Comenzamos…

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Por el Prof. Juan Carlos Sánchez

Con las recientes publicaciones, damos un nuevo inicio a Gacetillas Argentinas contribuyendo a la difusión cultural, con las presentaciones que realizarán Alfredo Grande, Vicente Zito Lema y Nuria Barbosa León.

Tal como habíamos prometido, poco a poco, estamos reordenando el trabajo de 7 años. No es fácil pero tampoco es imposible. Pero a la vez trataremos de remontar la cuesta informativa, como producto de nuestra ausencia, para tener un hilo conductor acerca de la actualidad nacional e internacional.

Comenzamos con la misma pasión aunque, tal vez, sin tantas fuerzas como antes. Por dicho motivo, también las publicaciones no tendrán el ritmo diario al cual muchas y muchos de ustedes estaban acostumbrados. Lo único que podemos prometer es continuar con el mismo camino que nos impusimos desde el 26 de julio de 2006, tras el hackeo de Gacetillas Populares; es decir, seguir diciendo la verdad de la milanesa aunque con esa mirada distinta que nos permita diferenciar del resto de los medios alternativos.

Agradecemos los mensajes recibidos a través de nuestros correos con motivo de nuestra reaparición, al igual que el aguante de tantas y tantos compañeros que hemos conocido en este largo trayecto.

Presentaron “El Crimen de la Paz”, de Alfredo Grande, en Tierra Violeta.

CP 01El pasado miércoles 10 de julio se presentó el libro "El crimen de la paz", del Dr. Alfredo Grande, el cual fuese prologado por Carlos Del Frade y editado por la Fundación Pelota de Trapo, en la Biblioteca y Centro Cultural Tierra Violeta.

Si bien el clima no ayudó, una importante concurrencia colmó el salón de la calle Tacuarí al 500 de esta Capital para conocer la nueva obra del compañero, fundador de Ático Cooperativa de Trabajo en Salud Mental y Miembro de Honor de la Sociedad de Psiquiatría de Cuba.

El mismo autor nos cuenta: "Habrá una diferencia fundante. La lectura 'al contado' de todo el material producido desde el impacto afectivo, político y teórico de una realidad que no deja de interpelarnos, genera una conmoción diferente a la lectura 'en cuotas' de la publicación semanal. La anestesia defensiva no es fácil de instrumentar y la indiferencia menos sencilla. Quizá ese sea el fundante político para decidir publicar este nuevo libro".

"De las charlas con Alberto Morlachetti, que siempre sostiene su lugar de maestro, compañero, amigo, acordamos que un nuevo libro era necesario. La batalla cultural es permanente. Y todos los lugares deben ser ocupados. Y también es necesario compartir con la militancia política y social este logro que también es un triunfo, quizá pequeño, pero triunfo sin dudas, en el eterno combate contra la cultura represora".

Laura Taffetani, por la Fundación Pelota de Trapo y Diana Maffía, por el Centro Cultural Tierra Violeta integraron la mesa junto con el autor; la primera, expresando la labor de Pelota de Trapo y la actualidad de la infancia en la Argentina, mientras que la Diputada de la Ciudad (MC) se refirió al contenido del libro y reflexionó sobre la problemática de la trata de personas.

Para quienes no pudieron concurrir a dicha presentación, les acercamos el pequeño video que refleja sus principales alternativas.

Los sapos de la locura (APE).

Alfredo Grande
Por Alfredo Grande  

“No se enamoró porque lo vio revolucionario, sino que lo vio revolucionario porque se enamoró”
(aforismo implicado freudiano)
 
“El legislador porteño del kirchnerismo y precandidato a diputado Juan Cabandié sorprendió cuando luego de una recorrida de campaña por el riachuelo afirmó que en el curso de esas aguas había peces. Para el legislador de La Cámpora la presencia de algunos peces significaba que las obras que había encarado el gobierno en el riachuelo estaban surtiendo efecto. Sin embargo, su insólita frase terminó en un papelón. Desde la ONG Greenpeace salieron a desmentirlo. “Los peces que vio son anfibios que no necesitan oxígeno. No son indicador de pureza del riachuelo. De hecho, por la contaminación no hay condiciones favorables para que sobrevivan”, lo cruzó la ambientalista de la ONG Lorena Pujó. Según explicó en declaraciones a La Once Diez, el riachuelo sigue igual de contaminado. “Las empresas siguen contaminando, no se controlan los residuos que tiran. Hicimos un informe y sigue igual de sucio a pesar de las publicidades del gobierno. El hecho de que aparezcan peces y hasta alguna tortuga no significa que esté menos contaminado”.

(APe).- Si la realidad supera a la ficción, cosa que todos sabemos, lo que tenemos que pensar es si la realidad se beneficia o se perjudica para siempre. Obviamente, no tenemos una realidad para todos y todas. Tenemos varias. Algunos llaman a eso alianzas electorales. Sin olvidar que el Frente para la Victoria no deja de ser una alianza más, que incluyó a Cobos, el que no quiso votar por la positiva, y sin ir mas cerca, al insólito Massa, que si Tigre salía campeón de la Copa seguro hacía fórmula con el director técnico, Nestor Gorosito.

Pero no sé si gracias a Dios, a Freud, a Pasteur, a Galileo, a Newton, o a quien, cuando decimos “realidad” aceptamos que tiene límites flexibles pero que algún límite tiene. Yo sé que no escribo para Clarín, y no porque miente, sino porque nunca me pidieron un artículo. La Agencia de Noticias Pelota de Trapo, además que no miente, hace varios años me ofreció escribir.

O sea: hay una realidad convencional que puede ser encubridora o descubridora. En esa realidad, como en la constitución nacional, abrevamos todos y todas. Cuando a esa realidad se le suelta la cadena, aparece la locura. Digo locura y no digo psicosis porque son cuestiones bien diferentes. Y la locura puede ser creatividad para la libertad y puede ser creatividad para la esclavitud. A esta última habitualmente se la llama publicidad. Incluyendo la publicidad de los actos de los actos de gobierno. Que apenas son espasmos de la gobernabilidad, que es reinar con la apariencia de gobernar.

Adiós a la Osisko y el hechizo del Famatina (APE)

Silvana Melo 2
Por Silvana Melo  

(APe).- “Le pusimos la mano en el pecho al gobierno para que quedara claro que no pasarán”. Omar Quinteros extiende la comunión a todos en la parroquia de Famatina. Aun a los que le patotean las misas que, dice, preside un dios que defiende la maravilla de su creación y no aceptaría ni mareado que le vengan a explotar el cerro para sacarle el oro de la panza. Omar Quinteros no le niega la oreja a nadie. Ni al que le dijo, en voz bajita, asomada la boca a la ventanita del confesionario, “aflojá o sos boleta”. Dice que con el intendente Ismael Bordagaray y la gente reunida en asambleas son “un trípode”. Ahí se para y se sostiene la dignidad. La resistencia que ya cumplió nueve años y expulsó a tres multinacionales. “Estamos esperando a la cuarta”, dice el cura a APe con una sonrisa clara. Avizorando un triunfo mínimo en la rescisión del contrato con la Osisko que el gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, concretó el 2 de julio. Pero sin creerle demasiado, como la mayoría de la gente. Como el mismísimo cerro.

El 31 de agosto de 2011, Energía y Minerales Sociedad del Estado (EMSE) le abrió las puertas del Famatina a la minera canadiense Osisko Mining Corporation. En 2008 habían expulsado a la Barrick Gold, atraída por el ex gobernador Angel Maza. Beder Herrera era su vice, le combatió la sed menemista de megaminería que aquejaba a Maza, lo hizo destituir, impulsó la ley que prohibía la minería a cielo abierto, ganó las elecciones con el discurso encendido en defensa de los recursos naturales de su pueblo (Beder es famatinense) y dos días después “se reunió con todos los mineros para repartir la provincia”, recuerda Carina Díaz Moreno. Que argumenta con esta historia ante la Agencia de Noticias Pelota de Trapo por qué no cree una sola palabra de lo que diga o decrete el Gobernador.

La Osisko pagó 500.000 dólares en efectivo para asomarse a “cuarenta kilómetros cuadrados de ambientes montañosos, únicos y frágiles”, como define el biólogo Raúl Montenegro a las tierras del Famatina. “El botín, una reserva estimada de 8,97 millones de onzas de oro”. Varias promesas de trabajo y prosperidad muy parecidas a las de la  Barrick y que Omar Quinteros dibuja como “pan para hoy y hambre y desolación para mañana”.

Desde el año 2004 asambleas ciudadanas por la vida -es decir, familias, docentes, chicos, médicos, productores rurales, peones, mujeres solas, viejos solos- supieron armar un cerco que no dejó pasar a la Barrick, a los chinos de Shandon Gold ni a la Osisko. Tres multinacionales -que manejan poder político, económico, mediático, jurídico y policíaco- se replegaron ante gente de a pie.

Orígenes, descendencias y negaciones…

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Por Norberto Ganci, Director Editorial de "El Club de la Pluma"

Desde 1492 la cosa comenzó muy mal para quienes habitaron y, a pesar del tiempo, habitan estas tierras, las de la Patria Grande.

Desde 1492 el exterminio se instaló para no retirarse. Desde desconocidas enfermedades en esos tiempos a las armas, desde el sometimiento esclavo a la martirización por el rezo y la cruz, desde el saqueo a la contaminación, de todo han padecido y probablemente hoy padezcan quienes han heredado saberes ancestrales.

Hubo una parte de la historia de nuestros pueblos que fue distorsionada, manipulada convenientemente en beneficio de intereses muy alejados de los sentimientos de Patria, País, Nación, etc.

Una historia que negó la existencia de pueblos establecidos desde mucho tiempo atrás, antes de la conquista, al punto de ignorarlos al titular alguna pretendida gesta como conquista del desierto, cuando pueblos enteros poblaban esos territorios.

