Por el Lic. Héctor GIULIANO
La denuncia del fiscal Nisman y las extrañas circunstancias de su muerte ocurren en un momento particularmente delicado para la supervivencia financiera y política del gobierno Kirchner.
El acoso de los Fondos Buitre (FB) por la cuestión de los holdouts combinado con la nueva ofensiva -interna e internacional- en contra del Memorándum de Entendimiento (ME) con Irán, pone en juego no sólo el resultado de la política de endeudamiento K sino también el uso de la causa AMIA como casus belli contra el Estado Iraní.
El presente trabajo sólo pretende aportar algunos elementos de juicio sobre el tema en base del análisis de correlaciones significativas entre hechos, fechas y actores comunes que participan, directa o indirectamente, en lo que está sucediendo.
I. ESTRATEGIA DE LOS FB.
Nadie conoce, en realidad, qué son, qué persiguen y cómo se mueven en profundidad los FB pero constituye cuando menos una ingenuidad o un reduccionismo creer que los mueve exclusivamente un fin de lucro o de codicia extrema.
El dinero es poder y ese poder se ejerce no solamente en su campo específico económico-financiero sino que su alcance total.
Lo hemos dicho mil veces: el que no entiende el problema de la deuda, en el fondo, no entiende de finanzas, de economía y de política.
La ratificación definitiva del fallo Griesa a mediados del año pasado representó un golpe demoledor para las expectativas de la administración CFK de poder seguir ganando tiempo y transferir con ello el grueso del problema del endeudamiento al próximo gobierno.
Pero paralelamente a la batalla legal, los FB -con el fortísimo poder de lobby cuya cabeza visible es Paul Singer- desarrollaban una peligrosa escalada de agresión contra el gobierno Kirchner que reconoce algunos hitos relevantes:
a) El incidente por el pedido de embargo de NML - Elliot contra la fragata Libertad en Ghana (Octubre-Diciembre de 2012), que se produce poco después de la denuncia del periodista Eliaschev (del 26/03/11) sobre la entrevista de los cancilleres Timerman y Salehi de Aleppo (Siria) en Enero de 2011 y que el gobierno no había dado a publicidad.
b) Las denuncias públicas de ATFA (Rabben - Shapiro - Sodergerg) desde mediados del 2013 -financiadas por Singer- contra el gobierno argentino por el ME con Irán sobre la causa AMIA, que fuera firmado en Enero de ese año e inmediatamente cuestionado por las entidades judías de la Argentina.
c) La serie de denuncias de NML - Elliot en los tribunales estadounidenses durante el 2014 -específicamente, en el Estado de Nevada- sobre la llamada “ruta del dinero K” en función de la causa Discovery, derivada de la principal por el Pari Passu.
d) Las crecientes presiones contra la Argentina en el Congreso de los Estados Unidos por parte del lobby israelí -también financiado fuertemente por Singer- y sobre el gobierno Obama, cuyos nexos formales más directos pasan hoy por el Secretario del Tesoro Jacob Lew, la Secretaria de Estado para Asuntos Latinoamericanos Roberta Jacobson y el nuevo embajador en nuestro país Noah Mamet.
e) La influencia del lobby AIPAC (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos - Israel), que es particularmente fuerte en el Partido Republicano (PR) -del que Singer es importante contribuyente- y su relación directa con toda una serie de legisladores, entre los cuales Ileana Ros-Lehtinen, activista contraria a la Argentina tanto por la cuestión de los holdouts como por la causa AMIA y el ME con Irán, siendo además que esta congresista estaba a la vez en estrecha comunicación con el fiscal Nisman.
Singer, en especial, es uno de los principales contribuyentes a las actividades y campañas políticas de los senadores Marco Rubio -precandidato a la presidencia por el PR- y Robert Menéndez -también PR y socio, a su vez, del Estudio Lowenstein Sandler, vinculado a la defensa de FB- así como a los movimientos de Ros-Lehtinen.
