Si Adriana Pérez tenía un deseo, sin dudas, era el de ser madre. Primero, fue preocupación por la condena impuesta a Gerardo y los rechazos sistemáticos a la visa para visitarlo, y segundo, ello se extendió a la maternidad que tenía vallas insalvables hasta hace unos meses atrás.
Entre la ciencia y la esperanza, las negociaciones y la buena voluntad, se dieron las condiciones para la gestación de Gema, la hija de Gerardo y Adriana que nacerá en este mes.
El regreso del Héroe, junto a Antonio y Ramón, lo encontró junto a su esposa, quien mostraba las huellas de su embarazo. Pero todavía no querían hablar de ello. Era lógico. La emoción del reencuentro se fusionaba con la próxima llegada de la niña, mientras corrían los comentarios y surgían las preguntas a su paso.
El "control remoto"
Mientras se sucedían las negociaciones secretas, previas a la liberación de los tres Héroes, ya estaba en marcha otra operación destinada a hacer posible el deseo de Adriana y Gerardo.
Según declaraciones del mismo Héroe a la televisión cubana, “hubo que hacerlo por control remoto”. Se trató de una inseminación artificial, práctica médica que se le realizó a su esposa luego de ser autorizada por las autoridades norteamericanas.
Sin embargo, según informó Cubadebate, el senador estadounidense Patrick Leahy ayudó a que se transformara en realidad. Lo confirmaron las declaraciones de Tim Rieser, asesor de política exterior para Leahy, a la Agencia AP al informar que todo comenzó con un viaje del senador a Cuba en febrero de 2013, continuando luego con una entrevista con Adriana en la cual también participó Marcelle Pomerleau, su esposa y enfermera de profesión.
En dicha reunión, la esposa del Héroe le expresó que "tenía miedo de que nunca tendría la oportunidad de tener un bebé". Gerardo se encontraba en una prisión federal en Victorville, California, donde cumplía dos cadenas perpetuas.
Pronto, la oficina del senador comenzó a trabajar con funcionarios del gobierno, quienes encontraron un antecedente por el cual se había autorizado a realizar una inseminación artificial debido a que el sistema penitenciario no permite visitas conyugales.
Así, hubo un primer intento a principios del año pasado, que fracasó y meses después, se realizó un segundo intento con éxito en Panamá, cuyos costos fueron pagados por el gobierno cubano, según afirmó Rieser.
El senador y su esposa quedaron felices por esta noticia, mientras el Departamento de Justicia confirmaron que los funcionarios norteamericanos facilitaron la operatoria.
Ahora, solamente resta esperar que nazca...
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