Pasaron 9 años de aquel 30 de diciembre que sacudiría a la Reina del Plata, con el saldo de 194 jóvenes que perdieron la vida por la corrupción y otras y otros tantos que no pudieron soportar ese dolor.
Todavía nos acordamos de Mariana Márquez, aquella madre que lo interpeló a un impávido Aníbal Ibarra durante aquella maratónica sesión en la Legislatura porteña.
Alguna vez hemos escrito que se tenían que deslindar las tres responsabilidades por lo sucedido: La administrativa, la penal y la política. La primera, no tuvo mayor resultado que un paulatino desmantelamiento de la Dirección General de Inspecciones, que fue considerada como un “focazo” de corrupción por el ex Jefe de Gobierno; la segunda, avanzó sobre algunos de los responsables directos e indirectos pero llamativamente se excluyó a Ibarra y la última fue parcial, apenas una destitución que le allanó el camino a Macri para llegar a Bolívar 1 mientras un prudente resguardo para el olvido, le permitió volver a la política al máximo responsable político de la Ciudad en aquel entonces.
Pero la lucha continúa. Los familiares y amigos de las víctimas junto a las y los sobrevivientes de la Masacre no olvidan, no perdonan y no se reconcilian. Y otra vez volvieron a la calle.
Les acercamos el documento que se leyó durante el acto conmemorativo:
A 9 años de Cromañón
Lucha que persiste - Memoria Viva
Ya son 9 años los que pasaron desde esa terrible noche del 30 de diciembre del 2004. Tiempo que fuimos transitando con sorpresas, injusticias, luchas, apoyos y logros.
Salimos a la calle para gritar nuestro dolor, pero fundamentalmente para exigir justicia. Y a la vez, mostrar la degradación que se evidenció en Cromañón, en cada situación de incumplimiento, corrupción, irresponsabilidad y desidia, codicia empresarial y complicidad estatal.
En el salir a la calle y en el impulso de la causa penal, nos abrazamos y caminamos juntos con víctimas de violencia institucional y policial, catástrofes anunciadas, gatillo fácil, trata de personas. Y nos acercamos a las organizaciones sociales que nos acompañan y consideran que CROMAÑON NOS PASO A TODOS.
Cromañón podría ser incluido en la larga lista de muertos producidos por la ampliación de las fronteras de la precariedad, con su trama oscura de complicidades, corrupciones e impunidad, estatal y privada. Sin embargo, a esto hay que añadir un segundo elemento que marca su carácter único y explosivo: la presencia de los jóvenes, como víctimas de esta maquinaria criminal. (1)
Existe un discurso impuesto tanto por la mayoría de los medios de comunicación, como por el Estado y sus instituciones, así como por los sectores minoritarios que toman las grandes decisiones. Este construye una imagen de los jóvenes en tanto grupo social sospechoso. Hacer del joven alguien sospechoso es impedir que sea socialmente apto para la participación, para la asunción de responsabilidades sociales y políticas; es hacer de la juventud un grupo social en el cual no se puede confiar, en quien no vale la pena creer.
Según estos discursos, ser joven hoy sería no tener proyecto de vida, no buscar otra cosa que “la joda”, “el reviente”. Para estos mismos discursos, los asesinados y sobrevivientes de Cromañón eran unos “descontrolados e inconscientes” que, de alguna manera, se la buscaron.
Este discurso que desconfía de los jóvenes, oculta la responsabilidad fundamentalmente estatal, en cuanto a salud, educación, cuidado. Y así, “da vuelta” la responsabilidad de los poderosos, para volcarla sobre la víctima.
Por el contrario, a 9 años, nosotros decimos: los jóvenes están en peligro!
Este 2013 fuimos sacudidos en abril por otro desastre que nos llenó de tristeza: las terribles inundaciones de la ciudad de Buenos Aires y La Plata. Desastre que aún está contabilizando fallecidos, siendo de 8 víctimas fatales en Buenos Aires y 78 en La Plata cifras provisorias, cuestionadas por todas las agrupaciones de damnificados y asambleas de vecinos, y por el propio juez interviniente.
En La Plata, se produjo la inundación más grande en su historia, que afectó al 34,7% de los hogares. Pero fue una calamidad anunciada, ya que hubo dos catástrofes similares de menor envergadura en fecha reciente: la de febrero de 2008, con saldo de un muerto y 90 mil afectados y la de 2002 con 70 mil personas evacuadas. En el ínterin, ¿qué obra pública fue realizada para evitar otra catástrofe? NINGUNA. Las responsabilidades son compartidas entre el gobierno nacional, el provincial y el municipal.
En este dolor abrazamos a los hermanos inundados y decimos que otra vez operó la lógica Cromañón de la precarización y falta de respeto por la vida. La misma del desastre del tren de Once y de las inundaciones anteriores de Santa Fe en el 2003.