En un intento de intervenir ahora en el caso Nisman, Rubio, Ros-Lehtinen y otros legisladores norteamericanos están pidiendo la creación de una comisión investigadora internacional para esclarecer la muerte del fiscal en la Argentina.
Se trata -en todos los casos citados- de hechos públicos y notorios, no de conjeturas, por lo que la relación entre el lobby judío norteamericano y el FB Singer no constituye una suposición sino un hecho concreto y directo.
Por otro lado, las instancias legales del fallo del juez Griesa han venido avanzando de manera gradual pero firme.
El cerco jurídico y financiero entre la justicia norteamericana y los FB en función de la sentencia Griesa en la causa de los holdouts iba cerrándose cada vez más a medida que el juez, su mediador Pollack (un hombre íntimamente ligado al sector financiero bancario) y el fondo Singer fueron cortando cada vez más las vías de escape y/o dilación del gobierno CFK dentro de su encuadramiento por desacato:
- Mantenimiento del bloqueo de fondos para el pago a los bonistas que entraron en el Megacanje 2005 - 2010, dentro y fuera de los Estados Unidos.
- Alternativa de cobro en bonos y no en efectivo, como era la esencia del reclamo original de los FB.
- Alternativa de tercerización de las obligaciones o variante Gramercy -compra de derechos de la sentencia por un tercero para canjearla por títulos argentinos- cosa que está en curso a través de FB “amigos” (caso Soros y Loeb).
- Ampliación de las negociaciones con el gobierno argentino al resto de los holdouts, en el marco de la mediación Pollack, lo que ampliaría así el alcance de su gestión convirtiéndolo en árbitro de una nueva reestructuración de títulos públicos dada la nueva crisis de deuda que existe, que el fallo Griesa precipita y que la administración Kirchner no quiere reconocer.
Frente a esta encerrona legal y financiera, el gobierno CFK fue agotando las posibilidades de su enorme Deuda intra-Estado, que conlleva la descapitalización del Banco Central (BCRA), el desfinanciamiento del sistema previsional y un mayúsculo desvío de fondos de los organismos nacionales de sus fines específicos para poder pagar los servicios de la deuda con terceros (empezando por los préstamos del BNA - Banco Nación, que como los del BCRA se utilizan mayoritariamente para sostener el sistema de la Deuda Perpetua de la Argentina).
Ante tal panorama y bajo su política de vuelta al mercado internacional de capitales en función de la Hoja de Ruta Boudou -cuyo paso previo ya se había cumplido con el acuerdo del Club de París- el problema con los FB devino más grave para la administración Kirchner porque la mantiene expuesta al juego extorsivo de la banca internacional que, mientras no se solucione el tema holdouts, le exige mayores tasas de interés para seguir refinanciando constantemente toda la deuda que vence por capital y la toma de deudas adicionales, después de haber traspasado la mayor parte de las obligaciones impagables al propio Estado.
Es decir, que después de haber convertido deuda externa con terceros en deuda interna con el propio sector público (una deuda que -repetimos- el Tesoro no puede pagar), ahora llegaba el momento de volver a colocar nueva deuda en el exterior.
El grave cuadro de situación ya estaba así planteado y las exigencias para retomar las negociaciones con los FB por el fallo Griesa a través de la mediación Pollack con los holdouts era el primer paso para destrabar la Hoja de Ruta Boudou.
Como se lo venían advirtiendo a coro los FB y los voceros locales del establishment, con el 2014 a la administración K se le terminaba su argumento de la cláusula RUFO para no negociar la forma de pago de la sentencia Griesa.
