Por Juan Carlos Cena (MONAREFA) *
No es la fuerza la que determina la verdad, como preconiza la filosofía de la agresión, la reacción y la mentira, sino la verdad la que determina la fuerza.
Fundamentos sobre la Teoría de la Verdad
Algunas consideraciones sobre el Transporte en la Argentina
El transporte interviene, reiteradamente, en la producción y comercialización de bienes. La mercancía o cualquier producto manufacturado toma valor, recién, cuando interviene el transporte. Por eso, el precio y la calidad de los servicios del mismo afectan profundamente la perfomance de todo el sistema económico. Para tener una idea cuantitativa de la importancia económica del Sector Transporte es ilustrativo mencionar que el mismo genera más del 9% del PBI y, que en él, se efectiviza un 11% de la Inversión Bruta Interna.
El transporte debe aportar irremplazables soluciones a los problemas de integración del espacio territorial y de la Defensa Nacional, cumpliendo trascendentes funciones de la ecuación económica-financiera.
Allí, en esa, su directa injerencia en la economía global, donde el transporte adquiere capital importancia que debe calificarse, sin duda alguna, como trascendente.
El sistema constituye un aspecto clave de la vida nacional ya no existe ninguna actividad que no requiera de una forma u otra de este servicio.
El sistema de transporte es como el sistema arterial que irriga al cuerpo humano. Sin este régimen circulatorio el cuerpo no tendría vida. Todas las arterias, venas grandes, pequeñas y conductos capilares, contribuyen armónicamente al funcionamiento de ese camino circulatorio. Todos los vasos arteriales son afluentes tributarios al sistema central de irrigación, todos son necesarios, comunicantes y complementarios entre sí. No compiten. Si eso ocurriera, habría un serio desequilibrio en el metabolismo de ese cuerpo, o no habría vida.
No se puede imaginar el desarrollo de una comunidad que no cuente con un sistema de transporte adecuado, armónico, integrado, donde los distintos modos se complementen y sirvan a la universalidad comunicacional del territorio nacional.
El objetivo básico de cualquier Estado en ese sector es transportar, eficientemente, al más bajo costo social para la Nación. Para eso deberá fijar objetivos claros en su organización y armonización general. El Estado debe intervenir definiendo las normas de comportamiento de los distintos modos de transporte que beneficien a la Nación. Cumpliendo, con plena facultad, la función de planificador y organizador; asumiendo, a su vez, el papel de ente regulador a través de un férreo control de gestión, para así, corregir errores y desviaciones en los objetivos fijados.
El ferrocarril es un integrante medular del Sistema Nacional de Transporte, en este marco se debe considerar su relación con la economía general y su incidencia. En tales fines el ferrocarril tiene funciones específicas a las cuales la Nación no puede renunciar. Sin embargo, en mérito a constreñirlo a un papel netamente comercial, se abandonaron infraestructuras y servicios de importancia estratégica, sin que los medios sustitutos, rigiéndose por estrictos e impropios mecanismos de lucro hayan cubierto mínimamente los espacios vacíos, por el retiro del medio ferroviario de transporte, condenando a la despoblación y a la extinción a poblaciones íntegras.
El ferrocarril es el medio más barato para el transporte terrestre masivo de personas y cargas en medias y largas distancias, bajo ciertas condiciones. Desde el Mo.Na.Re.FA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos) siempre hemos sostenido que el ferrocarril es un sistema integrado de transporte, industrias y comunicaciones; debe ser servicio publico, cumplir una función social, que abarque toda la geografía del país; y que entre sus características principales figuran la de transportar todo a todas partes y en todo tiempo, con la regularidad obligada de sus servicios.
Empresa ferroviaria que debe ser estatal, monopólica y eficiente. Además, debe recuperar esa función fundamental que desempeñó, fundamentalmente, desde su nacionalización: la de ser un organismo articulador y vertebrador del territorio nacional.
El Ferrocarril está en manos del Estado en casi todos los países capitalistas desarrollados del mundo. En algunos tiene un articulado en la Constitución Nacional; donde, puntualmente, dice que es un bien nacional y cuyo propietario es la Nación, es decir, es un bien del pueblo, y el Estado tiene la obligación de resguardar, conservar y mejorar esa pertenencia.