La discusión de si eran muchos o pocos es muy miserable y hasta ridícula cuando nos referimos a genocidios…

Bien vale recordar el lugar que le dieron en la construcción de la Patria Grande, hombres como Monteagudo, Castelli, Belgrano, San Martín, quienes consideraban de suma importancia el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios. Ello fue suficiente motivo para descartar en el relato histórico conceptos como los que rescata Osvaldo Bayer al comentar: “…Hay que leer estos increíbles documentos de Manuel Belgrano sobre los pueblos originarios. Cómo los defiende, como retrata en sus escritos la esclavitud terrible que sufrieron bajo los españoles. La mita, la encomienda, el yanaconazgo, esas tres formas de esclavitud. Cuando él hace la expedición al Paraguay señala que se le van a devolver las tierras comunitarias, se les va a dar la libertad y terminar para siempre la esclavitud. Y dice que recurría a la Junta de Mayo para que se le den préstamos para la compra de elementos para la agricultura y la cría de ganado, dice Belgrano en Diciembre de 1810. Hay que ver también los textos de Bernardo de Monteagudo, Juan José Castelli y Mariano Moreno sobre la defensa de los pueblos originarios. En 1813 la asamblea termina con la esclavitud de los de acá y de los africanos que habían sido traídos por los españoles porque no les alcanzaba los que tenían…” (1)

Enérgico repudio al nombramiento de Milani.

Les acercamos el comunicado emitido por la Asociación de Ex-Detenidos Desaparecidos (AEDD), la Asociación de Profesionales en Lucha (APeL), el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH), el Colectivo de Abogados y Abogadas Populares La Ciega, el Colectivo Memoria Militante, Hijos La Plata, Liberpueblo y la Unión por los Derechos Humanos por el cual se repudiara el nombramiento del Gral. César Milani al frente del Estado Mayor General del Ejército Argentino.

Gral. Milani"Este personaje de oscuro prontuario represivo en la década del ´70, en tanto se ha señalado su participación en el “Operativo Independencia” en Tucumán como subteniente especializado en inteligencia en el Batallón de Ingenieros de Construcción 141 de La Rioja, en comisión en Tucumán, entre febrero de 1976 y febrero de 1977; ha sido también denunciado como consustanciado con los levantamientos “carapintadas” en los ´80 y su condenable carrera la ha desempeñado en el área de Inteligencia del Ejército, cuya conducción ejerce desde 2007"

"Con tales antecedentes llega este militar al más alto escalafón dentro de una Fuerza que todavía sigue rindiendo cuentas ante la justicia por los crímenes cometidos".

"Solo podemos entender esta designación en los términos de la búsqueda de una más eficaz aplicación de la Ley Antiterrorista sancionada por el Congreso Nacional a instancias del Poder Ejecutivo y que fuera ampliamente repudiada por el conjunto de los Organismos de Derechos Humanos. El nombramiento de Milani es la representación práctica y simbólica de la continuidad de la impunidad siendo que él, al igual que muchísimos de los que participaron en la represión durante la Dictadura genocida, continúan en actividad en las fuerzas armadas y se los premia con ascensos y puestos de mando. A la vez, recordamos que no han sido negadas las denuncias contra Milani por haber sido el cerebro del proyecto de espionaje del que han sido objeto las organizaciones populares, conocido por proyecto X".

"Queremos expresar nuestro mas absoluto rechazo a tal designación entendiéndola como una provocación y un avasallamiento a los más de 36 años de lucha de nuestro pueblo en contra de la impunidad".

CORREPI - BOLETÍN INFORMATIVO Nº 695.

CORREPI - NUEVO

CORREPI - BOLETÍN INFORMATIVO Nº 695

Sumario:

1. Brasil: sin carnaval, pero con narices de payaso.

2. Como en Brasil, pero sin protestas y en todo el país.

3. Sobreseyeron a un trabajador… y al Proyecto X.

4. “Una excursión de pesca”.

5. Armas “no letales”: el viejo-nuevo cuento para la política represiva del estado.

6. Cuarto plenario del Encuentro Nacional Antirrepresivo.

1. Brasil: sin carnaval, pero con narices de payaso.

Las narices de payaso que portan los manifestantes en muchas partes del mundo, denuncian la hipocresía que envuelve a las democracias. Denuncian que el gobernante se consagra electoralmente como un estadista, y, una vez en la "gestión", es el gerente de intereses bien diferentes a los de aquellos que lo consagraron.

Si el pueblo entonces se indigna no pasa nada, hasta que esa indignación se corre de la queja y se transforma en protesta social. Entonces, sí, sea del color que sea, el consagrado recurrirá a su unívoca y general respuesta: represión y acusaciones más o menos veladas de "accionar terrorista". Es una trama bien conocida entre nosotros.

Desde el 3 de junio, Brasil viene siendo "la democracia en jaque". El aumento del transporte público en 20 centavos por encima de los 3 reales fue el detonante para que cientos de miles de personas, en su mayoría jóvenes, hayan protagonizado la más importante protesta colectiva de los últimos 20 años en varias ciudades del país.

No debe perderse de vista que el eje central de la protesta pasó por San Pablo, dónde existe la mayor concentración de clase trabajadora urbana, con inflación sostenida sobre la canasta familiar de algo más del 13% anual). Como no debe perderse de vista que la mecha encendida por el aumento, sirvió también para reclamar por otras penurias que sufre el pueblo, en especial en materia de salud, educación y obras de saneamiento.

Y tampoco debe perderse de vista que hay sectores de la propia burguesía que disputan hacia adentro del bloque de poder, y pretenden "parasitarle la agenda a los indignados" como expresó uno de los referentes espontáneos de la protesta legítima, en relación al rol que juegan algunos emporios de la información. El contexto se completa con una erogación indiscriminada de fondos públicos hacia obras de infraestructuras relacionadas con dos eventos del negocio futbolero: la Copa de las Confederaciones 2013 y el Mundial 2014. Más de 15 mil millones de dólares solamente para el Mundial.

El panorama se resume así: mientras el fuego artificial ilumina el cielo de los estadios del negocio futbolero, la bronca callejera enciende el fuego de la realidad popular.

El incipiente gesto reactivo y proactivo que protagoniza parte del pueblo brasileño, en tanto no sólo discute por el restablecimiento de derechos históricos sino también por otros nuevos, pone de relieve la naturaleza del estado capitalista vestido de democrático. A la vez, revela los límites de los procesos económicos basados en la productividad y la no afectación de la tasa de ganancia empresarial. Brasil sigue siendo presentado como el ejemplo de las economías emergentes en latitud sur. Su presidenta, Dilma Roussef, se llena la boca diciendo: "elevamos la renta y ampliamos el acceso al empleo", pero al mismo tiempo se “sorprende” por la naturaleza de la protesta y los episodios violentos que ha generado.

Desde lo político-económico, las variables que el capital inventa y ella pone en práctica para oxigenarlo, sean neoliberales o neodesarrollistas, encuentran su límite cuando, a la hora de apropiarse de renta, todos esos modelos sin excepción, ponen la mano abiertamente en el bolsillo de los trabajadores. Buscar esos 20 centavos y no tenerlos, o peor, sacarlos de la mesa familiar, conduce inevitablemente a la protesta. Tal vez lo olvidó o quizás nunca le importó a la presidenta surgida de las entrañas del PT. Tal vez, confirme aquello que Babeauf escribió en 1797: "los gobernantes sólo hacen revoluciones para gobernar".

Lo que no sorprende es su respuesta inmediata frente a los sucesos: centenares de detenidos, militarización con fuerzas de seguridad y armadas, reforzadas por miles en las ciudades donde se juega la Copa Confederaciones y 9 muertos, al tiempo que repiten "no reprimimos la protesta social".

Lo dicen sin colocarse la nariz de payaso, a esta altura un  recurso categórico de los indignados para simbolizar nuestras democracias.

2. Como en Brasil, pero sin protestas y en todo el país.

Sin las protestas que hay en Brasil, la represión de las fuerzas de seguridad de nuestro país, asesinaron a nueve personas en los últimos diez días, la misma cantidad que en las revueltas del país vecino.

Cristian Sebastián Molina fue detenido por la policía de la comisaría 15ª de Tunuyán, provincia de Mendoza, y a las pocas horas apareció colgado de los barrotes de la celda de la comisaría. En Rosario, una policía federal asesinó a un chico de 17 años que, según ella, intentó robarla, pero que no estaba siquiera armado y recibió varios impactos de bala. En Neuquén, un policía provincial disparó 14 balas para asesinar a un integrante del servicio penitenciario de la misma provincia, porque supuestamente tenía relaciones con su mujer.

Un recuerdo y un homenaje: Sergio Schiavini y Pablo Kilberg.

Schiavini - Kilberg

El pasado domingo, durante el editorial que realizamos todos los domingos en el programa "El Club de la Pluma", que conduce Norberto Ganci y que se emite por Radio Inédita, desde Cosquín, provincia de Córdoba, recordamos al poeta Sergio Schiavini, asesinado por las balas de la Bonaerense y homenajeamos a Pablo Kilberg, el infatigable militante por Cuba y por los Cinco Héroes Cubanos.

"El Arcángel de Carbón", de Sergio Schiavini, recitado por Norberto Ganci.

Sergio Schiavini 3

Les acercamos el poema "El Arcángel de Carbón", de Sergio Schiavini, que fuese recitado por Norberto Ganci durante la emisión del 14/07/13 de "El Club de la Pluma", por Radio Inédita (Cosquín - Córdoba).

Volver a media máquina...

Prof. Juan Carlos Sánchez
Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Visiones Argentinas.

En este día comercial donde la burguesía aprovecha para grandes festejos, mientras muchas y muchos apenas se contentan con un par de mates y algún mendrugo de pan viejo, estamos intentando volver a la actividad en este medio después de un mes de inactividad parcial.

Una coyuntura muy particular como la denegatoria a mi jubilación, sumado a la elevada actividad que venía realizando, derivó en un estado de stress muy profundo del cual todavía estamos intentando salir. No es fácil hacerlo. Fue un golpe muy duro, pero sirvió para comprobar, una vez más, que el neoliberalismo está más vivo que nunca pero también para saber de la existencia de compañeras y compañeros, al igual que muchas y muchos otros amigos, en estos amargos momentos.

