A 10 años del asesinato de Maxi y Darío: Desafíos de la construcción hoy, por FER, Poder Barrial y otras organizaciones. El 26 de junio de 2002 marcó un punto de inflexión en la realidad política y social de nuestro país. El movimiento piquetero, protagonista d...

A 10 años del asesinato de Maxi y Darío: Desafíos de la construcción hoy, por FER, Poder Barrial y otras organizaciones.

El 26 de junio de 2002 marcó un punto de inflexión en la realidad política y social de nuestro país. El movimiento piquetero, protagonista de aquella jornada, era el sólido producto de una larga acumulación de experiencia que el pueblo venía forjando en su resistencia a los años 90’, avanzando cada vez más en la lucha contra el hambre, la desocupación, la precarización laboral, el desguace del sistema público de salud y educación, el saqueo de los recursos naturales y la miseria generada por el neoliberalismo desde la dictadura.


Años antes, el interior de nuestro país había sido sacudido por grandes pobladas y movilizaciones como las de Cutralcó, Mosconi y Las Heras, en las que el pueblo no escatimó recursos para combatir la avanzada privatizadora.


Todos esos procesos de resistencia y descontento cristalizaron en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, donde quedó claro que ya no se podía seguir gobernando de la misma manera.


Llegado el 2002, el recambio de presidentes y el intento de construir una táctica de gobernabilidad que le permitiese a las clases dominantes mantener sus privilegios, chocó contra un continuo proceso de movilización y organización de los sectores más excluidos, con epicentro en el conurbano bonaerense.


La jornada de lucha del 26 de junio, en la que decenas de miles de personas se  movilizaron al Puente Pueyrredón en búsqueda de los derechos más básicos, demostraba que pese al recambio de gobernante, la conflictividad social no se apaciguaba porque las demandas seguían allí y el movimiento piquetero seguía gritando por trabajo, vivienda y dignidad. La dura represión desatada el 26 y la posterior respuesta del campo popular agilizó la salida del entonces presidente Duhalde. El neoliberalismo no tendría ya oportunidades para resurgir de sus cenizas.




Se quebró un ciclo económico, se quebró un ciclo político. Los engranajes del poder estatal se modificaron y con ellos, los desafíos que tenemos hoy como campo popular. ¿Cómo construir organización popular de la talla de lo que ha sido el movimiento piquetero? ¿Cómo generar poder popular en un escenario que ya no es la lucha contra el neoliberalismo más salvaje? ¿Cómo gestar una fuerza social unida? ¿Cuáles son las tareas, las herramientas y los métodos para seguir consolidando el proceso después de haber vencido al neoliberalismo?


En este punto, nos animamos a una autocrítica… el cambio de escenario nos dejó perplejos, sin poder gestar un proyecto con nuevas tareas y métodos. Pero si algo no hemos perdido es la fuerza y la convicción de seguir luchando.


Hace diez años Maxi y Darío dieron la vida por una alternativa de cambio. Hoy, ellos son ejemplos que impulsan nuestra entrega, conciencia y compromiso de vida en la lucha por el cambio social.


"Porque por mas concesiones que deban dar las clases dominantes, el hambre, la pobreza la explotación son males que solo podremos romper llevando a fondo un proyecto genuinamente popular, que ponga en cuestionamiento la base política y económica del capitalismo". En ese camino estamos.



Juicio, Castigo y cárcel común a los culpables materiales e intelectuales: Fanchiotti, J.J. Alvarez, F. Sola, A. Fernandez, E. Duhalde.
 
C.P.S. “Por la segunda independencia” - ESPORA - FER - La Che - La voz de los laburantes - MPL dignidad y resistencia - Poder Barrial

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