Junta Interna ATE Educación - Esmeralda 55 le responde al Ministro Bullrich sobre la censura al material del Bicentenario.

Ademys informa

Reproducimos y difundimos respuesta de la Junta interna de ATE Educación Esmeralda 55 al ministro Bullrich

ESTEBAN BULLRICH

ADMITE QUE CENSURÓ MATERIALES PARA LA ENSEÑANZA

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 30 de marzo de 2010

ESTEBAN BULLRICH: A CONFESIÓN DE PARTE …

El viernes 26 de marzo de 2010 realizamos la movilización a la Jefatura de Gobierno contra la censura ideológica de Macri y Bullrich, movilización que contó con una amplísima adhesión que incluyó a las conducciones de los sindicatos ATE Capital, UTE y ADEMyS, organizaciones sociales, sectores de la cultura, de la salud y de la universidad pública, el conjunto de los bloques legislativos opositores al macrismo y, muy especialmente, la de centenares de ciudadanos porteños que llenaron blogs y grupos de correo electrónico con sus mensajes de adhesión a la lucha de los trabajadores de la educación de la Dirección de Currícula y Enseñanza contra la censura ideológica.

Ese mismo día el Ministro de Educación del GCABA, Esteban Bullrich, decidió “colgar” en su sitio web personal los textos del Bicentenario que él mismo había censurado, específicamente el documento de base para la educación media. La insólita acción del ministro fue, indudablemente, un intento de respuesta a la movilización de los trabajadores de la educación contra la censura.

Hemos expresado, en distintos medios, que esa acción de Bullrich muestra ante todo un profundo desconocimiento de las reglas básicas de la administración pública y, especialmente, de las responsabilidades que le caben a un funcionario. Poner una producción pública en un sitio web personal implica la apropiación privada de un recurso público para un fin personal, conducta inadmisible en un funcionario. Expresa además una fuerte confusión sobre las maneras de gobernar en un Estado moderno, pues al exponer en su web personal lo que él mismo decidió censurar, Bullrich se comporta más como un monarca cuyas decisiones se sujetan exclusivamente a su humor personalísimo, que como un funcionario de un Estado capitalista moderno.

Pero Bullrich dice, en su web personal, algunas cosas más que entendemos imprescindible difundir y responder. A continuación transcribimos textualmente el encabezado que el ministro de educación puso en su web, tal como se lo podía ver el domingo 28 de marzo al mediodía:

“Yo no pienso como usted, pero daría mi vida para que usted pueda seguir defendiendo lo que piensa” - Voltaire

Hace algunos días se suscitó un conflicto alrededor de los contenidos que el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires debía elaborar para que los docentes y los alumnos de la Ciudad utilicen para enseñar y aprender sobre los 200 años de nuestra historia. La Dirección General de Curricula y Enseñanza del Ministerio elaboró una serie de materiales de trabajo para todos los niveles del sistema. Adoptamos y utilizamos los materiales de inicial y primaria, pero el manual que fue elaborado para trabajar en educación media decidimos no publicarlo. La principal razón por la cual tomamos esta decisión es que el material de media establece contenidos conceptuales y no programáticos, esto es, le decía a los chicos y a los docentes qué pensar y enseñar, en vez de presentar diversas visiones y fomentar el debate y el pensamiento crítico. Creo que ningún Jefe de Gobierno, ni Ministro, ni Director de Área debe definir o influir en que los docentes y alumnos utilizen material con una tendencia ideológica, sea esta de izquierda, derecha o "centro".

Quiero destacar que este debate no es solo acerca del material del Bicentenario sino acerca de cómo queremos que nuestros chicos se eduquen. La única censura ideológica que existe, es que los chicos aprendan solo una parte del conocimiento. Al consultarlo con Graciela Cappelletti, Directora Operativa de Currícula y Enseñanza, decidí subir en mi web los contenidos sobre el Bicentenario que se habían elaborado para el nivel medio para demostrar que esto no se trata de un acto de censura, sino todo lo contrario. Esto intenta mostrar aún mayor pluralidad. Como Ministro de Educación, no puedo permitir que se publiquen materiales con alguna tendencia ideológica.

No es un debate sobre la pluralidad sino que la discusión debería ser ¿Queremos que los chicos piensen lo que nosotros queremos? o ¿Queremos que ellos puedan formular sus propios puntos de vista?

En primer lugar Bullrich dice, aquí, lo que se negaron a decir públicamente él y sus funcionarios durante todo el tiempo que lleva este conflicto: que decidió no publicar los materiales porque consideró que tienen “una tendencia ideológica”. De esta manera el ministro confirma, en su web personal, lo que venimos denunciando: que ejerció censura ideológica. Demuestra además que las “explicaciones” que sucesiva y contradictoriamente ensayaron sus funcionarios -empezando por la actual Directora General de Planeamiento Educativo, Mercedes Miguel- durante más de un mes (“tenemos nuevas estrategias”, “tenemos problemas presupuestarios”, “el material es muy extenso”, etc.) fueron meras evasivas para ocultar lo inocultable.

Pero además de esta auténtica confesión de parte, Bullrich hace otras afirmaciones que merecen ser respondidas de manera específica:

* El ministro confunde la naturaleza y propósitos de los materiales censurados. Los materiales no prescriben ni “les dicen a docentes y chicos qué pensar”, sino que se ofrecen como recurso para la enseñanza, en el marco de los diseños curriculares vigentes. El documento de media cuenta con una introducción y apartados explicativos de las corrientes historiográficas en que se inscribe, y es además una selección de fuentes. En tal sentido, es conocimiento científico producido conforme las reglas y prácticas de las ciencias sociales, entre las cuales ocupa un lugar central la explicitación de las corrientes teóricas que sustentan el conocimiento; y tal explicitación es algo que, en este documento, se ofrece abiertamente a docentes y alumnos.