Por supuesto no ocurre así en Argentina, México o en Uruguay, entre otros países colonizados o dependientes. La conducta cipaya de los funcionarios de estos países dependientes es un mal que padecen los gobiernos que reniegan de la soberanía nacional.
Después de estas necesarias consideraciones, como introducción, vayamos al tema puntual que es la continuidad de la política perversa diseñada en la década de los ' 60, aplicada por los sucesivos gobiernos civiles o militares, concretada en la década de los ' 90, que continúa aplicando este gobierno subsidiándolos, a pesar de la pésima, peligrosa y criminal prestación de los servicios por parte de los concesionarios, tanto de pasajeros suburbanos como de carga.
A modo de recordatorios
Con fecha 14/07/2004, expresaba en una nota titulada: El gobierno ha definido una política de estado sobre los ferrocarriles: estos…"Serán ferrocarriles sojeros / graneleros al servicio de los grandes cargadores de granos, nacionales e internacionales".
"Estos empresarios graneleros/sojeros serán los que gerenciarán bajo un régimen de concesión al Ferrocarril General Belgrano de Cargas. Otrora Ferrocarril de Fomento, luego Ferrocarriles del Estado, y después de la nacionalización: Ferrocarril General Belgrano, que continúo transportando cargas y pasajeros, integrando y acarreando solidaridad a gran parte del territorio nacional, tal como fue ideado".
"Con este proyecto de ferrocarril granelero/sojero, éste, dejará de cumplir el objetivo por el cual fue creado: Ser una empresa de transporte ferroviaria que cumpla una función social, es decir, un servicio Público, y no como se quiere transformar ahora, en este nuevo intento: En un servicio privado con fines de lucro, ajeno a todo proyecto nacional".
"El proyecto de reprivatización del Ferrocarril General Belgrano - Carga y el Ferrocarril Metropolitano (suburbano de pasajeros) es la respuesta y, al mismo tiempo, la afirmación de que los ferrocarriles continuarán concesionados. Porque lo esencial será permanecer con la misma política privatista (concesionarista), por otras formas y medios. Esta es la política del transporte ferroviario diseñada por la Secretaria de Transporte y avalada por el Ministerio de Planificación Federal, con la aquiescencia del Poder Ejecutivo Nacional".
En el artículo "Rieles Argentinos" publicado el 13/09/2004, decía: "El ferrocarril no está más integrado, ha dejado de ser un ente regulador, ordenador e integrador del transporte en la Argentina. El quebranto de esa integración es notorio, cunde la anarquía".
También transcribíamos la noticia de que el presidente Néstor Kirchner presentó, el 18 de febrero del 2004 el Plan Nacional de Inversiones Ferroviarias (Planifer) que proyectaba para este año inversiones por más de 300 millones de pesos.
Dijo en esa oportunidad con elocuencia: 'Es una decisión irrevocable que la Argentina vuelva a tener un sistema de ferrocarriles al servicio de todos los argentinos'. Más adelante subrayó: "El tema de los ferrocarriles es central. Cualquier país del mundo que se quiera constituir como nación necesita un sistema de ferrocarriles que funcione, lo más moderno posible. Estas obras son fundamentales para la integración del MERCOSUR".
Pero en realidad, el Planifer, es un subsidio encubierto a las empresas de carga. Ya que estas debían mantener las vías a 50 km/hora de promedio de velocidad para que circulen los interurbanos normalmente. Imposible. Un importante kilometraje de vías esta en pésimas condiciones por falta de mantenimiento y renovación de vías, durmientes, eclisas, cambios, agujas, etc. Daños originados además, por el exceso en el peso por eje, asunto que tiene que ver con la voracidad por la recaudación de los fletes Esta negligencia obliga al Estado, que está raptado por los concesionarios, a reparar y renovar las vías para que, así, puedan continuar circulando los trenes de cargas. Esta reparación es parte de los subsidios otorgados por otras formas.
A pesar de que el Presidente está en conocimiento, nos imaginamos dijo: ¨Cualquier país del mundo que se quiera constituir como nación necesita un sistema de ferrocarriles que funcione..." ¿Todo es paradojal, o no? Seguimos imaginando, porque es para preguntarse como Mark Twain cuando manifiesta: A veces me pregunto si el mundo está siendo gobernado por personas inteligentes que nos están embromando, o por imbéciles que hablan en serio".