Pero ello conlleva además el problema de la avalancha cierta del resto de los holdouts y no libra a la Argentina de eventuales reclamos de los bonistas que entraron en el Megacanje Kirchner - Lavagna (los Holdin), por lo que la administración CFK quedaría comprometida más que nunca a blanquear un sustancial aumento de la Deuda Externa, a desmentir su política de “des-endeudamiento” y a llegar a alguna forma de acuerdo interno con la oposición política -que se supone va a sucederla en las responsabilidades de pago- frente a esa nueva ola de endeudamiento.
El giro político de la presidenta hacia China y otros países o actores en el mundo distintos al área del dólar -tema al que nos referiremos en el punto II- y su aparente reticencia en volver a la mediación Pollack no sólo levantaron las sospechas y las recriminaciones del caso contra el gobierno argentino sino que además habrían disparado nuevas formas de agresión, orientadas a desestabilizar el frente interno o nacional del gobierno K.
En estas condiciones, en la medida que la Argentina no volviera a la mesa de mediación, era esperable que los FB lanzaran otra ofensiva contra el gobierno, aunque lógicamente no podía saberse cómo, cuándo, quién y por dónde vendría el ataque.
En este contexto es que se produce la denuncia de Nisman contra el gobierno CFK por supuesto encubrimiento en la causa AMIA a través del convenio con Irán, una denuncia no basada en pruebas sino en escuchas telefónicas indirectas pero que tendría un indudable y temible efecto político.
El por qué Nisman eligió este momento para presentar su denuncia es un tema clave que, por el momento, no tiene respuesta. Aunque la fecha es significativa, ya que se producía pocos días antes de un viaje muy importante de la presidenta a China.
II. CRISIS DE LOS HOLDOUTS.
El rechazo de la apelación argentina contra la sentencia Griesa por la Corte Suprema de los Estados Unidos (EE. UU.) en junio del año pasado cayó como un “balde de agua fría” sobre la administración CFK, que esperaba la benevolencia del alto tribunal, y desubicó sus esfuerzos por diferir el problema de los holdouts a costa de toda una serie de concesiones que estuvo realizando durante el primer semestre del 2014: a) pago con bonos de los laudos del CIADI, b) medidas preliminares de ajuste financiero-fiscal (devaluación del peso y aumento de las tasas de interés con posterior retraso cambiario), c) altísimas ganancias por tenencia de los Bancos, d) pago con bonos a Repsol por YPF, e) colocación de deuda interna en pesos con inversores privados (nuevos Bonar), f) arreglo con el Club de París, g) pago a ultranza de servicios de la deuda (intereses Boden 2015 y uso del FDA para pago de deuda externa con reservas del BCRA), h) nueva deuda dólar linked (por Bonad), i) nuevos programas de crédito bajo el esquema de Asistencia trienal al País con el BID y con el Banco Mundial, j) paralelo incremento de préstamos de la CAF, k) posterior presentación ante Naciones Unidas de la propuesta de Convención Multilateral para re-estructuración de Deuda Soberana, l) sucesivas prórrogas del blanqueo de capitales en moneda extranjera (CEDIN / BAADE) y m) aumento sustancial de la deuda cuasi-fiscal del BCRA por Lebac / Nobac y por otros pasivos (swap con China, préstamos del Banco de Francia y del BIS de Basilea).
Después de todo este escrupuloso “cumplimiento de deberes” en materia de endeudamiento, empero, el gobierno CFK queda burlado y gravemente descolocado con el rechazo de su apelación del fallo Griesa ante la Corte Suprema Norteamericana, en medio de la nueva Crisis de Deuda que le toca afrontar -por insolvencia y por iliquidez- y que lo tiene completamente dependiente de la refinanciación perpetua de los vencimientos a costa de nuevas deudas.
Por eso la presidenta, que había pedido la “iluminación de Dios” a los jueces de la Corte estadounidense y que compartía optimistas expectativas de Mercado sobre los bonos argentinos, reacciona con enojo y recriminaciones, protesta en su condición de “pagadora serial” y -como mezcla de impulsividad femenina y despecho- acelera un giro hacia China, que ya venía desarrollándose hace tiempo, y hacia otros países de la escena internacional.
