OPINION - EDITORIAL DE HORIZONTE SUR, DEL 15/02/09, POR JORGE RULLI SUMARIO    1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - EDITORIAL DE HORIZONTE SUR, DEL 15/02/09, POR JORGE RULLI .    ...

OPINION - EDITORIAL DE HORIZONTE SUR, DEL 15/02/09, POR JORGE RULLI

SUMARIO

   1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - EDITORIAL DE HORIZONTE SUR, DEL 15/02/09, POR JORGE RULLI.

  


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EDITORIAL DE HORIZONTE SUR, DEL 15/02/09, POR JORGE RULLI

La apropiación de los bienes que nos proporciona la Naturaleza, esos bienes que las corporaciones y los técnicos denominan con supuesta lejanía y objetividad, como recursos naturales, constituyen la principal razón de las corporaciones en su interés por nuestros países. Es el gran problema de esta época: que las corporaciones se apropian de nuestros recursos. La liberación nacional pasa hoy justamente, por retomar el dominio de esos bienes y todas las luchas de América Latina van por esos caminos, de recuperar el petróleo, e instaurar la soberanía en la montaña o en la selva. No comprenderlo es hacerle abiertamente, el juego al imperio. No comprenderlo conduce además a tragedias terribles como la de Tartagal. Durante mucho tiempo continuaremos debatiendo las causas de los deslaves de la montaña y de los gigantescos aludes de barro. Debatirán los expertos si fueron la consecuencia de los que desmontaron para hacer soja, para llevarse la madera o fueron acaso las empresas petroleras que hendieron los cerros con picadas como si los acuchillaran y generaron enormes cárcavas que a su vez desestabilizaron y derrumbaron las laderas en cadena, hasta que las masas de lodo y de árboles tronchados, terminaran llevándose todo por delante. Lo primero que expresaron sin embargo, los políticos mediocres que nos gobiernan, es que habría sido imposible prever o evitar lo que ocurrió. Uno se pregunta entonces, ¿qué hace ese hombre de Chivilcoy como ministro, de qué oficia además, el secretario de medio ambiente? ¿Por qué razón consideran que sus deberes, además de calzarse las botas de goma y pasearse entre el barro para la foto de rigor, es abrir la boca para decir sandeces? Y el intendente a su vez, buscará con comentarios banales, zafar de sus propias responsabilidades, como si no fuera suyo el más importante de los aserraderos de la zona, y como si no hubiese sido él mismo quien le permitió a la gente más humilde, asentar sus viviendas en el valle de inundación del río. Todos lavarán de esa manera, sus culpas en las aguas turbias por la decapitación de los cerros, y encubrirán sus groseros incumplimientos de funcionarios públicos, con mayor obra pública y con asistencialismo que pagaremos todos. Es una vez más, la perinola argentina, donde unos ganan, mientras todos ponen.

La mayordomía del hombre sobre la Naturaleza se encuentra en discusión absoluta, fundada en razones de evidente incompetencia. Los modelos productivos en vigencia, continúan amenazando la suerte del planeta de la manera más alevosa, sin que podamos hasta el momento morigerar con un poquito de sentido común, la marcha enloquecida hacia el abismo, y sofrenar la codicia y las ambiciones desmedidas. Fue necesario tanto dolor y tanta devastación, para que luego de catorce meses de cajoneo, se reglamentara la famosa Ley de Bosques…sin embargo, nos preguntamos si acaso debemos alegrarnos por ello. La Ley de bosques replica esa doctrina aprobada durante el menemismo de fragmentar los bienes y los recursos de la Nación entre las provincias, a la vez que hacer que el Estado renuncie a responsabilidades que durante mucho tiempo pensáramos indelegables. Así como antes fuera con el petróleo, con la biodiversidad o con la minería, el territorio nacional continúa transformándose en una sumatoria de parcialidades, y la subasta de los patrimonios se dispersa en un puñado de gobiernos locales carecientes del sentido histórico y de la vocación de constituir una Nación.

Los bosques y las selvas de Salta serán de esa manera la responsabilidad del propio gobierno provincial, un gobierno que en los últimos años ha permitido la deforestación con impunidad, de millones de hectáreas de bosques y de selvas. El lobo se hará cargo, con legitimidad del gallinero. De hecho, la actual ley de ordenamiento territorial que prepara la provincia, calcula en un millón seiscientas mil hectáreas la zona verde que quedaría sujeta a desmontes y numerosas voces hacen oír sus temores, acerca de que se inicie una nueva etapa de generosos permisos para deforestar. En ese marco, la Corte dictó el 29 de diciembre de 2008 y a solicitud de la Universidad de Salta, una medida cautelar mediante la cual dispuso el cese provisional de los desmontes y talas de los bosques nativos que habían sido autorizados por la provincia de Salta durante el último trimestre de 2007. La Corte Suprema decidió por ese motivo y en una decisión histórica, llamar a una audiencia publica el próximo miércoles 18 a las 10 de la mañana en la Ciudad de Buenos Aires, frente a la Plaza Lavalle, dado que, dicen los cortesanos: "los hechos denunciados exigen el ejercicio del control encomendado a la Justicia sobre las actividades de los otros poderes del Estado".

Es una penosa realidad, el que los discursos políticos en nuestro país, discurran por unos carriles, mientras que las decisiones que hacen a los modelos de la nueva colonización, vayan definitivamente por otros. Lo terrible es que esta esquizofrenia entre las cosas y lo que se dice sobre las cosas, habrá de concebirse y de institucionalizarse, a nombre de un movimiento histórico que, tuvo uno de sus máximos de gloria precisamente en la convención constituyente del 49, en que respecto de los patrimonios, fue establecido el concepto de bien imprescriptible e inalienable de la Nación. Las cosas estaban claras. Se decía: es mejor hacer que decir, es mejor realizar que prometer…La naturaleza de aquel movimiento está, en mi parecer, y respecto a sus actuales presuntas representaciones, absolutamente en cuestionamiento. Los contrabandos y los cambios de paradigmas que se produjeran a partir de los años setenta, fructifican hoy malsanamente, en una corporación política que pareciera haber extraviado toda idea de lo nacional. No obstante, miles de intelectuales nucleados en Carta Abierta, continúan embarullando y aturullando los discursos para que no se vea lo evidente, para que sigamos ocupándonos de cómo se dicen las cosas y evadiendo en cambio la tragedia de las cosas mismas, que resulta asimismo la tragedia de la gente. Porque hablar de la selva y de Tartagal es inevitablemente hablar de la gente que allí vive, hablar de la agricultura industrial es referirnos asimismo a la gente que enferma como moscas y que muere fumigada. Los dicentes de la Biblioteca ven como algo extraño que amemos la selva, tal como la amamos, que defendamos la biodiversidad tal como la defendemos o que propongamos otra agricultura, tal como lo venimos haciendo batalladoramente, hace tantos años… Ocurre que a ellos no se los lleva el río ni les matan los hijos los herbicidas que acompañan a la soja o al arroz. El mundo de las cosas en que viven sumidos el grueso de los argentinos, es un universo tremendo, es el mundo según Monsanto, el mundo según la Barrick Gold o el mundo según las petroleras. Queremos cambiar ese mundo, no solamente pretendemos modificar los discursos tal como parecieran pretender los amigos de Carta Abierta que, de tan ilustrados y leídos, terminan oficiando de encubridores de los universos cotidianos en que la avalancha de lodo nos lleva hasta la vida.

Jorge Eduardo RULLI 11.08.07

Jorge Eduardo Rulli

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