Así se expresaba el presidente de la Nación sobre el sistema ferroviario. Pero nosotros desde el Mo.Na.Re.FA insistimos en que es necesario reconstituir seriamente el Sistema Integrado de Transporte Ferroviario que fue destrozado. Porque es la única manera de ensamblar de nuevo el territorio nacional a través del eslabonamiento de los pueblos, reconectarlos en la integración, donde las economías regionales se complementen y, que ese proceso permita que los poblados abandonados sean habitados nuevamente y cobren vida. Es decir, que el ferrocarril vuelva a ser un servicio público, integrador, articulador y que beneficie a la Nación. Cuyo único beneficio sea el Beneficio Público, única manera de recuperar la Soberanía Nacional del transporte en nuestra geografía.
Lo paradojal se hace presente desde el comienzo de la gestión de este gobierno, ¿es la ausencia de la verdad? Nosotros creemos que es la verdad la que determina la fuerza y que ella se concretará a través del pueblo, única manera de alcanzar una transparencia verdadera. Creemos que está ausente, y esta es reemplazada por la no - verdad.
Veamos, en el PLANIFER (Plan Nacional de Inversiones Ferroviarias) la asignación de recursos demuestra que todo irá a parar a las arcas de los concesionarios, aunque los controle el Estado (¿?) Será para mejorar la infraestructura, dicen, que los privados supieron destruir. Se premia al destructor con el anuncio de la necesidad, porque se sostiene, los ferrocarriles son centrales. Cualquier país del mundo que se quiera constituir como nación necesita un sistema de transporte ferroviario que funcione, lo más moderno posible". ¿Es una verdad la que dice el Presidente? ¿O es sólo una declamación?
Con esta línea argumental se invierten fondos del erario público para seguir beneficiando al devastador privado, es decir, lo público financia al privado; gratificado que poseído por la dinámica del capital solo buscará la ganancia máxima y al menor esfuerzo. Este sector, el de los concesionarios ferroviarios, sigue fungiendo como uno de las patas del poder en la Argentina, la más parasitaria.
"Cualquier país del mundo que se quiera constituir como nación necesita un sistema de transporte ferroviario que funcione, lo más moderno posible", dijo el presidente de la Nación, repito. Estamos de acuerdo. Pero no apelando y convocando a los mismos que los destruyeron, que usufructuaron las mieses de los subsidios o el no pago de los cánones.
El reparto de la vergüenza
Veamos ese reparto. En el rubro obras a iniciar se incluyen, entre otros, los siguientes estipendios durante este año para ramales interurbanos:
* Rosario - Córdoba: $ 15 millones para renovación de algunos tramos de vías. (Concesionario NCA - Nuevo Central Argentino) Aceitera General Deheza.
* Rosario - Tucumán: $ 10 millones para el cambio, parcial de durmientes y rieles, entre otros. (Mismo concesionario)
* Olavarría - Bahía Blanca: $ 10 millones para cambiar rieles. (Concesión a Amalita Fortabat). Paquete accionario vendido a un grupo brasilero.
* Buenos Aires - Posadas: $ 15 millones para permitir una velocidad constante de 70 kilómetros / hora. Concesionado a Pescarmona en primera instancia, ante el fracaso del eficientismo fue vendido, su paquete accionario, al grupo brasilero América Latina Logística.
* El Metropolitano: $ 25 millones para comprar locomotoras, reparar vías y electrificar algunos ramales.
* Trenes de Buenos Aires (TBA): $ 20 millones (renovación de coches, obras eléctricas y otras)
* Metrovías: 20 millones (Tren Urquiza y las cinco líneas de subte. (Concesionario Benito Roggio).
Es decir, estos recursos son asignados a los concesionarios que han venido lucrando las mieses de las mal llamadas privatizaciones, que son en realidad concesiones, se les otorgan las nuevas demandas requeridas por éstos y, que el Estado concede a estos comerciantes parasitarios que brindan un servicio ferroviario desastroso, plagado de accidentes evitables. Los trenes suburbanos subsidiados transportan a los pasajeros peor que al ganado. Diariamente ocurren accidentes ya veremos ese asunto.
