Por Norberto Ganci, Director de "El Club de la Pluma"
Tal vez sea la indignación por todos los sucesos que se vienen produciendo desde hace bastante tiempo lo que nos embarga e impide, algunas veces, poner en frío los pensamientos e intentar reflexionar sobre lo ocurrido y lo que ocurre.
En las últimas semanas, en diferentes puntos de Argentina, persecución, desalojos, represión son moneda corriente. La criminalización de la protesta y las violaciones, reiteradas a las garantías constitucionales van en aumento.
Habíamos especulado en proponer desde estas líneas, algunas ideas, aportes para el oficialismo y la supuesta (dudamos de su existencia) oposición. Ideas de “campaña”. Ideas, sugerencias de temas a abordar desde la “decisión política” y como propuestas para la resolución de temas pendientes y necesarios de atender, en muchos casos con urgencia.
El argumento de los “tiempos electorales” siempre ha sido utilizado para la justificación de determinadas maniobras o acciones. Pongamos que como estrategia de gobierno en tiempos electorales, se presta atención a temas como el costo de productos de primera necesidad en los hogares, o planes que viabilicen las construcciones de viviendas. Ellos muy necesarios y en buena hora que se atiendan…
También con la excusa de los tiempos electorales, se posa la mirada en conflictos sociales de vieja data: explotaciones mineras, narco-sojeras, expulsión de campesinos y originarios de sus tierras. Por favor, no caigan en el sentimiento de fastidio por repetir nosotros, en muchas oportunidades, títulos, frases, palabras relacionadas con problemáticas que aún están lejos de ser erradicadas… No podemos mirar hacia otro lado…
Sigamos. En tiempos electorales también se “cocinan” varias acciones que tienden a generar el malestar general de la población o en parte de ella.
“Curiosamente” los desalojos, represiones y detenciones a manifestantes han recrudecido en las últimas semanas. Al momento de escribir estas líneas, se producían en Famatina -La Rioja- dos brutales represiones contra manifestantes que se oponen a la mega minería, con detenciones, disparos y persecución.
Casi el mismo modelo represivo y violador que se ha vivido en el sur de nuestro País, en Formosa, Córdoba, Buenos Aires, etc.
La ola de violencia institucional se está levantando y amenaza con arrasar todo el territorio, por parte de gobiernos provinciales afines al Gobierno Nacional como así también opositores. La necedad los une…
Y todo en “tiempos electorales”… ¿Quién o quienes sacan provecho de todo esto?...
De seguro que los movimientos sociales son los que llevan la peor parte, de eso no hay dudas.
Paralelamente a todo esto que ocurre a lo largo y ancho del país, otros sectores expertos en tipos de “represiones silenciosas”, los especuladores de siempre, van minando los ánimos de las gentes con sus des-manejos económicos, intentando provocar el desaliento y la desesperación social, con sus indi-simuladas acciones con las que pretenden incidir en los bolsillos y las economías de cada hogar.
Los tiempos electorales dan para mucho; para mucho de lo indeseable. En tiempos electorales deberían desfilar no sólo las propuestas, sino también acciones que vayan resolviendo las problemáticas sociales.
Sí, algunas o varias se van resolviendo o se muestran signos, está la “intención” por resolver. El Qarashe Félix Díaz y la situación del pueblo Qom de Formosa serán atendidos por el Superior Tribunal de Justicia de la Nación. ¿Cuánto tiempo ha pasado para que un organismo del Estado atienda a un problema ancestral? Hablamos de atender… lo que no garantiza que dé solución…
El reparto de la tierra es uno de los temas centrales a resolver y el Estado en todas sus manifestaciones y estructuras debe privilegiar a los sectores más desprotegidos. Es uno de los tantos temas que no pueden esperar a resolverse en tiempos electorales, al igual que la situación de encierro y tortura que padecen muchos de los y las alojados en las penitenciarías del país.
En esta puja electoral, que se parece más un intento por demostrar quién reprime más, es cuando la “política” queda en otro sitio. La política no se discute, no se plantea. Se reprime, se desaloja, se persigue, se tortura…pero ni hablar de política y mucho menos de diálogo para “saber” al menos qué es lo que el pueblo reclama.
Más allá que suene simpático o no, debería primar eso de no tolerar o tranzar con nadie, más allá de las conveniencias electorales. Si un gobernador consiente, de alguna manera, las violaciones a las garantías constitucionales, a los derechos humanos, no puede de ninguna manera contar con el aval o el silencio del gobierno nacional. Los tiempos electorales deben ser otra cosa…
Si bien muchos sectores de nuestro pueblo se han beneficiado y les ha cambiado el destino, gracias a medidas de gobierno en el reparto de parte de la riqueza, aún existen otros sectores que no son contemplados ni mucho menos defendidos de la voracidad especulativa que avalan gobernadores, intendentes y algunos empresarios de la muerte.
Sería saludable y constructivo que el Gobierno Nacional, sin una odiosa intervención federal, intervenga con los poderes que tenga a su alcance para detener definitivamente todas las violaciones a los derechos humanos, devolviendo el pleno estado de derecho a los pueblos perseguidos, encarcelados y torturados y privilegie el destino de todos, más acá de los tiempos electorales…
Que así sea.
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