El pasado 19 de noviembre, Braian Mogica, de 16 años, iba en una moto con un conocido de apellido Villalba cuando recibió un tiro por la espalda que provino del arma reglamentaria perteneciente al oficial Gabriel Benjamín Yuguet, asignado a la custodia del Gobernador Daniel Scioli.
Las circunstancias del hecho no están claras, según afirmó la Asociación Miguel Bru mediante un comunicado de prensa en el cual dieron cuenta que "alrededor de las dos de la mañana, se hicieron presentes en el lugar la mamá de Braian, Agustina Aguera, la esposa de Yuguet (quien alcanzó a su marido el uniforme de policía para que se vistiera); el Fiscal de turno, Dr. Morán y el Juez de Garantías Massi".
Según el policía, el cual se encontraba "de civil, en bicicleta y armado", "iba hacia su casa cuando en 132 y 530 cuatro chicos en dos motos quisieron asaltarlo para robarle la bicicleta. Entonces sacó el arma y les disparó por la espalda para evitarlo". Sin embargo, no se encontraron más armas que la del oficial de la bonaerense.
"La misma bala que mató a Braian también alcanzó el cuerpo de Villalba y aunque éste se salvó de la muerte, no tuvo la misma suerte". Le abrieron una causa por tentativa de robo dónde es el único imputado y el Fiscal Morán consideró que debe mantenerse detenido hasta tanto se aclare el hecho. Durante su paso por la Unidad de Melchor Romero y la Unidad 9°, recibió duras palizas que obligaron a su defensor a pedir el arresto domiciliario.
Durante una conferencia de prensa realizada el 20 del corriente en la sede de la Asociación Miguel Bru, se denunció que no existe, al momento, causa alguna que investigue la muerte de Braian, como tampoco su familia fue aceptada como particular damnificada.
Agustina Aguera, madre del joven asesinado se entrevistó en dos oportunidades con el Fiscal Morán, quien le pidió disculpas por duplicado por el error de no haber abierto una investigación que aclare las circunstancias de la muerte de su hijo, pero tampoco la abrió.
La acompañaron su abogado Dante Miño; Rosa Schonfeld de Bru, presidenta de la Asociación Miguel Bru; Julián Axat, Defensor penal juvenil, representantes de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y familiares de víctimas del gatillo fácil .
Según afirmaron, de acuerdo a la ley, el Fiscal Morán debió abrir una investigación por cuanto se trata de la muerte de un ciudadano. Su omisión, aseguraron, constituye "una falta gravísima" que, sin embargo, resulta ser "una constante naturalizada en los casos donde se encuentre involucrada la policía" mientras que Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia ni siquiera abrió un sumario administrativo.
Julián Axat, Defensor en el fuero penal juvenil, afirmó que denunció siete hechos de este tipo ante la Suprema Corte de Justicia: “En dos meses se sumaron cuatro hechos más, tres pibes muertos y un herido en supuestos enfrentamientos con la policía, que hay que comprobar que hayan sido de esa manera”.
Por otra parte, el defensor sostuvo que "es frecuente este tipo de hechos que comparten una misma modalidad; hay una escena de un supuesto robo, hay un policía fuera de servicio portando un arma, hay una ejecución por la espalda (lo que constituye un incumplimiento del protocolo policial) y la propia policía bonerense interviene en la investigación, que en este caso investiga una tentativa de robo y no la muerte de un jóven. En este sentido el abogado de la familia Mogica sostuvo que poner a investigar a los mismos policías es como“poner al zorro a cuidar las gallinas” y aseguró que “Morán está haciendo lo hizo el Juez Amilcar Vara en la causa de Miguel”, por cuanto “no forma causa, no investiga los hechos” y agregó que estas ejecuciones vía justicia por mano propia son moneda corriente en países como El Salvador o Colombia y que espera que “no se colombianice la cúpula de la bonaerense.”
Durante la conferencia, la madre del joven asesinado denunció "que los funcionarios policiales de la Comisaría de “La Unión” entraron más de una vez a su casa en el barrio de San Carlos. Hacía poco, un policía ingresó sin orden y de manera violenta buscando a su hijo. Lo acusaban de tirar piedras", mientras que el pasado 19 de diciembre, cuando la familia, junto a organizaciones de Derechos Humanos, inauguraban un mural durante un acto para visibilizar el caso en el barrio, la policía los reprimió con balas de goma y uno de ellos se ensañó con un niño de once años a quien le golpeaba la cabeza contra la pared.
“Lo hacen todas las noches”, afirmó Agustina Aguera y concluyó: “los vecinos y más todavía los pibes, padecen a los policías de La Unión. Después de que mataron a mi hijo, varios de los testigos que estaban ahí sufrieron amenazas”.
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