Por Iroel Sánchez
Poco se ha hablado sobre la solicitud del gobierno cubano al Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, de circular como documentos oficiales las denuncias del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) sobre los planes subversivos de Estados Unidos a través de su Agencia para la Ayuda al Desarrollo Internacional (USAID).
Esta decisión va en línea con las opiniones que varios analistas, congresistas y políticos estadounidenses dieron a conocer desde que se revelaran por la agencia de noticias AP las acciones de USAID para estimular el “cambio de régimen” en Cuba. Tanto el proyecto de mensajería electrónica ZunZuneo -revelado a inicios del pasado abril- como el relacionado con el envío de emisarios latinoamericanos para organizar jóvenes cubanos con vistas a una rebelión política, ambos ejecutados por USAID, llevaron a varias personalidades norteamericanas a alertar sobre el daño que estas acciones hacen a la imagen de los programas que esta organización ejecuta en otros lugares del mundo.
El senador demócrata Patrick Leahy, titular del Sub Comité de Asignaciones del Senado dijo que el programa dado a conocer por AP “empaña la larga trayectoria de la USAID como un líder en la salud global” y la representante demócrata Bárbara Lee afirmó: “Este engaño flagrante socava la credibilidad de Estados Unidos en el extranjero y pone en peligro los programas de salud pública respaldados por el gobierno”. Por su parte, el senador republicano Jeff Flake calificó de “sencillamente equivocado” el programa de USAID e ironizó: “estos programas necesitan desesperadamente la supervisión de un adulto”.
Que Cuba y los países del ALBA -muchos de ellos también víctimas de acciones injerencistas de la USAID- pretendan alertar a la comunidad internacional sobre la naturaleza de la actuación de esa agencia es una obligación ética ante lo que puede estar sucediendo en otras naciones pero además da un golpe a EE. UU. en sinergia con las discusiones que han provocado las revelaciones de AP al interior de la sociedad estadounidense.
Con la revelación sobre los jóvenes viajeros la idea -difundida alrededor de ZunZuneo- de que estos programas venían de la era de George W. Bush y siguieron inercialmente su curso cae a tierra. Las actividades relacionadas con las últimas revelaciones de AP se iniciaron a fines de 2009, en plena administración Obama, y un reportaje de este viernes (22/08) en la televisión cubana probó la presencia en Cuba de uno de los contratistas de USAID en fecha tan cercana como el 5 de julio. El emisario estaba cumpliendo con el “cambio” orientado por USAID y mencionado por AP en su reportaje de investigación: entregando “dinero en efectivo para financiar las actividades de reclutamiento”, tal y como describe la agencia de prensa.
A esto se suma el hecho de que las mismas organizaciones que envían “jóvenes viajeros” de USAID a Cuba han estado sacando “disidentes” y “periodistas independientes” de la Isla para entrenarlos en el exterior, como ocurrió la pasada semana en el Insituto Político para la Libertad de Perú en una acción que según la investigación de AP implica “ayudarles a conseguirles visas de salida y capacitarlos fuera”.
EE. UU. y sus contratistas en otros países continuaron adelante con estas acciones a pesar de que en noviembre pasado se supo -según divulgó El Nuevo Herald en artículo titulado “Error revela planes de Washington para Cuba“- que USAID avisó a solicitantes de $ 6 millones para programas contra el gobierno cubano “como parte de una campaña semiclandestina para derribar al régimen comunista” que “sus solicitudes habían sido enviadas a diplomáticos estadounidenses en La Habana para ser revisadas a través de una línea no protegida, en lugar de una línea codificada como de costumbre” lo que ponía en riesgo de que las autoridades cubanas tuvieran conocimiento de las mismas.
Según El Herald la solicitud de USAID para la propuesta SOL-OAA-13-000110, “hecha pública el 10 de julio de 2013, ofreció un total de total de $6 millones por tres años, divididos en al menos dos subvenciones de no más de $3 millones y no menos de $1 millón.”. El objetivo: “fortalecer la capacidad humana en la isla por medio de brindar oportunidades a los líderes de sociedad civil para viajar fuera de Cuba con objeto de aprender habilidades técnicas y recibir experiencia en una serie de campos importantes para el desarrollo de la democracia y la sociedad civil”. Lo que prueba las denuncias del gobierno cubano de que los llamados disidentes son entrenados por el gobierno de EE. UU.
O sea, que el virus USAID está vivo y actuante ahora mismo en quién sabe cuántos países y que lejos de “líder en la salud global”, USAID es conocido en muchos lugares por ser el Papá Noel en despilfarrar el dinero, que los contribuyentes estadounidenses creen va como ayuda al desarrollo de los países pobres, en la subversion contra Cuba. (Publicado en CubAhora)
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