9 años de "El Club de la Pluma" (Fotos).

club de la pluma 2Les compartimos algunas de las fotografías obtenidas durante el festejo de los 9 años en el aire de “El Club de la Pluma”, el cual se realizó el pasado 28 de junio en el Archivo Provincial de la Memoria, en Córdoba Capital.

Sin dudas, un recuerdo imborrable de una jornada donde la comunicación alternativa y el reencuentro fueron la constante que se prolongó hasta la emisión del domingo 30 del mismo mes.

9 años de "El Club de la Pluma" (Video).

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El pasado 29 de junio se realizó la habitual entrega de premios y reconocimientos del programa "El Club de la Pluma", en el Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba, con motivo de sus 9 años en el aire.

Les mostramos una síntesis del festejo y la palabra de Miguel "Wally" Longarini, el Poeta Pueblo; el Dr. Néstor Forero y del Prof. Juan Carlos Sánchez, nuestro Director Editorial durante la emisión del programa del pasado 30 de junio.

El crimen de la paz (APE).

Alfredo Grande

Por Alfredo Grande  


“No tengo la certeza de una tierra prometida, pero si la convicción de una lucha compartida”

(aforismo implicado)

(APe).- Mi segundo libro editado por la Fundación Pelota de Trapo ha sido recientemente publicado. Se realizarán varias presentaciones. La primera, el miércoles 10 de Julio a las 18 y 30 hs en Tierra Violeta: Tacuarí 538 en el barrio San Telmo de la ciudad de los buenos y no tan buenos aires. Tanto este libro como el primero (Crónicas de Trapo desde el psicoanálisis implicado) se va escribiendo a lo largo de las semanas en las cuales publico para la Agencia de Noticias que coordinan Claudia Rafael y Silvana Melo.

Habrá una diferencia fundante. La lectura “al contado” de todo el material producido desde el impacto afectivo, político y teórico de una realidad que no deja de interpelarnos, genera una conmoción diferente a la lectura “en cuotas” de la publicación semanal. La anestesia defensiva no es fácil de instrumentar y la indiferencia menos sencilla. Quizá ese sea el fundante político para decidir publicar este nuevo libro. De las charlas con Alberto Morlachetti, que siempre sostiene su lugar de maestro, compañero, amigo, acordamos que un nuevo libro era necesario. La batalla cultural es permanente. Y todos los lugares deben ser ocupados. Y también es necesario compartir con la militancia política y social este logro que también es un triunfo, quizá pequeño, pero triunfo sin dudas, en el eterno combate contra la cultura represora.

Anticipo las primeras páginas del libro.

-  INTRODUCCION PENETRANTE

“si no se trata de política, sino de guerra, no hablemos de paz, sino de tregua”

(aforismo implicado)

La Agencia de Noticias Pelota de Trapo decantó una poderosa identificación que en estos años se ha ido consolidando: Redactor. Militante de un periodismo social que para serlo, sostiene hasta el extremo límite de enfrentar la nada, la convicción que solo el pensamiento crítico puede considerarse pensamiento. Pensar es interpelar ideas, incluso las propias. Y las ideas propias terminan siendo ajenas, de la misma forma que muchas ideas ajenas terminan siendo, amorosamente, propias. “Pensar es no tener que pedir perdón”, establece un aforismo implicado.

El pensamiento siempre implica un desafío. Pensar es tirar piedras con hondas, por eso es necesario tener la mejor puntería. La cultura represora es un Goliath, o varios, y aquellos que deciden enfrentarla no tendrán una segunda oportunidad. La mayoría, lo que es poco mas que varios miles de millones, no tendrán siquiera una primera oportunidad. Los privilegiados, aunque no seamos únicos, tenemos esa oportunidad. Yo la tengo e intento no desperdiciarla. Envidio a Fidel Castro cuando expresa su convicción de que la historia lo absolverá. ¿Vale la pena aclarar que yo no la tengo? Incluso me preocuparía mucho si la tuviera, porque este mundo me dejará con la dolorosa frustración de no haber despertado del sueño eterno de la revolución. Es decir: que la revolución dejara de ser un sueño y que esta cruel realidad dejara de ser una pesadilla. Como Marx señaló, “esa pesadilla de generaciones muertas que oprime el cerebro de los vivos”.

Enfrentar la pesadilla sin evadirla. No pretender pellizcarnos para despertarnos en un mundo feliz. La única forma que encontré: implicarse siempre en colectivos militantes. Entendiendo al colectivo como un grupo con una estrategia de poder. Poder Rebelado de abajo hacia arriba, nunca Poder Revelado de arriba hacia abajo. Pero es cierto que nunca digas nunca.

No pocos colectivos devienen grupos, no pocos grupos devienen sectas, no pocas sectas devienen individualidades caníbal. La militancia caníbal es una de las tantas formas de identificarse con el agresor. Siempre más sencillo, mas redituable y menos peligroso que identificarse con el agredido. El individualismo caníbal ha perdido para siempre la ternura y no se ha endurecido: se ha petrificado. Y sobre una piedra podrá construirse una iglesia, pero nunca un colectivo militante. Tampoco sobre arena. Será necesaria la maza y la cantera. Mi maza es un teclado, la cantera es el Movimiento Nacional Chicos del Pueblo. Si el hambre es un crimen, los hambrientos están siendo criminalizados por la cultura represora. Castigados en forma inapelable. Sentenciados a muerte, en sus dos vertientes: la muerte indigna y la vida miserable. Aún el esfuerzo de escribir, editar, imprimir, distribuir este libro es poco. No me consuelo, pero al menos me sostengo en uno de mis primeros aforismos: “la diferencia entre poco y nada es mucho”.  De tantos “poco” haremos algo, y de algunos “algo” haremos mucho. Quizá ya lo estamos haciendo. Y la cultura represora aún nos arrebata ese logro.

Nuestro reino si es de este mundo, pero claro, sin olvidar que otros mundos son posibles y que entonces, otros reinos también. Alguna vez para reinar no será necesario dividir, apenas sumar, multiplicar, potenciar. Y entonces, hasta un redactor de una agencia de noticias tendrá y disfrutará, su lugar en el mundo.

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Incluyo una parte del Prólogo que escribió especialmente para el libro Carlos del Frade.

A manera de prólogo.

-No importa que dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Lo único que importa es que hoy, mañana y ayer no dejes de luchar contra todas las formas de la cultura represora- escribe Alfredo Grande, psicoanalista implicado, fenomenal militante que desde hace años descubrió que la comunicación, en cualquiera de sus formas, es un arma poderosa para sembrar puntos de vistas y conciencias.

Comparto con Alfredo la Agencia Pelota de Trapo, la obstinada construcción del Movimiento Chicos del Pueblo conducido por ese extraño patriarca del tercer milenio que es Alberto Morlachetti.

Pero los escritos de Alfredo están atravesados no solamente por lucidez y sensibilidad, extraña mezcla para nada habitual en estos tiempos de imposturas, cinismo y especulación; sino también por coherencia existencial.

El autor de estas crónicas es capaz de mostrar antecedentes tales como la constitución de cooperativas, trabajo concreto con varios movimientos de desocupados, asambleas y muchos años de poner el cuerpo en la exacta geografía que construyen siempre las minorías para excluir a las hijas y los hijos del pueblo, de los que son más en estos arrabales del mundo.

Y de pronto, Alfredo es capaz de montar obras teatrales enancado en su permanente sentido del humor, impecable atajo hacia las mentes de muchos y, en forma paralela, abrir talleres en distintos lugares del país.

Ese compromiso es una señal de identidad de los años sesenta y setenta pero su formación intelectual, sólida y siempre abierta, parece más de una pintura renacentista, de aquellos que como Leonardo eran capaces de pintar durante la mañana y analizar los misterios del cuerpo humano durante las noches.

Siempre hay un brillo cómplice en la mirada de Alfredo.

Esa también es una marca de un tipo atento a lo que lo rodea pero también al otro, al que está enfrente.

Bien podría haber aceptado algunos de los caminos del sistema: estar en un gran medio de comunicación a cambio de olvidar eso de la lucha de clases, frase que generalmente ustedes encontrarán en estos textos.

Pero el psicoanalista implicado es tozudo.

Sabe que el capitalismo propone la explotación y sus variadas formas de multiplicación a través de territorios y tiempos.

Y allí está él, con su mirada luminosa y sus palabras acumuladas.

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Creo que para que la paz deje de ser un crimen, es necesario que el hambre deje de ser un crimen. Y que para eso, el Movimiento Nacional Chicos del Pueblo ha sostenido en su lucha de décadas lo que yo denomino el trípode de la implicación: coherencia, consistencia y credibilidad. Como dice Alberto: “con ternura venceremos”.

Crónicas del pan (APE).

Silvana Melo 2

Por Silvana Melo  


(APe).- La harina y el agua mezclados naturalmente. El bollo sobre las piedras, esperando que el sol conceda un calor que cinco mil años después sería de horno y a gas. La masa descansando un par de días y una pancita que creció como por magia y el levado natural del tiempo y la tibieza. Habrá nacido el pan tan simplemente, en los tiempos primeros del hombre. Cuando el hambre era hambre de las entrañas y no del capitalismo que elige quién debe padecerlo y quién no. Habrán inventado el pan de pura casualidad, con el cereal molido a talón y a piedra y el agua de los arroyitos.

