Por Miguel Longarini
El escenario político y económico actual, me muestra una seguidilla de encuentros entre el gobierno nacional con el grupo opositor "Mesa de Enlace", hoy seriamente preocupados por alguna sequía que ha afectado parte de la cosecha gruesa, específicamente la del maíz, ya que la soja transgénica, sigue muy bien de salud y con buen pronóstico de rindes.
Luego de los encuentros entre grandes productores y gobierno, se anuncian, una extraordinaria ayuda económica y financiera, para este sector productivo que ha tenido estupendos resultados económicos en los últimos años.
Por más que se quiera mostrar espigas de maíz casi sin granos, todos los que convivimos en los ámbitos rurales, sabemos de lo gordos que están los silos bolsa y los bolsillos de tantos productores, hoy complicados por la falta de lluvia en alguna zona. Lo que no se puede negar es la dependencia que el modelo económico tiene con el sector productor de granos. Es comprensible también, que dadas las circunstancias, los reclamos sean atendidos con urgencia.
Es bueno e invito a comprender, que un Estado debe ayudar al necesitado, al desvalido, al desposeído, a todo/as las personas que necesiten ese mínimo apoyo en todo aspecto, para comenzar a caminar sobre un proyecto cierto en lo laboral o cultural de pequeña o mediana escala, teniendo en cuenta que la mayoría de los beneficiarios no califican para un crédito bancario y si logran hacerlo, los intereses son usurarios e imposibles de pagar. No niego que estos buenos actos no sucedan, por ahí no en la medida que se demandan.
Pero me quiero referir a lo que me motiva a escribir esta nota, y que son, las muy buenas soluciones para los sectores privilegiados por parte del gobierno, cuando la gran mayoría de sus actores (aunque sus lamentos se confundan con malos tiempos) están en muy buen posicionamiento para hacer frente al riesgo lógico e histórico, que conlleva la actividad agrícola. Sobre el particular, no puedo desobedecer a mi memoria y mucho menos a mi conciencia, que me recuerda a los que en tantos años pude ver y padecer en algunos casos, y hablo de la protección "especial" al sector del agro, por sequía, por inundaciones, por piedras, etc. Mientras tanto, los sectores que no pertenecen a los protegidos: obreros, comerciantes, desocupados, micro-productores, artesanos, profesionales con bajos ingresos -todos- se encuentran vedados de la posibilidad de acceder en forma igualitaria a algunos de los créditos "blandos", quita de intereses, condonación de deudas, etc. que los sectores pudientes logran tener. Esta manifiesta desigualdad de posibilidades entre los que tienen mucho y los que tienen poco, me hace pensar que no todo está bien y que algo ha cambiado entre el discurso y el hacer.
En medio de las visitas "mesa-enlace", miles de luchadores sociales -no todos anti - gobierno como se pretende hacer parecer- se vienen manifestando humanamente con el deseo de ser mejores argentinos y proteger la vida de TODOS, que entre tantos intereses contaminantes nos asolan desde hace años. Ante esta realidad, he visto claramente, una oficialidad de poca mirada y pensamiento crítico hacía lo que nos pertenece y no se está cuidando como se debe. Mientras el desmonte sucede, las minas contaminan, los agrotóxicos envenenan, las fronteras sojeras extendidas arrasan con culturas y ecosistemas, los dueños de la tierra (recientemente acusados de desestabilizadores profesionales) y del desastre ambiental que provocaron y seguirán provocando, son recibidos con guardia de honor por ministros que obedecen a cuidar e incrementar sus bienes.
Terminando, pregunto: ¿Será posible que un ‘’seco’’ tenga un crédito para paliar su sequía…?
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