Es el caso del bloque BRICS, donde además de las relaciones con China se refuerzan los vínculos con la Rusia del presidente Putin, el caso del gobierno Hollande de Francia -nexo clave con el Club de París y cuyo actual Ministro de Finanzas, Emmanuel Macron proviene de la Banca Rothschild- el de los tradicionales lazos con Iberoamérica y también el de un acercamiento a los países musulmanes con el apoyo al Estado Palestino en la ONU.
El capítulo chino tiene particular relevancia desde el punto de vista financiero porque el gobierno de Pekín pasa así a ser el principal sostén de financiamiento externo de la Argentina: swap de monedas, préstamos para las represas de Santa Cruz y otras obras públicas o de infraestructura, incremento del comercio bilateral (con un importante aumento de las compras argentinas) y mayores inversiones chinas en nuestro país.
Ello, en medio de un confuso panorama internacional signado por la persistencia de una crisis financiera global que no ha terminado, la recesión europea, la caída del precio del petróleo y de los commodities agrícolas, la existencia de bajas tasas mundiales de interés pero con expectativas de aumento, la lucha por el posicionamiento de las inversiones extranjeras directas, etc.
Todo esto, sin embargo, es parte de una cuestión mucho mayor -que excede el alcance de esta nota y la competencia de su autor- pero que está estrechamente relacionada con el rol del dólar en el mundo como moneda hegemónica y su consiguiente relación con el sistema de precios relativos de las materias primas.
Es un tema que obviamente escapa al objeto de este trabajo pero que tiene tres datos importantes en lo que toca a la crisis de deuda de la Argentina y su relación con el caso Irán - AMIA:
1 - En setiembre pasado el presidente Obama descomprime públicamente las tensiones con Irán a través de una comunicación telefónica con su par Rouhaní y una de las bases de esta mejora de relaciones es el aflojamiento de las acusaciones sobre el programa nuclear a cambio de la aparente cancelación del proyecto de creación de la bolsa petrolera iraní en la Isla de Kish -zona de libre comercio (ZLC) situada en el Golfo Pérsico, cerca del Estrecho de Ormuz- que venía siendo planeada por el anterior gobierno Ahmadineyad y contemplaba la apertura de un nuevo mercado de crudo con cotización en divisas diferentes al dólar (básicamente el euro y eventualmente también el yuan). Esto desactivaba el interés norteamericano de sostener las acusaciones sin pruebas de la causa AMIA como pretexto para una agresión contra Irán.
2 - Este cambio de posición del gobierno Obama provoca una particular irritación en el “partido de la guerra” norteamericano - israelí, es decir, dentro de la línea política dura que tanto en Estados Unidos como en Israel propugna una “solución militar” de los problemas geopolíticos y financieros en el Mundo. Y varios de los actores de esta tesitura de confrontación y escalada de conflictos tienen puntos comunes y directos con la causa AMIA: caso Singer - ATFA, Ros-Lehtinen y “halcones” del PR, Lobby AIPAC y gobierno Netanyahu en Israel (en ríspida campaña electoral).
3 - Tan delicado reacomodamiento de posiciones internacionales tiene una relación vinculante con la cuestión de las deudas como instrumento de dominio, esto es, con las relaciones entre tipos de cambio y tasas de interés que determinan las reglas de endeudamiento externo de países y empresas según jurisdicciones legales, ya que la competencia entre los mercados de dinero ha llegado hoy a niveles de corrupción y ferocidad nunca vistos en la historia del mundo. Y dentro de este esquema es que le toca al gobierno CFK “volver al mercado de capitales”.
Este último punto tiene particular relevancia para la Argentina porque lo que está en juego aquí no es sólo la continuidad del endeudamiento ni la asunción de nuevas deudas sino el tipo de moneda y la o las plazas en que esas deudas van a ser recolocadas.