El pan, tan simple y llano, pasó de mano en mano desde los confines del tiempo. Fue el símbolo del alimento, la nave insignia contra las hambres más duras del mundo, fue médula y esencia de ser compañero (cum pani, compartir el pan), fue ázimo para los judíos, que en su éxodo eterno no tenían más que la harina y el agua, fue definición cristiana: yo soy el pan de la vida, dijo. Y multiplicó los panes ante la hambruna y dio de comer de su cuerpo en el culto sacramental. Fue corteza crujiente y panza tierna en la comida de los pobres, fue masa de rebelión, vigilante, cañón y genitales sacerdotales cuando los anarquistas le agregaron azúcar, membrillo y pastelera. Fue palabras célebres que acaso ni siquiera dijo la pobre María Antonieta cuando vio a los pobres pidiendo pan. “Si no tienen pan que coman tortas” (S’ils n’ont pas de pain, qu’ils mangent de la brioche), dicen que dijo con la cabeza aún en su lugar.

Mientras el cristianismo dogmatizaba que no sólo del pan vive el hombre, Marx coincidía desde la arrogancia de la rebeldía: el obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.

Es que en los banquetes se servía una generosa rebanada de pan sin leudar, que actuaba resignadamente como plato. Algunos se lo devoraban al final de la comida. Otros, los nobles de toda nobleza, se lo daban a un mendigo. Que recibía un pan manoseado, sin sabor y con los rastros de un banquete que siempre, siempre era de otros.

El pan nació y se dispersó por el mundo atravesando culturas y etnias. Fue democrático y revolucionario. Se repartió para que uno solo alcanzara para todos, se entregó al mendigo aun cuando la mesa quedara vacía para conmover al Brahma y que hiciera nacer un árbol de pan, como en la leyenda hindú. Por él se encendieron guerras y cayeron reyes. Y las espigas se diseminaron por la tierra como cabelleras rubias creciendo apasionadamente en la piel negra del planeta.

Crecieron y se hicieron grandes y bellas en una remota tierra de los pies del mundo.

En la Argentina crece el pan en las espigas, la carne pace por los campos inmensos y la leche fluye mansamente. No debería tener lugar el hambre en la tierra donde las semillas brotan en las banquinas y en las macetas.

La riña de poder entre el gobierno y los más poderosos sembradores replegó a las espigas. El gobierno les puso límites a las exportaciones de trigo supuestamente para que el pan estuviera a mano de todos. Pero la producción se mudó masivamente hacia otras semillas. La soja invadió casi el 65% de la tierra cultivada del país. Corrió a las vacas, taló los montes, postergó al trigo.

El negocio estaba en otro lado. En la soja con transgénesis y menos riesgo, en el agrotóxico que la libera de toda posibilidad viviente alrededor (incluidos pájaros y a veces niños), en la semilla modificada que se devora como un pac man los árboles y las nutrientes y vuelve loco al cielo que reparte, desquiciado, inundaciones y sequías.

Pero ya no en el pan.

Nueve millones de toneladas de trigo se cosecharon este año. Hace seis -y parece tan lejos- fue el record histórico de 16 millones. Un 43% menos. La harina se esfumó y el pan, el matador de todas las hambres, el democrático y el revolucionario, se convirtió en una tajada del privilegio. A 18 pesos el kilo, es una quimera en la mesa y un cuento mentiroso en la panza de los pibes.

En el país de los alimentos, el pan ya no es ni democrático ni revolucionario. Se volvió una herramienta más del capitalismo que decide el destino de las hambres y maneja la intemperie a su placer. Se da y se quita, como una sortija.

Pero el pan tiene otra urdimbre. Otra vena, otra entraña.

Sabe que el hambre es criminal.

Y se difunde de a pellizcos por las vecindades de los arrabales. Desgarradas pero tercas en la esperanza.

Porque el pan es cum pani. Se comparte con. Es peleador y clandestino en los hornos de barro.

Es compañero.

César, desaparecido a los 13 en la Patagonia (APE).

Claudia Rafael 2

Por Claudia Rafael  


(APe).- “Retirá la Cámara Gesell”, cuenta que rugieron desde el auto policial. El grito resonó mil veces en la cabeza de Marta. Ya le habían robado a su Bruno. Y la habían prepeado desde patrulleros oscuros para que quitara la declaración de su muchacho de los expedientes. Madreabuela Marta vio entrar a su hijo aquella mala madrugada de marzo, hace un año y tres meses, con ese hilo de vida que se le iba de los dedos con la ligereza de la muerte que lo engulló veloz. Cómo imaginar que los monstruos de la historia visitarían su puerta nuevamente. Que golpearían a su casa, sobre la ruta 25, frente a los aromos del barrio Oeste de Trelew, para arrebatárselo también a él, a su César, hijo de su hija, que cumplió los 14 vaya a saber dónde. A quien le prometió torta y hamburgueseada para su cumpleaños. Que simplemente salió a las 10 exactas de la mañana de aquel lunes 27 de mayo para el barrio Inta, a visitar a los tíos. Y que ya no dejó huellas. Porque no hay testigos. No hay palabras. No hay más que silencios y ausencia. No hay más que miedos y rabia enloquecida. No hay más que angustia que se anuda en la garganta y se transforma en desazón pero también en aullido.

La historia es añeja. La Patagonia huele a sangre demasiadas veces. Acribilla y cincela muerte en los cuerpos jóvenes. Como a Bruno Rodríguez Monsalve, tío de César, hijo de Marta, que volvió apenas por un día a su provincia, cuando era testigo protegido de una densa historia penal contra la policía, y lo acuchillaron. Como a Braian Hernández, de sólo 14, demolido por los plomos policiales en su nuca, culpable de una travesura infantil. Como Julián Antillanca, muerto por policías en una noche de boliche en Trelew. Como a Atahualpa Martínez Vinaya, de sangre mapuche y aymara, que a los 19 lo destrozaron de puro plomo en Viedma. Como a Daniel Solano, que quiso alzar la voz en Choele Choel para defenderse de los asedios patronales a los cosecheros de la manzana y nunca nadie más lo vio. Como a Guillermo Garrido, “suicidado” con un golpe en la nuca en un calabozo policial en El Bolsón. Como a Iván Eladio Torres, desaparecido en manos de la policía chubutense y con una seguidilla de muertes violentas de seis testigos de la causa.

Cuando César Monsalve desapareció, faltaban 21 días para el inicio del juicio por el asesinato de su tío. Ese juicio ya terminó y con la absolución, el 28 de junio, nadie es ya responsable por su muerte. El gran crimen de Bruno fue estar en una celda policial por sus raterías marginales cuando nueve policías violaban a un chico de 16 años y luego, contarlo. Asumirlo. Denunciarlo. Hasta la muerte misma que no se distrajo ni siquiera un instante y estuvo ahí, lista para el filo rápido de cuchillo, ese día en que volvió a su provincia para tramitar el DNI.

Es un círculo que no cesa. Hoy es su sobrino el que falta. El que no dejó huellas. No hay cuerpo. Como no hubo cuerpo 30.000 veces. Como no hubo cuerpo de Jorge Julio López. Como no lo hubo de Luciano Arruga. Como no hubo ni habrá cuerpo miles y miles de veces. Por lo tanto César está vivo. La causa -relató la abogada Verónica Heredia a APe- fue recaratulada por la Cámara como “desaparición forzada”. “Allanaron 25 lugares y no hay rastros”, contó. Comisarías, hospitales, una cárcel y nada resulta.

“César es alto, mide un metro 70. Tiene el pelo negro y rulos. Corto. La tez morena. Es lindo”, relata Cintia, su mamá, a APe. Ella tiene 29 años. Tenía los mismos años que César cuando supo que esa vida se le había instalado en su cuerpo. Y vivieron siempre, todos, con Marta. Nunca se fueron de la casita sobre la ruta. Hasta que cuando le mataron al hermano el miedo ganó a Cintia que huyó de Trelew con su ramillete de críos pequeños. Pero César quiso quedarse con la abuela. Allí, donde “vivió toda su vida”, iba a primer año de secundaria. Y hacía “changuitas cortando pasto o ramas de árboles”.

Cintia desgrana que “me siento re mal. No puedo hacer nada. Tengo las manos atadas. Nadie lo vio. Nadie sabe nada. Nadie cuenta nada. Lo único que sé es que él jamás se iría así como así. Hoy nuestra vida es un loquero. Pienso en el César y la cabeza no me da más. Yo en mi corazón tengo paz porque siento que está vivo, pero no sé dónde…”.

César cumplió 14 años y su vida es toda ausencia. César aroma desesperanza. Como siempre, o casi siempre, en los márgenes de la Historia. Allí donde el olvido entierra las huellas o las destroza. Allí donde los brazos del Estado arañan la piel y escarban los sueños hasta despedazarlos. Allí donde las voces que se alzan no resuenan nunca más allá de su terruño.

Entre la independencia y la obsecuencia…

NORBERTO GANCI 6

Por Norberto Ganci, Director de "El Club de la Pluma"

 

Para ejercer esta tarea, debo estar informado. No es fácil. Leer lo que ocurre por ejemplo en las calles del hermano Brasil, o en las propias avenidas del poder político o del poder judicial es casi una titánica labor de desciframiento, de desentrañar algo certero entre intereses en uno u otro sentido.

No hacen falta muchos discursos, exposiciones y ejemplos para comprobar, demostrar que la “independencia” respecto de la labor periodística es una total falacia.

Más allá de ser o no ser creíble, quien ejerce la tarea comunicacional, debería por lo menos ajustarse a la información de los hechos, minimizando la “cotización” que puedan los mismos tener en el “mercado informativo”…

Ello sería lo deseable para que la labor informativa concrete su finalidad, que es la de informar. No obstante ello, el mercado informativo ha “marcado” el ritmo, intensidad y posicionamiento de “temas” a instalar en el cotidiano social. Reforzar una determinada información, darle continuidad o no, depende si venden o no venden sus titulares y tratamientos, si los hubiere.

Informar o no informar se ha convertido en la moneda de cambio en relación a determinados intereses políticos, empresariales, jurídicos, etc.

Ello, podríamos situarlo, se concibe en la década del cincuenta del siglo pasado, cuando se estudiaron, evaluaron y diseñaron estrategias para utilizar la comunicación para la obtención de una respuesta determinada de gran parte de la sociedad a la que se pretendía condicionar… al igual que en estos tiempos…

Cuando en realidad el ser informado, el recibir comunicación descontaminada ya se percibe como un derecho social, un derecho humano. Lo que se emite y se recibe, condiciona pensamientos, actitudes, decisiones, desde lo personal a lo público.