Por si esto fuera poco, no pagan los cánones los trenes de cargas. Toda una política delineada desde la Secretaría de Transporte, cuyo responsable es el profesor Ricardo Jaime, tan vapuleado y demonizado por los grandes medios de prensa adheridos a la SIP. Pero la pornográfica ausencia de comentarios sobre el desastre ferroviario de los medios masivos afiliados a la SIP, más de algunos llamados independientes y medios partidarios es significativa, todo es una unidad silenciosa de eso no se habla, es el apotegma. Esta ausencia les otorga el título de cómplices, se encubre, se oculta, en consecuencia, se es encubridor del demonizado profesor Jaime. Vapuleado por los cuatros costados. Además, es cuestionado por el Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas, entre otros.
Cuando el Presidente presentó el Planifer manifestó: "El tema de los ferrocarriles es central. Cualquier país del mundo que se quiera constituir como nación necesita un sistema de ferrocarriles que funcione, lo más moderno posible".
Cuando se extingue el discurso pronunciado por el presidente y uno lo lee, detenidamente, observa que en realidad son demandas para un programa de obras a realizar para los concesionarios de pasajeros y cargas. Es decir, esa asignación de recursos es otro subsidio, pero encubierto, otro más, a estas empresas que destrozaron la estructura ferroviaria y prestaron y prestan un deplorable servicio. Esto, sin contar el saqueo de máquinas y herramientas, ventas indebidas de galpones, talleres, rieles, material tractivo y remolcado pasado como chatarra y así. Se calcula, en, aproximadamente, 17 mil millones de dólares el valor del saqueo de los bienes materiales, faltan otros que ya citaremos. Son discursos declamativos, repetidos, es la instalación de una no-verdad que en la repetición aristotélica toma un valor de verdad. Goebels sabía, este murió, pero sus ideas y mecanismos repetitivos, no.
Es decir, los administradores de este Estado no solamente continúan con las políticas concesionaristas de las anteriores administraciones, sino que tampoco han investigado las depredaciones. A pesar del fracaso de la gestión privada se los vuelve a beneficiar concediéndole recursos, modificando addendas (reformas a los contratos originales lo que permite a las empresas volver a renegociar deudas y/o cancelarlas, modificar otras y pedir en general más subsidios) a partir de esa renegociación se induce al perdón de lo adeudado, o sea, se decreta la indulgencia a los concesionarios de carga que nunca pagaron los cánones pactados. No se los sanciona. Ofrecen el perdón de la deuda al moroso y consagran una nueva partida de dinero en la asignación de recursos.
Una arbitrariedad, demandada por los propios concesionarios recién llegados, como el consorcistas de carga Ferrosur, cuyo accionista principal es la cementera Loma Negra (ex-propietaria Amalita Fortabat) hoy Grupo Camargo Correa - Brasilero, y el Ferroexpreso Pampeano (accionista principal Techint Grupo Rocca), o a los beneficiados con subsidios: Grupo Taselli, responsable de la muerte de catorce mineros en Río Turbio y de la falta de seguridad en Altos Hornos Zapla, entre otros.
Las empresas de carga debían mantener la vía a 50 km / hora de velocidad promedio, de acuerdo al contrato, para que circulen los interurbanos, pero no, un importante kilometraje de vías esta en pésimas y peligrosas condiciones. En consecuencia, el Estado se hace cargo y reparara las vías para que puedan continuar circulando los trenes suburbanos, como el caso de Empalme Maldonado, línea Mitre, mismos que ya están sufriendo un marcado deterioro por exceso de peso por eje de los trenes de carga del concesionario Nuevo Central Argentinos y la pésima tecnología utilizada por la empresa tercerizada encargada de la instalación.
A pesar de ello, los empresarios / comerciantes polifuncionales de Ferrovias-Emepa y Benito Roggio Transporte son los nuevos proponentes que integrarán el Ferrocarril General Belgrano Carga, junto a Macri, Pedraza Unión Ferroviaria), los chinos, Moyano (Camioneros), Maturana (La Fraternidad), entre otros.
Hacer conocer el patético cuadro de nombres de esta nueva sociedad pensando seriamente en un proyecto de nación independiente y soberano es una contradicción, es casi como sembrar la desesperanza y el desasosiego. A pesar de esa contrariedad, debemos mostrar estas patéticas máscaras. Contra esto hay que seguir luchando en forma empecinada, batallar por el ferrocarril estatal, las empresas desnacionalizadas de energía, comunicaciones y transporte, es un deber patriótico...
* Trabajo corregido.
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