El legado de Darío y Maxi. El legado de Darío y Maxi. Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Gacetillas Argentinas 10 años. Mucho tiempo ha pasado des...

El legado de Darío y Maxi.

El legado de Darío y Maxi.



Prof. Juan Carlos Snchez


Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Gacetillas Argentinas



secuencia masacre avellaneda10 años. Mucho tiempo ha pasado desde aquella expresión del piqueterismo que reclamaba soluciones al gobierno de Duhalde. La única que recibieron fue la represión indiscriminada, pensada y ordenada desde la Casa Rosada, y ejecutada por las fuerzas de seguridad en el Puente Pueyrredón.


De aquel 26 de junio de 2002, recordamos el intento de ocultar la ferocidad de las fuerzas lideradas por Fanchiotti en la Estación Avellaneda. Solamente, el coraje de un fotógrafo de Página 12 pudo dar cuenta de lo ocurrido realmente. Sin embargo, la justicia limitó su investigación a los ejecutores de la Masacre de Avellaneda, favoreciendo la impunidad de los funcionarios políticos que la planificaron y ordenaron.


Pero ocurre que Darío Santillán y Maximiliano Kosteki dejaron su vida, pero también una marca a fuego entre quienes formamos parte del campo popular. Era la primera vez que una expresión del pueblo obligaba, en parte, a retroceder al poder. Al poco tiempo, Duhalde convocaba a elecciones.


De ayer a hoy.


Justamente ayer fue la ejecución de una ley antiterrorista de hecho. Se reprimió una protesta justa, teniendo en cuenta la realidad de las grandes mayorías sumergidas en la desocupación, debido a la política neoliberal heredada de Menem y De la Rúa. Hoy, la protesta sigue siendo criminalizada; ahora, con una ley sancionada por el Congreso y promulgada por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.


En el medio, los Derechos Humanos de quienes aún continúan sumergidos son violentados sistemáticamente, pero la lucha no cesa. Si algo nos dejaron Darío y Maxi fue la búsqueda de los caminos para la lucha consecuente.


Lo cierto es que el retroceso del poder fue parcial. La política de cooptación del kirchnerismo permitió terminar de dividir al movimiento piquetero. Planes sociales y otras políticas al efecto quebraron la resistencia iniciada en aquellos días.


Sin embargo, algunas y algunos continúan esa lucha constante por la dignidad. Por el derecho a la vida digna, al trabajo, a la cultura, a la educación y a la salud. Pese a las mejoras por el gobierno kirchnerista durante estos diez años, ello solamente llegó a una parte de la clase trabajadora y fue ínfima, la que llegó a los sectores marginados.




No obstante, batalla tras batalla de quienes aún están excluídos es reprimida sistemáticamente. Ya sea de la clase trabajadora o de aquellos que buscan lo perdido. Por la vía de la brutalidad policial o el simple procesamiento a manos de la Justicia que, sin embargo, también tuvo que reconocer los errores del poder al absolver a muchas y muchos militantes populares. Pero todavía nos quedan muchos que están criminalizados, como forma de detener sus reclamos de justicia.


El movimiento piquetero, mal que les pese a muchas y a muchos, se convirtió en un actor político y social significativo. Y lo demuestra a diario. El Frente Popular Darío Santillán, el MTD Aníbal Verón y otras tantas fuerzas políticas y sociales reflejan la realidad que pretende ser escondida por el poder con sus acciones.


Buenos Aires y Rosario son algunos de los epicentros donde hoy es evidente la lucha. Antes, Cutral - Co, en Neuquén, con su Movimiento Teresa Rodríguez surgido de la resistencia al menemismo; Tartagal y General Mosconi, en Salta.


Aún hoy van construyendo esa subjetividad revolucionaria tan necesaria para construir poder popular. Y esa construcción avanza sin prisa, pero sin pausa, mientras el poder político y económico procura socavar las bases populares con sus medidas represivas y económicas.


Ocurre que la base es la solidaridad permanente entre sus miembros. Y es la idea de trabajo colectivo, la que guió y guía las acciones de ese movimiento que no sabe de descansos.


Los desafíos.


¿Qué es el piqueterismo hoy?. Es una fuerza que no puede desdeñarse en absoluto. Solamente le falta esa necesaria articulación para recobrar su fuerza en lo político, para convertirse nuevamente en actor principal del escenario político.


Mientras tanto, continúan trabajando en sus territorios y buscando los caminos para encontrar las soluciones a las cuestiones más urgentes. A pesar de las balas y de la criminalización, las organizaciones piqueteras continúan su acción mal que les pese al Gobierno Nacional.


Mientras existan excluídos en la Argentina, habrá piqueteros. Y habrá movimiento piquetero, mientras la impronta de Darío y Maxi siga encendida entre sus integrantes.


Sucede que el capital necesita una buena porción de pobres e indigentes. Y es el mismo sistema capitalista, el que lleva a militar en el movimiento piquetero para poder vivir en este mundo repodrido y partido en dos.


Hoy, piqueteros somos todas y todos aquellos que estamos o nos sentimos excluídos por este sistema cruel y perverso que sigue matando de hambre, llevando a la desocupación permanente o a la discapacidad como paso intermedio hacia la irrelevancia del ser.


A 10 años, Darío y Maxi nos siguen convocando a la lucha, a dar batalla por los derechos económicos, sociales y culturales de las y los argentinos. Pero también a luchar para terminar con la impunidad, con ese mal enquistado en nuestro país que permite perpetuar la desaparición de Jorge Julio López y Luciano Arruga; la falta de esclarecimiento del asesinato de Silvia Suppo, en Rafaela y de Patón, Jere y Mono, en Rosario, y la de los responsables políticos de la Masacre de Avellaneda.


No es poca cosa. ¡ A luchar se ha dicho ! ¡ A la calle si es preciso !. A seguir manifestando por la vida, no sea cosa que ello sea realizado por los animales, como canta Víctor Heredia. Sin dudas, ese es el legado de Darío y Maxi que, como bien los definiera el compañero Alfredo Grande, son como el Che...

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