OPINION - REFLEXIONES SOBRE EL 24 DE MARZO, POR ADRIANA CANTALE SUMARIO     1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - REFLEXIONES SOBRE EL 24 DE MARZO, POR ADRIANA CANTALE. ...

OPINION - REFLEXIONES SOBRE EL 24 DE MARZO, POR ADRIANA CANTALE

SUMARIO

    1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - REFLEXIONES SOBRE EL 24 DE MARZO, POR ADRIANA CANTALE.


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From: Adriana Cantale

Sent: Tuesday, March 24, 2009 1:35 AM

To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Subject: REFLEXIONES SOBRE EL 24 DE MARZO, POR ADRIANA CANTALE

Otro 24 de marzo... Ya pasaron 33 años de aquel de 1976, en que comenzaba el llamado proceso de reorganización nacional, que profundizó lo que ya se vislumbraba en la última etapa del gobierno constitucional, donde organizaciones armadas se disputaban el poder.

Pero ese 24 de marzo, el Estado, cuyo deber es velar por la seguridad, por la justicia de todos los ciudadanos, comenzó a utilizar los mismos medios (y yo diría mas crueles) que los usados por las organizaciones que decían ,debían desbaratar pues eran "subversivas". Y el Estado se transformó en la peor organización subversiva, terrorista ,que conocimos. Sembró el terror. En vez de cuidarnos, de protegernos, nos aterrorizó.

Tanto, que muchos, por miedo se escondieron, se exiliaron, interna o externamente..., se callaron. Nos callamos. Nos "tragamos" el dolor, el llanto, la bronca...al ver como "desaparecían" nuestros hermanos, padres, amigos...

La sociedad, que había clamado por mayor seguridad, concientemente o no, le entregó todo el poder a un grupo de dementes que provocó una de las mayores tragedias de la humanidad...


No hubo piedad para nadie, había que, por la fuerza lograr que toda la población fuera dócil, servil... "occidental y cristiana"... ¿cristiana?


Empezó a desaparecer gente. Jóvenes en su mayoría, algunos comprometidos en las organizaciones armadas, otros, los más, idealistas, generosos, que por lo mismo fueron los más ingenuos y cayeron más fácilmente si cabe. Los secuestraban en sus casas, en los barrios, en las parroquias...También desaparecieron niños, muchos fueron apropiados por los asesinos de sus padres. Cayeron bajo esta locura genocida, incluso discapacitados que militaban en la defensa de sus derechos.

Eran militantes de la vida. Como Clarisa, que como claramente lo dijo su hermano mayor, en el video preparado  por docentes y alumnos del Instituto Juan Anchorena de Urquiza, no participaba activamente en ningún partido político ni organización armada. Sí, su esposo era Presidente del Centro de Estudiantes de Chacabuco, y muchas veces daban refugio a chicos que militaban en la JP, u otras organizaciones, imprimiendo panfletos, y quizá pensando como transformar la sociedad en un hogar para todos, sin exclusiones. Esa solidaridad fue su condena a muerte. Una muerte sin juicio alguno, sin el derecho a juicio que sí tienen hoy sus asesinos y está bien que así sea. Es parte de la civilización delegar el poder de juzgar a nuestros representantes. No hacer justicia por mano propia.


Y hoy, ante el clamor de la sociedad por mayor seguridad, me preguntaba que pensaría clarisa, las clarisas, si vivieran, si no les hubiesen quitado el derecho a la vida, a los sueños...


Y creo que, si bien estaría  en paz al ver que los genocidas están siendo juzgados, y muchos de ellos están en cárceles comunes, como corresponde, intuyo, no sería completa su paz, al ver que los derechos humanos son utilizados muchas veces políticamente, y al ver también que frágil es la memoria de los argentinos, que una y otra vez tropezamos con la misma piedra. Y por miedo, quizás por temor a ver las responsabilidades individuales en esta "ola" de delincuencia, pedimos "seguridad" a toda costa. Aun a costa de volver al terror, a la injusticia, a encontrar culpables donde sea, tal vez, como antes, como siempre, donde es más fácil hallar "sospechosos" por portación de cara, de lenguaje, por no poder ni siquiera defenderse...

Como siempre el genial Serrat viene en mi ayuda, describiendo con una poesía que duele, la vida de los niños de las favelas brasileñas, que bien podrían ser nuestros niños y jóvenes de las villas, de los cinturones de marginalidad de las grandes ciudades, donde, como antes, como siempre, serán buscados los culpables de la inseguridad

Niño sin niño
indefenso y asustado
que aprende a fuerza de palos
como las bestias a sobrevivir.


Niño silvestre
lustrabotas y ratero
se vende a piezas o entero,
como onza de chocolate.


Ronda la calle
mientras el día la ronde
que por la noche se esconde
para que no le maten.

Y si la suerte
por llamarlo de algún modo,
ahuyenta al lobo,
y le alarga la vida un poco más.


Si el pegamento
no le pudre los pulmones,
si escapa de los matones,
si sobrevive al látigo, quizás
llegue hasta viejo
entre cárceles y "fierros"
sembrando el cerro
de más niños silvestres, al azar.


Y cualquier noche
en un trabajo de limpieza
le vuele la cabeza
a alguno de ellos, sin pestañear

Creo, que Clarisa, que José, estarían trabajando para que no haya niños silvestres que luego serán como dice la canción, seres crueles a quienes nadie les dio calor, ni les enseñó que su vida como la de todos tiene valor. Estarían defendiendo los derechos humanos de estos chicos, y de los chicos de todos; estarían trabajando para que todos, no solo unos pocos, tengamos derecho a la vida, a la salud, la educación, el trabajo…

Estarían defendiendo los derechos humanos de los jubilados, de los discapacitados, de los pueblos originarios, de los que piensan distinto…

Y defendiendo DE VERDAD los derechos humanos, estarían trabajando por una sociedad MAS JUSTA, MAS SOLIDARIA,… Y MAS SEGURA…

Adriana Cantale

DNI 12.629.009

Pergamino

(En memoria de Clarisa Adriana García y su esposo José Casino, desaparecidos el 3/01/77)

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