* Estas características de los materiales censurados los diferencian de los textos escolares habitualmente producidos por las editoriales privadas, que en general se presentan como “el saber disponible sobre el tema”, sin exponer los criterios con que se seleccionan temas, recursos y consignas. Es el ocultamiento de esos criterios y supuestos lo que hace a un material para la enseñanza, propiamente, ideológico, y la operación ideológica consiste, precisamente, en naturalizar unos enunciados ocultando sus condiciones de producción.

* Es Bullrich quien echa mano a antiguos argumentos, propiamente ideológicos, cuando pretende justificar su acto de censura ideológica. En primer lugar, cuando llama “manual” al documento de media, escamoteando así sus contenidos y propósitos explícitos. En segundo, cuando dice que no debería permitir publicar materiales “con alguna tendencia ideológica”, afirmación que remite a una noción de “ideología cero” propia de la hegemonía política liberal, en la cual la ausencia de ideologías oculta la hegemonía política de una única ideología dominante, que solapa e invisibiliza cualesquiera sujetos y perspectivas que se encuentren por fuera de -y que resista a- los dominantes.

Ha sido, justamente, Macri quien más radicalmente aplicó esta concepción anti-ideológica y anti-política al conflicto social. Macri llama “gestión” al vaciamiento de escuelas, hospitales y teatros, al nombramiento del “Fino” Palacios o de Abel Posse, a la sub-ejecución presupuestaria, a la realización de negocios inmobiliarios con terrenos públicos, a la no atención de habitantes del conurbano en los hospitales públicos porteños, a la persecución de los sin techo mediante la UCEP, a los despidos masivos de trabajadores; y Macri descalifica las acciones de resistencia a las anteriores llamándolas “ideológicas”. Bullrich sigue el mismo camino con los materiales que censura.

Cabría preguntar al ministro Bullrich si considera que, por ejemplo, los libros de texto producidos por las editoriales privadas -que su Directora General de Planeamiento publicita de manera tan entusiasta promoviendo “encuentros” entre directivos, docentes y representantes de editoriales para definir qué libros de texto comprará el ministerio con recursos públicos- son materiales “sin ideología”, o si son materiales que favorecen el aprendizaje de un “conocimiento completo” en lugar de los que sólo exponen, según dice él mismo, “una parte del conocimiento”. La ideología de la “ideología cero” es rematada por Bullrich por la del “conocimiento completo” que, además de anacrónica y superada por sustentarse en una concepción cosificada del conocimiento, se presenta sugestivamente próxima a la teoría de la “memoria completa” de Cecilia Pando.

Por último encontramos, en las expresiones del ministro, unas valoraciones que, como trabajadores técnico-docentes, no podemos dejar pasar. Bullrich revela, con sus dichos, que tiene una concepción de los docentes -y del trabajo docente- que los reduce a poco más que “recitadores de textos”. El ministro imagina que un material para la enseñanza, por sí mismo, puede establecer qué “piensan” y qué enseñan los docentes, y qué “piensan” los estudiantes. Enuncia así una concepción del docente que lo vacía de subjetividad y de capacidad de selección, de sentido crítico y de creación de estrategias; y una concepción de los estudiantes como tabula rasa. Bullrich parece entender que la profesión docente se limita a repetir mecánicamente cosas que vienen en materiales, textos, láminas, y que los estudiantes simplemente retienen automáticamente lo que les dicen los docentes, que no sería sino lo que dicen los textos. Para Bullrich, parece ser que ni los docentes ni los estudiantes son sujetos.

Al publicar los materiales censurados en su web personal, Bullrich expone finalmente lo que fue una acción de censura ideológica de su parte. También da a conocer los textos, con lo cual quedará asimismo expuesto qué fue lo que tanto molestó al ministro al punto de negar su publicación incluso en la web oficial del Ministerio de Educación. Pero esta acción no remedia ni la censura que denunciamos, ni el hecho que las escuelas no cuentan con los materiales comprometidos por el mismo Ministerio. Lo que fue concebido, diseñado y editado como un conjunto de recursos de formatos diversos (documentos, láminas, tarjetas, etc.) organizados según criterios integrales, en este momento se encuentra disgregado en textos “colgados” en la web -incluyendo los de Inicial y Primaria, fuertemente alterados en relación con su formato original-, láminas y otros recursos aun no impresos, etc. La ideología de la “ideología cero” muestra, así, su cara más brutal, despedazando materiales que fueron laboriosamente construidos con un sentido integral y criterios explícitos, en “partes” separadas y disgregadas. Por estas razones, nos seguimos pronunciando:

* Por la inmediata publicación y distribución a las escuelas públicas de la Ciudad de los Materiales del Bicentenario, impresos y respetando su integridad.

* Contra la censura ideológica ejercida por el Ministro Esteban Bullrich.

* Por la más amplia democracia en la producción, la difusión, el acceso y la crítica del conocimiento en el ámbito público estatal.

* Por la plena vigencia de los principios laicos y democráticos de la educación pública.

* Por una enseñanza que recupere el papel histórico de los trabajadores y las clases populares, de sus luchas y tradiciones políticas y culturales, en la formación de sujetos críticos y socialmente comprometidos.

* Contra cualquier tipo de prácticas que, como las denunciadas, pretendan ejercer censura ideológica sobre el trabajo y la producción intelectual de los trabajadores de la educación y de cualquier ámbito público estatal.

TRABAJADORES DE LA DIRECCIÓN DE CURRÍCULA Y ENSEÑANZA DEL GCABA

JUNTA INTERNA DE DELEGADOS A.T.E. EDUCACIÓN ESMERALDA 55