie de palo o goma, para que estos con el mismo me golpeen. Cuando terminaron con el ritual de la tortura, llamaron a sanidad y alguien a quien no pude ver me inyectó una droga. Es de vital importancia destacar que la sesión de torturas y tormentos duró aproximadamente tres horas y media, ya que ingresé al área de control a las 21 horas y permanecí en ese lugar hasta las 0:30 horas del día domingo 18. Luego fui custodiado por uno de los oficiales y dos guardias hasta el pabellón 12, de estudiantes universitarios, y permanecí dormido por 18 horas.


jesus cabral torturas


Torso de Jesús Cabral, con las marcas de las torturas


Sin embargo cuando me desperté, me duché y el día lunes partí con rumbo a la Oficina que la Procuraduría General de la Provincia de Buenos Aires instaló dentro de la Unidad, y pude manifestar todo lo sucedido ante el señor Procurador. Previo a esto, ya había hecho llamadas telefónicas a varios funcionarios comunicándoles esta situación. Cabe destacar que el Procurador, al ver todas mis heridas y golpes, me pidió que permanezca con él hasta que llegaran de la UFI N ° 2 de San Martín, junto con el Médico Forense para que el mismo pudiera constatar mis heridas y golpes. El Médico Forense comprobó que quien suscribe fue estrangulado repetidas veces y torturado en gran manera, también que recibí una inyección, llevándose con él una muestra de orín, para poder detectar qué droga me inyectaron.




Quien suscribe, hoy les escribe desde la bronca, la impotencia y el dolor; pero sé que esta pesadilla terminará cuando recupere mi libertad el año que viene, si Dios así lo permite. Aunque la Institución penitenciaria quiera destruir mi identidad, mi cuerpo y mi mente, resistiré de pie y con los brazos en alto, en este lugar tan horrendo. Es de vital importancia destacar que nunca lo podría lograr sin la ayuda de las personas que me acompañan, todos ustedes, las 13.000 personas que leen mis notas. Todas las organizaciones que me brindan ayuda. La señora Juez que tiene mi tutela. Los compañeros de "Tiempo Argentino" que nunca hacen la vista gorda y siempre dan cuenta de lo que ocurre en este lugar. La Universidad Nacional de San Martín que me brinda la Educación y me da la posibilidad de poder leer la sociedad en la que vivimos de una manera diferente, también me brinda las herramientas que necesito para poder defenderme como ciudadano de este país.


Hoy quiero agradecerles a todos y decirles que jamás me atrevería a defraudarlos. Que espero con ansias mi libertad para poder iniciar una nueva vida y poder formar mi propia familia, lejos de este lugar. Que todas las personas que me hacen daño y me maltratan no logran destruirme, sino todo lo contrario, me hacen más fuerte.


Es un grado de impunidad muy grande que en estos tiempos existan las torturas, los tormentos y malos tratos en perjuicio de las personas. Es bueno recordar que la Constitución Nacional hace mención de todo esto en el Art. 18; sin embargo, los penitenciarios lo pasan por alto. Quiero dejar en claro que la cárcel no ayuda a la socialización de las personas, sino todo lo contrario, es una máquina que produce y reproduce más violencia de la que existe en nuestra sociedad. En este caso, es bueno destacar que el Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Raúl Zaffaroni dijo: "que la criminalidad y la pobreza están totalmente ligadas entre sí, que las cárceles están hechas para los pobres, que él no conoce a nadie dentro de los poderes que quiera terminar con el delito". Sumado a esto, la Ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré dijo y criticó semanas atrás: "que en la provincia de Buenos Aires el sistema de seguridad y justicia está colapsado, que el Gobernador Scioli está haciendo vista gorda y oídos sordos a los casos de gatillo fácil de la Policía Bonaerense y los delitos que ocurren dentro del Servicio Penitenciario". No obstante sería bueno que alguien tome una decisión seria al respecto, y lo que está escrito se cumpla tal como lo manda la ley.

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