Falleció Omar Robles, mi viejo.

 

 

Falleció Omar Robles, mi viejo

 

 

Por Gustavo Robles

 

Compañeros y amigos, en el día de hoy, 7 de abril de 2011, en horas de la mañana, acaba de fallecer Omar Julián Robles, mi Viejo

 

Mi Viejo con sus nietos, mis hijos. Así quiero recordarlo

Mi viejo nació en 1931, un 24 de marzo, cuando no tenía la significación que hoy tiene. Qué injusticia, estos milicos genocidas mancharon la fecha en que nació el mejor ser humano que hayan dado estas tierras. Conciencia de clase incorruptible, solidario, profundamente humano. Él me enseñó todo lo bueno que puede ser y debe tener una persona. Parece mentira, hoy, con 80 años recién cumplidos, se nos fue del mundo. Mi ídolo, mi héroe... Mi VIEJO



Padre

Naciste fruto de la unión de viejo continente españolado
y tierra criolla,
allá cuando el siglo estallaba en guerras y revoluciones
Asomaste tus ojos al asombro en un pueblo
virgen, portal del campo infinito de las pampas
Y fuiste pueblo de origen, humilde dignidad que
sabía de privaciones y penurias.
Tu padre –mi abuelo-se cansó de vivir siendo muy joven
y vos muy niño; la explotación de los poderosos le consumió
la vida muy temprano
Tu madre –mi abuela-te acompañó algún tiempo más, pero no mucho:
ella también partió antes de su tiempo con el tuyo
Rodeado de soledades creciste boyero, con la llanura
y el amanecer de compañeros.
Templaste tu alma en aquella inmensidad, en aquellos
tiempos, hasta que un día te subiste al tren de la urbe.
Y tus ojos campesinos dejaron la pradera
para conmoverse de cemento
Allí te hiciste viajante, y sobre todo humano:
el que te conocía sabía de tu alma sensiblera,
de tu fiel sinceridad y de tu entrega
Conociste el amor,  fuiste creador de tu destino;
con tus manos laboriosas le diste forma a tu nido
Alumbraste el vientre de mi madre
provocando mi huella aquí en la tierra:
eres mi raíz y mi semilla
Te tornaste fuente de vida
y me diste la mía, y encarrilaste mis pasos,
alumbrándome con sabiduría:
el saber de los hombres buenos
la dignidad de los hombres íntegros
Sé que alguna vez te he lastimado,
olvidando todo lo que me has dado:
nada más injusto de mi parte; te pido perdón por ello.
Si algo hay de bueno dentro de mi alma,
si me lastiman la injusticia y la soberbia
y el hambre y el dolor de tanta gente;
si tengo algo de moral y sensibilidad solidaria,
Viejo,
a vos te lo debo.

Gustavo

NOTA DE DIRECCIÓN: Lo prometido es deuda... Sobre esta nota estaba trabajando, cuando fallecía el mío. Ironías que le dicen y se dió vuelta la taba en un instante...