Cuando el tema de la “comunicación” se entabla en relación al “derecho social” en que se ha convertido la misma, muy difícilmente se trata en esa consideración. El “manejo de la información”, hoy por hoy, tiene mucho que ver con intereses muy alejados del común social del que son objetos al difundir, distorsionar, ocultar o ignorar una determinada noticia.

La Comunicación y muy a pesar de “sus” impulsores, se ha convertido, como muchos otros, en un “Derecho Humano”. Un derecho humano no contemplado en toda su envergadura por los organismos internacionales. Si bien el Art. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice que: “…“todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión…” (1) ello no hace referencia a que la “comunicación es un derecho humano”. Su tratamiento se circunscribe, fundamentalmente, a la “libertad de expresión” como derecho humano.

No obstante “…la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en sus principios, al sostener que “los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes anti-monopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos”… (1)

Puede que las diferentes lecturas que se hagan sobre lo establecido por la CIDH consideren que si puede comprenderse como Derecho Humano la Comunicación, ello no implica el respeto y atención que tanto medios monopólicos, como estatales, alternativos y “otros” deben tener hacia ese derecho.

Aquí lo que está en juego es el derecho humano que cada individuo tiene a recibir información, comunicación, con la mayor veracidad y la menor intencionada contaminación posibles, ya que, al ser un derecho humano el mismo debería estar muy alejado de todo tipo de especulación, ya sea política, comercial, etc.

La falta de respeto y consideración a ese derecho es en lo que se sustenta el manejo arbitrario de la información, condicionando qué, cuándo, a quiénes y cómo se difunde algo, un tema o noticia determinada.

Dependerá y depende de los “beneficios corporativos” o políticos  aquello que se habrá de informar, comunicar.

Y más allá de la proliferación en el uso de redes sociales, que posibilitan una abundante diversificación en la comunicación, de igual modo se continúa manipulando aquello que se dará a conocer…

Esto es porque la concepción personal que podamos tener sobre cualquier materia, se halla influida por conocimientos heredados, adquiridos en la práctica diaria. Con eso elaboramos conceptos, pensamientos, ideas. Hay entonces una ausencia de independencia intelectual y discursiva. Nuestros pensamientos están influenciados desde nuestro nacimiento, por factores externos. Nuestros pensamientos, muy lejos del término “propio”, son colectivos. Somos “dependientes” en la gran mayoría de los aspectos…

Si bien es relevante visibilizar esta falta de independencia, mayor preocupación nos ocasiona la falta de independencia en el “ejercicio comunicacional”. Un ejercicio que, por lo general, está condicionado por los intereses corporativos, políticos, sectoriales, oficialistas, opositores, etc. Más que falta de independencia es demasía de obsecuencia.

Más atrás de lo pergeñado en la década del cincuenta del siglo pasado, al menos en Argentina, la construcción del relato histórico fue obsecuente a los intereses dominantes de la época. Basten como ejemplo las distorsiones, deformaciones y ocultamientos de hechos y personajes en la concepción histórica mitrista. Bartolomé Mitre elaboró una historia para beneficio de un sector determinado, llevando al bronce a supuestos héroes que, además de haber cometido delitos hoy considerados de lesa humanidad, fueron grandes traidores a los intereses de la patria en beneficio de sus propios intereses.

Se torna sumamente difícil concebir un pensamiento independiente, pero sí se puede pretender la inexistencia de obsecuencias en la labor comunicacional, informativa y hasta educativa. La obsecuencia, junto con la mezquindad, privilegian el engaño, el ocultamiento y la deformación, tanto de la realidad como de la historia.

Nos han “vendido” diferentes imágenes de qué es ser comunicador, fundamentalmente aquellas emparentadas con el glamour y la farándula, la sonrisa acartonada y el asentimiento fácil sin escuchar nada. Nos han “vendido” diferentes imágenes de comunicadores, a diferencia de aquellos que “no se vendían” como, por ejemplo ineludible a la hora de comparar, Rodolfo Walsh que hizo del ejercicio periodístico, de la tarea comunicacional, una militancia por la vida y la libertad, mucho más allá de los riesgos, intereses y especulaciones mezquinas.

Si bien no podemos pretender una contundente “independencia” respecto del ejercicio comunicacional, sí podemos aspirar a lograr una labor comprometida con la comunicación como “derecho humano”, alejada de obsecuencias y mezquinos intereses.

Pero depende de todos lograr que ello suceda, que ello se practique. De nosotros depende “aprender” a leer, escuchar, pensar desde la práctica libre, sin condicionamientos para lograr ideas propias, conceptos propios. De allí a lo colectivo es sólo un paso, necesario para descontaminar nuestros saberes…

Repensar las formas y modos en que recibimos y hacemos comunicación, información, es una tarea desde lo individual a lo colectivo para transformar aquello que diseñaron para dominarnos, en “nuestras realidades”.

Historia, Educación, Información son conceptos que tienen que ver con “realidad”. No sólo realidad que se cuenta, sino realidad que se crea, que se construye. No pueden estar sujetas a intereses corporativos, políticos, empresariales. Historia, Educación, Información son conceptos que tienen que ver con nuestras identidades y no podemos delegar que otros obsecuentes nos impongan saberes funcionales a intereses ajenos o mezquinos.

Debemos repensar la comunicación ejerciéndola como el derecho humano que es, de nosotros depende…

Que así sea.

NOTAS:

(1) http://www.memoriaenmovimiento.gov.ar/noticias/95-agenda-detalles/180

Entrevista a Leónidas Ceruti, sobre el Mundial ' 78, por Andrés Sarlengo (Contrapuntos).

"Fue el Mundial de la represión"

Leonidas Ceruti 2

El historiador Leónidas Ceruti recordó y reflexionó sobre los 35 años que se cumplieron de aquel "Mundial de la represión, Argentina 78", junto a Andres Sarlengo durante la emisión de su programa Contrapuntos, por FM Nostalgia, de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe.

Entrevista a Patricia Bruyn, por Andrés Sarlengo (Contrapuntos).

"Es importante que el trabajo infantil se visibilice"

Patricia Bruyn

Patricia Bruyn, una de las autoras de "MITAÍ, abrigando los primeros brotes", le contó a Andres Sarlengo sobre este libro que exclama ¡ No al trabajo infantil !, durante la emisión de su programa Contrapuntos, que se emite por FM Nostalgia, de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe.

La victoria es la lucha (APE).

Alfredo Grande

Por Alfredo Grande  


“La única manera de vengar el pasado, es construyendo el nuevo futuro” (aforismo implicado)

-Lamentamos aun más que las autoridades gubernamentales, exijan que por el solo hecho de ocupar un cargo público que nosotros consideramos un derecho, se obligue a hermanos que tuvieron su historia de compromiso y lucha, hagan un triste papel de defender lo indefendible, como son la violencia física y cultural contra los Pueblos Originarios de Argentina, que han llegado a casos de muerte.

-Animamos a las organziaciones y comunidades que sienten adhesión o simpatía a cualquier gobierno o administración, no renunciar a banderas que nuestros Fvtakece nos legaron.
Marici Weu ! - Por uno que Cae, Diez se Levantarán !!!!

.Elias Maripan Jose Kintrikew

Ñizol Logko Werken

 

(Ape).- Cuando la vida deja de darte sorpresas, la vida se ha transformado en muerte. Ninguna eternidad mayor que la de la muerte. Sin embargo, algo de esa pétrea eternidad puede ser conmovida. Nunca sabremos por cuanto tiempo. Cuántas generaciones podrán sostener el recuerdo que transforme la vida de los luchadores en la eternidad de una lucha siempre renovada. Felices los tiempos en los cuales para mirar con alegría el futuro, no tememos enfrentar los dolores del pasado.

“El peso de las generaciones muertas oprimen como una pesadilla el cerebro de los vivos”, escribió Carlos Marx. Y entonces la revolución deja de ser un sueño eterno, para transformarse en una pesadilla sin retorno. ¿Sentirán culpa los muertos? ¿Acaso será el infierno la culpa por estar muerto y el paraíso la culpa por haber sobrevivido?  No podemos saberlo, pero sí imaginarlo.

Cuando los verdugos de ayer son los benefactores de hoy, cuando los desconocidos de siempre se convierten en las luminarias de una nueva era, cuando los cobardes se visten de valientes, cuando los oportunistas y mediocres quieren convencernos de que son brillantes porque leen la oportunidad histórica, es tiempo de golpear la esperanza con el cincel de la crítica. Ni todo tiempo pasado fue mejor, ni todo tiempo futuro será mejor. Hay momentos en que la historia avanza en forma espiralada, y por lo tanto puede retroceder durante un largo tiempo. Muchos no podrán sostener la larga espera hacia los tiempos de la nueva bonanza. Si algo parecido al progreso existiera, no es sin retrocesos, desmayos, pérdidas y tristezas. Por eso sostener que todo tiempo pasado fue mejor, es reaccionario. Pero afirmar que todo tiempo futuro será mejor, es delirante. En todo caso, el pensamiento crítico abomina de totalidades.

Freud decía: “placer para un sistema, displacer para otro”. Y amplío: justicia para un sistema, injusticia para otro. Comida para un sistema, hambre para otro. Alegría para un sistema, tristeza para otro. Vida para un sistema, muerte para otro. Freud, más intuitiva que racionalmente, postula incluso para el placer el atravesamiento de la lucha de clases.

Sabemos que la cultura represora repudia la lucha de clases, no porque pretenda la igualdad, sino porque sostiene la hegemonía de una casta. Gracias a la desgracia de la nueva ley de partidos políticos, la clase política devendrá en pocos años en casta. El nepotismo, otrora vergüenza del poder, se convierte sin demasiado disimulo, en política pública. Todo el poder a los Campanelli.

