Por Norberto Ganci, Director de "El Club de la Pluma"
La historia política de nuestro continente y en especial de Argentina, está signada por varias de las características que demostraron la pequeñez del ser humano, a la hora de construir colectivamente.
Las traiciones y dobleces pueden contarse por cientos, para no parecer exagerados. Desde el sueño de la Patria Grande que fue truncado por las apetencias imperiales, que promovieron y potenciaron el divisionismo en todo el territorio, tenemos resquebrajados los sueños de nuestros grandes…
El individualismo, la especulación, el desprecio, el oportunismo son algunas de las características que marcaron a muchos de los mal recordados como pro hombres de la historia.
La historia se va construyendo con y desde todos los sectores, todas situaciones, experiencias, avances, retrocesos, etc.
La historia nos ha dejado y deja, a medida que el tiempo pasa, enseñanzas necesarias para la construcción de identidad.
Y muy a pesar de que el primer párrafo es una dura mirada, no es más que un llamado de atención, un detenernos a mirar, críticamente, nuestra historia y realidad.
Los procesos revolucionarios iniciados en un momento de la historia donde confluyeron los sueños como los de Bolívar y San Martín, sucumbieron por, no sólo el injerencismo extranjero, por las traiciones y ambiciones de miserables como Rivadavia, para citar un ejemplo.
Hoy las traiciones, a pesar de contar con nombres, en su mayoría están ocultas detrás de máscaras como organizaciones sociales, humanitarias, movimientos, etc.
El divisionismo ha sido la estrategia utilizada y remozada en cada oportunidad.
El divisionismo es el que nos impide la concreción y un avance más sólido de las luchas populares.
Son innegables los logros y este tiempo en que, con más de una década, se van fortaleciendo los procesos revolucionarios. Pero también son innegables los avances de los sectores reaccionarios, infiltrados y camuflados en organizaciones que responden a servicios de inteligencia foráneos.
También juega a favor del divisionismo, la mezquina mirada individualista, personalista, con la que se pone el énfasis en el logro y acumulación personal de poder, recursos e influencias; desvirtuando, desarmando la necesaria lucha de todo un pueblo.
La fragmentación social en la que estamos inmersos, continúa sonriendo ante los sueños de unidad que aún faltan concretar.
Las injusticias, muertes, desapariciones, secuestros y torturas de ayer, son de alguna manera también las de hoy. Los aparatos represivos de nuestros estados, a pesar de los esfuerzos por desmantelarlos, continúan vigentes. Aquí valdría la pregunta ¿habrá una firme convicción por desmantelar?.
Vale la pena detenernos a reflexionar al respecto, con toda crudeza y sinceridad. El continuar engañándonos con la idea que “todo el pueblo” quiere concretar estos procesos de cambio, transformación, no es real, no es tan así. No todo el pueblo lo quiere. Hay una porción de ese pueblo que se entrega a la mezquindad, la avaricia y privilegia por ello el divisionismo.
Como en estos días, no todos “festejan” la desaparición física del asesino Videla. Resulta ilustrativo, como dato anecdótico, resaltar lo ocurrido en una de las mesas debates realizada con motivo del Congreso “Hacia un Movimiento Pedagógico Latinoamericano”, llevado a cabo en la provincia de Córdoba. Cuando uno de los disertantes hizo el comentario sobre la muerte de Videla, a modo de complacencia sobre ello, de un auditorio cercano a las cien personas, fuimos muy pocos los que procedimos a aplaudir la noticia… No lo parece, pero son muchos los que hoy lamentan ese deceso. Y muchos de esos, son docentes. Hagan Uds. sus comentarios al respecto…
El dicho expresa que “Lo Mejor es Enemigo de lo Bueno”, y claro que así es. Es cierto que querríamos un movimiento que se ajustara exactamente a nuestra visión sobre cada tema. Eso sería lo Mejor, pero no lo es si se usa como excusa para el divisionismo. En este caso, la búsqueda de lo mejor debilita lo bueno. Lo Bueno sería la unidad de los movimientos para encarar, todos juntos, todas las luchas por la dignidad y la justicia para todos.
Y hablando de unidad se nos antoja imaginar, como ejemplo, que de existir un cielo, se habrán juntado Alejandro de Michele y Luca Prodan para cantar junto a Mario Benedetti su Obituario Con Hurra: “Vamos a festejarlo / vengan todos / los inocentes / los damnificados los que gritan de noche / los que sueñan de día / los que sufren el cuerpo / los que alojan fantasmas / los que pisan descalzos / los que blasfeman y arden / los pobres congelados / los que quieren a alguien / los que nunca se olvidan / vamos a festejarlo / vengan todos / el crápula se ha muerto / se acabó el alma negra / el ladrón / el cochino / se acabó para siempre / hurra / que vengan todos / vamos a festejarlo / a no decir / la muerte / siempre lo borra todo / todo lo purifica / cualquier día / la muerte / no borra nada / quedan / siempre las cicatrices / hurra / murió el cretino / vamos a festejarlo / a no llorar de vicio / que lloren sus iguales / y se traguen sus lágrimas / se acabó el monstruo prócer / se acabó para siempre / vamos a festejarlo / a no ponernos tibios / a no creer que éste / es un muerto cualquiera / vamos a festejarlo / a no volvernos flojos / a no olvidar que éste / es un muerto de mierda.” Cierto es que este obituario fue escrito para pinochet, que murió libre. Le agregamos más hurras, porque Videla murió preso, en una cárcel común.
Lo Mejor es Enemigo de lo Bueno, por lo que alentamos a confluir en lo bueno de juntarnos, de aunar nuestras luchas entrelazando todas nuestras banderas, para convertir todas en una hacia la total victoria de Nuestra Tierra.
Que así sea…
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