Como lo advirtiera en su momento la propia administración Obama a la Cámara de Apelaciones de Nueva York en los juicios de los FB contra la Argentina -con la presentación del Secretario del Tesoro Jack Lew a título de Amicus Curiae- lo que está en juego para los intereses financieros norteamericanos es la confiabilidad jurídica de la plaza de Nueva York como principal mercado de bonos de los países emergentes y las sentencias que, como el fallo Griesa, entorpecen las reestructuraciones de deuda soberana pueden poner en peligro la primacía de Wall Street frente a otros mercados, principalmente europeos y asiáticos.
Este problema tiene relación directa con la Argentina como caso testigo porque el giro de la presidenta -derivado de la crisis de los holdouts- tiende a orientar el nuevo endeudamiento externo público del país hacia mercados de capitales fuera de los Estados Unidos: préstamos financieros (swap) y económicos (represas, obras públicas y comercio) de China (que a través del Estatuto de Hong Kong opera prevalentemente en el ámbito financiero mundial de la Banca de Inglaterra), versiones crecientes de colocación de nueva deuda externa argentina en Londres (obviamente con jurisdicción de los tribunales ingleses) y arbitrajes en la Corte Internacional de París, reclamos de los inversores europeos que entraron en el canje (holdin, con George Soros a la cabeza) contra el bloqueo de pagos dictado por el juez Griesa contra los giros del BoNY a Londres, etc.
Por ende, el gobierno K, en medio de la nueva crisis de deuda derivada del fracaso del Megacanje Kirchner - Lavagna de 2005 - 2010 y frente a sus dificultades para volver al mercado mundial de capitales debido a la cuestión de los holdouts, no sólo se encuentra metido hoy en un dilema de endeudamiento o no endeudamiento sino de dónde y en qué plaza o moneda endeudarse colocar nueva deuda.
Y es en este contexto interno e internacional que se produce la denuncia de Nisman por el caso Irán - AMIA.
III. DENUNCIA NISMAN.
El sesgo trágico de la muerte del fiscal Nisman ha desplazado el foco de la atención acerca de su gravísima denuncia sin pruebas contra el gobierno K en el marco de la seria coyuntura internacional a la que se ha hecho referencia y, a la vez, en el contexto de la grave crisis de deuda local que amenaza la estabilidad financiera y política de la administración K.
El efecto de una denuncia de este tipo, hecha en el comienzo de un año electoral y en momentos en que tanto FB externos como portavoces locales del establishment están presionando la retoma de la mediación Pollack con el argumento del vencimiento de la cláusula RUFO, pudiera ser catastrófico para el gobierno K, provocar una crisis política e incluso llevar a un adelantamiento de las elecciones.
Cualquiera sea el motivo de su presentación -jugada personal ante su posible remoción y/o maniobra inducida por terceros- lo cierto es que deviene imposible aceptar que Nisman actuara sólo dado las consecuencias políticas internas e internacionales de su actitud.
Para esas cosas nunca se actúa sólo: es forzoso o necesario aceptar que Nisman actuó o fue usado como golpe de ariete o punta de lanza de una maniobra cuyo alcance excede la idea de una impulsiva decisión personal.
Es por este motivo que el “caso o episodio Nisman” da lugar a las sospechas de un “complot o conspiración Nisman” (aclarando que la palabra “conspiración” significa “unirse contra un superior”).
El presente análisis, en este punto, no pretende indagar ni suponer cosas o sucesos -ello, como ya hemos dicho, excede totalmente la capacidad del autor y no constituye el objeto de esta nota- aunque sí identificar y dejar observados algunos puntos de los hechos hasta ahora conocidos que estén o pueden estar vinculados al cuadro de situación expuesto en los dos acápites anteriores.
LA DENUNCIA DE NISMAN.