Los feudalatos provinciales no solamente llegaron para quedarse, sino para amplificarse. No advino el hombre nuevo, sino que arribó la familia vieja. El Estado sufre un reduccionismo que pienso no tendrá retorno al espacio familiar. Estado Familia y Asociados. Fórmula mirada con cariño en los tiempos de tirar la soja al techo, pero observada con furor en los tiempos de los panes de la locura, parodiando el título de una obra de teatro de Carlos Gorostiza.

La brutal concentración de Poder es paralelo a la proclama de la democratización de la justicia. Entendida en su versión oportunista. La democracia es solamente un tema de cómo se elige, no de cómo se ejerce. “No se vota porque es democracia, sino que es democracia porque se vota”. Si un ministro no da una sola explicación valedera y además nadie se la exige sobre los trenes que chocan, eso no implica un ejercicio antidemocrático. Después de todo, o al menos después de algo, a ese ministro lo eligió alguien que fue votado. Y ya sabemos, mayoría igual a totalidad. Dios no juega a los dados, dicen que dijo Einstein, y supongo que Dios tampoco invierte en financieras truchas. O en frentes electorales donde aunque no una el espanto, estoy seguro que tampoco une el amor. Mas allá de siglas y siglos. El camino del infierno no está sembrado de buenas intenciones, sino de actos fallidos. O como decimos los psicoanalistas un poco chapados a la antigua: de acting out. O sea: el acto se piensa antes, el acting no se piensa después. El acting es un manotazo de ahogado, que suele ser una especie de reflejo, sin mucha participación de la corteza cerebral. A puro reflejo, y salvó el gol. Apretados por la ley proscriptiva de partidos políticos y obsesionados por la urna de oro, los frentes, a los cuales nadie llama alianza porque es yeta, intentar abarcar mucho desde el centro a la redonda, pero terminarán abarcando poco. Creo, aunque seguro que me equivoco que la potencia de un frente es justamente la singularidad. O sea: un Frente que contenga mucho, no muchos frentes que contengan poco. Aunque se enojen conmigo: el más bastardo oportunismo y el más rancio sectarismo pueden bautizarse como Frente. Obviamente: si es para la victoria tiene un tono de triunfalismo seductor. Los que son apenas para la derrota, tendrán lágrimas pero nunca de alegría. Será otro juego de las lágrimas para los que insisten en desafiar a la divinidad popular jugando a los dados.

Como escribí en varias oportunidades, esperaba un frente de las izquierdas clasistas y no clasistas, anticapitalistas y populares. Incluso deseaba formar parte activa de esa construcción. No pudo, no quiso o quizá, no debió ser. Los tiempos del gerenciamiento electoral tienen razones que el corazón militante no entiende. Por suerte.

La masacre del puente Pueyrredón fue planificada por varios de los que aún hoy usan la galera de los derechos humanos mientras se calzan los borcegos del milico. Después de todo, la ley anti terrorista está para cumplirse. Tiemblo al pensar con qué nueva definición de terrorismo nos sorprenderá el candidato Ricardo Forster. Y lo menciono porque al menos habla con fundamento. 

La masacre fue la respuesta política a una salida por izquierda de la pueblada del 2001. La construcción de poder popular desde el territorio, por fuera de la tutela o mecenazgo oficial, no podía ser tolerado. Un alto funcionario de esas épocas, actualmente senador nacional, de nombre Aníbal y apellido Fernández, dijo que la asamblea había resuelto llevar armas. Quizá armas para la construcción de viviendas y para la creación artística. Pero ni una sola arma de destrucción masiva y activa. Esas armas las llevó la policía. Y tiró a matar. Impunidad que no tiene fin. Y entonces el canto del cisne invocando a los horrores de la dictadura se convierte en el graznido patético de un patito feo.

La masacre del Puente Pueyrredón tiene demasiado en común con otras masacres. Hoy la de los pueblos originarios, sin ir más cerca. Lo originario es el trabajo. Lo originario son los pueblos que estaban cuando los invasores llegaron. Y para defender al capital, que no es originario, y a los capitalistas, que lo son menos, la cultura represora masacra.

Difícil será atravesar la tristeza, el dolor, la bronca, la impotencia, sin ahogarnos en la furia de esos mares. Los pocos que lleguen a otras playas, sabrán que no luchamos para la victoria. Ya alcanzamos la victoria porque no hemos dejado de luchar.

Crónica y pasión de Los Acosta (APE).

Silvana Melo 2

Silvana Melo

Claudia Rafael 2

Claudia Rafael

(APe).- Cuando en enero de 2003 aparecieron en Clarín como la banda de Los Acosta, José tenía 8 años y era un bandolero con la cara pegoteada de tierra, ternura y caramelo.  Diez años después, José tiene 19, la mirada endurecida y los huesos puestos en una celda de la Unidad 1 de Olmos. Cuando en enero de 2003 Los Acosta bandidos tenían entre 8 y 12, Tony arrastraba un pañal con sus dos años no cumplidos.  Diez años después tiene doce, el estigma mediático de Chucky, un balazo en la panza que lo hizo grande y valiente a los diez, la nariz agujereada de aspirar venenos y un futuro entrampado y fatal al que ya todo el mundo lo condenó: el Estado con sus distintas caras y brazos, la calle platense que le teme, los que le cambiaron el celular robado por el poxi. El que lo encierra y lo dopa, el que le lleva el veneno a la cama del hospital, el que lo dejó solo, el que le propuso una vida tan lacerante que la calle fue una alternativa superadora. El que no supo –o no quiso- torcer el rumbo una decena de años atrás de un enjambre de chicos minúsculos, con el mismo apellido, lanzados a la vida como piedras desde la gomera, niños solos, en banda, valientemente estigmatizados por la comunidad mediática nacional y platense. Experta en el arte de colgar sambenitos de imposible regreso.

Los Acosta -que fue el título de la nota de APe en 2003, desprendida de la noticia de Clarín- son el dibujo perfecto de la presencia espasmódica del Estado en la entraña de una familia en quiebre: el Zonal, las chapas, una bolsa de alimentos, la policía, el calabozo, el hogar, el instituto, la represión en la glorieta de la Plaza San Martín, la Municipalidad que no quiere la plaza sucia, los vecinos que la limpian a palos y cadenas, el Zonal, las chapas, una bolsa de alimentos. Esa presencia estatal pendular y canallesca, que incluye el abandono y la clientela, los golpes, el calabozo, los antipsicóticos y la destrucción sistemática de lo que fue un niño, fue una fábrica delictiva que pide a gritos construir más cárceles para encerrarlos de grandes. Después de haberlos aplastado de soledad, desamparo y golpes en los tiempos en que la vida debería ser chocolate y potrero.

Cuando en enero de 2003 salieron en Clarín, ya había cinco chicos Acosta “con causas abiertas en los Tribunales”. La pequeña banda fraterna había robado un kiosco con revólveres de plástico, a cien metros de la Casa de Gobierno. El poder estaba mirándose el ombligo y cocinando presupuestos, destinos y connivencias mientras ellos irrumpían desde los márgenes a golpear las puertas que desde siempre se les cerraron en la nariz.

Las opciones, decía la nota de APe, eran dos: “Si estos chicos se resignan y se echan a morir, es posible que los medios le otorguen la piedad de alguna imagen. Si deciden no morirse y pelear por el derecho a vivir” serán para esos medios, “proyectos de delincuentes”. Quedó claro cuál fue el camino. Y la construcción social, mediática y estatal que los va descargando, como desde un camión de basura, día tras día en la cárcel.

Tony es el más chico de casi una docena de hermanos. El más chico y el más bravo. El más rebelde. El más inasible. Es que lleva la marca del Chucky y la bala en la panza que no pudo matarlo. Y que nadie sabe todavía si fue una bala amiga accidental o una de la policía que tenía decidido acabar con la semilla más indómita.

Nacidos y crecidos en una casilla de Melchor Romero, en las afueras de La Plata, los Acosta conocen el hambre, el abandono y la cárcel como casas propias. Como vida natural. Tony tenía siete cuando policías y vecinos desalojaron la plaza San Martín y José dormía ahí y vivía y se llenaba la nariz con lo que hubiera. Tony no estaba esa noche. Tan rubio, con rulos caóticos sobre la frente, transformado cuando el veneno se propaga sus venas y pulmones. Ajeno a cualquier paraíso, indocumentado eterno, no lee ni escribe. La leyenda de “los Acosta” es generosa en relatos. Hay quienes los recuerdan arrojando agua con un termo para sorprender y arrebatar un celular. José supo enamorarse en noches de alcohol y poxirrán. Ella tenía quince como él, el mismo domicilio en la pérgola y varios informes del Zonal en las espaldas. Hoy es madre y sola y aparte del mundo como tantos.

Como en aquel enero de 2003, Los Acosta son alimento de los monstruos. El Estado interviene con sus valijas de ansiolíticos, con sus legajos frondosos, con sus decisiones eclécticas de confinar para reformar, con estructuras que los vapulean o simplemente los depositan y olvidan, con sus relaciones de poder que buscan formatearlos a imagen y semejanza. Criminalizarlos y hacer cárceles para su encierro. Y dejarlos afuera, definitivamente. Tony es el último. El más pequeño. El más indomable. El que tuvo un balazo en la panza a los diez. Un veterano a los doce.

El resto ya es carne de cárcel. Aunque habría otros destinos si en aquel enero de 2003 la suerte hubiera ido más allá de la crónica policial. Otro pasaporte que no fuera directo al prontuario.

Entrevista al Dr. Omar Guerra, Defensor de Pobres y Ausentes de Venado Tuerto, por Sandro Arrién (Otra Mirada).

Otra Mirada

Sandro Arrién entrevistó al Dr. Omar Guerra, Defensor de Pobres y Ausentes de Venado Tuerto, durante la emisión de su programa Otra Mirada, el cual se emite por Radio Unión, de San Eduardo, provincia de Santa Fe.

En ella, detalló la cruda realidad santafesina desde su función para conocerla a fondo y tomar conciencia acerca de las consecuencias que afectan a los sectores mas vulnerables.

