Por Norelys Morales Aguilera
Mientras se redactan estos apuntes la delegación cubana que participará en la segunda ronda de negociaciones con Estados Unidos este 27 de febrero, ha arribado a Washington, el Departamento de Estado emitió una Nota Informativa y hubo una rueda de prensa en La Habana sobre el encuentro.
Las respectivas delegaciones nuevamente están encabezadas por Josefina Vidal, directora de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, y Roberta Jacobson, secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, que se reunirán en la sede del Departamento de Estado, en una única jornada, que empezará a las 9.00 de la mañana hora local y concluirá en horas de la tarde.
Está previsto que, una hora después de que concluyan las conversaciones, ambas delegaciones ofrezcan una rueda de prensa por separado para informar sobre los avances conseguidos, primero a cargo de Cuba y posteriormente de Estados Unidos.
MOVIDAS DIPLOMÁTICAS
Previo a este intercambio que continúa las negociaciones realizadas en La Habana el 20 y 21 de enero para el reinicio de las relaciones diplomáticas anunciadas por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre pasado, un grupo de congresistas de Estados Unidos visitó Cuba.
Los congresistas, entre los que se encontraron Clarie McCaskill (Missouri), Amy Klobuchar (Minnesota) y Mark Warner (Virginia), se manifestaron por “el fin del embargo y la retirada de la isla de la lista de países terroristas” como paso clave para el restablecimiento de las relaciones.
Asimismo, congresistas demócratas coincidieron en “la necesidad de acelerar el proceso para normalizar los vínculos diplomáticos”. “Para acelerar el proceso hay que abrir embajadas lo antes posible”, afirmó el legislador Jim McGovern, en tanto señaló la importancia de las sedes para establecer una comunicación directa y fluida.
La senadora Klobuchar presentó días previos a la visita a Cuba, el 12 de febrero, un proyecto legislativo bipartidista que propone eliminar las restricciones del bloqueo relacionadas al comercio, los viajes y el transporte marítimo, entre otros.
Por su parte, otro grupo de congresistas demócratas que también viajaron a la Isla, dijeron confiar, este 25 de febrero, en “un compromiso bipartidista muy fuerte” en el Congreso a favor de un cambio de relaciones que, a su juicio, ayudará consolidar el giro político entre los dos países.
Los legisladores, encabezados por la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, relataron en una rueda de prensa tras su viaje el “entusiasmo” que encontraron en Cuba ante el acercamiento de las dos naciones, y subrayaron que es de “interés mutuo” que los dos países logren mirar hacia el futuro.
PASO A PASO
A pesar de ese entusiasmo, reconstruir los vínculos rotos por Washington hace 54 años, es un proceso complejo en el que ahora se da el segundo paso, con un antecedente sustantivo en los 18 meses de negociaciones secretas con la mediación de Canadá y el Papa Francisco, algunos de cuyos puntos no han salido a la luz pública.
Restablecer relaciones implica una negociación diplomática que conlleva la firma de un acuerdo, antes de la apertura de embajadas en ambas capitales y del intercambio de delegaciones de alto nivel.
Previo a esta segunda ronda del 27 de febrero, también Roberta Jacobson debió comparecer ante el Congreso de mayoría republicana. Sus declaraciones allí, bajo presión, parecen complacer a un sector ultraconservador pues, la diplomática se centró en “democracia, derechos humanos y cambio de régimen”.
Al propio tiempo saludó “el incansable trabajo” de los diplomáticos norteamericanos en La Habana “para promover los intereses de Estados Unidos en la isla con actividades como la promoción del respeto a la democracia y los derechos humanos, incluyendo la interacción con la sociedad civil de Cuba”, lo que obviamente no deja de ser una injerencia que confirma la sensatez y paciencia de Cuba.
OBSTÁCULOS AL RESTABLECIMIENTO DE RELACIONES DIPLOMÁTICAS
La parte cubana no ha dudado en establecer sus puntos de vista. Josefina Vidal en una entrevista a la televisión cubana explicó sobre el tema de la apertura de embajadas que "la Convención de Viena, que debe ser la base sobre la cual funcionen las nuevas embajadas, establece muy claramente que hay que respetar las leyes del Estado receptor"
Por otra parte, Vidal ha sostenido que, debido a que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos "han sido históricamente asimétricas, no se puede aplicar un enfoque de lo que se llama en diplomacia 'quid pro quo' ".
"Hay muchas más cosas que desmontar del lado de Estados Unidos que del lado de Cuba, porque en Cuba no tenemos sanciones contra empresas o ciudadanos norteamericanos, y tampoco tenemos un territorio ocupado en Estados Unidos que podamos cambiar por el territorio ocupado”.
AGENDA CUBANA A LA SEGUNDA RONDA
Estados Unidos deberá confirmar la exclusión de Cuba de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo Internacional y la solución de la situación bancaria que enfrenta la misión en Washington desde hace más de un año.
La delegación cubana insistirá, tal y como lo hizo en la primera ronda, en la observancia de los principios del derecho internacional y de las obligaciones emanadas de las convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y sobre Relaciones Consulares entre los estados, señaló el diplomático cubano Gustavo Machín, que estará en la cita de Washington este 27 de febrero.
En particular, apuntó, lo referido al comportamiento del personal diplomático de respeto a las leyes nacionales y a la no intervención en los asuntos internos de los Estados.
"Vamos a trasladar a la delegación norteamericana la importancia de iniciar esta nueva etapa de las relaciones bilaterales sobre bases sólidas y de respeto", reiteró.
ESCENARIO COMPLEJO PARA LA APERTURA DE EMBAJADAS
La reapertura de embajadas no sería un trámite tan complejo en sí mismo, contando ambos países con Oficinas de Intereses, pero el caso es que en este tiempo se han acumulado diferendos que demandan una solución previa, como los señalados.
Para cualquier analista que valore lo que se dice desde Washington, empezando por Barack Obama, comprueba que se mantienen los objetivos de la política de Estados Unidos hacia Cuba: cambian de métodos, pero no las metas, lo que en la práctica es un enfrentamiento de nuevo tipo.
¿Se puede convivir civilizadamente? El presidente cubano, Raúl Castro lo ha expresado: “EE. UU. y Cuba debemos aprender el arte de la convivencia civilizada basada en el respeto a las diferencias y la cooperación en temas de interés común”
Pero, “no se debe pretender que Cuba tenga que renunciar a sus ideales de independencia y justicia social”. “No vamos a ceder ni un milímetro en la defensa de la soberanía nacional y no aceptaremos ninguna presión de los EE. UU. en asuntos internos”.
De eso se trata y por tanto se vuelve complejo el escenario. Sin embargo, el nuevo reto también impone la creación de un nuevo paradigma que la diplomacia norteamericana tiene que demostrar que puede aceptar.
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