La implementación de la inscripción por Internet por parte del Gobierno de la Ciudad provocó la incertidumbre entre los sectores medio bajo y bajo de la sociedad porteña. Según informó Ademys, a través de un comunicado, "el gobierno informó antes del 9 de diciembre que se habían inscripto más de 80.000 chicos y que ellos esperaban no más de 50.000" pero solamente se otorgaron 55.000 vacantes y por ende, habría 25.000 no asignadas difiriendo con la afirmación oficial de 17.000 chicos sin escuela.
Sin dudas, esta modalidad creó innumerables problemas a aquellas familias que no están familiarizadas con el uso de la informática, las cuales tuvieron que hacerlo a través de las escuelas a través del personal contratado por el Ministerio de Educación de la Ciudad pero también a través de idas y vueltas con respecto a la confirmación o no de la vacante, ya sea por correo electrónico o en las 15 sedes escolares que se abrieron para formalizar la inscripción.
Más de 15 millones de pesos se gastaron en una inscripción que fracasó rotundamente, pese al "éxito" pregonado por Macri, a lo que debe sumarse otros 26.650.000 pesos por la compra de las aulas containers que albergarían a quienes sean inscriptos en las escuelas de la zona sur de la Ciudad. Podemos afirmar que ese dinero podría haberse destinado a la ampliación y refacción de dichas instituciones educativas e inclusive, hasta construir nuevos edificios. Basta recordar que no se construyen nuevos edificios escolares desde hace 30 años.
Esta sumatoria de inconvenientes provocará un desplazamiento importante de la matrícula hacia la escuela privada, pero también buscará nuevamente el cierre de grados y cursos tal como ocurrió en 2012, basándose en el Decreto Nº 1990/97 que establece la fusión de grados de primaria con menos de 15 alumnos y de cursos en media, con menos de 20 alumnos.
Al centralizarse la información, sostiene Ademys, "el gobierno dispone de la información de manera directa y es ahora quien distribuye la matrícula, sobrepoblando algunas aulas y directamente no abriendo otras" constituyendo una herramienta que le permitirá no solamente el cierre ya mencionado, sino también de escuelas.
Por otra parte, debemos recordar el eterno incumplimiento acerca de la implementación de salas de bebés, a partir de los 45 días, como también para las y los niños de 1, 2 y 3 años, lo que incrementa la cantidad de vacantes no asignadas, de acuerdo a lo que establece el Art. 24 de la Constitución de la Ciudad.
Si bien la confirmación definitiva de las vacantes tendrá lugar durante el mes próximo, los dos sindicatos mayoritarios como Ademys y UTE vienen realizando acciones desde el mes de diciembre con el objeto de la regularización de esta problemática que ya debería estar resuelta. Por supuesto, otros sindicatos como AMET, ADEF, SEDEBA, CAMYP y UDA nada han hecho, ni harán, por cuanto muchos ex dirigentes ocupan un espacio en la estructura del Ministerio de Educación. El ejemplo más notable es el de la Prof. Ana Ravaglia, quien fuese Secretaria General de CAMYP y que es la actual Sub Secretaria de Gestión Educativa y Coordinación Pedagógica.
Una inscripción llena de irregularidades, incluyendo la violación de las prioridades establecidas en el Reglamento Escolar y una solución parcial mediante aulas de chapa son los instrumentos para continuar la desvalorización de la escuela pública con el fin de privatizarla.
Para nadie es un secreto que Mauricio Macri admira al sistema chileno y sigue aprendiendo la táctica de los recortes, tal como lo hiciera durante su visita a España en donde se reunió con Mariano Rajoy. Pero es hora de continuar la lucha por esa escuela que nos formó durante tantos años. Lástima que muchas y muchos porteños miran para otro lado, al igual que tantas y tantos dirigentes políticos que solamente piensan en sus alianzas con el poder económico.
Lo que está ocurriendo es lo mismo que sucedía durante los ' 90: dejar caer al sistema estatal para justificar su posterior privatización. Esperemos que esta vez no sea demasiado tarde...
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