La esencia de la denuncia del fiscal contra el gobierno CFK por encubrimiento de la llamada pista iraní, dentro de la causa AMIA, es que el ME de Enero de 2013 se habría pactado para exculpar a los funcionarios involucrados a cambio de acuerdos comerciales entre los dos Estados.
La endeblez de una denuncia de este tipo, realizada sin pruebas sino sobre la base de escuchas telefónicas indirectas e ilegales quitaba -en principio- fundamento a su presentación y exponía a Nisman no sólo a papelones públicos sino a graves responsabilidades como funcionario del Estado.
Inmediatamente después de presentada tal denuncia, la misma fue desarticulada por desmentidas importantes:
- El canciller Timerman demostró que el gobierno no solicitó el retiro de las circulares rojas contra los funcionarios iraníes ante Interpol.
- El ex titular de dicho organismo, Robert Noble, ratificó lo dicho por el ministro argentino.
- El juez Canicoba Corral desautorizó las investigaciones que estaba realizando Nisman declarando que las mismas no habían sido ordenadas por él, que el fiscal se había extralimitado en sus interferencias telefónicas y que no le había informado sobre la maniobra no autorizada que estuvo llevando a cabo con su gente.
Esto último, junto con el hecho cierto que el fiscal -y parte de su equipo- habían estado espiando al propio gobierno descolocaba muy seriamente a Nisman, de quien ya se sabía probadamente su relación directa con el ex hombre fuerte de la SI Stiusso y de la coordinación de sus acciones al frente de la Unidad Fiscal AMIA (UFI AMIA) con el gobierno norteamericano a través de su embajada en Buenos Aires (por los cables de WikiLeaks).
Las actividades de Nisman, tanto en el país como en el exterior, sus vinculaciones personales directas con entidades judías locales comprometidas en la causa y con entes judíos del extranjero, sus contactos con personalidades directrices de la campaña anti - K en los Estados Unidos que están simultáneamente ligadas a intereses de los FB (como los casos citados de la legisladora Ros-Lehtinen y de los senadores Rubio y Menéndez) y sus viajes informativos ante los gobiernos de Estados Unidos e Israel eran públicos y notorios, respaldados incluso con promoción mediática.
Por ende, no cabe duda que el fiscal actuaba en un plano superior e independiente del gobierno nacional en relación a la causa AMIA, que coordinaba sus movimientos en relación con personas, entidades y/o autoridades que influían sobre el curso de la misma y que su denuncia contra la presidenta y sus colaboradores superiores tenía más carácter político que legal.
Frente a este nivel de contactos del encargado de la causa resulta burlesco hablar de “diplomacia paralela” para referirse a personas como D´Elia, Esteche o Khalil.
La explicación más plausible o coherente, en este caso, es que fuese Nisman quien realmente practicase o formase parte de una verdadera “diplomacia paralela”, mucho más importante y poderosa.
Y por lo menos esto fue así hasta que en diciembre pasado el grupo Stiusso fue desplazado de la SI, aparentemente con el avance del general Milani y la Inteligencia del Ejército Argentino sobre el organismo de espionaje.
En ese momento, el tándem Stiusso - Nisman habría quedado cortado, la posición del fiscal devino gravemente debilitada y con ello afloraba el cuestionamiento por su actitud diversiva al haber mantenido a rajatabla durante los 10 años de su gestión una falsa “pista iraní” que se revelaba insostenible.
En este contexto, el previsible derrumbe de su denuncia contra la presidenta CFK, el riesgo cierto de su desacreditación personal y el probable fin de su carrera profesional y política pueden explicar una decisión de suicidio, aunque las circunstancias del mismo son extrañas: nadie vuelve abruptamente de vacaciones para presentar una sorpresiva denuncia judicial sin pruebas en plena feria de enero y luego se mata.
Está dentro de la lógica sospechar que algún cambio muy importante se produjo poco antes de su muerte y que ello explicaría el suicidio (propio o inducido) de Nisman.
