¿Qué haría hoy el Che?.

Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Gacetillas Argentinas.

 

A 46 años de su caída en combate, bien vale reflexionar sobre la actual coyuntura teniendo en cuenta su ideario. Y una clave la reveló la semana pasada, la compañera Dra. Aleida Guevara March, su hija, cuando contó que nada entendía de "El Capital" y que releyó dicha obra para analizar cuales eran las alternativas posibles en una Cuba en pleno auge revolucionario.

Con una izquierda partida en mil pedazos, resulta imposible construir alguna alternativa política para llegar al poder. El egocentrismo creciente y una absoluta falta de búsqueda de articulaciones posibles con la finalidad de llegar a una correlación de fuerzas que permita disputarlo son dos problemas significativos.

Por otro lado, mientras se advierte la avanzada de la derecha dura, en manos del oposicionismo ligado a los ' 90, la otra avanza cediendo ante las exigencias imperiales con la megamineria, la sojización de la economía y los agrotóxicos. Sin embargo, se advierte que no existe una conciencia revolucionaria masiva para creer, como algunos dicen, en unas "elecciones prerrevolucionarias" para el 27 O.

Las respuestas al imperialismo, al cual no hay que darle "ni un tantico así" de ventaja, están llegando de la mano de las organizaciones sociales y de algunos partidos políticos de izquierda que, no obstante, todavía no conocen la palabra "unión". Unión para la praxis, desde luego.

Sin dudas, el Che Guevara hoy estaría convocando a una unión revolucionaria sin distinciones para combatir al imperialismo propio y ajeno, como también llamando a una acción de concientización sobre las masas con la finalidad de luchar por esa sociedad socialista.

Hoy más que nunca, es necesaria una "guerra de guerrillas" cultural. Batalla de ideas, había dicho el compañero Fidel y es cierto. Mientras la penetración mediática a manos de los multimedios representantes del capital siguen perforando las mentes, debemos redoblar los esfuerzos en pos de una cultura revolucionaria.

Esto último es lo que hace falta para que se comprenda la necesidad de otra construcción política, de otro sistema que nos permita vivir con dignidad. Sin perder la ternura jamás, debemos encontrar el camino hacia ese camino a una verdadera alternativa de poder. Ocurre que, a no dudarlo, se trata de eso: disputar el poder. Pero ese hambre todavía no existe en las masas, mientras la burguesía sigue apelando a la baja de la edad de imputabilidad y al pedido de mayor "seguridad" a manos de las fuerzas represivas.

Entonces, no queda otro camino que "reprimir" al capital con paros y movilizaciones para exigir el respeto de nuestros derechos, mientras seguimos construyendo poder popular. Y es la hora de hacerlo, antes que los halcones de los Grondona, los Morales Solá y los Lanata, junto al poder transnacional, nos arrasen. Y a la vez, no repetir los errores de los ' 70. Por algo perdimos. Sin embargo, todavía podemos ganar.

Con militancia, con esfuerzo y con ganas de transformar este mundo repodrido y partido en dos, como canta  "La Marcha de la Bronca", de Pedro y Pablo. Solamente eso nos permitirá cumplir con los sueños del Che que hoy, aunque muchas y muchos no quieran, está más presente que nunca...