Entrevista al Prof. Juan Carlos Sánchez, sobre ferrocarriles y Ley de Medios, por Sandro Arrién (Otra Mirada).

Ferrocarriles, Ley de Medios e inundaciones en la Ciudad de Buenos Aires.

Prof. Juan Carlos Sánchez

"Soluciones hay, pero el gobierno de Macri aplica el ' dejar hacer, dejar pasar ' ", sostiene nuestro Director Editorial acerca de las inundaciones en la Reina del Plata durante la entrevista que le realizara Sandro Arrién para su programa Otra Mirada, que se emite por Radio Unión, de San Eduardo, provincia de Santa Fe.

CORREPI - BOLETÍN INFORMATIVO Nº 694

CORREPI - NUEVO

Sumario:

1. Exceso de defensa: el estado contra un hincha.

2. Buenas noticias, sabrosas telefotos ¡ a tragar sin culpa !.

3. El imperialismo yanqui y el espionaje patriótico.

4. La farsa del juicio a los petroleros de Las Heras.

5. Ni tragedia ni accidente: otro crimen del capital.


1. Exceso de defensa: el estado contra un hincha.

Es política de estado, no es una cuestión jurídica. Para muchos, ya es algo remoto, aunque no pasaron dos semanas en La Plata. El hincha asesinado era Javier Gerez, el policía asesino es el capitán Roberto Lezcano, y su jueza blanqueadora, Marcela Garmendia.

El policía, en medio de una batahola provocada por el mismo operativo para el que prestaba servicios, disparó su escopeta a menos de un metro del hombre. Mató, lo detuvieron, algunos funcionarios se indignaron "para la tribuna" y, a los pocos días, salió en libertad porque la jueza dijo que el policía “se excedió en el ejercicio de su legítima defensa”.

Los videos hablan solos. Lezcano disparó a boca de jarro, sin que su propia vida corriera el mínimo peligro.

La decisión de la jueza muestra, de nuevo, cómo se beneficia a los que ejecutan la política represiva estatal, con el recurso de una figura atenuada del homicidio que, ley no escrita mediante, funciona como llave para la excarcelación automática del asesino de uniforme.

Los códigos y los libros de derecho explican que uno de los requisitos de la legítima defensa es que el acusado no haya provocado el incidente que dio origen a la situación. El "cacheo” gastador a los hinchas en las adyacencias del estadio -cacheo que originó la reacción del hincha- forma parte de un accionar policial habitual que genera broncas, que indigna y establece las reglas del juego: la violencia la desata quien usa el uniforme del estado.

No está escrito en ningún protocolo, pero está asumido por el propio estado cuando completa el círculo desde el poder judicial. La misma justicia se niega a reconocer que la provocación está en el procedimiento policial, que matar en esas condiciones nada tiene que ver ni con la defensa propia ni con exceso o abuso de esa defensa.

No es la protección personal del capitán asesino lo que llevó a la jueza a sellar y firmar con rapidez su libertad, sino la necesidad de mantener incólume la idea  del uso y monopolio de la fuerza por parte del estado, la razón disciplinadora que lo inspira y que se materializa en la función policial. Y esto es de raíz política.

Pero no de cualquier política. Es además una política atravesada por una cuestión de clase: cuando el detenido es un perro guardián de los que dominan, todo el andamiaje burocrático se mueve para procurar su rápida soltura. No ocurre lo mismo cuando detienen e incomunican a trabajadores que casi pierden su vida conduciendo y haciendo lo que pueden en los trenes de los crímenes sociales.

Finalmente, para la tribuna, simulan indignarse los funcionarios. Casal, el ministro de Scioli, lo hizo por un ratito ante el crimen de su subordinado en La Plata. Como Randazzo, el ministro del gobierno de los derechos humanos, cuando habló de siniestros y accidentes ante el crimen social de Castelar. La defensa del estado, nunca es legítima.

2. Buenas noticias, sabrosas telefotos ¡ a tragar sin culpa !.

En la mañana del 11 de junio fue encontrada muerta Ángeles Rawson, de 16 años, que había desaparecido el día anterior luego de asistir a sus clases de educación física en un predio aledaño al CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado) en el barrio de Colegiales, donde vivía con su familia. El cadáver de la adolescente fue hallado entre las bolsas de basura que habían descargado los camiones de transmisión al predio central en José León Suárez, localidad del conurbano bonaerense.

Inicialmente, todos los medios de comunicación publicaron que la víctima había sido violada antes de ser asesinada, noticia que trajo aparejada consigo un aluvión de informes emotivos, que indicarían como consecuencia la podredumbre de vivir en esta época de inseguridad y violencia desmedida.

El miércoles a la noche, a partir del informe de la autopsias, tuvieron que salir a desmentirse, ya que no había en el cuerpo indicio alguno de violación. Mientras tanto, esas 24 horas de intervención mediática, hicieron lo suyo: cumplieron su objetivo.

La posibilidad que se abre a los medios de ejercer poder sobre la audiencia y, por lo tanto, de estructurar y ordenar su conciencia sobre la realidad, hace de ciertas coyunturas un diamante en bruto a explotar en su máxima potencia. Todo este mecanismo de disciplinamiento tiene una explicación, que se halla intrínseca en la propia dinámica de su funcionamiento. Para ello, es necesario revisar punto por punto.

Primero y principal, -se sobreentiende, tomando en cuenta el objetivo que los convoca- para los medios siempre es un buen momento para aprovechar la coyuntura y echar leña a la caldera; siempre es útil la oportunidad de reajustar las tuercas que, sea el día anterior o hace unas pocas horas, habían ajustado con otro platillo: en este caso, la imagen utilizada fue la de una adolescente muerta (y según ellos, violada) producto de la inseguridad, cimentada al paso como el mayor problema que le atañe a los usuarios. Eso sí, no era cualquier víctima, sino una que –ellos sabían- iba a dolerle a la audiencia. Ángeles era menor de edad, buena estudiante (tenía el mejor promedio en su escuela), vivía en un barrio “bien” y su familia es socialmente respetable: de buen pasar, económicamente cómoda, sin ser ni opulenta ni irrelevante: ideal para que el “público” que interesa (los sectores de la llamada “clase media”), lejos de sentirse incómodo, se identifique y solidarice automáticamente.

Sobre el impacto encaramado que produjo la noticia, comenzó el circo de la extorsión y el ordenamiento, a través de distintas herramientas: aparecen las grillas estadísticas que describen el horror, con antecedentes y características indicadores de un perfil criminal, especialmente las de un violador; descripciones basadas en supuestos infundados, rayanas a lo absurdo, en las cuales entrarían la mitad de los individuos de esta sociedad; y el pretendido homenaje a la víctima, conmovedor, fustigante, acicalado con alguna angustiante melodía y acompañado de fotos donde se muestre la inocencia del desafortunado inocente.

El efecto es automático, ensordecedor, certero al 100%. Aquí es donde se comprende por qué no son útiles las noticias de los pobres. A los medios no les sirve mostrarlas, porque en su seno incuban la denuncia explícita –que a ellos también abarca- y porque, en estos casos, la audiencia siempre encuentra una excusa para desechar rápidamente la noticia, perdiéndose así el efecto pretendido.

Ese efecto no es azaroso, como nada en este circo. Viene bien ornamentado, bien cocinado de antemano, y su fin último, su uso práctico es el que siempre fue: el uso de la coyuntura para establecer una postura política a través de un mecanismo de control. No cualquier control, sino el más certero, el tiro de gracia: el autocontrol.

El tratamiento de “la problemática de la inseguridad”, vista y publicada como la mayor problemática de nuestro tiempo, deja sobre la marcha el espacio para tatuar en la piel de los consumidores de la “noticia”, varias consignas: en cualquier lugar y momento puede tocarle a cualquiera, a usted y a su familia, a todos. La vida entendida de este modo vale dos centavos. El usuario, así, es arrinconado a la desesperación del pánico, situación que abre el espacio justo para una doble función: por un lado, la puerta a la propuesta que “solucione” el “problema”, y, por el otro, la siembra de la cosecha, el efecto de tal temor; esto es, la desconfianza. Desconfiar de todos, del vecino, del almacenero, hasta de la propia sombra.

El resultado de la doble función, permite entonces, primero y sobre todo, la distracción de lo que realmente subyace a la coyuntura (el hambre, la explotación, la desocupación, el trabajo precario, la falta de vivienda, de salario digno, la desigualdad, la injusticia y por ende, la política de estado que garantiza su funcionamiento); segundo, la propuesta de derecha bien cimentada (a mayor inseguridad, la solución es el refuerzo de lo seguro, es decir, más policía en las calles y, por lo tanto, la garantía de la regulación del crimen y la represión en los barrios); tercero y último, el efecto de la desconfianza (la incomunicación, la distancia y el encierro: todos en sus casas quedan aislados y con pánico uno del otro, confinados a ver la realidad a través de un monitor, una radio o una televisión, de manera que la capacidad potencial de organizarse, de discutir la realidad, intrínseca del pueblo, queda anulada y por tanto “resuelta”). La operación restante se gesta sola, el aislado se autorregula, se somete solo y somete, a su vez, al otro, vigilándose y vigilándolo.

Así, los medios hegemónicos -herramienta fundamental del poder-, construyen diariamente la realidad que objetivan como única y verdadera. Así, ponen el guiño ciego a la desidia de la impunidad y aprovechan para legitimarla, fomentando la fragmentación del pueblo y, por lo tanto, la perpetuidad de la corrupción. Así, pretenden mojarnos la oreja a todos.

Pero hay todavía unos pocos –los hay, somos pocos, pero locos- que nos negamos a aceptarlo y que asumimos afiebrados de indignación, la tarea de denunciarlo y de canalizar nuestra bronca convirtiéndola en la lucha de todos los días. Nosotros pocos que decimos, parafraseando a nuestro querido compañero Rodolfo Walsh “con la certeza de ser perseguidos, pero fieles al compromiso que asumimos hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.”