Sería un “clásico” de los casos de escándalo político que devienen bloqueados por “corte de cadena” con la muerte de su protagonista central o de un testigo clave, a quien la red a la cual pertenecía termina “soltándole la mano”, requiriéndole que ponga fin a su vida para evitar males mayores o directamente liquidándolo en forma sofisticada.
Pero eso corresponde más a lo conjetural que a los hechos conocidos a través de las investigaciones en curso.
LA RED NISMAN.
El fiscal Nisman no actuaba sólo: aparte de unos 40 funcionarios que se desempeñaban a sus órdenes en la UFI AMIA (personas en su mayoría altamente remuneradas) se investiga ahora qué otras personas y para qué tipo de funciones trabajaban bajo su mando (caso Lagomarsino o Rabinovich) e incluso con qué contactos externos se manejaba (como el caso Pachter, del Buenos Aires Herald, o el periodista Pérez Izquierdo, de Infobae, que recibían información confidencial suya que no ha sido revelada).
Pero la red de contactos que se da en estos casos es imposible armarla desde afuera de la investigación y no constituye tampoco el objeto de esta nota. Lo único cierto es que los colaboradores y los contactos de Nisman demuestran que su gente -o la red de personas de las que él formaba parte- excedían el rol y tareas específicas que le estaban asignadas y que formaban parte de una red de espionaje interno dentro del Estado.
Las irregularidades mayúsculas de la causa AMIA ya han sido claramente demostradas por el Dr. Labaké -en su libro y en sus entrevistas televisivas o radiales- por los numerosos trabajos del Ing. Petrosino al respecto y por otros investigadores que han analizado el caso, desde Lanata y Levinas hasta Llorens y Salbuchi, pasando por toda una lista de investigadores y periodistas que hurgaron al respecto.
El autor de este trabajo no entra aquí en el contenido de tales investigaciones sino que se limita a constatar las únicas conclusiones primarias y subyacentes que surgen probadamente de todo esto:
- Desde el primer momento -lo mismo que en la voladura de la Embajada de Israel- la causa AMIA estuvo manipulada en la forma más escandalosa que se conozca, empezando por la falta de pruebas sobre la existencia de un coche-bomba y la inculpación de personas inocentes ante la justicia.
- La falta de avance de las investigaciones se debe a la colusión o complicidad entre los gobiernos de turno -desde 1994 hasta la fecha- las principales entidades de la colectividad judía en la Argentina y la interferencia abierta de países (caso Estados Unidos e Israel) y organismos de inteligencia extranjeros en nuestro país (caso CIA y Mossad).
- El fiscal Nisman era parte de este mecanismo de encubrimiento de la verdad, de desvío del eje de las investigaciones de la causa y del uso político de la misma.
La muerte del fiscal lo sustrajo a las aclaraciones del caso pero el hecho que el ex agente Stiusso no haya sido todavía citado a declarar en las averiguaciones en curso sobre la muerte de Nisman es una muy mala señal sobre este asunto.
LOS CONTACTOS EXTERNOS.
A los actores externos que operan en común en torno a la causa AMIA ya nos hemos referido en el punto I. Aquí sólo cabe aportar algunos elementos complementarios a dichas conexiones.
Acusar al gobierno Kirchner de un entendimiento con Irán para encubrir el atentado a la AMIA constituye, prima facie, un despropósito.
Desde la apoyatura y buenas relaciones de la administración K con grupos importantes ligados a la colectividad judía en la Argentina -caso grupos Sielecki, Werthein, Elsztain o Esquenazi, por citar los más relevantes- hasta la presencia de ministros clave pertenecientes a esa confesión en el seno del gobierno -caso Timerman o Kicillof, y la propia rama materna de la presidenta- hacen impensable una complicidad por encubrimiento de este tipo al máximo nivel de la administración K.
