Por Luis Ernesto Ruiz Martínez.
Lo que estamos viendo en Gaza no tiene nada que ver con la prolífera imaginación de los chicos de Hollywood. Mientras muchos intentan correr cortinas de humo con temas banales y poco trascendentes, más de medio millar de seres humanos (no importan sus creencias religiosas o zonas de residencias) son asesinados a manos del ejército de Israel. A tantos niños, ancianos, mujeres y hombres es imposible darles la espalda.
La comunidad internacional, como afirmó en el Consejo de Seguridad de la ONU el representante de Bolivia, les está fallando. La complicidad de los poderosos es vergonzosa. Los “socios” de Benjamin Netanyahu le ríen sus gracias y hasta lo justifican. Obama y sus súbditos no desaprovechan ni un segundo de transmisión para mostrar lo razonable de la actuación de sus halcones israelíes. El colmo es que hasta el propio Secretario General de la ONU viaja a Israel con el “engañoso” objetivo de dialogar con el culpable del genocidio y le acepta las justificaciones para tantas muertes.
No tengo la menor duda de que este episodio pasará a la historia como la mayor desvergüenza para la Comunidad Internacional. No bastaron los años de ataques, robos, saqueos, asesinatos y exterminio de la población radicada en la Franja de Gaza. No fue suficiente la extensión indiscriminada e injustificada de los asentamientos israelíes pese a las denuncias internacionales. Las informaciones son verdaderamente dolorosas y las imágenes desgarradoras.
Hoy leía un artículo de Raúl Pineda publicado por TeleSUR en el que afirmaba: “Más del 70% de sus habitantes son refugiados desde hace tres generaciones, producto del desplazamiento de cerca de 700 mil palestinos desde el inicio de la primera guerra árabe-israelí en 1948, al proclamarse el Estado de Israel. 170 mil palestinos abandonaron sus casas, según la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en decenas de barrios de Gaza reducidos a escombros, los niños mueren aferrados a un trozo de alimento, cuyo ingreso -igual que el agua y la electricidad- está restringido por Israel. ¿Cuántos muertos más hacen falta para articular una acción multilateral que ponga fin a este terrible conflicto militar y humanitario?”
Al parecer la única salida para el principal aliado de Estados Unidos en la región es eliminar definitivamente todo lo que respire en Gaza. Ya no se trata de reclamar los derechos que tienen los habitantes de esa sufrida tierra, ahora lo que debía preocuparnos es que logren sobrevivir esos humanos.
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