Y por más herramientas que empleen en sus métodos, les decimos, acá no pasarán.

3. El imperialismo yanqui y el espionaje patriótico.

La semana pasada se supo que la Agencia de Seguridad Nacional yanqui (NSA) extrae los datos del tráfico informático que le proporcionan empresas como Facebook, Google, Apple, Microsoft, Youtube, Skype, Paltalk, Aol y Yahoo. Se trata de un programa ultrasecreto denominado PRISM cuya existencia fue revelada por un ex empleado, Edward Snowden.

El escándalo se propagó enseguida por todo el mundo. Obama justificó este accionar en la defensa de EEUU en su lucha contra el “terrorismo” y en que está permitido por las leyes.

Luego de conocerse el espionaje de la NSA, tomó estado público que el estado yanqui también recibe informes de otras empresas, como las telefónicas Verizon, Sprint y AT&T, las compañías de tarjetas de crédito y los bancos. “De 2003 a 2011 los bancos y otras firmas del sector presentaron más de 110 mil informes” (Bolpress, 13/06/2013).

En algo tiene razón Obama. Este accionar es perfectamente legal. Es una ley, la de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA), la que autoriza esa práctica. Además, la recolección de datos fue autorizada por el juez Roger Vinson, de la Corte Especial de Inteligencia Internacional. Los políticos yanquis, republicanos y demócratas, conocían estas actividades y las han defendido, bajo el argumento de la defensa de la patria. Como decía Oscar Wilde, el patriotismo es la virtud de los viciosos.

La información recolectada es compartida con los servicios secretos británicos, más específicamente con el GCHQ (Government Communications Headquarters).

Esta política no es exclusiva del gobierno de Obama. El estado yanqui lo ha hecho siempre, pero se ha intensificado desde 2001. Fue Bush, mediante el dictado de la Ley Patriota, quien legalizó la profundización el espionaje. Entretanto, el congreso norteamericano evalúa el proyecto Cyber Intelligence Sharing and Protection Act (CISPA) que legitima una mayor intromisión de los servicios secretos.

Tampoco es un accionar que se limite al territorio de EEUU, ya que está destinado a la vigilancia externa. Tan es así, que no se salvan ni otros países imperialistas, como Alemania, cuya presidenta, en forma cínica, ha protestado como si su estado no recurriera al espionaje.

Esta política tiene como finalidad que la burguesía yanqui reasegure su hegemonía en todo el mundo. Es que el estado capitalista es la junta general que administra los negocios de la burguesía y la legalidad que esgrimen sus representantes no es más que la voluntad general de la burguesía hecha ley. Las apelaciones al patriotismo, a la seguridad nacional, a la defensa del derecho, a la democracia, son sus excusas para justificar sus aventuras de dominación, como el reciente blanqueo de la ayuda yanqui a los “rebeldes” sirios, justificándose en que el régimen de Al–Assad utiliza armas químicas.

El egoísmo privado es el secreto del patriotismo de los burgueses, decían Hegel y Marx. Nunca tuvieron tanta razón.

4. La farsa del juicio a los petroleros de Las Heras.

A principios de 2006, una serie de luchas obreras sacudieron el norte de la provincia de Santa Cruz, continuidad de una larga lucha protagonizada por los trabajadores hiper explotados por las multinacionales dedicadas al negocio de la extracción de petróleo. Los reclamos de ese inicio de año no eran nuevos: mejoras salariales, encuadramiento laboral, rechazo a la retención del impuesto a las ganancias sobre los sueldos, pase a planta de los tercerizados.

Entre las últimas semanas de enero y la primera de febrero, hubo piquetes en las rutas y frente a las empresas en Caleta Olivia, Pico Truncado, Las Heras y Cañadón Seco. La madrugada del 7 de febrero, con el conflicto al rojo, una nueva injusticia, la detención de un referente de los trabajadores, desató la reacción masiva de un millar de obreros, que asumieron su autodefensa, y con la fuerza de su movilización liberaron a su preso y frenaron otras seis órdenes de captura.

En la pueblada murió un policía, Jorge Sayago, que quedó solo frente a la comisaría cuando sus camaradas retrocedieron ante la decisión de los trabajadores que la rodeaban.

El gobierno provincial rápidamente recibió el apoyo del nacional, y a los pocos días, con el aporte de servicios de inteligencia, la policía santacruceña y la gendarmería nacional, un mega operativo desplegó centenares de fuerzas represivas en la ciudad de menos de 10.000 habitantes. Se allanaron casas, vecinos y trabajadores fueron apaleados y torturados, y se  detuvo a más de 20 personas acusadas de haber participado en la pueblada.

Sobrevino entonces una parodia de “investigación judicial” cuyo único fin fue desactivar y condenar la lucha obrera y popular. Con la lucha popular y la solidaridad activa, luego de casi tres años se logró que los últimos detenidos fueran liberados, pero la causa siguió su inexorable avance, con las acusaciones fundadas en testimonios arrancados a golpe limpio.

El lunes 17 de junio comenzó el juicio a los 12 trabajadores que quedaron acusados por delitos que van desde el homicidio calificado del policía, ascendido a comisario post mortem, hasta la coacción agravada por la que se agravia el gobierno provincial, constituido en querellante a la par de la familia del policía. Al fiscal de cámara que debía intervenir en el debate no le dio la cara para sostener las imprecisas y genéricas acusaciones, y, después de pedir tres veces la anulación del requerimiento de elevación a juicio, se apartó, y convocó al fiscal de primera instancia para que lo reemplazara.

La primera jornada del juicio mostró sin fisuras de qué se trata esta causa. Se leyeron las acusaciones, que dejaron a la vista la forma absurda en que se seleccionó arbitrariamente a estos 12 trabajadores, entre más de setecientos, para aleccionar al conjunto. Un aleccionamiento que rindió sus frutos, con aquellos gendarmes llegados de apuro instalados en forma permanente en la zona, imponiendo un régimen de vigilancia que cercena el activismo obrero y secciona los lazos solidarios.

Con la presencia de trabajadores petroleros y de militantes de ADOSAC, ATECH, ATE, PO, DO, PTS, el cuerpo de delegados de la línea 60 y otras organizaciones nucleadas en el Comité de apoyo por la absolución de los compañeros petroleros de Las Heras, las rejas custodiadas por prefectos de la Cámara de Caleta Olivia se poblaron de afiches y banderas. Los jueces resolvieron que el juicio sea oral, pero no público, ya que sólo permitieron el ingreso a la sala de las partes y sus abogados, y un par de periodistas acreditados. Apenas si colocaron un parlante en el hall del edificio, desde donde medio centenar de compañeros pudimos seguir las alternativas de esa primera audiencia, que terminó abruptamente cuando varias defensas plantearon las muchas nulidades de la amañada instrucción. Fueron cuestionadas la presencia del fisco provincial como querellante; se reiteró la nulidad de los requerimientos de elevación a juicio que violan el principio de congruencia; se denunció la nulidad de las indagatorias realizadas bajo tormentos y se confrontó el intento del fiscal de desistir de varias decenas de testigos e incorporar a libro cerrado las actas de las declaraciones fabricadas en la instrucción.

CORREPI estuvo presente en representación del Encuentro Nacional Antirrepresivo, junto a los compañeros de AGARRE (Acción Grupal Antirrepresiva Estatal) de Comodoro Rivadavia. Por la mañana, realizamos una conferencia de prensa en la sede de la CTA comodorense, convocada por AGARRE, en la que intervinieron el compañero Carlos Platowski, delegado de LAN y militante del PTS, y María del Carmen Verdú de CORREPI. Luego, viajamos a Caleta Olivia, donde asistimos al juicio y denunciamos en los medios que cubrieron la audiencia su naturaleza persecutoria. Al mismo tiempo, en la ciudad de Buenos Aires, las organizaciones del Comité de defensa nos movilizábamos del Obelisco a la Casa de la Provincia de Santa Cruz.

La presidenta del tribunal oral decidió postergar una semana el debate, para resolver los planteos sólidos y contundentes de las defensas, de manera que el juicio se reanudará el lunes próximo.

Es necesario redoblar los esfuerzos para dar visibilidad a este juicio que pretende ser una instancia de disciplinamiento para el conjunto de la clase trabajadora, y que amenaza concretamente a los trabajadores acusados con prisión perpetua.

5. Ni tragedia ni accidente: otro crimen del capital.

Horas después del choque del tren chapa 16 contra la estación Once, el 22 de febrero de 2012, decíamos: “No debemos confundirnos y debemos llamar a las cosas por su nombre: este fue un crimen social”. Un crimen producido por la lógica misma del sistema de explotación capitalista, que privilegia la ganancia sobre cualquier otro valor.

El choque de Castelar produjo el sabor amargo de la repetición, esta vez con menos víctimas por esas casualidades de los horarios y los sentidos de circulación, igual de criminal, con los mismos protagonistas y los mismos chivos expiatorios.

Los trabajadores como víctimas, y el estado como responsable, esta vez de manera mucho más difícil de justificar para sus defensores, a partir de la intervención decretada sobre TBA después del 22 de febrero. Y también los trabajadores, los maquinistas, presos y acusados como únicos responsables de las muertes y las heridas, incluso las propias.

“Estamos investigando la falla humana”, dijo a pocas horas del hecho el juez federal de Morón, Jorge Rodríguez, “el tren funcionaba bien”. Los maquinistas y los guardas fueron detenidos e indagados por estrago doloso, y aunque se los puso paulatinamente en libertad, siguen imputados, junto con otros trabajadores de los talleres EMFER, del mismo grupo Cirigliano socio del estado y co-responsable de estas nuevas muertes. Los funcionarios y empresarios, mientras tanto, siguen contando sus billetes y celebrando que el servicio del tren Sarmiento se reanudó, para seguir trasladando como ganado a los trabajadores de la zona oeste a las fábricas, las obras en construcción y los comercios donde los mismos que los matan con trenes sin freno los explotan a diario.


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