Tuvieron que pasar 26 años, desde aquella noche del 5 de junio de 1988, donde las balas lo llevaron a ser el primer militante popular asesinado en democracia para que se celebre este juicio ético y popular en el gimnasio de la Universidad Nacional de Quilmes, que fue organizado por la Comisión de Familiares y Amigos de Agustín Ramírez.
La impunidad reinante, incluída la periodística, llevó a olvidar la participación de Agustín José Ramírez en los reclamos de tierras durante la década del ' 80 en la zona sur del conurbano bonaerense, formando parte de las Comunidades Eclesiales de Base y del periódico Latinoamérica Gaucha, medio que ideó y dirigió para expresar los reclamos de los pobladores del barrio.
Su compromiso siempre fue con las y los vecinos del barrio, siendo su lucha un verdadero ejemplo a seguir. "Era un militante, por eso lo matan", palabras más, palabras menos, afirmaba Pablo Pimentel, dirigente de la APDH La Matanza, en la charla debate sobre criminalización de la protesta y de la pobreza que se llevó a cabo el pasado 26 de mayo en la Carpa Villera.
Pero también el compañero Javier Sotelo corrió la misma suerte, de la mano de aquella maldita policía que proseguía, y prosigue, con la misma lógica y las mismas prácticas de la dictadura cívico - militar. No es casualidad. Fueron asesinados para disciplinar a quienes osaban romper con los intereses creados, a través de la represión asistemática en plena democracia. Sin embargo, los responsables intelectuales y materiales de ambos asesinatos continúan en libertad y de allí nace la necesidad de seguir exigiendo justicia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El jurado estuvo integrado por Nora Cortiñas, Co-fundadora e integrante de las Madres de Plaza de Mayo (Linea Fundadora); Dr. Alfredo Grande, psiquiatra egresado de la UBA, perteneció a la Escuela de Psicología Social del Chaco - Cooperativa "Chaco Psicosocial", director y actor teatral, periodista y escritor en la Agencia de Noticias Pelota de Trapo (APE), y Miembro Fundador y Presidente Honorario de ATICO (Cooperativa de Trabajo en Salud Mental); Aldo Etchegoyen, del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Obispo Emérito de la Iglesia Metodista Argentina y Co-Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Daniel Goldman, rabino de la comunidad Bet - El y el Padre Félix Gibbs, Pbro Decano del Decanato de Quilmes Oeste, actuando el Dr. Roberto Alejandro Bois en la secretaría del tribunal.
Por la querella, estuvieron Francisca Quintana, madre del militante popular asesinado y Pablo Pimentel, de la APDH La Matanza y por la defensa de los asesinos, el Dr. Juan Manuel Combi.
A lo largo del proceso ético y popular, se escucharon las voces de los familiares y amigos de Agustín Ramírez, a las que se sumaron las de Vanesa Orieta y otros importantes referentes sociales.
De esta forma, indagando sobre las causas y las motivaciones, el como y quienes lo asesinaron se llegó a un veredicto que, sin embargo, no hizo justicia. Pero las pruebas y testimonios recogidos serán presentados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pues el compromiso del compañero en la lucha por la tierra, una de las grandes problemáticas argentinas, ha sido una causa esencial para que lo asesinaran; por ende, resulta ser un delito de lesa humanidad por cuanto quienes lo cometieron representaban al Estado argentino y a la provincia de Buenos Aires.
Tal vez la justicia supranacional pueda poner las cosas en su lugar, después de 26 años de impunidad...
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