En el plano internacional -y específicamente en los Estados Unidos- la proximidad a la presidenta de Susan Segal, titular del Consejo de las Américas (grupo Rockefeller) o de Jack Rosen (actual presidente del Congreso Judío Mundial), entre otros, producto de contactos tejidos por el canciller Timerman cuando era embajador en Washington, tampoco presagiarían un distanciamiento ni una ruptura con representantes de peso de dicha comunidad.
La denuncia de Nisman, tan falta de pruebas como irrealista, seguramente va a ser desestimada completamente también por esta falencia de percepción política.
Pero queda claro, en cambio, que existe una seria división interna dentro de la colectividad judía con respecto a la investigación y al uso de la causa AMIA; y esto tiene repercusiones locales e internacionales de importancia.
La obstinada campaña anti - K de los FB ha sido particularmente agresiva e identificable en los Estados Unidos y ha estado a cargo de actores comunes que se mueven tanto en la cuestión de los holdouts como en la causa AMIA: fundamentalmente la línea dura del PR y el lobby israelí - norteamericano (ámbitos donde se mueve, por igual, el grupo de presión vinculado a los intereses de Paul Singer.
La tarea, en este sentido, ha sido y sigue siendo común: Deuda Externa y causa AMIA.
- Por un lado, el hostigamiento constante para forzar un acuerdo con los FB que reviste, en la práctica, el carácter de una nueva reestructuración de la Deuda Externa Argentina y que sería manejada, una vez más, desde Nueva York.
- Por otro lado, la línea política dura o “partido de la guerra”, que busca reventar la situación en el Medio Oriente, agita la cizaña anti-islámica en el mundo y busca mantener la hegemonía financiera y militar del Imperio Norteamericano en el planeta y la posición de Israel en Medio Oriente.
Tampoco aquí hay certeza sobre si los sectores judíos actúan tan coordinadamente en el mundo: a los FB “malos” (como NML - Elliot de Paul Singer y Aurelius Capital de Mark Brodsky) se contraponen los FB “buenos” (como George Soros, Daniel Loeb o Robert Koenigsberger, del fondo Gramercy); y a los lobbistas políticos “malos” (como Madeleine Albright - Korbel, Robert Shapiro, Robert Raben y Nancy Soderberg) se contrapondrían funcionarios del gobierno Obama aparentemente más equidistantes o realistas (como el secretario del Tesoro Jacob Lew, la Secretaria de Estado para Asuntos Latinoamericanos Roberta Jacobson y el nuevo embajador en la Argentina Noah Mamet).
La lista sería muy larga a este respecto y el balance de fuerzas obviamente no se conoce pero se trata de actores que están -todos ellos- directa o indirectamente involucrados, en mayor o menor medida, en los dos temas a la vez: tanto en la causa AMIA como en la cuestión de los holdouts, convertida hoy en la clave pendiente de una nueva reestructuración de deuda soberana que se da en un momento sumamente delicado de la situación internacional.
Y este punto es determinante, a su vez, para lo que acontezca en el corriente año político en la Argentina, porque la nueva administración de gobierno que asuma a fin del 2015 tendrá que tomar decisiones sobre estos dos grandes problemas de arrastre que el kirchnerismo amenaza dejarle como herencia: el problema de una nueva deuda externa que no se sabe si va a ser contraída con el mercado de capitales del área dólar o de terceras monedas (euro, yuan) y el problema contaminado de la causa AMIA, que agrega ahora el misterio de la muerte de Nisman después de su denuncia.
En ambos casos no parece existir salida pacífica o sin daños de este atolladero: ni en el caso de una nueva reestructuración de Deuda ni en el de un replanteo de la causa AMIA, a la luz de la muerte de Nisman, lo que -en caso de no lograrse nuevas concesiones gubernamentales- podría derivar incluso al adelantamiento de las elecciones de octubre.
Pero los hechos dirán cómo evolucionan estas dos historias paralelas que, por el momento, tienen un final abierto.
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