Mi padre es un ejemplo para el mundo - Entrevista a Gabriel Guerrero Pérez, hijo de Tony, por Ana Margarita González (Radio Ciudad de La Habana). Mi padre es un ejemplo para el mundo Por Ana Margarita González anamarg@enet.cu Redacción Radio Ciudad de La Habana     Foto: Eddy Martín   ...

Mi padre es un ejemplo para el mundo - Entrevista a Gabriel Guerrero Pérez, hijo de Tony, por Ana Margarita González (Radio Ciudad de La Habana).

Mi padre es un ejemplo para el mundo



Por Ana Margarita González


anamarg@enet.cu


Redacción Radio Ciudad de La Habana


 


 


gabriel-guerrero


Foto: Eddy Martín


 


La Habana.- Durante varios años me pregunté reiteradamente cómo sería o pensaría ese hijo de Antonio Guerrero, fruto de su unión con una panameña, que permanecía en silencio, sin salir a la palestra ni en Cuba ni en eventos internacionales dedicados al tema de los Cinco Héroes cubanos, que sufren injustas condenas en Estados Unidos.


Y un día, de repente, sin proponérmelo ni esperarlo, Gabriel Eduardo Guerrero Pérez, estaba frente a mí, me saluda y pasa desconociendo totalmente que “él estaba entre mis objetivos”. La entrevista se concretaría poco después y con mucha suerte, luego de su regreso de Estados Unidos, donde “conoció” a su padre.


Fue en la prisión de Florence, Colorado, en Estados Unidos, donde Tony permaneció hasta hace unos días. “Mi tía Maruchi dijo ¡ahí viene! Traté de imaginarle el rostro y la estatura recordando sus fotos. Y de pronto salió aquel hombre con el dedo levantado como diciendo: yo soy el primero, y me quedé…Le escuché ¡Dime Gabo! Nos mirábamos a ver quien daba el abrazo, quien rompía el hielo”. Entonces pensó: verdad que me parezco a él. ¿Seré así cuando sea viejo?




“Del tiempo que viví con mi papá no me quedan recuerdos, tenía cuatro años cuando se fue. Mi mamá, por miedo o sobreprotección, no hablaba mucho de él, sin embargo, mi papá se fue adentrando en mí; los temas de las cartas que me escribía se fueron ampliando, me empezó a hablar de la escuela, de la salud, las muchachitas, del futbol. Abrió el camino para que confiara, me entregaba el cariño que todo hijo necesita de su padre.


Para mí era más difícil, tenía que romper barreras: el tiempo, la pena, los sentimientos; cosas que debes superar poco a poco, y hemos llegado a un punto en que nos hablamos de frente, con intimidad y eso es bueno.


Vine a Cuba para conocer a mi familia. La primera impresión fue tremenda porque son muy divertidos. En el aeropuerto me encontré con un hermano loco, mi primo loco, mi tío loco, y me pregunté ¿qué me estoy perdiendo? Ya tenía confianza con mi tía y mi abuela es súper; mi hermano fue quien hizo más para involucrarme, para que me sintiera cómodo. Me he contagiado con esta locura.


Después decidí estudiar en Cuba, mi hermano y mi papá me embullaron de una manera impresionante, fue como una conspiración y me convencieron. Fue muy difícil dejar a mi mamá allá en Panamá, dejarla, todavía es difícil. Cambié de Ingeniería Electromecánica a Ingeniería Automática”.


Al reencuentro con su padre, Gabriel siempre temió. “Y fue sencillo. Me dio una alegría inmensa, él siempre tratando que la gente sea feliz, con una sonrisa permanente, nos fuimos soltando, fueron saliendo los temas, me hizo historias”.


“El mejor día de visita en la prisión fue aquel en que estuvimos solos con él, mi hermano y yo. Lo que armamos allí fue tremendo. Comenzamos hablando de la escuela, pero fueron entrando otros temas, inventamos juegos, fue de esos momentos para tener conversaciones entre hombres.


“Mi padre tiene una filosofía muy buena de la vida y trata de contagiarte; dice que todo lo que pasa es por algo bueno; que uno debe que tener principios y ser fiel a ellos sin importar lo que depare el futuro. No puedes dejarte llevar por los demás, tienes que identificarte, cuando eso sucede nadie podrá hacerte cambiar. No importan los obstáculos, hay que ser fiel. Él es un ejemplo de eso, no solo para mi hermano y para mí, sino para todo el mundo”.


Fuente: Radio Ciudad de La Habana.

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