Y esto es así porque los responsables de los internos sigue siendo el estado a través de sus instituciones de control, Servicio Penitenciario, Juzgados de Ejecución, etc.
La obligación del S.P. es cuidar que no se produzcan éste tipo de hechos, no puede eludir la responsabilidad, (y mucho menos sorprenderse) aduciendo que en ese pabellón conviven internos con buena conducta y no es el tipo de lugar donde sí se dan esos hechos, aquí la realidad dice otra cosa, el viernes mataron a un interno y el sábado, otro "se" prendió fuego.
El día Jueves 17 de marzo los detenidos que integran Ciudad Interna, advertían en su blog sobre los traslados inconsultos que se estaban haciendo dentro de la unidad y las consecuencias que éstos podian traer .
Una vez más vemos como se juega con la vida y la muerte de quienes se encuentran privados de la libertad en las cárceles del país...
Mataron de un puntazo a un preso en Coronda y otro se quemó en su celda. (extracto de la noticia del diario La Capital - Rosario 20/03/2011)
Un interno de 37 años que estaba alojado en un pabellón de buena conducta de la cárcel de Coronda fue asesinado por sus pares de un puntazo en la axila izquierda, a la altura del corazón.
Ningún disturbio precedió al crimen de Jorge Luis Topo Suárez el viernes a la tarde: lo mataron en silencio, sin que los guardias advirtieran movimientos extraños. Los presos directamente acercaron el cuerpo a la reja en el momento en que llegaba un médico para revisar a otro interno con una dolencia.
Una día después del crimen intramuros, otro hecho trágico sacudió a ese pabellón de la Unidad
Penitenciaria Nº 1: un preso prendió fuego a un colchón cuando estaba encerrado en su celda y sufrió quemaduras en el 80% del cuerpo. Fue trasladado al Hospital Cullen de Santa Fé y quedó internado, muy grave.
Se ignoran los motivos de la protesta de este detenido, Pablo Larenti, de 26 años, aunque las autoridades del penal creen que podría tener conexión con el ataque del día anterior.
Todo empezó a las 18.30 del viernes en el pabellón 13 de la cárcel de Coronda, un sector para internos con buena conducta donde convivían unas 40 personas. Que el ataque se produjera allí, donde no se registraban problemas de convivencia o se resolvían con un simple pedido de traslado, sorprendió a Pablo Cococcioni, director de la cárcel, quien se hizo presente en el lugar de los hechos.
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