Absolvieron a los delegados del Garrahan. Como habíamos informado, la declaración de la inspectora de Ministerio de Trabajo iba a derribar la acusación y el fiscal Fornaciari no tuvo...

Absolvieron a los delegados del Garrahan.

Absolucion GarrahanComo habíamos informado, la declaración de la inspectora de Ministerio de Trabajo iba a derribar la acusación y el fiscal Fornaciari no tuvo otro camino que solicitar la absolución de los compañeros Adriana Agüero, Eduardo García, Gustavo Lerer y Marcelo Mansilla al Tribunal Oral en lo Criminal Nº 29 de esta Capital.


Sin dudas, constituyó una clara intención de criminalizar una lucha que se dió en el hospital pediátrico más grande y de mayor complejidad del país, durante el año 2005, la cual puso al descubierto el estado de la salud pública, las condiciones laborales del hospital, el congelamiento salarial que databa de 14 años y una clara denuncia a las burocracias sindicales cuando se mostró al resto del país e incluso al mundo -a través de compañeros solidarios del exterior-  cómo funcionaba la democracia obrera, a través de las asambleas de base.


Gracias a este conflicto comenzaron a abrirse paritarias nuevamente, pero quedó claro que si no hay luchas para conseguir lo reclamado, las paritarias son solo un trámite en el que los trabajadores terminan siendo convidados de piedra, solo para la firma y donde todo lo terminan pactando entre la patronal (en este caso era Macri y el Estado Nacional) y las burocracias de turno, como en el Garrahan lo son, y siguen siendo, UPCN y SUTECBA.





En este juicio pudo demostrarse que la "única violencia" era ejercida desde el Hospital, desde el Estado Nacional y Municipal contra los trabajadores y los pacientes; como también se evidenció las condiciones en las trabajaban los enfermeros, la destrucción de los techos; el cierre de salas de internación, por las condiciones de ruina en las que se encontraban y la falta de reparación de un resonador magnético, único en un hospital público -no tercerizado-, mientras se llevaban a los pacientes a realizar los estudios fuera del mismo y pagaban, vaya a saber cuánto dinero por ese servicio.


No pudieron y los jueces Rodolfo Goerner, María Deluca Giacobini y Alejandro Llitvack tuvieron que determinar que los compañeros eran inocentes.


No hubo pruebas para sostener la acusación, sobraron pruebas para absolverlos pero, ahora, también sobran para sentar en el banquillo a los responsables de tanta violencia contra los trabajadores y la salud pública.

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