La “lógica Cromañón” merece un amplio debate en la sociedad, empezando por la alta responsabilidad del Estado en su producción. La lógica Cromañón no se puede maquillar con discursos de culpabilización de las víctimas, absurdos cierres de centros culturales comunitarios ni con mayores poderes a una Agencia Gubernamental de Control creada por Macri para cuidar al propio gobierno de la Ciudad y no a sus habitantes.
La AGC creada en 2007 demostró su total ineficacia para prevenir muertes por derrumbes en obras en construcción, edificios y comercios socavados por la voracidad inmobiliaria así como en boliches sin controles. La lógica Cromañón no se resuelve con un número telefónico para denunciar la situación.
También en el transcurrir de este 2013, las víctimas de impunidad en democracia expresamos nuestro repudio a la reciente reforma del Código Civil, que recibió la primera aprobación (aunque no definitiva) de la Cámara de diputados con mayoría oficialista. El Código Civil tiene importancia en nuestra vida cotidiana. Regula nuestra vida de relación. Su modificación debe ser analizada y decidida a puertas abiertas, previa discusión de toda la sociedad y no a sus espaldas.
Este nuevo Código que se intenta imponer excluye de su ámbito al accionar del Estado y de sus funcionarios por su responsabilidad civil frente a terceros y a sus propios dependientes. Elimina así la aplicación de las disposiciones del Código Civil ante daños causados por la actividad estatal y la remite al derecho administrativo, con una ley especial.
Al colocar la responsabilidad civil del Estado fuera del código, esta ley genera más impunidad, planteando en la práctica una auto amnistía para los funcionarios estatales.
Como familiares y amigos, proponemos lo contrario: proponemos una mayor responsabilidad de los funcionarios en los crímenes cometidos desde el estado. Exigimos que los delitos cometidos por funcionarios públicos en ejercicio de su función, sean declarados imprescriptibles, así como lo fueron los de lesa humanidad. Así, los funcionarios se harían cargo de su responsabilidad y su rol social. Porque la corrupción mata, debe ser castigada y puede en parte prevenirse, con la fuerza de una ley de imprescriptibilidad. Apoyamos la campaña FUNCIONARIO HACETE CARGO e interpelaremos con esta idea a nuestros representantes en las Cámaras legislativas.
En enero pasado, también, revivimos el horror de Cromañón en Brasil: el incendio de la discoteca Kiss en Santa María que se llevó la vida de 239 jóvenes y muchísimos heridos. Así como estuvimos acompañando a las víctimas, hoy les decimos desde la distancia: estamos con ustedes. Ycuá Bolaños en Paraguay, Factory en Ecuador, Utopía en Perú, Divine en Chile, Kheyvis, Beara y Cromañón en Argentina, son todos eventos en que la corrupción, negligencia y desidia estatal-empresarial se llevaron la vida de cientos de chicos y chicas.
La lógica Cromañón opera continuamente y debemos combatirla.
Porque somos disidentes de la corrupción instalada y de la falta de respeto por la vida, seguimos movilizándonos a 9 años, denunciando incansablemente y con total independencia de cualquier instancia gubernamental.
En estos 9 años, hemos logrado junto a las organizaciones que nos acompañaron, mucho y poco: destituir a un Jefe de gobierno corrupto que mal desempeñó sus funciones, llevar a juicio penal a parte de los responsables de la masacre, lograr condenas de cumplimiento efectivo, e instalar en la sociedad la idea de que no podemos naturalizar la muerte joven. Es mucho y es poco, frente a la pérdida irreparable de 194 vidas y el sufrimiento de miles de sobrevivientes que siguen soñando esa noche en pesadillas.
En estos 9 años, “desde dentro del corazón también experimentamos la tentación de la fatiga, del escepticismo del “nada va a cambiar”, o del “no podemos remar contra la corriente”, la decepción, la postración. (2). Sin embargo, desde la memoria de nuestros pibes y los imperativos del momento, no podemos bajar los brazos.
Porque frente al discurso de los “derechos humanos” cada vez más poco creíble con el nombramiento del cuestionado Milani y otros gestos, vemos que persiste la impunidad en democracia.
Porque queremos seguir acompañando y encontrándonos con las luchas de los familiares de Luciano Arruga, del cual en enero se cumplirá otro aniversario de su desaparición; porque saludamos los éxitos de la lucha tenaz en Tucumán por el esclarecimiento de la muerte de Paulina Lebbos; porque queremos estar presentes el 22 de febrero junto a nuestros hermanos de la tragedia de Once, porque queremos abrazar a los hermanos inundados el próximo 2 de abril
Desde el amor recordamos cada día a nuestros chicos, muchos de los cuales murieron por entrar a salvar a sus amigos y también a desconocidos. Desde el amor abrazamos a nuestros sobrevivientes que intentan día a día reconstruir sus vidas.
SOLO EN LA LUCHA SE CONSTRUYE LA ESPERANZA
JUICIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES de asesinatos y crímenes sociales
NO AL OLVIDO
BASTA DE IMPUNIDAD
LOS PIBES DE CROMAÑON PRESENTES
Notas:
(1) documento de Plataforma 12
(2) Homilía de Monseñor Jorge Lozano en 2012
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